Los papeles de Suiza
Evidentemente, no todos los sastres de Alemania corrieron la misma suerte que Boss. Por ejemplo, en la misma Metzingen había una familia de fabricantes textiles judíos, los Herold, que mantenían una buena amistad con Boss. Se trataba de una familia burguesa bien acomodada (el jefe de la familia tenía una Cruz de Hierro ganada en la I Guerra Mundial), que nunca pensó que después de la Noche de los Cristales Rotos de noviembre de 1938, los nazis los pondrían en su punto de mira y destrozarían sus fábricas. Después de estos incidentes, la familia Herold huyó a Holanda, país posteriormente ocupado por los nazis, y en donde fueron capturados y ejecutados.
La historia auténtica de Hugo Boss ha estado escondida durante más de 50 años en una lista de cuentas bancarias suizas no reclamadas de la época del III Reich. Fue en verano de 1997 cuando se hizo público que el nombre del empresario alemán figuraba en uno de los documentos. Se ha comprobado que las famosas cuentas no pertenecían solo a familias judías perseguidas por el nazismo, sino que también a personajes vinculados al régimen de Hitler: son también las cuentas de los beneficiarios del nazismo. La investigación, además, confirmaba que muchos bancos de la Confederación Helvética ayudaron a los industriales del Reich, bien por su falta de manías para mantener cuentas nazis o bien, después de la guerra, para no dar a conocer los bienes depositados de las víctimas del Holocausto.
Según un informe publicado recientemente en los Estados Unidos, de unas 200 páginas de extensión, elaborado después de verificar unos 800.000 documentos de archivos en Suiza y otros estados (entre los cuales figura España), los nazis transfirieron a los bancos helvéticos unos 3.900 millones de euros al cambio actual (unos 400 millones de dólares-oro de 1945). Una parte de este botín fueron los beneficios conseguidos por Hugo Boss fabricando vestimenta militar. En una de las cuentas aparecía como titular “Hugo Boss. Uetzingen”. Debe tratarse de un error tipográfico, ya que en Uetzingen, un pueblo situado entre Hamburgo y Hannover, no figura ningún Hugo Boss en el registro civil. Además, el pasado de Hugo Boss está ratificado por la memoria de Albert Fischer, un viejo comunista de 88 años, natural de Metzingen, que estuvo 5 años y medio encerrado en el campo de concentración de Buchenwald a causa de sus ideas políticas. Fischer conocía suficientemente bien a Hugo Boss y no ha dudado en confirmar las maniobras del confeccionista textil durante los años álgidos del nazismo. No es necesario decir que Hugo Boss SA ha silenciado la noticia, argumentando que no tienen documentación de la época y, por lo tanto, no pueden hacer ningún juicio de valor. Con todo, uno de los 4 hijos del fundador de la prestigiosa marca de moda alemana, Siegfried Boss, admitió en declaraciones a un semanario austriaco que su padre había sido miembro del partido nazi, pese que esgrimió que esta era una situación generalizada durante la II Guerra Mundial, ya que toda la industria alemana trabajaba para el Führer y para los nazis.
La depuración de Boss
La amnesia historia de esta multinacional de la moda y de la confección también esconde otro capítulo de su fundador, desvelado en los archivos suizos desclasificados. En 1945, Hugo Boss fue declarado “beneficiario” del régimen nazi y su empresa fue calificada de “importante” en el entramado económico de la dictadura de Adolf Hitler, dos condiciones que comportaron que Boss perdiera el derecho al voto y una multa de 80.000 marcos (equivalentes a unos € 270.000). Este importe lo pagó con el dinero obtenido gracias a la venta de grandes cantidades de seda para paracaídas, que Boss había comprado en el mercado negro durante la II Guerra Mundial.
De nada le sirvió la limpieza de la empresa, reciclada en la fabricación de uniformes para los trabajadores ferroviarios y de correos, ni el recurso que presentó a los tribunales de justicia. Hugo Boss nunca obtuvo el perdón del Gobierno de la nueva República Federal de Alemania y murió en 1948 con el nombre manchado por la ignominia.
Tras la muerte del fundador, Siegfried Boss y Eugen Holly, yerno del fundador, tomaron las riendas del negocio y lo orientaron hacia “
los triunfadores y los jóvenes hombres de negocios”, según reza la publicidad de la marca del año 1953. Los nietos de Boss, Uwen y Jochen Holy, continuaron el trabajo con nuevas colecciones que combinaban la formalidad, el sentido de la moda y la calidad. Según el Who is Who, la imagen del joven vestido por Boss es un “hombre moreno, abierto y deportivo, con un traje que le hace sentir cómodo, tanto en la ciudad como en el campo, o en el trabajo, el deporte o las vacaciones”
En los años 60, Hugo Boss SA movía un negocio impresionante, y 15 años después ya era una de las firmas más usadas por famosos de alrededor del planeta.
Hugo Boss se lanzó a patrocinar acontecimientos deportivos y culturales de todo tipo, dando una imagen de modernidad. En 1985 cotizó en Bolsa, hasta que en 1991, el imperio italiano de la moda Marzotto adquirió el 50,4% de las acciones. Actualmente, la empresa cuenta con 3 marcas: Hugo Boss, Boss y Baldessarini.
La comunidad judía internacional no ha querido hacer un gran escándalo de éste capítulo oscuro de la historia de la moda. El presidente del Consejo de Diseñadores de Moda de los Estados Unidos, Stan Herman, de origen judío, declaró a diversos medios de comunicación que no quería saber nada de todo aquello que hubiese hecho Hugo Boss hacía más de medio siglo, de la misma forma que prefiere quedarse con la buena música de Richard Strauss, pese a que el compositor hubiese formado parte del Partido Nacionalsocialista Alemán.
Quedan para la historia las maniobras de un diseñador que hoy está asociado a las camisas blancas de categoría, pero que un día se dedicó a fabricar camisas marrones y negras en beneficio de una causa responsable de uno de los peores genocidios conocidos.
Para saber más:
BLACK, EDWIN.
IBM y el holocausto. Madrid: Atlántida 2001. Un polémico libro sobre la implicación de la multinacional de la informática norteamericana y el III Reich.
FIEMEYER, ISABELLE.
Coco Chanel. Barcelona: Pórtic 2002. Biografía de la diseñadora de moda francesa más internacional, la cual tuvo relaciones de simpatía con el nazismo.
ZIEGLER, JEAN.
El Oro nazi. Barcelona: Planeta 1997. Obra muy documentada sobre uno de los temas más polémicos de la historia contemporánea: la banca suiza y el oro nazi.
www.wiesenthal.com – Página web del Simon Wiesenthal Center, fundación judía que apela a la justicia histórica como fórmula para recordar el Holocausto. Hay colgados diversos artículos, así como un enlace al Museo de la Tolerancia
LA LISTA DE SCHINDLER (1993) Dir: Steven Spielberg. Int: Liam Nelson, Ralph Fiennes, Ben Kingsley. Excelente (y premiadísima) producción norteamericana dónde se relata la historia verídica de un industrial alemán que intentó ayudar a un colectivo de judíos colocándolos en su fábrica.
Continuará...