El 15 de octubre de 1941 se habían completado los preparativos para proceder a la evacuación de los órganos gubernamentales de Moscú. Stalin ordenó a Molotov trasladar ese mismo día el Presidium del Soviet Supremo, el Gobierno y los diplomáticos extranjeros a Kuibyshev (Samara) en el Volga, adonde también irían los Comisariatos de Defensa y de la Marina. El Estado Mayor General se movería a Arzamas, cerca de Gorki. Si los alemanes llegaban a Moscú, Beria y Shcherbakov eran los responsables de destruir las fábricas y otras edificaciones hasta dejar la capital completamente en ruinas. Stalin pensó evacuar Moscú al día siguiente, dependiendo de las circunstancias, aunque a las pocas horas decidió permanecer en Moscú. La evacuación de Moscú había comenzado a las pocas semanas de iniciada la guerra. Cuando estuvo completa, el 25 de noviembre de 1941, 70.000 trenes habían sacado de la ciudad 500 fábricas y 2 millones de personas.
Se cursaron instrucciones para la evacuación a los directores de fábricas y funcionarios municipales, del Partido y del Gobierno. El 16 de octubre cundió el pánico en Moscú, miles de personas quemaron sus carnés del Partido, corrió toda clase de rumores (había habido un golpe de estado, Stalin había sido arrestado, los alemanes habían llegado a Fili, donde la carretera de Mozhaysk entraba en Moscú....), cundió la anarquía, gobernó el saqueo....(1). El caos pareció apoderarse de Moscú, pero el día 20 se había restaurado el orden y Moscú estaba bajo toque de queda. Se había impuesto la ley marcial.
Stalin decidió finalmente celebrar el desfiles militar del 7 de noviembre conmemorando el 24º aniversario de la Revolución de Octubre, celebrando la ceremonia previa del Consejo de la Ciudad de Moscú el día anterior en la estación de metro de Mayakovski en la calle Gorki. Ese día Stalin arengó a los moscovitas con un discurso notable. Afirmó (aunque era falso hasta el delirio) que durante los cuatro meses de guerra los alemanes habían perdido cuatro millones y medio de hombres, mientras que los soviéticos habían tenido 350.000 muertos, 378.000 desparecidos y sobre 1 millón de heridos. Luego, ya de forma mucho más realista, pasó a explicar por qué la blitzkrieg alemana estaba condenada al fracaso en Rusia. En 1940 los franceses habían sido privados de su voluntad para combatir por la desintegración interna de su sistema político, y ahora los alemanes creían que sucedería lo mismo en la URSS, que las derrotas soviéticas iniciales llevarían al colapso de la moral soviética y a la discordia entre la población de la URSS. Stalin dijo que era del todo posible el colapso de otro país que hubiera perdido tanto territorio, pero el hecho de que la URSS se mantuviera unida era un tributo a su régimen. Los alemanes habían sobrevalorado su propia fuerza y subestimado la soviética. El Ejército Rojo no tenía la experiencia de la Wehrmacht, y los alemanes se habían beneficiado de su ataque sorpresa y de su superioridad en "tanques modernos" y aviación. Pero a medida que avanzaban en la profundidad rusa, sus líneas de comunicaciones se iban alargando cada vez más, haciéndolas vulnerables a los ataques de los partisanos soviéticos. Además, continuaba Stalin, la URSS no estaba sola; Gran Bretaña y Estados Unidos se habían convertido en sus aliados, y estaban suministrando tanques, aviones, aluminio, plomo, níquel y caucho. La derrota nazi era inevitable porque el potencial productivo de esa gran alianza superaba completamente al de Alemania. Además, la URSS y sus aliados tenían la ventaja de la superioridad moral, combatían una guerra defensiva, una guerra de liberación contra una potencia imperial. Concluía Stalin: “¡Luchemos para liberar a las naciones que gimen bajo el yugo de la tiranía nazi! ¡Larga vida a nuestro Ejército Rojo y a nuestra Armada Roja! ¡Larga vida a nuestra gloriosa Patria!”, “Nuestra causa es justa. El enemigo será derrotado. La victoria será nuestra” (2).
Al día siguiente se celebró el desfile militar en la Plaza Roja, con el comandante del desfile general Artem'ev y el mariscal Budennyi inspeccionando a las tropas. Luego siguió un discurso de Stalin a todo el país, con arengas parecidas a las del día anterior: “La Alemania hitleriana colapsará bajo el peso de sus propios crímenes”, “La guerra que estáis luchando es una guerra de liberación, una guerra justa”, con alusiones a los grandes héroes de Rusia, Alexander Nevsky (que había derrotado a los Caballeros Teutones en el siglo XIII), Dmitri Donskoi (que había derrotado a los tártaros en el XIV), Kuzma Minin, Dmitri Pozharski, Alexander Suvorov y Mikhail Kutuzov' (que habían luchado contra Napoleón). Remató con las palabras: “Muerte a los invasores alemanes” (3). A continuación comenzó el desfile, que acabó galvanizando la moral de todos los moscovitas. Sin duda, el desfile militar del 7 de noviembre de 1941 constituyó la prueba decisiva de la quimera nazi sobre la fragilidad del régimen soviético, aquél que supuestamente colapsaría ante las primeras derrotas del Ejército Rojo “como un castillo de naipes”. Stalin había escenificado su mayor éxito propagandístico.
Imágenes del desfile:
![Imagen](http://img40.imageshack.us/img40/9022/desfile7noviembrehtmlm3.gif)
Fuente: Glantz, Barbarossa...., p. 164
Al mismo tiempo que se celebraban dichas ceremonias, el Stavka estaba formando nuevos ejércitos desde Vytegra, sureste del Lago Ladoga, a la represa de Rybinsk, y desde aquí hacia el este y sur a lo largo del Volga. Esperaba el principal ataque alemán entre Volokolamsk y Serpukhov, y, en consecuencia, concentró las formaciones del Frente Occidental de Zhukov (16º, 5º, 33º, 43º, 49º y 50º ejércitos), cuya mayor parte había sido seriamente baqueteada en batallas previas, en las nuevas posiciones defensivas levantadas entre Volokolamsk y el sur de Tula para proteger las entradas de Moscú. En cuanto al Frente Kalinin de Konev, sus formaciones (22º, 29º, 31º y 30º ejércitos) recibieron la misión de clavar a las fuerzas alemanas sobre el ala derecha del Frente Occidental desde Ostashkov al sur de Kalinin. Al Frente Suroccidental de Timoshenko le fueron asignados el 10 de noviembre los ejércitos 3º y 13º, cuando se disolvió el Frente Briansk, y su misión era ahora bloquear el avance alemán hacia Moscú desde el sur, vía Efremov o Elets. Al mismo tiempo, el Stavka envió formaciones de reserva al Frente Occidental, procedentes de Extremo Oriente, Siberia y Asia Central, y ordenó la formación de nueve ejércitos de reserva compuestos por 59 divisiones de fusiles, 13 de caballería, 75 brigadas de fusiles y 20 de tanques. (4)
Las defensas de Moscú cayeron bajo la responsabilidad de fuerzas de la milicia y seguridad (unos 65.000 hombres a finales de noviembre):
![Imagen](http://img30.imageshack.us/img30/3717/moscdefensalneahtml6809.gif)
Fuente: Rodric Braithwaite, Moscow 1941. A City and its People at War (London: Profile Books, 2007), p. IX.
Primero estaba anillo exterior, a unos 30 kilómetros de la ciudad; luego venía el anillo de los suburbios, y finalmente el anillo que cubría la retaguardia al este de la ciudad. Además, en la propia ciudad se levantaron barricadas y puntos fuertes.
El 14 de noviembre, en contra de la opinión de Zhukov, Stalin ordenó que se montaran varios ataques (“spoiling attacks”)* para desorganizar las preparaciones ofensivas alemanas, ataques que Zhukov encargó a los ejércitos 16º y 49º, Rokossovsky y Zakharkin, respectivamente, con la misión de golpear los flancos del 4. Armee de von Kluge al norte de Volokolamsk (16º Ejército) y este de Serpukhov (49º Ejército).
*Un “spoiling attack” es un ataque con un objetivo limitado que utiliza un defensor contra una formación enemiga, normalmente agrupada en su área de reunión, con el objetivo de destruirla o ganar una ventaja táctica mediante la perturbación de los planes y preparaciones del enemigo, o bien capturando un terreno defensivo más fuerte.
(1) Véase Rodric Braithwaite, Moscow 1941. A City and its People at War (London: Profile Books, 2007), pp. 234 y ss.
(2) Ibid., 281-282.
(3) Ibid., pp. 285-286. Ziemke, Op. Cit., p. 297.
(4) Esos ejércitos de reserva, con las fechas en que se ordenó su creación, fueron el 10º (21 de octubre), 57º (22 de octubre), 26º (24 de octubre), 58º, 59º, 61º, 60º, 39º y 28º (todos 2 de noviembre). Glantz, Barbarossa..., p. 228.
Continuaremos en otra ocasión.
Saludos cordiales
José Luis