Tras los fracasos anteriores y sin ningún gran bombardeo en su cuenta salvo el del 25 de julio, los italianos se lanzan como depredadores sobre la Barceloneta.
El 1 de octubre, a las 16.00 pm, suena la alarma. La visibilidad es buena. Nueve S.79, a baja altura, llegan a toda velocidad, sorprendiendo a la defensa, que no entienden la dirección del ataque. Son tres patrullas de aviones, volando escalonadas, con gran espacio entre ellas para evitar las hondas expansivas de las explosiones. Una vez sobre la Barceloneta, los S.79 realizan diversas pasadas a muy baja altura, lanzando bombas de diversos pesos, mientras los AA del Carmelo disparan unos pocos proyectiles que estallan muy por encima de los aviones enemigos. Tras descargar las bombas, los S.79 ametrallan a los civiles que huyen aterrorizados por el Paseo Nacional, y después se retiran. Barcelona ha sido bombardeada con casi total impunidad.
El nucleo habitado del barrio es castigado duramente: 34 casas quedan derruidas y otras 108 dañadas por las explosiones. Las calles de Sant Miquel y de la Alegría (hoy inexistente), y la Plaça de la Font son dañadas gravemente. En la calle Balboa una bomba destruye un colegio. Los supervivientes que huyen de sus ruinas son ametrallados.
El balance de bajas deja 55 muertos y 87 heridos (sólo se contabilizan los hospitalizados; los leves que son atendidos y enviados de vuelta a casa no forman parte de las estadísticas).
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fuente Santiago Albertí, 2004, páginas 141