Mensaje
por José Luis » Lun Ene 14, 2013 12:02 pm
¡Hola a todos!
En realidad, la diferencia que subraya el comandante canadiense Hansen sobre el "camino del medio" que tomó Raeder (es decir, un cierto seguimiento de la filosofía de Castex en contra, aparentemente, de las filosofía Tirpitziana y Mahaniana) no tiene en cuenta su filosofía previa, que era a todas luces Tirpitziana. Es cierto, efectivamente, que Raeder decidió en 1938 poner el énfasis de su programa de construcción en el crucero y el sumergible en detrimento del acorazado, pero esta decisión fue fruto de la tiranía de la realidad y del consejo de sus oficiales de estado mayor, no de sus deseos, que eran puramente Tirpitzianos. En otras palabras, Raeder escogió el “camino de en medio” en 1938, que priorizaba la construcción de cruceros y sumergibles, porque era la única estrategia efectiva a corto plazo que tenía para una guerra contra Gran Bretaña, no porque fuese su estrategia preferida ni, de hecho, su estrategia prevalente hasta 1938, que se había decantado hacia los acorazados en clara vía Tirpitziana.
En 1934 Raeder ya estaba pensando en la posibilidad de una guerra naval contra Gran Bretaña y estaba dispuesto a construir grandes acorazados, urgiendo a Hitler para que no obligara a Alemania por ningún tratado naval por más allá de cinco años. En 1937, tras la conferencia de la Cancillería del Reich de noviembre ("Memorando Hossbach"), Raeder fue el único de los cuatro mayores jefes militares asistentes (Göring, Blomberg, Fritsch y él mismo) que no expresó o mostró objeciones ante las intenciones agresivas de Hitler. Su primera reacción fue ordenar un examen de la posibilidad de ampliar el programa de los sumergibles. Luego, el 28 de mayo de 1938, cuando Hitler le comunicó que estaba dispuesto a arriesgar una guerra generalizada por sus demandas territoriales sobre Checoslovaquia, Raeder ordenó a la sección de operaciones del alto mando naval que considerase las implicaciones de una guerra con Gran Bretaña en un estudio estratégico que se tituló Seekriegführung gegen England und die sich daraus ergebenden Forderungen für die strategische Zielsetzung und den Aufbau der Kriegsmarine.
El estudio fue elaborado por el capitán Hellmuth Heye, de la sección de operaciones, y el vicealmirante Günther Guse, jefe del estado mayor del alto mando naval. Ambos advirtieron de los grandes riesgos de la política de Hitler, pero no pudieron convencer a Raeder. Heye pintó un cuadro sombrío y se mostró excéptico sobre la importancia del acorazado (que era el gran énfasis hasta entonces en el programa de Raeder). Guse era partidario de una estrategia de cruceros y submarinos. Para ambos, los acorazdos sólo podían tener cierta relevancia en una guerra contra Francia. En cuanto a la estrategia de cruceros, debía descansar en bases en el Atlántico y en la costa francesa (esto refleja el punto Wegeneriano). Ambas estrategias, de acorazados y cruceros, chocaban entre sí. Vino a mediar el comandante en jefe de la flota, almirante Rolf Carls, que fundió ambas estrategias en una visión total de supremacía mundial. Carls sugirió que una guerra contra Gran Bretaña implicaba una guerra con la mitad o dos tercios del mundo, y creía, aparentemente, que Alemania tenía una oportunidad real de ganar dicha guerra si estaba bien preparada. Aparte de una flota interior alemana, Carls quería cuatro grupos navales fuertes para operar permanentemente en todos los océanos.
En consecuencia, el comité de planificación naval desarrolló un programa de construcción para 10 acorazados, 15 "acorazados de bolsillo", 5 cruceros pesados, 24 ligeros y 36 pequeños, y 249 submarinos. Las siguientes discusiones dieron lugar a una estrategia que preveía una guerra oceánica contra Gran Bretaña para ser combatida con acorazados y "acorazados de bolsillo". Sin embargo, todo esto era pura ilusión a corto o medio plazo, y muy alejado de las realidades económicas alemanas del momento. Además, Hitler intervino a principios de 1939 para exigir la prioridad en la construcción de acorazados, que fue el comienzo del Plan-Z; en enero Raeder nombró una autoridad especial para el plan de acorazados (Sonderbeauftragten für das Schlachtschiffprogramm). (Para el estudio estratégico y la información que he proporcionado, véase Manfred Messerschmidt, “German Military Effectiveness between 1919 and 1939”, en Allan R. Millet y Williamson Murray (eds.), Military Effectiveness. Volume 2: The Interwar Period (Cambridge University Press, 2010), pp. 218-255.
El Plan-Z era otra ilusión más, alejada de la realidad económica. Cuando Hitler invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, la Kriegsmarine tenía 2 acorazados, 2 "acorazados de bolsillo", 6 cruceros ligeros y 1 pesado, 21 destructores, 12 torpederas y 57 submarinos. Esta circunstancia fue la que obligó a Raeder a tomar el "camino de en medio" de Castex, porque, de tener tiempo y medios para conseguir sus programas de construcción, el propio contenido de éstos demuestra su mentalidad Tirpitziana.
Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)