Este debate empezó cuando Manstein y Hartmann hicieron dos afirmaciones puestas de moda por el revisionismo histórico de carácter conservador, cuyo representante más conocido es el historiador alemán
Ernst Nolte. Se trata de un debate antiguo, de los años 80, y de puro combate ideológico, pero tampoco está de más que aparezca por aquí.
Manstein y Hartmann vienen a afirmar que:
-Stalin asesinó más que Hitler.
-Los crímenes de Stalin son equiparables a los de Hitler.
En 1991, la Comisión creada por
Mijaíl Gorbachov empezó a publicar sus investigaciones sobre la represión stalinista, después de haber tenido acceso a los archivos del KGB. En 1993, John Arch Getty, Gabor Rittersporn y V. N. Zemskov publicaron un resumen con los datos obtenidos de los archivos rusos en la revista American Historial Review.
Resumiendo, el número de represaliados políticos ascendió a más de 4 millones de personas, de los cuales casi 800 mil fueron fusilados y millón y medio murieron en campos de trabajo y prisiones. Sin duda alguna una barbaridad y desde luego el régimen estalinista no salía precisamente absuelto, pero para quienes se habían pasado toda la vida difundiendo cifras de 20 ó 40 millones de muertos, resultaron ser cifras decepcionantes que siguen sin admitir. De hecho todavía siguen con lo mismo, ahí tenemos a
Martin Amis, un inglés que en vez de dedicarse a contar los muertos de su querido Imperio Británico, se dedica a contar los muertos ajenos, a difundir las miserias de la URSS, como si Vida y destino de Vassili Grossman no se hubiese escrito nunca.
El diario La Vanguardia publicó una amplia entrevista a Víctor Zemskov sobre este asunto a cargo de su corresponsal en Moscú Rafael Poch, que puede leerse en este enlace:
http://www.lainsignia.org/2001/junio/int_010.htm
Más concreto se muestra Stephen Wheatcroft, profesor de la Universidad de Melbourne, en un artículo donde compara los crímenes estalinistas con los nazis.
Wheatcroft va al meollo del asunto haciendo un análisis comparativo entre Auschwitz y la Kolyma. Y las conclusiones a las que llega son bastante claras al respecto:
a) En más de 20 años de existencia murieron en el campo de trabajo ruso unas 300 mil personas, por el contrario en Auschwitz murieron más de 1 millón en poco más de 2 años.
b) En Auschwitz el objetivo era exterminar seres humanos, en la Kolyma se trataba de obtener mineral. Ambos sistemas eran brutales e inhumanos pero la diferencia cualitativa entre un campo de trabajo forzado y un campo de exterminio industrial de seres humanos debe quedar clara. El objetivo en la Kolyma era de tipo económico aunque se hiciese a costa del sacrificio de miles de seres humanos, mientras que en Auschwitz el objetivo era que muriesen el mayor número de personas en el menor tiempo posible, para lo que se utilizaron cámaras de gas y crematorios. La tasa de mortalidad en los campos nazis era del 60% en 1942, por el contrario la tasa de mortalidad en el GULAG era del 2-3% antes de la guerra llegando al 18% en 1942. Insisto que ambos eran inhumanos, la tasa de mortalidad del GULAG era de 4 a 5 veces superior a la que se daba en la URSS por aquellas fechas, pero de ahí a decir que eran lo mismo, no me parece que sea muy riguroso.
La verdad es que el debate sobre las cifras se me antoja un poco inmoral, pero en fin, parece que para el combate ideológico cuenta mucho, puesto que muchos siguen empeñados en impugnar las cifras aportadas por los archivos soviéticos. Y la verdad es que no es para menos, porque si Stalin dio orden de ejecutar a casi 800 mil personas y Franco a 150 mil, si tuviésemos en cuenta el factor población, siete veces mayor en la URSS que en España en 1939, está claro que la distancia no parece tan grande sino que se aproximan en brutalidad. Y en España también hubo campos de trabajo y campos de concentración, como el
Canal de los Presos y otros muchos. Y claro, como muchos de esos historiadores son de ideología liberal o conservadora(Nolte, Conquest, Martin Malia), se les debe hacer difícil de asumir que en el llamado “mundo libre” se pudieron cometer barbaridades similares a las acaecidas en la URSS. Los buenos no hacen esas cosas, y menos si respetan la propiedad privada. Por no hablar de Vietnam, Iraq y otras maravillas cometidas en nombre de una concepción muy particular de la democracia.
Nolte se mostró todvía más descarado a la hora de comparar los crímenes de uno y otro régimen, aduciendo que los nazis se limitaron a copiar a los bolcheviques y que el exterminio de los judíos no es más que una copia del exterminio de clase de los kulaks rusos. Sin embargo, los estudios realizados no apoyan esta tesis. Los kulaks fueron realojados en otros lugares, y si bien sufrieron una tasa de mortalidad muy elevada durante los primeros años, no fueron exterminados. Afirmar que los nazis se inspiraron en esto cuando crearon Mathausen es una falacia. Más bien habría que señalar, como afirma Enzo Traversa, que los progroms antisemitas llevados a cabo por generales blancos durante la guerra civil rusa sí que podian ser unos buenos antecedentes de Babi Yar y otros desmanes nazis.
Aunque lo he repetido varias veces, quiero dejar bien claro, que
el hecho de atribuir a Stalin 2-3 millones de muertos en vez de 20 ó 30 no le convierte en menos asesino ni en menos criminal, ni sus actuaciones quedan justificadas por ninguna razón. La deportación de pueblos, la destrucción del Partido Bolchevique, la creación de campos de trabajo en territorios inhóspitos, la prohibición del aborto y la ilegalización de la homosexualidad, el estajanovismo, las purgas, la actuación ante la invasión nazi…son tantas las barbaridades y los despropósitos que se le pueden atribuir que resulta del todo imposible que el juicio de la historia no pueda ser muy severo.
Pero también hay que ser riguroso, y no se puede estar pidiendo la apertura de unos archivos y cuando estos se abren ignorarlos sencillamente porque no corroboran las ideas preconcebidas de muchos historiadores de la Guerra Fría. ¿Acaso Hitler sería menos criminal si en vez de matar a 6 millones de judíos y 5 millones de rusos hubiese matado a 2 millones?
Bibliografía:
1. Stephen Wheatcroft, The scale and nature of german and soviet repression and mass killings, 1930-1945, en Europe-Asia Studies, Vol. 48, No.8, 1996, p. 1319-1353.
2. Enzo Traverso, El totalitarismo.Historia de un debate, Eudeba, Buenos Aires, 2001.
3. J. Arch Getty, Gabor T. Rittersporn, Viktor N. Zemskov, Victims of Soviet penal system in the pre-war years : a first approach on the basis of archival evidence, American Historical Review, vol.98, no.4, 1993, p.1017-1049.