POCO DESPUÉS del término de la I Guerra Mundial, los líderes militares alemanes tomaron la decisión de basar su estrategia en una ofensiva corta, de alta movilidad, de marcha rápida y de nivel de teatro ofensivo. La Luftwaffe fue conformada alrededor de este concepto de operaciones. Podemos medir su efectividad en base al desempeñó de su tarea más importante: la conquista de la superioridad aérea.La Luftwaffe fue organizada, equipada y utilizada exitosamente para conquistar la superioridad aérea en campañas ofensivas cortas sobre Europa Continental. Esta impresionante estrategia aérea ofensiva dio importancia a las operaciones independientes contra fuerzas aéreas opositoras como el medio para lograr superioridad aérea. Muchas fuerzas aéreas, desde entonces, han intentado imitar las primeras victorias de la Luftwaffe: éxitos notables incluyen la victoria de Israel sobre la fuerza aérea egipcia, en 1967 y la derrota de Irak por la fuerza aérea de la Coalición en 1991. El éxito alemán, sin embargo, fue en un contexto dependiente. La Luftwaffe estaba preparada para ganar la superioridad aérea dentro del marco de una guerra ofensiva corta. La guerra aérea sobre Europa llegó a ser un conflicto prolongado en todas las fronteras y, la Luftwaffe fue forzada hacia la defensiva estratégica.
A pesar de los dramáticos ajustes, la Luftwaffe finalmente fracasó en su búsqueda de la superioridad aérea. Este fracaso puede servir como una advertencia; los alemanes idearon una estrategia excelente que fue forzada hacia un contexto en el cual no pudo tener éxito. Los líderes de la Luftwaffe buscaron la victoria dentro del marco de la guerra corta porque las lecciones alemanas de la I Guerra Mundial incluyeron el entendimiento de que Alemania no tenía los recursos para sostener una guerra de desgaste prolongada. Alemania había estado abrumada por la superioridad económica y de armamento de los aliados. El General Hans von Seeckt, comandante del Ejército desde 1920 a 1926, se dio cuenta que las defensas móviles rápidas serían necesarias para evitar el tipo de conflicto prolongado que Alemania no podría ganar.Esta filosofía tuvo un impacto en el modo en el cual la Luftwaffe se aproximó a la superioridad aérea. La Luftwaffe identificó la superioridad aérea como su tarea más importante. Esta creencia fue fundamentada en las experiencias de Alemania en la I Guerra Mundial, aceptada por líderes militares alemanes más antiguos y establecida en los reglamentos militares. En la I Guerra Mundial, los aviadores del Kaiser lucharon y perdieron una batalla costosa por la superioridad aérea sobre Francia y Bélgica. La experiencia reveló que la superioridad aérea era deseada porque permitía operar libremente los aviones de observación y de ataque mientras se le negaba lo mismo al enemigo.En 1929 el General von Seeckt escribió que la guerra futura empezaría con un choque de flotas aéreas y que el objetivo aéreo debería ser la fuerza aérea enemiga y sólo después de su supresión la ofensiva podría ser dirigida contra otros objetivos.El requisito para la superioridad aérea fue reflejado en reglamentos de interguerra.
El manual de doctrina operacional del ejército de 1934, Truppenführung (Liderazgo de la Tropa), establecía que para llevar a efecto las operaciones terrestres exitosamente, uno debería buscar establecer superioridad aérea sobre el enemigo en el momento decisivo.Que los líderes de la Luftwaffe aceptaran la necesidad de ganar superioridad aérea es también evidente en sus escritos previos a la guerra. El primer Comandante en Jefe de la Luftwaffe, General Walther Wever, registró la necesidad de combatir la fuerza aérea enemiga, entre las tareas prioritarias de la Luftwaffe.Antes de la campaña polaca, el General Hans Jeschonnek, posterior Comandante en Jefe, escribió que la tarea más apropiada y esencial es la batalla contra la fuerza aérea enemiga, esta debe ser ejecutada vigorosamente y a cualquier costo. La segunda tarea, el apoyo al ejército, en los primeros días de la guerra no puede demandar el mismo nivel de importancia .... Lo que se pueda lograr en los dos primeros días usando su propia fuerza aérea contra un ejército opositor no se compara con el daño que la fuerza aérea enemiga pueda infligir si permanece en condiciones de combatir.
Entre los aviadores alemanes era ampliamente aceptado el que derrotar la fuerza aérea del enemigo era el mejor medio de obtener el objetivo primordial que consistía en la superioridad aérea.
La doctrina aérea alemana enfatizó la concentración y la acción ofensiva. Estas características son evidentes en el enfoque que la Luftwaffe tenía en la superioridad aérea. Desde los primeros minutos de una campaña, las unidades aéreas alemanas enfocaban la mayor parte de sus esfuerzos en la destrucción de la fuerza aérea enemiga. La Regulación 16 de la Luftwaffe, Luftkriegsführung (Conducción de la Guerra Aérea), señalaba que la fuerza aérea enemiga debe ser combatida desde el comienzo de la guerra.... Una ejecución ofensiva de la batalla en el territorio enemigo era indispensable. La batalla aérea ganará la iniciativa sobre el enemigo.La acción ofensiva de unidades de bombardeo tenía como propósito la destrucción de las unidades aéreas en la tierra, simultáneamente impidiendo la iniciación de salidas de vuelos al igual que el comando y control. Unidades de caza entonces perseguirían a las unidades que eran capaces de aerotransportarse.La defensa no era enfatizada. Para evitar que la ofensiva aérea se diluyera, la defensa fue dejada a unidades de artillería antiaérea. El esfuerzo ofensivo de superioridad aérea (Offensive CounterAir OCA) era reunido a tiempo para neutralizar la fuerza aérea del oponente lo más rápido posible.
La Luftwaffe estaba efectivamente organizada y equipada para ejecutar operaciones ofensivas aéreas breves para destruir las fuerzas aéreas opositoras. Las unidades alemanas de la fuerza aérea estaban organizadas en flotas aéreas autónomas (Luftflotten) que estaban bien preparadas para desarrollar las operaciones OCA. Cada Luftflotte era capaz de ejecutar operaciones autónomas contra una fuerza aérea enemiga, combinando diferentes tipos de unidades de alas de artillería antiaéreas, de señales y unidades de apoyo mutuo. Más significativamente, los Luftflotten estaban comandados por aviadores, que eran independientes de la cadena de mando del ejército. Esta independencia le permitió a la Luftwaffe minimizar los desvíos en apoyo de objetivos secundarios y concentrarse en derrotar primeramente la fuerza aérea del enemigo.
La tecnología apoyó bien la ofensiva aérea operacional de la Luftwaffe. Sus aviones estaban bien adaptados para misiones OCA preferentemente para la destrucción de unidades aéreas en tierra. Los bombarderos alemanes (Do17s, He111s, Ju87s, Ju88s) eran buenas armas para atacar los campos aéreos; su alcance y armamento eran los adecuados para alcanzar las bases aéreas, principalmente para sostener enfrentamientos con la fuerza aérea enemiga. Las débiles defensas de las bases aéreas predominantes al comienzo de la guerra, permitieron ataques desde muy baja altitud, destacándose la precisión, y sorpresa del bombardero mediano.Los aviones de combate de doble motor (Bf110s) estaban destinados a escoltar a los bombarderos, desviando los ataques de los aviones de combate hasta que la fuerza aérea del enemigo era vencida. Los aviones de caza mono motor (Bf109s, y más tarde el Fw190s) estaban destinados a combatir unidades enemigas en el aire, preferentemente sobre territorio enemigo. Los alcances de los aviones de caza eran adecuados para llevar a cabo el combate a los adversarios más continentales, pero resultaban incapaces de alcanzar elementos de las fuerzas aéreas inglesas y soviéticas más distantes.
El equipo que una organización militar selecciona debe apoyar su doctrina pero puede excluir (doctrinalmente) tareas imprevistas o no deseadas. En el caso de la Luftwaffe, su armamento le permitió combatir las campañas OCA de corta ofensiva pero limitó su habilidad para comprometerse en otras formas de guerra aérea. Equipada para una guerra ofensiva corta, la Luftwaffe estaba capacitada para atacar fuerzas aéreas continentales en el campo de batalla. Sin embargo, no estaba bien preparada para ataques distantes al poder aéreo enemigo bases de entrenamiento y fábricas de aviones localizadas lejos del frente de batalla. Los bombarderos alemanes carecían de alcance, carga útil, y potencia de fuego defensiva para alcanzar objetivos distantes en Inglaterra, la USSR y el Sudoeste de Francia. El eventual fracaso del Bf110 como escolta y el corto alcance del Bf109 sólo agravaron este defecto operacional. Estas limitaciones son significativas porque dictaron que el poder aéreo alemán sólo podía ser enviado contra fuerzas aéreas en el campo de batalla, en vez de efectuar ataques significativamente más provechosos sobre los recursos del poder aéreo del adversario. Una guerra aérea prolongada entre adversarios semejantes conlleva el riesgo real de convertirse en una exhaustiva guerra de desgaste. La guerra aérea de desgaste confía tanto en la materia prima, el poder industrial y el entrenamiento de la tripulación como en la doctrina y la estrategia.
El énfasis alemán en el uso ofensivo del poder aéreo resultó en una capacidad de defensa aérea subdesarrollada. Para la Luftwaffe, las operaciones de aire defensivas representaron un fracaso de la ofensiva porque la defensa pura niega el carácter esencial de la fuerza aérea. Aunque la doctrina de la Luftwaffe requería la unificación de barrera antiaéreas, aviones de caza, y una red de control y comando (C2) bajo la orden de comandantes defensivos regionales, esto no se hizo realidad hasta 1943, después de la primera invasión a granescala de los bombarderos aliados en Cologne.
Aún después de la unificación local, sin embargo, las organizaciones regionales nunca fueron subordinadas a un comando de defensa extendido, resultando en rivalidades innecesarias por recursos y mala coordinación.La doctrina de preguerra de la Luftwaffe era pesimista en cuanto a la efectividad defensiva de los aviones de caza destacando la dificultad de interceptar aviones de alta velocidad y señalando la posibilidad que las intercepciones tendrían que ser llevadas a cabo durante los vuelos de regreso de los enemigos.
Este escepticismo defensivo pudo haber retardado el desarrollo e integración de las tecnologías defensivas decisivas tales como los sistemas de control de radar y aviones cazas. Sin embargo, las poderosas capacidades defensivas nacieron eventualmente de la necesidad, cuando Alemania se vio obligada a salir de su estrategia preferida de ofensiva corta.
Alemania aplicó exitosamente su doctrina aérea ofensiva en los primeros dos años de la guerra contra Polonia, Escandinavia, los Países Bajos, Francia y los Balcanes. Los ataques concentrados en los campos aéreos enemigos eliminaron la resistencia aérea efectiva dentro de días. Durante la batalla por Francia, el comando de la Luftwaffe declaró superioridad aérea al quinto día de la campaña y supremacía aérea seis días más tarde.Ataques de sorpresa en las principales bases de operaciones destruyeron gran cantidad de aviones. Las unidades aéreas enemigas que se habían dispersado escaparon de la embestida inicial pero, operaban con una eficiencia reducida, haciéndose más vulnerables a la acción ofensiva de los aviones cazas alemanes.
Una faceta del éxito aéreo alemán que es fácilmente pasado por alto, es la contribución de las fuerzas terrestres alemanas a la derrota de las fuerzas aéreas enemigas. Las campañas OCA fueron respaldadas grandemente por el éxito ofensivo en el campo de batalla. Las simultáneas ofensivas aéreas y de tierra, colocaron a los comandantes aéreos enemigos en un dilema; fueron forzados a elegir entre usar sus ventajas aéreas para contra atacar los avances en el terreno alemán o emprender las campañas de combate aéreo. La concentración en tierra podría llevar a una rápida derrota en el aire, mientras que la concentración en la guerra aérea parecía poco práctica y sin sentido cuando los ataques de vanguardia alemanes estaban teniendo éxito en tierra. El énfasis alemán en una estrategia contra ofensiva aérea parecía bien situado según las unidades de la Luftwaffe, toda vez que estas permanecían operativas mientras las fuerzas aéreas enemigas eran destrozadas tratando de detener el ataque de los panzers.
Aún con el enfoque de la Luftwaffe en la superioridad aérea, sus victorias no fueron sin costo. Las pérdidas de la Luftwaffe fueron altas durante cada una de sus campañas ofensivas. Por ejemplo, el 36% del poder total de la Luftwaffe fue dañado o destruido durante la corta (dos meses) pero intensa batalla por Francia.Esto fue probablemente un estimado aceptable considerando el hecho de que las fuerzas aéreas francesas, holandesas, belgas y británicas en el continente estaban derrotadas y Francia y los Países Bajos estaban invadidos. La alta proporción de perdida, sin embargo, demostraría ser insostenible en una guerra aérea prolongada.
Las campañas ofensivas de superioridad aérea alemanas fracasaron contra Inglaterra y la Unión Soviética cuando se convirtieron en combates prolongados. En el verano de 1940, la Luftwaffe intentó derrotar a la Real Fuerza Aérea (Royal Air Force RFA) en una corta campaña ofensiva contra el comando de aviones de caza.
El objetivo aéreo operacional fue ganar superioridad aérea sobre el Sudeste de Inglaterra.Después de un fracasado intento para combatir a la RFA sobre el Canal de la Mancha, la Luftwaffe realizó una campaña OCA de tres semanas contra las bases de la RFA (y por extensión, la producción de la RFA) a finales de agosto. Esta campaña estaba teniendo resultados favorables hasta que los alemanes cambiaron sus ataques hacia Londres en un esfuerzo de atraer los aviones de caza de la RFA hacia una batalla aérea final. Tres semanas de ataques diurnos sobre Londres fracasaron en derrotar el comando de aviones de caza, en este momento la Luftwaffe abandonó su batalla por la superioridad aérea sobre Inglaterra y llevó a efecto bombardeos nocturnos de terror.
Los alemanes fueron incapaces de obtener una decisión rápida en el aire por varias razones. La RFA fue el primer adversario de la Luftwaffe armado con una efectiva estrategia. El comando de aviones de caza tenía una doctrina defensiva de superioridad aérea (Defensive Counterair DCA) y estaba entrenado y equipado efectivamente para operaciones defensivas. Los británicos fueron capaces de emprender la batalla aérea defensiva exitosamente sin desviación. La ausencia de una campaña en tierra significó que la RFA se pudo concentrar en atacar a la Luftwaffe. Los errores operacionales alemanes también contribuyeron al fracaso. La inteligencia alemana, fracasando en identificar las vulnerabilidades defensivas de la red C2 de la RFA, ignoró este centro de gravedad critico. La inteligencia también fracasó en determinar correctamente la efectividad de los ataques en los campos aéreos de comando de aviones de caza, y esto resultó en un cambio malogrado y prematuro del ataque sorpresivo a Londres. Por último, hubo carencia de voluntad y capacidad alemana para mantener las pérdidas aéreas mientras la campaña se extendía a costosas semanas. Como resultado, los alemanes fueron incapaces de derrotar a la RFA, y la guerra aérea en el Oeste cayó en una larga paralización.
La guerra aérea ofensiva contra Rusia gozó de éxitos iniciales mientras que el esfuerzo de OCA ganó rápidamente superioridad aérea sobre el Oeste de la Unión Soviética. La fuerza aérea roja fue virtualmente aniquilada en una serie de poderosos ataques contra los campos aéreos soviéticos. Las condiciones fueron favorables para el golpe fuera de combate de el OCA de la Luftwaffe. Los campos aéreos soviéticos estaban incompletos, aumentando la vulnerabilidad de los aviones rojos en la tierra. Las unidades soviéticas que lograban tomar vuelo eran rápidamente arrasadas al igual que las armas inferiores de la fuerza aérea roja, entrenamiento y organizaciones eran expuestas. Las unidades armadas alemanas invadieron las bases soviéticas, desviando o destruyendo las unidades aéreas rojas. La superioridad aérea fue rápidamente lograda y la Luftwaffe fue capaz de cambiar sus esfuerzos hacia prohibición y apoyo aéreo cercano. Durante el período de incuestionable superioridad aérea alemana, el Wehrmacht sin embargo, fue incapaz de lograr una decisión en la guerra. Las fuentes del poder aéreo soviético fueron reubicadas fuera de alcance (Este de los Urales) y la fuerza aérea roja comenzó una lenta recuperación. Durante la batalla de Moscú, los soviéticos fueron capaces de traer unidades siberianas en tierra y aire no comprometidas previamente para apoyar, ya que la Luftwaffe estaba gravemente impedida por las condiciones invernales. Después de Moscú, la fuerza aérea roja aumentó constantemente mientras que la Luftwaffe fue desvaneciéndose. El gran tamaño del frente oriental se comió a la pequeña Luftwaffe. Incapaz de cubrir vastos sectores del frente, las unidades aéreas tenían que estar concentradas en puntos decisivos. La concentración era decisiva en la batalla por la superioridad aérea local pero no daba garantías de éxito. En los cielos al Oeste de Stalingrado, la fuerza aérea roja y el clima invernal frustraron los intentos alemanes para reabastecer el VI Ejército. Después de esta costosa batalla, la declinación dramática de la fuerza de la Luftwaffe produjo que los intentos de ganar superioridad aérea fueran muy limitados en cuanto al área y a la duración. Grandes batallas por la superioridad aérea se desarrollaron en las áreas de Kursk y Kuban en 1943 a medida que lentamente la fuerza aérea roja ganaba ventaja. Mientras la fuerza aérea alemana en el Este comprobaba su incapacidad de destruir a la resurgente fuerza aérea soviética, lentamente perdió su misión independiente y cambió su énfasis a un apoyo directo del ejército.El Frente Oriental se transformó en un constante agotamiento de la Luftwaffe, debilitándola para el ataque fatal que le fue administrado en el Este.
En 1921, el General von Seeckt ordenó que el oponente debía ser empujado hacia la defensiva, y su poder y agresividad interrumpido por la destrucción de muchos de sus aviones.El fracaso de los alemanes para ganar superioridad aérea sobre las Islas Británicas permitió a los aliados lograr la superioridad del aire en contra de la Luftwaffe. La superioridad aérea de los aliados sobre Inglaterra proveyó un refugio para un incremento de bombarderos aliados. Los aliados fueron capaces de lanzar la ofensiva de bombardeo combinado, que debía ser respondida por la Luftwaffe. Habiendo ya abandonado la ofensiva en el Oeste, y comprometido excesivamente en el Este, la Luftwaffe fue forzada a una batalla DCA. Este ataque defensivo agotó gradualmente a la fuerza aérea alemana mientras las esperanzas de superioridad aérea en la periferia fueron sacrificadas para sostener las costosas batallas sobre el Reich.
La prolongada guerra aérea defensiva impuso cambios en la organización, armamentos y la utilización de la Luftwaffe. Aunque los alemanes fueron capaces de hacer un cambio drástico de una estrategia ofensiva aérea hacia una defensiva, finalmente se tornaron indefensos en el aire por la producción aliada en una batalla de desgaste. Sin una doctrina defensiva substancial, los esfuerzos alemanes DCA fueron desviados para intentar imponer pérdidas significativas a la fuerza de bombardeo aliada. Sin embargo, la estrategia alemana preferida de aniquilación fue poco práctica desde que OCA fue excluida por la superioridad aérea aliada sobre Inglaterra y la acción ofensiva de los bombarderos aliados fue opcional. Los generales de la Luftwaffe se aferraron a la esperanza de que si suficientes aviones de caza pudieran ser reunidos contra una formación de bombarderos, podrían esparcir y diezmar y presumiblemente resultaría en una suspensión de la ofensiva aérea.
Las organizaciones defensivas aéreas se desarrollaron regularmente desde 1941 a 1944 en respuesta a requerimientos operacionales. La defensa del Reich fue inicialmente confiada a un sólo Fliegerkorps, pero eventualmente aumentó a dos Luftflotten que controlaban cinco divisiones de aviones de caza. Las divisiones de aviones de caza controlaban las comunicaciones aéreas y órdenes de control, órdenes de aviones de advertencia, grupos de aviones de caza, y órdenes de barrera antiaérea.Esta organización defensiva se expandió y fue perfeccionada a medida que la amenaza empleada por la ofensiva aérea aliada creció. Los requisitos de combate aéreo defensivo, resultaron en muchos cambios técnicos. La Luftwaffe produjo e integró radares de vigilancia aérea, radares de intercepción aérea, radares de control de fuego de barrera antiaérea y sistemas de control automático de aviones de caza.Los blindajes y el armamento crecieron, sacrificando el alcance y la maniobrabilidad (atributos deseados para los aviones de caza ofensivos) para combatir a los bombarderos aliados.El armamento de los aviones de caza alemán se expandió para incluir bombas aéreas para derribar bombarderos, cohetes y cañones pesados (30 mm.). La producción de aviones reflejó el cambio hacia la defensa a medida que la producción de bombarderos fue sacrificada con motivo de la creciente producción de aviones de caza defensivos. Como la Luftwaffe perdió su capacidad ofensiva, los ex pilotos de bombarderos y transporte fueron trasformados en combatientes para la batalla defensiva.
Para dar crédito a la Luftwaffe, las operaciones defensivas lograron algunos éxitos a través del año 1943. Aunque los aviones de caza alemán fueron incapaces de responder a las invasiones de bombarderos rápidamente obligaron al comando de bombarderos de la RFA a realizar operaciones nocturnas menos efectivas e infligieron pérdidas prohibitivas en bombarderos sin escolta de la 8ª Fuerza Aérea estadounidense. Las operaciones diurnas sobre Alemania fueron suspendidas después de la segunda invasión Schweinfurt. Este éxito alemán fue sin embargo sólo una victoria pírica. Debido a Schweinfurt, la Luftwaffe había perdido cientos de valiosos aviones y pilotos irremplazables. Aunque los líderes de Luftwaffe habían desplegado una considerable flexibilidad doctrinal y operacional en el cambio hacia la defensa, la guerra aérea se había convertido en una lucha de desgaste que la Luftwaffe no podía ganar. Cuando los estadounidenses retomaron la ofensiva en 1944, la inesperada aparición de aviones de caza escolta de largo alcance inclinaron la balanza del intercambio en el aire claramente en su favor.
La Ofensiva del Bombardeo Combinado le arrebató la iniciativa a la Luftwaffe. Las operaciones defensivas de aviones de caza fueron de naturaleza reactiva e incapaces de producir un resultado favorable para la Luftwaffe. Los maravillosos avances tecnológicos tales como jets, cohetes de combate y misiles de superficie aérea que pudieron haber anulado a los aviones de caza aliados de largo alcance, aparecieron muy tarde para tener resultados. Las cifras aliadas eliminaron a la Luftwaffe de los cielos. En medio de una rápida y fracasada campaña defensiva, la Luftwaffe se aferró a su ofensiva preferida profundamente arraigada. El bombardero alemán en decadencia y las fuerzas de combate desempeñaron su última obra en los esfuerzos OCA. El último logro significativo de la fuerza bombardero tripulada de la Luftwaffe fue el ataque en junio de 1944 sobre la ciudad ucraniana de Poltava. Los bombarderos nocturnos sorprendieron a la fuerza de transportadores estadounidense en tierra y lanzaron un ataque averiando o destruyendo 69 B17.En el Oeste, la última operación importante de combate se llevó a efecto el 1º de enero de 1945 cuando la fuerza total de combate operacional de la Luftwaffe estaba dedicada a la Operación Bodenplatte (Ground Plate), un ataque contra los campos aéreos aliados en los Países Bajos y Francia.Bodenplatte destaca la mutilación de la Luftwaffe. La operación fue ejecutada por aviones de caza de un sólo motor (la fuerza de bombarderos era casi inexistente), por pilotos inexpertos en una misión que tenía poca posibilidad de éxito. Entrenados y equipados para el aire, los pilotos alemanes sufrieron aproximadamente el 30 por ciento de pérdidas en esta sola misión.Aunque ambas operaciones destruyeron a los aviones aliados en el terreno, ascendieron sólo a simples molestias considerando la cantidad de aviones que la Luftwaffe aún enfrentaba.
Al analizar el desempeño de la Luftwaffe en la II Guerra Mundial, muchos han encontrado fácil criticar el liderazgo de la Luftwaffe. Una generación de defensores estadounidenses y británicos del bombardeo estratégico han censurado a los líderes aéreos alemanes por fracasar en la construcción del bombardero pesado de 4 motores, sin embargo estas dos naciones insulares (que fueron capaces de dedicar muchos más recursos a sus flotas de bombarderos) fueron incapaces de producir suficientes bombarderos pesados que rindieran resultados significativos antes de 1944. Más aún, los bombarderos pesados estadounidenses fueron incapaces de operar libremente sobre Alemania hasta que los efectivos aviones escoltas de caza de largo alcance fueron ampliamente utilizables. Una crítica con más mérito fue que el Alto Mando de la Luftwaffe, particularmente el Jefe de Estado Mayor Hans Jeschonnek, era corto de vista. Las prácticas de entrenamiento alemán se inclinaban a apoyar esta postura; en particular, la dedicación de Jeschonnek a las unidades de entrenamiento de la Luftwaffe en las contingencias fue bastante dañina considerando el hecho de que el entrenamiento de los activos es primordial en largas guerras de desgaste.La Luftwaffe fue lenta en reconocer que estaba en una guerra aérea de desgaste y en implementar las medidas necesarias para llevar a cabo una guerra con éxito. Hay una fuerte posibilidad de que Hermann Göring y Jeschonnek fueron culpables en la apreciación de su estrategia de guerra aérea de ofensivacorta.El alto mando de la Luftwaffe fracasó en prepararse seriamente en la eventualidad de que su estrategia preferida fracasara.Sin embargo, la Luftwaffe hizo ajustes notables en el cambio de operaciones aéreas ofensivas a las defensivas, y es un crédito para el personal aéreo alemán y los comandantes operativos el que la Luftwaffe permaneciera como elemento importante por tanto tiempo contra una poderosa oposición. Después de 1941, la Luftwaffe enfrentó una situación que no pudo ganar.
La pregunta que esto sugiere a los estrategas contemporáneos es ¿Cómo deja uno de tropezarse con un cañón estratégico? La experiencia de la Luftwaffe sugiere que debemos reconocer que hay limitaciones en las estrategias militares preferidas de una nación. Simplemente declarado, hay batallas y adversarios para los cuales uno estará preparado y entrenado para combatir, y habrán combates que militarmente uno debe evitar. Desgraciadamente, los oficiales militares no pueden elegir las guerras en las cuales se les ordenará combatir. Enfrentando tal situación, el general, y su personal debe estar al tanto que el objetivo que están proyectando puede no adaptarse a una doctrina preconcebida y sus fuerzas pueden no estar óptimamente entrenadas, organizadas o equipadas para la situación. Más aún, el comandante se debe dar cuenta que puede entrar en un conflicto bajo condiciones favorables, pero puede no ser capaz de dictar la naturaleza de la guerra una vez comenzada. Cuando esto sucede, primero, él debe reconocer que la guerra ya no es de la naturaleza deseada. Luego debe ajustar su estrategia a la situación existente. Afortunadamente el comandante y su personal habrán pensado en posibles alternativas y habrán hecho preparaciones para ellas. La experiencia de la Luftwaffe, sin embargo, nos advierte de la verdadera posibilidad de que los ajustes sólo pueden afectar situaciones marginalmente y que ninguna flexibilidad doctrinal u operacional puede salvar una situación sin posibilidad. Después de 1941, la única solución a los problemas de los alemanes fue política, no militar. Esto nos conduce de vuelta al comienzo: puede que el general tenga que decirle al político que hay límites en lo que se puede hacer en el plano militar. La alternativa es tratar de hacer lo mejor posible en el descenso hacia el abismo.