Queriendo ahondar en el asunto de von Galen he consultado una obra específica y crítica sobre su persona, especialmente su actitud con el programa AT4, con el super-documentado libro de Beth A. Griech-Polelle, Bishop von Galen. German Catholicism and National Socialism (New Haven & London: Yale University Press, 2002). Y de la lectura del Capítulo Cuatro (Von Galen, Eugenics, and the Nazis), pp. 59-95, debo matizar lo siguiente con respecto a mi auto-cita. Espero que se me excuse la amplitud del mensaje, pero creo que vale la pena, especialmente a efectos comparativos.José Luis escribió: Recordemos lo sucedido con el programa nazi de la eutanasia (Aktion T4). Al principio hubo protestas privadas, especialmente por parte de dignatarios de la Iglesia Protestante, pero no surtieron efecto. Y, en el lado católico, el cardenal Falhauber, Munich, también protestó privadamente ante el gobierno nazi, en vano. Sólo cuando los obispos alemanes en julio de 1941 hicieron pública en las iglesias una pastoral contra AT4, pero especialmente cuando el obispo von Galen, poco después, denunció públicamente ese programa asesino, sólo entonces Hitler dio órdenes de suspender AT4.
Como he dicho, las primeras protestas religiosas contra AT4 procedieron de la Iglesia Protestante*. Esas protestas no surtieron efecto en tanto en cuanto el programa no se suspendió. Pero sí surtieron efectos, y muy importantes, la oposición al cumplimiento de las leyes que mostraron algunos representantes de la Iglesia Protestante. Y es más, gracias a uno de esos protestantes, von Galen llegó a tener las pruebas que necesitaba de los asesinatos contra los "bocas inútiles".
El pastor protestante Fritz von Bodelschwingh era director del Instituto Bethel para epilépticos. Contactó con von Galen para enterarle de los planes para una campaña de eutanasia en Westfalia. En julio de 1939, Galen le escribió una nota de agradecimiento por su participación en el asunto. En esa época, Bodelschwingh ya había ido a Berlín para reunirse con el ministro del Reich para Asuntos de la Iglesia, Hans Kerrl, para informarle de los planes que tenía el gobierno sobre sus pacientes.
En junio de 1940, el Instituto Bether recibió 3.000 cuestionarios que debían quedar cumplimentados el 1 de agosto. Bodelschwingh se percató de que completar esos cuestionarios equivalía a la muerte para algunos de sus residentes, así que se negó a rellenar los formularios. Contactó con el Dr. Conti y le solició un encuentro que éste rechazó. Así las cosas, Bodelschwingh reportó su información a los funcionarios locales. También informó al personal de Bethel, que se mostró unánime en apoyar la decisión del pastor de no cumplimentar los cuestionarios a pesar de ser una orden estatal. Informados los funcionarios de Berlín de la oposición de Bodelschwingh, se dirigieron a Bethel para intentar obligar al pastor a cumplimentar la orden. Casi al mismo tiempo, la RAF bombardeó la zona, matando a trece niños de Bethel. Goebbels no perdió la oportunidad de airear con fines propagandísticos el "Asesinato de Niños" de los británicos. Y el sagaz de Bodelschwingh utilizó la propaganda nazi para sus propios propósitos. Negándose a rellenar los cuestionarios, Bodelschwingh preguntó a sus visitantes de Berlín: "¿Condenaré los actos de los ingleses y luego extenderé mi mano para el asesinato de niños a una escala mayor?".
Bodelschwingh escribió a Göring en enero de 1941, pues sabía que un hermano de la mujer del mariscal del Reich era un paciente de Bethel. Göring respondió diciendo que estaba equivocado y le envió al Dr. Brandt. Éste fue personalmente a Bethel y en febrero de 1941 forzó el registro de todos los pacientes del instituto. El personal de Bethel esperó con ansiedad el próximo paso, y todavía esperaba cuando Bodelschwingh escribió a Brandt apelando a su conciencia para poner fin al programa. Era entonces agosto de 1941 y Hitler, cuatro días antes, había puesto fin a AT4 antes del llamamiento de Bodelschwingh a Brandt. Pero a Bodelschwingh no se le comunicó este hecho, ni al personal de Bethel, por lo que siguió viviendo en un estado de alerta durante toda la guerra.
La oposición de Bodelschwingh salvó a todos los pacientes de Bethel del destino de AT4, salvo una gran excepción. Según una ley aprobada el 30 de agosto de 1940, los judíos ya no podían ser alojados en instituciones alemanas. En septiembre de 1940, el personal de Bethel recibió noticias de que iba a llegar un transporte para los pacientes judíos. Trabajando con rapidez, el personal de Bethel envió tres judíos a sus casa, transfirió a otro, y consiguió en el último momento que un familiar se hiciera cargo de otro. Quedaron siete pacientes judíos que fueron enviados a Polonia y asesinados.
Así pues, fueron los pastores protestantes quienes dieron a conocer de forma más amplia su oposición a AT4. Y fue precisamente en esos momentos cuando se sumaron a la protesta los obispos católicos. Von Galen tuvo información detallada de AT4 en julio de 1940, transmitiendo su información al cardenal Bertram, quien esperó hasta el 11 de agosto de 1940 para escribir una carta de protesta a la Oficina de la Cancillería del Reich, dirigida al católico Lammers. En la carta, el cardenal afirmaba la eterna inviolabilidad de la vida humana, haciéndose eco también de la encíclica papal de octubre de 1939. Poco después de escribir esta carta, los obispos se reunieron (y ya iban varias reuniones) en Fulda para discutir el proyecto de eutanasia, y decidieron utilizar los medios tradicionales de protesta. Enviaron al gobierno una extensa carta pidiendo a los funcionarios que tuvieran en cuenta los deseos de los padres y familiares, a la vez que solicitaban la excepción para las instituciones católicas. Nombraron su portavoz al obispo Heinrich Wienken, líder de Cáritas desde 1937.
Cuando testificó en los juicios de eutanasia de la década de 1960, Wienken sugirió que la Iglesia Católica fue lenta en responder a la cuestión de la eutanasia porque él había creído que una iglesia patriótica sería capaz de alterar las políticas radicales nazis. Llegó muy tarde a la conclusión de que una iglesia patriótica sólo ayudaba a los nazis. Un funcionario señaló más tarde, hablando de los juicios, "Si le das al diablo tu dedo, él tomará tu mano".
La correspondencia de Wienken con Galen en esa época revela que el grueso del trabajo del portavoz se dirigió a peticiones, la mayor parte inútiles, a funcionarios para liberar a sacerdotes y profesores enviados a Dachau. Más tarde, Wienken fue reprendido y castigado por el cardenal Falhauber por haberse dejado corromper por los funcionarios nazis a quienes debía enfrentarse.
En este estado de cosas, Falhauber escribió a los ministros Gürtner y Hans Franz quejándose sobre el conflicto de conciencia a que estaban sometidos los católicos por la política de eutanasia. La cuestión fue a mayores cuando, el 6 de diciembre de 1940, Pío XII fue preguntado por L’Osservatore Romano por el concepto de eutanasia. "Es contrario a las leyes positivas naturales y divinas". Era una condena sin paliativos del programa de eutanasia nazi. Von Galen decidió imprimir la respuesta del Papa en el Münster Amtsblatt, pero no lo hizo hasta el 9 de marzo de 1941.
Los obispos se volvieron a reunir en Fulda dos días después del comienzo de Barbarroja. Recibieron con agrado la invasión de la URSS y se concentraron en los peligros de la iglesia católica en Alemania. El cardenal Bertram enumeró, entre otras quejas, las recientes capturas nazis de instituciones monásticas y de la igglesia. Pocos días después de este encuentro, von Galen hizo públicos al mundo tres sermones que versaban esencialmente sobre lo que se había discutido en Fulda.
El 12 de julio de 1941 von Galen fue informado de que la Gestapo se estaba apoderando de instituciones de los jesuitas en Münster. Acudió tan rápido al lugar que fue testigo de cómo se expulsaban a los sacerdotes. Furioso, von Galen llamó ladrones a los funcionarios de la Gestapo en su propia cara y mirando a su capellán dijo: "Ahora ya no puedo guardar silencio", y se retiró a su palacio a trabajar su sermón. Como atestiguó su capellán y biógrafo, Heinrich Portmann, von Galen estaba dispuesto a convertirse en un mártir, pero, añade Griech-Polelle, un mártir por una causa católica, no por los judíos ni las minorías.
El domingo siguiente von Galen acudió al púlpito de su iglesia conmocionando a su audiencia por la elocuencia y la determinación de su sermón. ¿Qué dijo? Comenzó hablando de los ataques aéreos sobre inocentes ciudadanos alemanes para afirmar que la Gestapo estaba atacando "a ciudadanos alemanes leales......arrojándolos a la calle como siervos ilegales y expulsándolos del país como indeseables". Pero Galen no se refería a los judíos. Dio dos ejemplos concretos de dos sacerdotes exiliados de Münster. Dijo que "nadie de nosotros está a salvo".
A pesar de este sermón de Galen (que se amplía en el libro) la Gestapo siguió confiscando propiedades de la iglesia. Cuando expulsaron a hermanas religiosas misioneras, entre ellas estaba la prima de Galen, la condesa Helene von Galen, que fue arrestada y encerrada en una celda del convento, aunque luego logró escapar por una ventana.
El segundo sermón de von Galen tuvo lugar el 20 de julio de 1941, esta vez en la Liebfrauenkirche. Criticó a los enemigos dentro de Alemania que seguían atacando monasterios, conventos, misiones y a todos sus habitantes. Aunque denunció sin reservas a la Gestapo, el resto de su sermón pidió la resistencia pasiva.
Hitler ordenó que se paralizara la confiscación de edificios religiosos en Münster el 30 de julio de 1941. Pero von Galen volvió con su tercer y más famoso sermón.
A finales de julio fue informado por el padre Heinrich Lackmann, capellán del asilo de Marienthan, que todos los pacientes mentalmente enfermos iban a ser sacados a intervalos de su institución para ser destinados al programa de eutanasia. Y mencionó también que había planes similares en marcha para los internos de Warstein en Sauerland. Aunque von Galen sabía del programa de eutanasia desde el 25 de julio de 1940, Bertram le había aconsejado guardar silencio para evitar más problemas con el gobierno. Conocedor de que el Código Penal contenía el Artículo 139 (la obligación de poner al descubierto un crimen inminente), von Galen subió al púlpito de St. Lambert el domingo 3 de agosto de 1941. El sermón que dio fue el más importante y directo dado por un miembro de la jerarquía católica durante la era nazi.
Comenzó informando que la Gestapo seguía con su campaña contra los miembros religiosos de la comunidad, pidiendo a todos los feligreses que se quejaran formalmente a las autoridades......Luego von Galen describió la carta de Fulda de 26 de junio de 1941. Esta carta declaraba claramente que estaba mal que un católico matara a una persona bajo ninguna circunstancia, excepto autodefensa. Entonces describió, con todo detalle, la matanza de los mentalmente enfermos con la justificación de que eran "vidas sin ningún valor". Citando los artículos 211 y 139 del Código Penal, usó el sermón como medio de reportar formalmente el traslado de los pacientes de Marienthal. Luego describió un cuadro de decadencia moral en la sociedad alemana: la festividad del domingo rota, falso testimonio, robo de propiedades, comisión de adulterio, práctica de eutanasia, y así sucesivamente. Luego, aludiendo a un mandato bíblico, dijo que el estado nazi había levantado falsos ídolos -el estado, la raza, sus barrigas- y que los católicos no podían esperar ser leales y obedientes a menos que el estado ejercitara la autoridad y justicia de Dios. Al describir las violaciones del "No matarás", von Galen recordó a la gente que no necesitaba un código penal para saber que matar siempre está mal y que la práctica de la eutanasia violaba la ley de Dios.
Los tres sermones de von Galen fueron imprimidos y circularon ampliamente entre la población alemana, llegando a la audiencia internacional. La Oficina Ejecutiva de Guerra Política británica tradujo los sermones al inglés, español, francés, checo, polaco y holandés.
Los nazis enloquecieron. Pero a Galen no se atrevieron a arrestarlo (lo harían mucho después), por miedo a convertirlo en un mártir (Goebbels, 12 de agosto de 1941), y Hitler dijo que ya le ajustaría las cuentas al acabar la guerra.
* La primera acción documentada por representantes de cualquier confesión fue a cargo del pastor Paul Gerhard Braune (director de la Institución Hoffnungstal, cerca de Berlín, y vicepresidente del Comité Central de las Misiones Internas de la Iglesia Evangélica alemana). Braune reaccionó ante el asunto de los cuestionarios contactando personalmente con Hans von Dohnanyi (cuñado de Dietrich Bonhoeffer) en el mando supremo del ejército. Dohnanyi le pidió pruebas concretas del asesinato en un memorando escrito, que Braune completó en mayo-junio de 1940. Braune continuó su investigación reuniéndose con Bodelschwingh, avisándole de la inminente campaña contra los discapacitados y mentalmente enfermos de Westfalia. Los dos visitaron al ministro Kerrl, que dijo desconocer el proyecto. Braune continuó con su misión, alertando a los funcionarios del gobierno y protestando contra el proyecto. Ante un furioso ministro de Justicia, Franz Gürtner, demostró que ya habían sido asesinados cientos de inválidos. Luego Braune envió una copia de sus hallazgos a Göring; fue arrestado en agosto de 1940 por la Gestapo, custodiado durante tres meses, y liberado bajo promesa de dejar de ir contra el estado. Otro caso fue el del obispo protestante de Württemberg, Theophil Wurm.
Saludos cordiales
JL