Inicio un hilo con la entrada en guerra de la Italia de Mussolini. Esla traducción y adaptación personales de un artículo de David Zambon, profesor y especialista reconocido en el tema de Italia en la II GM. El artículo se titula “Junio de 1940: Italia entra en guerra” aparecido en la revista Histoire(s) de la dernière guerre nº 5 de mayo-junio de 2010.
Este artículo podría ser el prólogo de uno posterior del mismo autor en viewtopic.php?f=19&t=15313&hilit=+La+gu ... +Mussolini" onclick="window.open(this.href);return false;
Comienzo con el artículo:
Irritado con el papel de “no beligerante” de Italia, que el considera como una traición, tanto más como por la falta de entusiasmo popular. Benito Mussolini arde por pasar a la acción. Sorprendido por el desfondamiento del dispositivo franco-británico bajo el ímpetu de la Wehrmacht, el Duce decide “pasar el Rubicón” y lanzar a Italia a una “guerra paralela”. Nosotros vamos a relatar en este artículo, sus inicios.
La vacilación de Mussolini
Desde mediados de los años 30, la “política de fuerza” de Mussolini ha agotado el presupuesto del estado y las reservas del ejército, lo que le ha obligado a alejar a su país momentáneamente de la guerra. Este incumplimiento del Pacto de Acero, ratificado el 22 de mayo de 1939, le taladra. Sin embargo, él sabe que el país es incapaz de mantener una guerra “larga” contra las grandes potencias. En efecto Italia es un “enano industrial” tremendamente dependiente del extranjero para conseguir materias primas. Peor aún, las pretensiones expansionistas, que alimentan desde hace meses, los discursos belicistas, no tienen ninguna aplicación tangible a corto o a medio plazo. Respecto a la alianza germano-italiana, está minada por una desconfianza recíproca que excluye pronto, toda veleidad de organizar un mando integrado y una estrategia común.
Cartel original de época del Pacto de Acero, donde se ven los protagonistas del pacto.
Fuente: http://www.bwbs.de/bwbs_biografie/Concl ... B1531.html" onclick="window.open(this.href);return false;
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A pesar de los esfuerzos franco-británicos para mantener a Italia fuera del conflicto, Mussolini estima que el prestigio del país, pero sobre todo del régimen, está obligados a honrar al final los términos “de asistencia mutua” contemplados en el Pacto de Acero. El Duce hace oídos sordos a las exhortaciones de una Francia que se ha convertido extrañamente “amistosa” (París a menudo adoptó una “línea dura“ frente a Italia. A finales de marzo de 1940, los llamamientos a la “hermana latina” tanto por parte de Paul Reynaud, nuevo residente del Consejo de ministros, como del embajador de Francia en Roma André-François Poncet, quedan sin ningún efecto) ya que su decisión está tomada y se la anuncia a Hitler en el transcurso de una entrevista en el Brennero el 18 de marzo, en el curso de la cual este ultimo le comunica que está listo para pasar a la ofensiva en el oeste. A pesar de todo Mussolini no fija ninguna fecha, al pensar que, probablemente, pueda gozar todavía de algunos meses para poner a punto su dispositivo militar.
Los acontecimientos de abril de 1940 y más tarde la ofensiva del 10 de mayo le confirman en la idea de que Hitler ganará en su ofensiva. A pesar de los avisos de ciertos jerarcas y de su propio yerno y ministro de asuntos extranjeros, el conde Galeazzo Ciano, toma la responsabilidad de lanzar a Italia en una “guerra paralela” desempolvando al mismo tiempo los proyectos de ofensiva sobre los Balcanes y sobre Grecia. El 30 de mayo Mussolini comunica su aliado que entrará en guerra a su lado el 5 de junio, antes de que la fecha fuese fijada finalmente el 10.
Seguiré en otro momento. À suivre.
Fuente: Traducción y adaptación propias de un artículo de David Zambon titulado “10 de junio: Italia entra en guerra” publicado en la revista Histoire(s) de la dernière guerre , nº 5 de mayo junio de 2010.
À bientôt