GoRSH escribió:Buenas, alguno teneis conocimientos o información sobre grupos de las SS destinados a lo esotérico del III Reich? Tengo entendido que se enviaron grupos de miembros a investigar sobre temas esotéricos, búsqueda de objetos sagrados y análisis de lo paranormal. Gracias de antemano, un saludo.
¡Hola, GoRSH!
Los asuntos esotéricos de las Allgemeine SS tienen su origen en la
Sociedad Thule (ST), una organización de base literaria formada en Berlín en 1912. Tras la Revolución de noviembre de 1918, la sociedad se volvió “
fanáticamente antibolchevique y antisemita, y llegó a proponer la unificación de Europa bajo el mando de un gran Reich germánico” [Robin Lumsdem, Historia Secreta de las SS (Madrid, La Esfera de los Libros, 2005), p. 233]. A la rama bávara de la ST pertenecían Himmler, Hess y Röhm.
Cuando Himmler se hizo con el poder de las SS, en 1934, compró la ruinosa fortaleza de Wewelsburg, cerca de Paderborn, y la convirtió en el bastión de las SS. El complejo se finalizó en 1937: [
Había una escalinata majestuosa, con una barandilla de hierro forjado, decorada con motivos rúnicos, y de las paredes del vestíbulo colgaban inmensos tapices que representaban escenas germánicas y rurales. Toda la carpintería era de roble y por todas partes había estatuas de mármol de Enrique I, Friedrich von Hohenstaufen y otros héroes alemanes. Todas las habitaciones estaban amuebladas al estilo medieval. En el comedor, de treinta por cuarenta y cinco metros, había una inmensa mesa artúrica circular de roble macizo, en torno a la cual Himmler y los doce SS Obergruppenführer más antiguos que hubiera en esos momentos celebraban con asiduidad sus conferencias, sentados en sillas de alto respaldo, tapizadas en piel de cerdo, cada una de ellas con el nombre de un caballero. El fuego crepitaba en la chimenea monumental y, detrás de cada general, estaba colgado su escudo de armas de las SS, diseñado especialmente por Karl Diebitsch. El comedor se alzaba encima de un sótano de piedra, con muros de un metro y medio de espesor, del que arrancaba un tramo de escalera que descendía hasta una cripta, semejante a un pozo que albergaba doce columnas de granito y se conocía con el nombre del “reino de los muertos”. La idea era que a medida que fueran muriendo cada uno de los doce señores de las SS, incinerarían su cuerpo y enterrarían las cenizas en uno de los obeliscos. (…) Himmler pretendía que, en última instancia, Wewelsburg se utilizara como Reichshaus der SS-Gruppenführer (residencia de los generales de las SS), pero, al comenzar la guerra, se convirtió en la SS-Schule Haus Wewelsburg, un centro de formación para los oficiales superiores de las SS. Su comandante era el SS-Obergruppenführer Siegfried Taubert, que había sido jefe de estado mayor de Heydrich y era suegro de Ernst-Robert Grawitz, el médico en jefe de las SS] (Ibid, 233-238).
Todas estas “chifladuras” llevaron a Himmler a fundar la
Ahnenerbe-Forschungs-und Lehrgemeinschaft, más conocida por su abreviación de
Ahnenerbe (Sociedad para la Investigación y la Enseñanza de la Herencia Ancestral), que tuvo por primer presidente al matemático Hermann Wirth, quien había ingresado en el NSDAP en 1925, salido al año siguiente y vuelto a ingresar en 1933.
Yo no sé que habrá de cierto en las supuestas expediciones dirigidas por la Ahnenerbe en busca del Santo Grial, las supuestas expediciones al Ártico y demás historias. Tengo un libro que fue famoso en los años sesenta del pasado siglo (me siento un viejo al hablar de esta forma),
El Retorno de los Brujos, donde se dan cuenta de algunas de esas historias.
Lo que sí es cierto, y esto ya no lo tomo tan a broma, es que la Sociedad Thule estaba muy unida o relaciona con la
Golden Dawn inglesa, donde había una serie de personajes muy famosos de la Historia (famosos en su tiempo y famosos con el tiempo), que tenían aficiones y objetivos muy similares. Todo este asunto es muy atractivo y hoy en día creo que están de moda las novelas que tratan sobre estos asuntos, historias de los secretos de los Templarios, el Santo Grial y bla, bla, bla.
Saludos cordiales
José Luis