Mensaje
por José Luis » Sab Feb 02, 2008 2:09 pm
¡Hola a todos!
Los extraordinarios éxitos de Guderian y Rommel durante la campaña de Francia de mayo-junio de 1940 dejaron a su paso un poso de amargor en el corazón de algunas almas mediocres, carentes de generosidad. Espoleado por el egotismo de Guderian y la rudeza de Rommel, y en ambos casos por su legítima pero abierta ambición, ese amargor creció, en algunos casos, hasta el resentimiento.
Para quienes no estén al tanto de estas "intrigas cortesanas" en los pasillos del poder militar de la Wehrmacht del Tercer Reich, he de decir que el asombroso éxito militar alemán en Francia sirvió, más allá de lo obvio, para que Hitler descargase sus sarcasmos contra el liderazgo del Estado Mayor General alemán, especialmente cotra su jefe, Halder, y el comandante del ejército, Brauchitsch. No olvidaba ese engendro del odio que era Hitler la callada pero eficaz oposición que esas dos máximas autoridades del OKH habían levantado contra sus deseos y órdenes desenfrenadas de atacar a Francia ya en el otoño de 1939. Ahora se tomaba la revancha, ignorándolos. Y si convirtió a Brauchitsch en mariscal de campo, algo inevitable en esa fiebre veraniega de nombramientos desmedidos de mariscales de campo (pues el Generaloberst Brauchitsch era el Oberbefehlshaber des Heeres) ya se había tomado su ración de venganza semanas antes, cuando, humillando la dignidad propia de la jerarquía militar en la cadena de mando, dejó que el Generaloberst Rundstedt decidiera sobre una cuestión -el empleo estratégico-operacional de las Schnelle Truppen ante Dunkerque- que era competencia exclusiva del Generaloberst Brauchitsch. Fue una ofensa en toda regla, propia de la gentuza del hampa.
Guderian, a pesar de las envidias que despertó, era oficial de Estado Mayor General, y eso evitó que saliese a relucir el amargor en el círculo de Halder, pues "el rápido" era uno de los suyos. No fue así con Rommel, que era una advenedizo oportunista para la "claque" del EMG.
Posiblemente el mejor ejemplo de esas negativas pasiones del alma en el caso de Rommel viene dado por el que yo llamo "caso Streich". Intentaré ilustrarlo.
Johannes Streich había nacido el 16 de abril de 1891 en Augustenburg, distrito de Sonderburg, Prusia del Este. A los veinte años de edad entró como Fahnenjunker en el 2º Regimiento de Ferrocarril de Berlin-Schoeneberg. Completado su entrenamiento como oficial fue comisionado Leutnant (teniente segunda) en 1913. Durante la IGM sirvió en Bélgica, Francia, el frente ruso, Serbia y Rumania. Acabó la guerra como teniente primera y comandante de compañía, con la Cruz de Hierro en sus dos clases.
Seleccionado para el Reichswehr, fue uno de los primeros en ver la potencialidad del tanque y defendió el concepto de la guerra motorizada. En 1921 mandaba una compañía de transporte a motor estacionada en Hanover, y en 1923 asumió el mando de una compañía en el 2º Batallón de Transporte a Motor de Stettin. Fue promocionado a capitán ese mismo año.
Se convirtió en instructor técnico en el Departamento de Entrenamiento de Transporte a Motor en 1928, y en 1930 fue nombrado asesor técnico del Heereswaffenamt, donde desempeñó un importante papel en el desarrollo de los panzers I-II-III y IV. Fue promocionado a mayor en 1933, al poco de la llegada de Hitler al poder; teniente coronel en 1935, coronel en 1938. El 1 de octubre de 1935 se le dio el mando del 15º Regimiento Panzer de Sagan.
Un breve inciso. No creo necesario detallar la carrera de Rommel antes de la guerra, pues será de todos conocida. Pero subrayo, nuevamente, el hecho de que Streich era, como Guderian (al margen, por supuesto, de las insalvables diferencias entre las capacidades de ambos), un hombre panzer, mientras que Rommel era de la cabeza a los pies un hombre de infantería. Esto a los ojos de Halder et al no era una bagatela, por ello cuando Rommel solicitó el mando de una división, tras la campaña de Polonia, en el OKH le asignaron inicialmente una formación de montaña. La intervención personal de Hitler, a petición del suabo, anuló la disposición del OKH, asignándosele finalmente el mando de una división panzer. Era algo irregular para los burócratas y elitistas oficiales del EMG, y puede decirse que fue la primera semilla del mal que se abonó en la senda futura de Rommel.
Bien, ¿cómo era el carácter de Streich? A pesar de llevarse muy bien con Halder y la gente del OKH, el trabajo de Streich no fue nada edificante en Sagan. Cuenta Samuel W. Mitcham (Rommel's Desert Commanders) que Friedrich Stauffenberg (un primo carnal del malogrado Claus) comentó que "en el mejor de los casos era una persona con la que era muy difícil trabajar". Lo cierto es que ninguno de los comandantes de batallón de su regimiento podían tragarlo: ni el mayor Rudolf Sieckenius ni el mayor Paul Goerbig. Según Friedrich Stauffenberg: “en consecuencia, el Panzer Regiment 15 carecía mucho de esprit de corps”. Aunque este clima de tensión entre Streich y sus comandantes se mantuvo más o menos controlado durante más de un año, al final, en enero de 1939, estalló la bomba. Mitcham dice que no se conocen los detalles, pero tuvo que intervenir el mismísimo comandante de la división, general Heinrich von Vietinghoff, para transferir a los dos comandantes de batallón a otros puestos. Ambos alcanzarían el generalato en la guerra.
En la campaña de Francia, Streich era el comandante del Panzer Regiment 15 de la 5. Panzer Division del Generalleutnant Max von Hartlieb, formación que, junto con la de Rommel, formaba el XV Cuerpo Motorizado de Hoth dentro del 4º Ejército de von Kluge.
Cuenta David Irving (The Trail of the Fox) que al acabar la campaña de Francia, Hoth alabó en público a Rommel, pero que en privado expresó algunas reservas sobre él, y que en un informe confidencial sobre Rommel, fechado en julio, advirtió que este comandante era muy impulsivo y que sólo sería idóneo para mandar un cuerpo si conseguía "mayor experiencia y un mejor sentido de juicio". También, según Irving, acusó a Rommel de ser poco generoso a la hora de nombrar las contribuciones de sus subordinados al éxito de su división.
Siguiendo con Irving, también Kluge, al que Rommel había pedido un prólogo al manuscrito que había preparado de la campaña, señaló que los diagramas y las referencias del manuscrito habían sido falsificadas en beneficio de la 7. Panzer Division. El papel de la Luftwaffe y, particularmente, el de los bombarderos en picado estaban virtualmente ausentes en el manuscrito, y se exageraba el lento avance de la 32. Infanterie Division. Kluge tampoco aceptó las críticas de Rommel sobre el liderazgo de Hartlieb al mando de la 5. Panzer Division, algo que, por otra parte, Hartlieb se apuró en dar quejas a Berlín.
Y finalmente el coronel Streich, quien, según la cuenta de Irving, afirmó: "Cuando mi general, Hartlieb, protestó, se le dijo que el general Hoth lo había sancionado; yo mismo no creo ni por un instante que Rommel pidiera su permiso. Nuestra infantería sufrió grandes pérdidas como consecuencia". Streich se refiere a la "toma" de sus tanques pesados por parte de Rommel. Finalmente, para no hacer este mensaje más extenso de lo que ya va siendo, un último comentario de Streich hecho en un manuscrito suyo: "Durante la guerra se publicó un libro titulado La División Fantasma. En él, varias operaciones exitosamente ejecutadas por nuestra Quinta División Panzer fueron cínicamente reclamadas por la Séptima Panzer. Que la Séptima Panzer sufrió bajas más grandes que cualquier otra división en el oeste, incluyendo aun las divisiones de infantería, muestra cuán despiadadamente la trató Rommel".
¿Qué había de cierto en el fondo de todas esas críticas a Rommel? Había muchas cosas ciertas, efectivamente. Lo malo, lo perverso y lo que viene a demostrar ese amargor del que hablé al principio de este mensaje es cómo se plantearon esas críticas. Es cierto que Rommel utilizó el blindaje y equipamiento ingeniero de la 5. Panzer Division, pero es completamente falso que lo hiciera sin el consentimiento de su comandante en jefe, el general Hoth. El mismo Hoth tuvo que reconocer en el momento de los hechos, y eso a pesar de que Rommel no era de sus simpatías, que la situación y el desarrollo de las operaciones hacía inobjetable la solicitud de Rommel. También es cierto que algunas operaciones conducidas exitosamente por la 5. Panzer Division fueron cargadas al haber de la 7. Panzer Division, pero no es menos cierto que fue Rommel, que precisamente se hizo cargo del blindaje de Hartlieb, quien ordenó que esas operaciones se llevasen a cabo. Sin las decisiones de Rommel, la 5. Panzer Division simplemente seguiría el pésimo liderzgo de su comandante Hartlieb. ¿Tenía razón Rommel al quejarse de ese liderazgo? La respuesta está en el propio Hoth, que relevó a Hartlieb como comandante de la división a finales de mayo, en plena campaña, siendo reemplazado por el general Joachim Lemelsen. ¿Era Rommel rudo? Por supuesto, y a veces en extremo. Pero también sabía excusarse cuando se había pasado.
El destino, que aquí se vistió de OKH, quiso que no terminara en Francia el desencuentro entre Rommel y Streich. Este último fue promocionado a principios de 1941 como comandante de la 5, Panzer Brigade; luego, el 1 de febrero, siguió una acelerada promoción a Generalmajor, y seis días más tarde se le asignó el mando de la recién creada 5. Leichte Division, la primera formación con que Rommel comenzó sus andaduras en Trípoli. La bronca estaba servida. Streich se negó en varias ocasiones a seguir las órdenes directas de Rommel, quien en una ocasión se pasó llamándole directamente "cobarde". Streich, con toda razón, le tiró su Cruz de Caballero a los pies de Rommel y le pidió que retirara la frase inmediatamente. El "zorro" lo hizo malhumorado.
Todo eso se habría evitado si el OKH no se hubiera esforzado previamente en llenar el DAK con oficiales de EMG que eran más leales a Halder y Brauchitsch que a Rommel, quien puso fin a toda esta situación cuando en mayo de 1941 destituyó a Streich y a buena parte de los oficiales de su estado mayor. Rommel debió haber escogido a sus propios hombres, recurriendo a Hitler si hacía falta. Pero todavía tenía mucho que aprender en el terreno de la diplomacia y las intrigas cortesanas.
¿Qué fue de Streich? Se topó con Guderian, que no era manco.
Streich fue destinado por sus amigos del OKH al mando de un kampfgruppe en Rusia, y cuando en octubre de 1941 cayó herido el comandante de la 16ª División de Infantería Motorizada, teniente general Sigfrid Henrici, Streich ocupó temporalmente su puesto. Y fue en este cometido donde se ganó la censura de Guderian, que le recriminó su falta de liderazgo. Tan pronto regresó recuperado Henrici, en noviembre de ese mismo año, Streich fue enviado a Berlín y allí permaneció siete meses sin empleo. Sus amigos del OKH, sin embargo, lo nombraron Inspector de las tropas móviles en el OKH el 1 de junio de 1942, pero cuando Guderian fue nombrado Inspector de las Panzertruppen en 1943, Streich tuvo que abandonar su puesto. Guderian no lo quería con él.
En junio de 1943 fue nombrado inspector del Área de Reclutamiento de Breslau, y cuatro meses más tarde sus amigos del OKH lo promocionaron a Generalleutnant (1 de octubre de 1943). En 1945 pasó a la inspección del Área de Reclutamiento de Berlín, tomando las de villadiego antes de que llegasen los rusos, lo que no está mal.
En fin, estaba hablando de Streich, el hombre-panzer, y Rommel, el outsider.....y de esa pasión del alma que tantas desgracias acarrea en la vida: el resentimiento.
Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)