Oskar Schindler
En octubre de 1939, Oskar Schindler estableció su propia fábrica, la Deutsche Emalienwaren Fabrik “Emalia” en el número 4 de la calle Lipowa, en el barrio de Zablocie (Cracovia), con el dinero prestado de los judíos que estaban en el guetto.
En 1942, con la ayuda de su asistente Stern, emplearon a 370 judíos junto con 430 trabajadores polacos.
Cuando el ghetto de Cracovia fue liquidado Schindler se aprovechó de sus buenas relaciones con Amon Goeth, para que los prisioneros de Plaszow fueran a trabajar a su fábrica. Allí empleó a más de 900 trabajadores, la mayor parte de ellos judíos, que no tenían ninguna experiencia anterior en el tipo de trabajo que se realizaba en ella.
Los judíos que trabajaron en Emalia, a diario tuvieron que caminar los 4 kilómetros que separaban la fábrica del campo. Por dicho motivo, Schindler mandó construir en la parte posterior de la fábrica una serie de cuarteles para albergar a dichos trabajadores.
En noviembre de 1943, se trasladó a los judíos de la lista que elaboró junto con Stern, a los cuarteles de Emalia.
Listado completo de los 1.098 judíos de la lista:
http://www.oskarschindler.com/list.htm
En octubre de 1944 conforme las tropas rusas se acercaban a Cracovia, autorizaron a Schindler para fabricar armamento en una factoría en Brunnlitz, a donde llegó con sus trabajadores judíos.
Julius Madritsch
Madritsch, por su parte, fue autorizado para trasladar sus fábricas a Plaszow el 14 de septiembre de 1942, pero no lo hizo hasta después de la liquidación del guetto de Cracovia.
Madritsch y su hombre de confianza Titsch establecieron talleres de costura en 5 cuarteles dentro del campo y abrieron 2 fábricas en Tarnow y Bochnia.
Al igual que Schindler, en sus fábricas alimentaba y protegía a sus trabajadores judíos.
En marzo de 1943, en la víspera de la liquidación ghetto de Cracovia, Madritsch y el policía austriaco Oswald Bokso sacaron del guetto a docenas de niños judíos. Los ocultaron en la fábrica de Madritsch.
Madritsch escribió: “Mi lucha personal era contra el sistema…”
Rescató a abogados, ingenieros y doctores judíos que nunca habían tocado una máquina de costura de los campos de la muerte.
Utilizó beneficios de sus negocios para alimentar a sus trabajadores, en el mercado negro les compraba alimentos, zapatos, medicinas y cigarrillos e incluso construyó una cantina en la fábrica.