“Nada pudo penetrar el muro cimentado con confianza, complacencia y el característico rechazo de la realidad de que hacían gala algunos de los destinatarios de la información” (p 88)
“La idea es que los alemanes simplemente se rendirían. Y la creencia de que Alemania estaba derrotada a comienzos de septiembre constituyó el trasfondo de una peligrosa ficción que dominó todo el planteamiento de Market-Garden”. (p42)
Derrota en el Rin es un libro publicado por Inédita en el año 2009 sobre la operación Market-Garden, escrito por Antonio Muñoz, filósofo de formación. Market – Garden es una batalla muy difícil de seguir en el terreno táctico. La cantidad de pequeños escenarios distintos que hay y la miríada de unidades que se crean ad hoc y desaparecen, para volver más tarde, en otro escenario, en otro canal u otro puente, hace que escribir sobre este capítulo de la Segunda Guerra Mundial no sea una fácil tarea. Con el sistema burocrático que mantenían los aliados han quedado muchos informes, testimonios, declaraciones… que constituyen una montaña de documentación y otra tanta de publicaciones que hacen difícil la elección de lectura. Precisamente la principal virtud de este libro es la sencillez con la que el autor ha conseguido explicar en qué consistió la batalla, basándose en fuentes secundarias, y la sencillez con la que ha pintado cada uno de los escenarios en que se desarrolla la batalla. Cualquiera que haya leído sobre Market-Garden sabe que es necesario mantenerse concentrado, porque de otra manera es fácil perderse.
El libro está dividido en 4 capítulos: El primero sobre la planificación de la operación, fundamentada sobre un optimismo que no deja ver y entender las evidencias que exigirían cierta precaución. Digamos que es la parte más “ortodoxa” del libro: las disputas entre americanos y británicos o el ego de Monty… La segunda parte está dividida en 13 capítulos cortos, y constituye el grueso del libro: en cada capítulo se salta de un escenario a otro de aterrizaje y despliegue de las divisiones aerotransportadas, así como del empuje del XXX Cuerpo de Tanques de Horrocks. La mayor parte de la historia está contada desde el punto de vista aliado. La tercera parte está dividida en otros 7 capítulos, y relata cómo se forja el fracaso aliado. Y en la cuarta parte el autor se dedica a explicar cómo se cancela la operación , cómo se evacúa a los soldados, para terminar con un capítulo de lo más interesante donde explica qué fue de la vida (profesional) de los principales organizadores de Market Garden tras la operación : Browning, Brereton o Horrocks. Es importante mantener el interés hasta el último momento de la lectura, y estos datos lo consiguen.
Existe un sedimento o poso que asienta todo el discurso del libro, y me refiero al interés del autor por aclarar por qué falló Market Garden, contextualizando los hechos no solo en la coyuntura del momento sino también siempre explicando la importancia que el hecho en cuestión tiene en el desarrollo futuro de la operación. Es decir, a pesar de la mezcolanza y jaleo de combates en puntos tan diversos, que hacen inevitable echar mano a cada momento de los mapas, Muñoz se esfuerza porque el lector no pierda de vista la globalidad. Aunque los mapas son correctos, y permiten seguir la batalla, para seguir la lectura me he valido de otras dos obras: El “Libro de mapas de Market Garden”, de Javier Veramendi, editado por Platea, que es un estudio cartográfico de la operación, editado en formato digital, y de “Major and Mrs Holt’s battlefield guide to operation Market Garden”, que tiene un mapa excelente.
Son muchos los fallos que hacen que, según Muñoz, la operación se vaya al desastre:
“Después de tomar la ciudad de Amberes …nadie pensó en ordenar a Roberts [comandante de la 11ª división acorazada]que prolongara su avance más al norte, cruzando el canal Albert y dirigiéndose hacia el noroeste para cortar en Woendrescht la base de la península de Zuid-Beveland… Los británicos habrían cerrado la única vía de retirada del XV Ejército alemán… aproximadamente unos 80.000 soldados alemanes… que hubieran quedado atrapados en Zelanda, sin ninguna posibilidad de pasar a la Holanda continental.” El principal fallo de los aliados lo localiza el autor en el exceso de confianza de los mandos aliados. Eso es un gran fallo, pero lo realmente espectacular para mí es el desastre en las comunicaciones, que fallan desde el primer día, y que hacen que no se sepa prácticamente nada de los británicos en Arnhem desde el principio. Claro, las comunicaciones y no sé si algo más hacen que la coordinación entre las fuerzas de tierra y el apoyo aéreo sea muy deficiente. En el terreno puramente táctico, explica el autor los consabidos fallos de lanzar las tropas aerotransportadas muy lejos del puente (prefirieron zonas seguras antes que cercanas), lo que hace que tan sólo 3 de los 12 batallones británicos avancen hasta el puente. Limitar la operación a un vuelo diario (p 73) es otro factor negativo. La verdad es que el camino de avance del XXX cuerpo de Horrocks no era, tampoco, ni mucho menos, el más favorable. Quizás con una lectura de la historia de adelante a atrás sea mucho más fácil verlo, pero es impactante el hecho de que, habiendo enlazado Horrocks con la 101 y la 82 divisiones aerotransportadas americanas, los paracaidistas tengan que seguir sosteniendo la mayor parte del esfuerzo de infantería, si no todo, y que tengan que seguir los lanzamientos de paracaidistas.
El autor demuestra la valía de las tres divisiones aerotransportadas aliadas, la 1ª británica, la 101 y la 82 americanas, caracterizándolas como unidades de élite.
El libro constituye un relato muy claro y ordenado de Market- Garden.
“La de Arnhem –escribe Max Hastings- fue una batalla de poca envergadura en el contexto de la 2GM. Si ha alcanzado la fama de que goza hoy en día no se debe sino a al atractivo de los paracaidistas, la debilidad romántica de los británicos por las postreras batallas y el convencimiento, acaso ilusorio, de que se perdió, con ella, una gran oportunidad de victoria.” (p 261)
Brereton anotaba en su diario:
“En los años venideros todos recordarán Arnhem, aunque nadie recordará que dos divisiones estadounidenses echaron las tripas en los canales holandeses y se las hicieron pasar canutas los alemanes.” (p 261)
Saludos.