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Ribbentrop, de Michael Bloch
Editorial: Tempus Perrin
Año: 1992
ISBN: 978-2-262-03367-5
Idioma: francés
Tapa blanda bolsillo
El historiador Michael Bloch nos presenta en este monumental volumen la biografía del que fuera ministro de Asuntos Exteriores(AAEE) del Tercer Reich desde febrero de 1938 hasta abril de 1945, Joachim Von Ribbentrop. Una vida relatada en más de 800 páginas repartidas éstas en 24 capítulos con un apartado final de notas realmente interesante. Esta es una reedición de bolsillo en lengua francesa, también se puede encontrar en inglés y en español (edición argentina), siendo su inicial publicación en el año 1992.
Michael Bloch ha publicado obras sobre Eduardo VIII, duque de Windsor, algunas como El Complot de Windsor, Buckingham contra los Windsor, etc...
Entrando ya en materia, podemos afirmar sin lugar a equivocarnos que estamos ante una gran obra, una biografía completísima del que fuera ministro de AAEE alemán durante 7 años, más de la mitad de los que conformaron la vida del Tercer Reich. Bloch afronta este estudio de una manera crítica, no estamos ante una obra contemplativa donde el biografiado sale indemne de su pasado, aquí se expone la carrera de Von Ribbentrop frente a los acontecimientos desplegados por la actividad política del Reich alemán y se le muestra ante la historia con todas las consecuencias.
El autor nos ilustra y a la vez nos esclarece la personalidad de Von Ribbentrop abarcando todas las facetas del ministro alemán, ya sean de índole personal o las referidas a su vida pública.
Von Ribbentrop fue un personaje de primer orden dentro del organigrama político del Tercer Reich, un hombre que ocupaba nada más y nada menos que la dirección de la política exterior del nazismo, algo que en su tiempo podría haber sido un puesto de suma importancia si no fuera porque en el Tercer Reich, y en concreto su jefe supremo, Adolf Hitler, dominaba todos los resortes de las relaciones internacionales del régimen nacionalsocialista. ¿Quiere decir esto que Ribbentrop fue un hombre de paja en el conglomerado gubernamental del Tercer Reich? Posiblemente en algunas ocasiones fuera así, pero para Bloch no siempre se le puede colgar esta etiqueta y tampoco puede calificarse a Ribbentrop de segundón. Parece claro que su ascenso político fue en cierta medida demasiado rápido, con un bagaje profesional más bien definido por su “conocimiento de mundo” como hombre de negocios que por su competencia diplomática, pero a pesar de todas las dificultades por las que pasó llegó a convencer a Hitler de su valía para el puesto de Exteriores. Su presencia en Inglaterra como embajador, lejos de proporcionarle un sentimiento anglófilo, acabó por crearle un sentimiento de desprecio hacia la clase política británica que nunca le abandonó.
A pesar de las pocas simpatías que despertó entre sus compañeros de trayecto, Hitler lo mantuvo a capa y espada en su puesto, Ribbentrop hizo de la sumisión a su amado Führer un salvoconducto para todas las decisiones que hubo de tomar, hecho que puede hacernos entender y conocer al personaje de una manera más eficaz. Como he comentado anteriormente, el rol jugado por Ribbentrop como ministro de AAEE siempre queda desfigurado por la personalidad de Hitler y uno vuelve a cuestionarse el papel de Ribbentrop en la política del Tercer Reich.¿ influyó en Hitler alguna vez con la suficiente energía como para hacer que éste dirigiera en un sentido u otro la política exterior del Reich? Si nos atenemos a lo sucedido en Polonia sí, pero si lo hacemos refiriéndonos a la política agresiva contra Stalin ahí podremos caer en un error, ya que Ribbentrop siempre creyó como un logro sin igual su tratado de paz con la URSS, un acuerdo al que Hitler había puesto fecha de caducidad y del que Ribbentrop no acabaría nunca de entender.
Por supuesto, esto no niega el compromiso de Ribbentrop con la política agresiva del Tercer Reich, si acaso podemos adjuntarle algún otro calificativo a su posición personal ante los hechos consumados, éste no es otro que el de un arribista carente de cualquier capacidad crítica.
En octubre de 1946 acabaría siendo condenado a muerte y ahorcado un 16 de ese mismo mes en Nuremberg. Un final que aceptó con algo más de gallardía de lo que cabía esperar y desde luego, sin renegar al cien por cien de su lealtad a Hitler.
En definitiva, y para acabar esta reseña, destacar la oportunidad que nos ofrece esta magna obra de conocer todos los entresijos de la diplomacia alemana durante la guerra y su peso real en el conjunto de la política exterior de Hitler.
Un saludo.
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