Cuando terminó la guerra en Europa en mayo de 1945, Zhukov fue nombrado (30 de mayo de 1945) comandante de las fuerzas de ocupación soviéticas en Alemania. El 22 de marzo de 1946 fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas terrestres soviéticas.
Con anterioridad, durante la guerra, Stalin había convertido a Zhukov en el militar con más autoridad en la URSS. El 26 de agosto de 1942 lo había nombrado vice-comandante supremo, esto es la máxima autoridad militar después de Stalin, y el 18 de enero de 1943 lo ascendió a mariscal de la Unión Soviética.
Sin embargo, la suerte de Zhukov con Stalin cambió en junio de 1946, cuando fue destituido como comandante en jefe del ejército de tierra y destinado al distrito militar de Odessa. Había comenzado la primera campaña bajo Stalin para desprestigiar a Zhukov (más tarde llegaría la de Khrushchev).
¿Cuáles fueron los cargos presentados contra Zhukov cuando compareció el 1 de junio de 1946 ante el consejo militar supremo? Egoísmo y falta de respeto hacia sus pares.
Este consejo militar estuvo presidido por Stalin y compuesto por los máximos líderes del partido (Beria, Bulganin, Malenkov y Molotov) y una serie de mariscales y generales (como Budenny, Golikov, Govorov, Konev, Rokossovsky, Rybalko, Shtemenko, Sokolovsky, Valilevsky y Voronov). No hay actas del consejo, pero todo hace suponer que se leyeron los cargos contra Zhukov, se presentaron las pruebas (declaraciones de los miembros del consejo), y finalmente Zhukov entonó el mea culpa. La resolución fue destituirlo de su puesto de comandante en jefe y destinarlo a un distrito miliatr, resolución que fue aprobada y ejecutada por el Consejo de Ministros de 3 de junio. Al día siguiente Zhukov entregó su mando a Konev.
Los sucesos que condujeron a esta caída de Zhukov habían comenzado unos meses antes, en marzo, cuando se destituyó al mariscal Novikov como jefe de la fuerza aérea como consecuencia de una purga contra la industria aérea basada en una acusación de, supuestamente, haber producido cazas de mala calidad durante la guerra. Aunque al parecer no tomó parte activa en el proceso, Zhukov fue un miembro de la comisión que investigó este asunto.
Novikov fue arrestado en abril e interrogado por oficiales de la seguridad del estado (MGB). El 30 de abril, el jefe de ese ministerio, Abakumov, envió a Stalin una declaración donde Novikov denunciaba a Zhukov como una persona excepcionalmente ávida de poder, narcisista y perseguidora de gloria que exigía respeto, esperaba sumisión y no toleraba el disenso. Novikov pasaba luego a relatar cómo a Zhukov sólo le interesaba la importancia de su propio papel durante la guerra, descartando la contribución del resto de comandantes. Pero además, Novikov acusaba a Zhukov de haber mostrado una actitud despreciativa hacia Stalin como comandante supremo.
Todo hace suponer que Novikov proporcionó estas declaraciones bajo presión y tortura; al menos así lo afirmó él mismo cuando fue liberado y rehabilitado después de la muerte de Stalin. Pero ello no quita la posibilidad de que también quisiera vengarse de Zhukov, al ser éste miembro de la comisión de investigación que propició su caída. Sea como fuere, lo cierto es que Stalin aceptó como hechos sus declaraciones, y el 9 de junio emitió un decreto para los rangos más altos del ejército repitiendo las acusaciones contra Zhukov y anunciando su destino como jefe del distrito militar de Odessa. En el decreto Zhukov fue considerado culpable de “conducta indigna y perniciosa” en sus relaciones con el Mando Supremo. Como hombre de desmesurada ambición personal, seguía el decreto, había reclamado con falsedad el crédito de todos los grandes éxitos operacionales durante la Gran Guerra Patriótica, reuniendo a su alrededor un círculo de allegados a quienes había expresado críticas y desacuerdo con el gobierno. Incluso se había autoproclamado el gran artífice del éxito de la operación de Berlín, aunque Berlín no habría podido ser capturada, decía el decreto, en tan corto espacio de tiempo sin el apoyo de los ejércitos de Konev y Rokossovsky. Zhukov, rezaba el decreto, había reconocido que sus “graves errores” hacían imposible que continuase como comandante en jefe de las fuerzas terrestres.
¿Qué había de verdad en todo esto, realmente? No hay duda de que Zhukov era muy ambicioso y muy poco propenso a reconocer públicamente el mérito y la contribución de sus pares militares en los éxitos de la guerra. Pero no es menos cierto que era un sincero comunista (léase fiel a Stalin) y que es muy improbable que criticara a Stalin y su gobierno.
La verdadera causa de su caída habría que buscarla, más bien, en la insondable mente de Stalin, donde sin duda había germinado. Fue Stalin quien concedió a Zhukov toda su autoridad (y todos sus honores), y fue él mismo quien se la retiró. Probablemente, siendo en realidad otro ególatra, no pudo sufrir la fama de Zhukov y decidió retirarlo de primera línea, jaleado también por el círculo de sus adláteres.
De hecho, cuando se le preguntó en los años sesenta por esta cuestión, Zhukov habló de celos, aunque no tanto por parte de Stalin como por los miembros de su séquito, especialmente Beria. También culpó a Bulganin, que era el segundo de Stalin en el Ministerio de Defensa y habría de sucederle en 1947. Cuando Zhukov regresó a Moscú en 1946 tuvo una discusión con Bulganin respecto de la cadena de mando y las relaciones entre el ejército y Stalin, en el sentido de que Zhukov quería tener un acceso directo al dictador, mientras que Bulganin quería que pasara a través del él. Cuando se enteró de esta discusión, Stalin apoyó a Bulganin.
Los problemas para Zhukov no acabaron con su destitución. El 23 de agosto de 1946, Bulganin informó a Stalin que la aduana de la frontera polaco-soviética había detenido un tren con siete vagones que contenían 87 cajas de mobiliario de manufactura alemana destinada a Zhukov en Odessa. Se permitió que el tren continuara su viaje a Odessa, pero se dieron instrucciones a los funcionarios de aduanas de Odessa para que no dieran al cargamento ningún trato privilegiado.
En febrero de 1947, Zhukov fue excluido como candidato a miembro (sin derecho a voto) del Comité Central del partido, exclusión motivada por tener una actitud anti-partido. Fue algo que Zhukov sintió profundamente. El 23 de febrero escribió a Stalin:
Mi exclusión como candidato a miembro del comité central del partido me dolió profundamente. No soy un arribista y no tengo problemas con mi traslado como comandante de las fuerzas terrestres. Durante nueve meses he trabajado con diligencia como el comandante de un distrito militar, aun cuando mi traslado estuvo basado en una declaración calumniosa. Me gustaría darle mi palabra de que todos los errores que he cometido serán rectificados. Durante nueve meses no he recibido una sola reprobación de que el distrito no esté en buen orden. Creo que estoy trabajando bien ahora, pero parece que continúa la difamación iniciada contra mí. Le pido, camarada Stalin, que me escuche y lo convenceré de que está siendo engañado por la gente maliciosa que me calumnia.
Volvió a escribirle cuatro días después, admitiendo que durante la guerra había cometido errores, incluyendo el de reclamar demasiado crédito por los éxitos y no reconociendo plenamente el papel del comandante supremo. Pero seguía insistiendo en que la acusación de Novikov, de que Zhukov era hostil al gobierno, era una calumnia. “Camarada Stalin, sabe usted que sin consideración por mi provia vida y sin titubeos en las situaciones más peligrosas, siempre intenté lo máximo que pude para cumplir sus instrucciones”.
Stalin nunca respondió a esas cartas, ni se volvió a reunir jamás con Zhukov. Antes al contrario, permitió que siguiera la campaña de difamación contra Zhukov. En junio de 1947 Zhukov fue censurado por conceder una medalla militar a la cantante Lidiya Andreevna Ruslanova cuando visitó Berlín en agosto de 1945, y también fue censurado su oficial político el general K. F. Telegin por firmar el decreto del galardón. Para Zhukov sólo fue una reprimenda, pero Telegin fue expulsado del ejército y perdió la condición de miembro pleno del partido (quedó en candidato a miembro). Más tarde, en 1948, fue arrestado y encarcelado junto con Zuslanova y su marido, el general V. V. Krukov, por sus relaciones con Zhukov.
El siguiente paso contra Zhukov fue una investigación del botín de guerra con que se había hecho el mariscal mientras estuvo al mando de las fuerzas de ocupación soviéticas en Alemania. En enero de 1948 Stalin autorizó una inspección del piso de Zhukov en Moscú y de su casa de campo (dacha). El 10 de enero Abakumov informó a Stalin que la inspección había hallado gran cantidad de oro, joyas, plata, sedas, libros caros, prendas de pieles y muebles extranjeros. También hallaron una colección de veinte armas de caza artesanas, incluyendo escopetas manufacturadas por la compañía británica Holland & Holland.
Luego se arrestó a una serie de oficiales que habían servido con Zhukov en Alemania, como el coronel A. S. Semochkin, su ayudante desde 1940 a 1946. Su declaración fue remitida a Zhukov. El 12 de enero de 1948 Zhukov respondió a Zhdanov, el jefe ideólogo de Stalin, que había sido nombrado presidente de la comisión para investigar los “trofeos” de Zhukov, diciendo que todos esos “trofeos” o bien los había comprado con su propio dinero, o bien se los habían regalado. Rechazó la alegación de Semochkin según la cual había recibido dinero extra de fondos oficiales para pagar sus compras. Subrayó que gran parte del mobiliario de su casa de campo, ¡había sido suministrado por el Ministerio de Seguridad del Estado! No obstante, se disculpaba por comprar tantas cosas para él y su familia, y dijo que algunas de las mercancías podían ser dadas al estado. Zhukov concluyó su defensa pidiendo permanecer como miembro del partido para que pudiera continuar corrigiendo sus errores y esforzarse por ser un buen comunista.
La comisión de Zhdanov encontró las explicaciones de Zhukov evasivas y faltas de sinceridad. El 20 de enero el Politburó (el órgano ejecutivo del Comité Central) decretó que Zhukov seguiría siendo miembro del partido, pero todos sus “trofeos” pasarían a poder del estado. También resolvió degradarlo al mando de un distrito militar menos importante, y el 4 de febrero fue transferido al mando del Distrito Militar de los Urales con base en Sverdlovsk.
Nuevamente, Zhukov culpó de su castigo a Beria y Abakumov, no a Stalin, de quien incluso creía que había evitado su arresto. Había mucha ingenuidad en las creencias de Zhukov hacia Stalin, pues Abakumov y Beria jamás se moverían sin el consentimiento previo del dictador.
El nombre de Zhukov fue eliminado de la historia de la Gran Guerra Patriótica y su imagen borrada de las fotografías del Desfile de la Victoria. Un documental de 1948 sobre la Batalla de Moscú apenas mencionó su nombre. Cuando murió el general Rybalko en agosto de 1948, se omitió el nombre de Zhukov de la lista de todos los mariscales que aparecieron en el anuncio de Pravda. Tampoco se vio la imagen de Zhukov en un cartel de 1949 que retrataba a Stalin y la crema de sus generales preparando la contraofensiva de Stalingrado.
La humillación y el sufrimiento de Zhukov no comenzarían a remitir hasta que Vasilevsky fue nombrado ministro de Defensa en 1949 en sustitución de Bulganin. Será una historia para otra ocasión.
Fuente: Geoffrey Roberts, Stalin's General. The Life of Georgy Zhukov (London: Icon Books, 2012), pp. 244-250.
Saludos cordiales
JL