¡Hola a todos!
PatricioDelfosse escribió:Si ubicamos a cualquier tanque aleman en el contexto económico y logistico de Alemania (desde 1939 incluso) los diseños alemanes estaban muy pero muy mal adaptados. A eso me referia.
Pato, esa frase tendría realmente sentido si la elección de otros diseños diferentes hubiese significado una mayor producción y mejor mantenimiento. Pero tal no era el caso. Aunque los alemanes, en vez de los soviéticos, hubieran diseñado el T-34/76 tendrían igualmente los mismos problemas de producción y mantenimiento que tuvieron con los Pz-I-IV. El problema alemán con los tanques no fue el acierto o desacierto de sus diseños, sino la carencia de materias primas esenciales en cantidad suficiente para una producción a escala (amén de otras carencias de organización y mando unificado en la producción de armamentos, mano de obra cualificada insuficiente, problemas financieros y una industria no preparada para la producción masiva).
Al margen de lo anterior, los diseños alemanes de preguerra (esto es del Pz-I al IV) fueron cumpliendo los presupuestos esenciales requeridos por la doctrina militar en general y la blindada en particular; a saber: carros de combate veloces y con gran capacidad de maniobra. El alemán fue el único ejército importante de preguerra, dejando al ejército estadounidense a un lado, que primó en el diseño de sus tanques la velocidad y maniobrabilidad en detrimento de la protección del blindaje y potencia de fuego, toda vez que su doctrina contemplaba una guerra de movimiento de armas combinadas donde la sorpresa y velocidad eran los dos factores cruciales para la consecución de la ruptura y su explotación en profundidad. Y como ya he repetido en bastantes ocasiones, la tarea principal del tanque en todos los ejércitos importantes de preguerra era en su papel de ayuda a la consecución de la ruptura de las posiciones defensivas enemigas y, particularmente en el ejército alemán, la subsiguiente explotación. El combate tanque contra tanque estaba totalmente desaconsejado, excepto en ocasiones que se brindaran especialmente favorables. El arma que debía hacer frente a los tanques era, por excelencia, el cañón anti-tanque y no los propios tanques.
De esta forma, las unidades blindadas alemanas estuvieron adecuadamente equipadas, en lo que a tanques se refiere, para hacer la guerra contra Polonia en 1939 y contra los aliados en 1940. La aventura de Las Ardenas, la ruptura en Sedán y la explotación hacia la costa del Canal constituyeron el paradigma exitoso de los dos principios básicos de la guerra de movimiento de la Wehrmacht: sorpresa y velocidad. En cambio, los defensores a ultranza de la protección de blindaje y potencia de fuego en los tanques, en detrimento de la velocidad y maniobrabilidad, sufrieron una amarga derrota (aunque estos factores no fueran la causa principal de la misma). Los aliados tenían más tanques y mejor capacitados en protección de blindaje y potencia de fuego que los alemanes, pero fueron desbordados o destruidos, fundamentalmente por las armas antitanque alemanas y por la acción de la Luftwaffe. Alguien argumentará que los emplearon mal, tarde y a cuentagotas, pero esas fallas eran inherentes a su inadecuada doctrina militar y a su desastroso sistema de mando y control.
La situación se repitió, sólo que a una escala incomparablemente mayor, en la Unión Soviética en el verano de 1941. Los soviéticos también apostaron inicialmente por la protección de blindaje y potencia de fuego en sus tanques, y el resultado final fueron los KV y T-34/76, cuya cantidad en 1941 multiplicaba varias veces el número total de Pz-IV del Ostheer. E igualmente, y al margen de otros factores cruciales de naturaleza táctica que dieron al traste esta superioridad cualitativa y cuantitativa soviética en sus tanques modernos, las Schnelle Truppen alemanas destruyeron la práctica totalidad de las formaciones mecanizadas soviéticas.
De esta forma, parece bastante difícil de justificar la afirmación de la cita de Pato. Todo cambia, sin embargo, cuando tomamos ventaja de nuestra visión retrospectiva, pues sabemos -a diferencia de los alemanes en junio de 1941- que la estrategia de guerra corta en que Hitler basó su Operación Barbarroja fracasó por completo en el otoño de 1941. Y hete aquí que este auténtico "turning point" estratégico convirtió el sueño alemán de una guerra corta en una pesadilla de guerra prolongada, de desgaste, una guerra que Alemania ya no podía ganar militarmente. La guerra pasó a ser fundamentalmente una guerra de cifras, no una carrera de diseños (aunque se diera, naturalmente); por muy buenos diseños que realizaran los alemanes en tanques, aviones, submarinos o cualquier otra arma (salvo la atómica, cuyo proyecto desecharon en 1942) pensando en términos económicos y logísticos, jamás podrían igualar las cifras de producción conjuntas de la alianza de potencias que tenía como enemigas.
Pero, si se me permite por un segundo esta suposición a efectos de demostración, si la Unión Soviética de 1941 fuese una democracia liberal al estilo de la británica o estadounidense, entonces sería muy probable que la Wehrmacht consiguiera en el verano de 1941 lo que había conseguido un año antes en Francia, la derrota de la URSS. Y no se hablaría de que "los diseños alemanes estaban muy pero muy mal adaptados"; más bien se diría que los alemanes tenían unos diseños de tanques que cumplían los presupuestos técnicos y tácticos requeridos para el despliegue de su guerra de movimiento de armas combinadas. Y lo mismo o similar se diría de su aviación de combate. La diferencia está entre una guerra corta y una prolongada.
Finalmente, yo creo que nadie ha afirmado en este hilo que el Sherman fuese el "peor" tanque de la guerra, algo que sería totalmente infundado. Pero creo haber sido yo el que puso el ejemplo de los tres tanques que constituyeron el caballo de batalla de las armas blindadas de la guerra (Pz-IV, T-34/76 y Sherman), y fue en esta triple comparativa en la que algunos compañeros han señalado al Sherman como el "peor". O eso creo recordar.
Saludos cordiales
JL