Con anterioridad a la ruptura de hostilidades, las operaciones navales previstas en el Mediterráneo ya habían dejado traslucir su característica exclusiva; la de estar vinculadas únicamente a las corrientes de tráfico mercante, sin importar cuáles fuesen las partes beligerantes. Así, el 9 de junio de 1940, un día antes de que Italia declarase la guerra a Gran Bretaña y Francia, el Estado mayor del Ejército italiano (Superejercito) recibió la orden del Ministerio de la Guerra de organizar con el Estado Mayor de la Marina (Supermarina) un rápido envío de provisiones necesarias a las tropas destacadas en Libia que, 24 horas antes de iniciarse la beligerancia, ya tenían necesidad de aprovisionamientos para completar, aunque no del todo, las propias dotaciones de hombres, medios y materiales. Es decir, de forma más detallada, tenían que llegar a Libia: 13.000 hombres, 40.000 toneladas de víveres y 18.000 de carburante; 1.250 vehículos, 1.700.000 proyectiles de artillería, 48.000.000 de balas para armas ligeras y 800.000 bombas de mortero. Por su parte, la aviación tenía que enviar rápidamente a Cirenaica, por vía marítima, 5.000 toneladas de materiales entre los cuales 20.000 barriles de gasolina para los aviones. Y todo esto se efectuaba cuando la guerra ya se había iniciado, mientras que, en cambio, las posibilidades de envío habrían sido completamente seguras algunas semanas o meses antes.
Así comenzó, prácticamente en el mismo día de la entrada de Italia en la guerra, ese ir y venir del tráfico entre los puertos italianos y los de Africa septentrional que se concluyó en mayo de 1943 con el abandono de las costas africanas por parte de las tropas italogermanas, y que en ningún momento consiguieron detener o bloquear las tropas británicas.
TEATRO DE OPERACIONES DEL MEDITERRÁNEO
![Imagen](http://i86.photobucket.com/albums/k94/Akenosan/medit.jpg)
Fuente: Wikipedia
Continuará.
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