¡Hola a todos!
No puedo sino estar absolutamente de acuerdo con Eckart, porque las cosas fueron así. Pero si me permitís vamos a hurgar un poco en el asunto a fin de tratar de entender por qué se llegó a esa situación de hiperinflación.
Partiendo de la base de que en 1.914 el sistema monetario europeo se basaba en el llamado
“patrón oro”, al menos formalmente por cuanto que nunca llegó a existir y menos aún a funcionar a pleno rendimiento dicho sistema, llegamos a 1.918, fecha en que, terminada la PGM el valor del marco en Alemania era la décima parte de su valor en 1.914, entendido su valor sobre el “marco oro”.
En 1.923 el marco (RM), el valor del marco (papel moneda) llegó a valer una billonésima parte de su patrón, esto es, el marco oro. La consecuencia lógica de esta realidad es que en Alemania amén de una hiperinflación de unas dimensiones jamás conocidas, no existía un sistema monetario que sostuviese la economía en tanto que la situación de hecho es que, al no carecer de valor el dinero (el papel moneda) y no existir un sistema de crédito que lo respaldase se sumergió directamente en la llamada
“economía de trueque”.
Con sabio tino y sólidas bases ha argumentado el compañero Eckart que la llamada hiperinflación generada tras la Gran Guerra no es ni excusa ni argumento válido para justificar el ascenso de Hitler a la Cancillería , como mucho, añado, fue empleado como acicate por Hitler en sus discursos de la época para avivar a quienes le escuchaban. Ahora bien, lo cierto es que el ciclo de prosperidad que vive la RdW durante el final de la década de los años 20 deja en el olvido las escenas que recrea la fotografía con que se inicia este post, y desde luego obliga a Hitler a añadir a su repertorio otros argumentos de los que se ha hablado, y seguro se hablará, suficientemente en el foro.
Pero volvamos a 1.91- 1920 a fin de intentar comprender
cómo llego la economía alemana a sufrir una hiperinflación de tales dimensiones.
Son dos las explicaciones que suelen darse. La primera de ellas encuentra su fundamento en el
déficit de la balanza de pagos. Me explico: se produce una fuerte depreciación del marco, o dicho de otro modo una caída espectacular de su cotización, cuya causa creo se encuentra en una abundancia de oferta de marcos en el mercado, que tenía su razón de ser en la necesidad de pagar las reparaciones de guerra.
Lo anterior lleva a un déficit de la balanza comercial, y la fuga de capitales, teniendo ésta última su razón de ser en la desconfianza que la economía alemana generaba en el mercado internacional precisamente derivada del problema que la obligación del pago de las reparaciones había impuesto el Tratado de Versalles. Todo ello confluía en un resultado negativo cual es la venta masiva de marcos para comprar moneda extranjera mucho más sólida. Siendo el mercado acreedor más estable el de los Estados Unidos, y encontrándose la economía británica en una situación de deflación (frente a la hiperinflación alemana), la moneda más demandada era el Dólar USA.
Estos tres elementos:
1) la depreciación del marco;
2) déficit de la balanza comercial y,
3) fuga masiva de capitales, generan una perversa espiral que hoy día en ciertas economías volvemos a ver reproducirse. Espiral de la que resulta muy difícil salir por la fuerza “centrípeta” en que se sustenta.
Consecuencia de la depreciación de la moneda es el encarecimiento de las importaciones, desequilibrando la balanza comercial hacia la situación de déficit e incrementando lógicamente los precios del mercado interior. Llevada esta situación al sector público, que tampoco es ajeno, se observa un incremento en el coste de los bienes y servicios por parte del Estado, al tiempo que éste ve cómo disminuyen alarmantemente sus ingresos (lo que los optimistas modernos denominan
“crecimiento negativo”).
Esto nos coloca en una situación de déficit presupuestario por parte del Estado. Este, para tratar de solventar la situación acude al crédito en el Reichbank a cambio de emisión de billetes con lo que,
"cual pescadilla que se muerde la cola”, aumenta aún más la masa monetaria (la cantidad de billetes en el mercado) generando una mayor depreciación del marco.
Pero lo
“divertido” del caso es que la cosa no termina ahí, pues la depreciación del marco obliga a la industria a buscar salida en el mercado exterior impulsando las exportaciones de productos alemanes (los
“made in Germany” ) reduciendo con ello la oferta del mercado interior y provocando otra vez una subida de precios en Alemania.
Otra explicación suele darse,
basándose en el déficit presupuestario, tratando éste de punto de partida y no como “consecuencia”, del modo que más o menos he tratado de explicar anteriormente. Veamos esta otra explicación. El Gobierno de la RdW se vio más o menos obligado a renunciar al “equilibrio presupuestario” desde el momento en que mantuvo o sostuvo el gasto público y no aumentó los impuestos. Este déficit presupuestario del Estado se cubría ficticiamente, mediante préstamos que concedía el Reichbank a cambio de emisiones de billetes. Tanto billete en circulación en el mercado interior, como he dicho anteriormente, se traduce en dos problemas, el primero una subida de los precios, lo que llamamos inflación; y el segundo, consecuencia del primero, la caída del tipo de cambio del marco en el mercado internacional.
Al prever que el dinero perdía valor rápidamente y el ahorro no generaba ninguna confianza, si quiera, a corto plazo, el ciudadano alemán gastaba más; dicho de otro modo, se deshacía de los billetes lo más rápidamente posible. Es decir, la inflación y la depreciación del marco implican un aumento de la velocidad de circulación de la moneda así como la búsqueda de seguridad en el cambio, provocando la fuga de capitales.
Y no es que no hubiera expertos monetarios y economistas de solvencia en Alemania como para ver lo que sucedía y tratar de resolver el problema. La cuestión fundamental es que el gobierno no podía reducir el déficit presupuestario ante la necesidad de atender la situación económica generada por las reparaciones de guerra impuestas por el Tratado de Versalles.
Creo que esto último necesita una explicación un poco más completa. De una parte, la economía alemana necesitaba recuperar lo que se había visto obligada a pagar en concepto de reparaciones “en especie” y al mismo tiempo mejorar el nivel de vida del ciudadano. En consecuencia no podía hacer otra cosa que acudir al Gasto Público.
De otra parte, mientras pudiera mantener la situación de desequilibrio presupuestario
(déficit) hacía ver a sus deudores que no estaba en condiciones de hacer frente al pago de las reparaciones.
Ante la situación económica planteada, y pese a lo anterior, esta era una tesitura que no podía mantenerse eternamente y, en el intento de buscar una salida ni los gobiernos de la RdW, ni el Parlamento, no se ponían de acuerdo en cómo llegar al equilibrio presupuestario. Los partidos de izquierda reclamaban un aumento de los impuestos. Fundamentalmente exigían un incremento en los impuestos sobre los beneficios extraordinarios obtenidos por la guerra, sobre el patrimonio y la renta. Los partidos de la derecha exigían un aumento de horas de trabajo con el objeto de incrementar la producción y hacer frente a las reparaciones.
¿Cuál es el resultado de todo lo anterior? Revueltas sociales de un lado y ruido de sables de otro.
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Continúa...