El egotismo de Guderian y la mixtificación de Liddell Hart

El impacto de la Gran Guerra en el pensamiento militar. Cambios y evolución en las doctrinas militares. Regulaciones de campaña.

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Mensaje por José Luis » Lun Jul 31, 2006 12:18 am

Erich Hartmann escribió: Dietrich sirvió como suboficial en el carro número 560, cuyo nombre en clave era «Alter Fritz», que fue volado por los aires el día anterior a la finalización de la guerra.
Saludos cordiales
El "Alter Fritz" era el tanque del teniente Ernst Volckheim, que fue explosionado el 10 de noviembre de 1918. La foto que puso más arriba Fangio muestra al 560 y su tripulación.

En la que sigue se puede ver al 560 en una rampa provisional, pintado completamente de gris campaña:
Imagen
Fuente:
Wolfgang Schneider & Rainer Strasheim, German Tanks in World War I: The A7V and Early Tank Development (Schiffer Publishing, 1990). En este libro también aparece la foto que ha posteado Fangio (y otras más del 560).

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Mensaje por jesus2 » Lun Jul 31, 2006 3:38 am

José Luis escribió:Efectivamente, Dietrich sirvió en un destacamento de tanques de asalto alemán antes de que el primer AV7 estuviera listo. Y, curiosamente, mi estimado Jesús (probablemente sin proponérselo) ha introducido a otro recreador alemán.
Pues, ciertamente.... no, jeje.

No se te escapa una.... :shock:
wilhelm heidkamp escribió:En mi opinión, estos mitos surgieron de un caldo de cultivo resultado de la Guerra Fría. De repente, el público occidental, atemorizado ante el poder soviético que amenazaba Europa y el mundo, estaba ávido de leer sobre estos hombres que llegaron a las puertas de Moscú y casi hicieron hincar la rodilla a los "Rojos". Pasaron de ser vistos como criminales de guerra en 1948 a vérseles como genios y padres de la guerra mecanizada en los primeros años cincuenta, sus memorias se tradujeron a varios idiomas y sus mentiras pasaron a las enciclopedias. De ahí, a la "culturilla" histórica colectiva.
Y también, y en estos casos concretos, por el interés propio de los propios interesados.

Supongo que a Liddle Hart le interesaba tener de "amigo" a Guderian, al igual que a otros. Y supongo que a Guderian también le interesaba.

Ojo al libro que aquí en España ha sido traducido como Al otro lado de la colina, el cual es magnífico. Pero yo ya he detectado algún que otro acto... sospechoso.

[quote="wilhelm heidkamp")Gracias, José Luis.[/quote]

Coincido con Wilhelm. A menudo José nos regala perlas literarias de origen propio y gran calidad. Y a menudo ni siquiera se lo agradecemos, o lo hacemos de vez en cuando.

Yo también te lo agradezco. Y te felicito por tus post.

Saludos a todos.
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Mensaje por fangio » Lun Jul 31, 2006 5:21 am

jesus2 escribió:Ojo al libro que aquí en España ha sido traducido como Al otro lado de la colina, el cual es magnífico. Pero yo ya he detectado algún que otro acto... sospechoso.
Hola jesus!
Perdón que me desvíe un poco del tema original, pero como yo tengo ese libro (aquí se lo conoce como "Los Generales Alemanes hablan"), me gustaría si pudieras profundizar un poco más cuando decís que has 'detectado algún que otro acto... sospechoso'.

Saludos,

FANGIO

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Mensaje por jesus2 » Mar Ago 01, 2006 12:27 am

fangio escribió:
jesus2 escribió:Ojo al libro que aquí en España ha sido traducido como Al otro lado de la colina, el cual es magnífico. Pero yo ya he detectado algún que otro acto... sospechoso.
Hola jesus!
Perdón que me desvíe un poco del tema original, pero como yo tengo ese libro (aquí se lo conoce como "Los Generales Alemanes hablan"), me gustaría si pudieras profundizar un poco más cuando decís que has 'detectado algún que otro acto... sospechoso'.

Saludos,

FANGIO
Pues, por ejemplo, cuando entrevista a von Manteuffel, otro recreador, como diría José Luis ( esa "Blitzkrieg defensiva", esa "Batalla de Targul Frumos", etc. ¿ Quién no lo fue ? ) Liddell Hart describe que von Manteuffel se había leído alguno de sus libros, en los años 30. Lo cual, a tenor de lo escrito, es algo que hay que poner en duda.

Y no recuerdo si fue en ese libro, o en su Historia de la Segunda Guerra Mundial ( en este último sin duda, pero no recuerdo si también en el otro, que creo que sí ), en donde Liddell Hart le atribuye el mérito a von Manteuffel del contraataque del XXXXVIII Panzerkorps del General Balck en el área de Zhitomir, cuando von Manteuffel comandaba la 7 Panzer.

Una de dos: o miente von Manteuffel, o miente Liddle Hart. Y seguramente, mentían los dos. Sabiendo que era así.

En su Historia de la Segunda Guerra Mundial Liddell Hart escribió que Patton le mandó una carta en donde reconocía que se había recorrido los campos de batalla con el libro que Liddle Hart escribió sobre las campañas del General Lee. Quizás....

Y seguramente alguna más.

Saludos.
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Mensaje por José Luis » Mar Ago 01, 2006 6:46 pm

¿Buenos días a todos!
jesus2 escribió: Y no recuerdo si fue en ese libro, o en su Historia de la Segunda Guerra Mundial ( en este último sin duda, pero no recuerdo si también en el otro, que creo que sí ), en donde Liddell Hart le atribuye el mérito a von Manteuffel del contraataque del XXXXVIII Panzerkorps del General Balck en el área de Zhitomir, cuando von Manteuffel comandaba la 7 Panzer.

Una de dos: o miente von Manteuffel, o miente Liddle Hart. Y seguramente, mentían los dos. Sabiendo que era así.

Y seguramente alguna más.
Saludos.
¡Ay, Jesús! Me he tomado la libertad de poner en negrita tu última frase porque no sabes realmente (aventuro) hasta qué grado llegó la manipulación de Liddell Hart. Déjame que finiquite unos asuntos culinarios que requieren mi urgente atención, y pronto vuelvo a escribir en cierto detalle sobre este increíble recreador.

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Mensaje por José Luis » Mar Ago 01, 2006 8:34 pm

Parece casi un sacrilegio llamar recreador (y, aunque me moleste, también embustero) al capitán Sir Basil Henry Liddell Hart, una de las personalidades más respetadas y admiradas en el mundo de la historia y estrategia militares. Pero ésta es la conclusión que he sacado después de leer algunos de sus propios artículos, bastantes artículos de otros historiadores sobre sus trabajos, y sobre todo un estudio biográfico específico al que me referiré más adelante. También quiero adelantar que al subrayar las flaquezas de Liddell Hart como historiador de su propio papel en el desarrollo de los acontecimientos militares de 1920-1940, de su pretendida influencia en la doctrina militar alemana de entreguerras, y de las “libertades” que se tomó para distorsionar bastantes documentos históricos para defender sus argumentos, no pretendo, sin embargo, menospreciar desde mi modesta posición de aficionado la importancia y trascendencia de su obra. En este foro estamos para compartir nuestras inquietudes e impresiones, nuestros conocimientos sobre la historia militar de la IIGM, sus precedentes y consecuencias.

Si alguien desea tener un bosquejo biográfico de Liddell Hart puede consultar la siguiente página, por otra parte un excelente trabajo de Christopher Bassford sobre Clausewitz (y la cuestionable interpretación que de la obra de Clausewitz hizo Liddell Hart):

http://www.clausewitz.com/CWZHOME/Bassf ... m#N_2_#N_2_

Cuando inicié este topic quería referirme exclusivamente a la manipulación (o invención, como se quiera llamar) que Liddell Hart realizó cuando publicó en inglés las memorias de Guderian. También quería hablar sobre el egotismo del gran comandante alemán, y su vanidad casi ilimitada. Pero el desarrollo del topic, con la última intervención de mi estimado Jesús (todas sus intervenciones son muy apreciadas por mí, pero ésta en concreto -¿quizás intencionadamente?- ha dejado entreabierta la puerta, y yo me dispongo a abrirla un poco más), me brinda la oportunidad de ahondar en el gran tormento que, intuyo, persiguió a Liddell Hart hasta el día de su muerte.

Sería interminable exponer aquí, siquiera resumidamente, cuál fue el pensamiento militar que sobre estrategia de guerra defendió Liddell Hart en el período de entreguerras. Escribió mucho y sobre muchos asuntos militares, pero lo que nos interesa es subrayar su defensa a ultranza de la estrategia defensiva y la guerra de aproximación. Aunque estas ideas adquirieron toda su relevancia mucho después de acabada la IIGM, se demostraron completamente erradas cuando comenzó esa guerra, y sobre todo cuando se produjo la escandalosa y asombrosa derrota de Francia en 1940. Como es natural, la reputación de Liddell Hart se vio seriamente dañada. Él nunca quiso reconocer sus errores, y desde que se produjo la derrota aliada en Francia en junio de 1940, Liddell Hart intentó hasta el día de su muerte convencer a sus lectores (con gran éxito, por cierto) de que los verdaderos culpables de la responsabilidad de la derrota aliada habían sido los generales británicos y franceses, y que él les había advertido, pero sus consejos fueron ignorados.

John J. Mearsheimer* devana la enorme madeja que elaboró Liddell Hart cuando escribió Memoirs. En el prefacio de su libro cuenta Mearsheimer:

[(…) cómo se escribe la historia y cómo puede ser distorsionada. Después de la IIGM, Liddell Hart jugó un papel clave al modelar la creencia convencional sobre cómo se había desarrollado el pensamiento militar en Europa antes de la guerra y sobre su propio papel en ese desarrollo. De hecho, se había equivocado completamente sobre las cuestiones militares básicas de la década de 1930, y sus escritos ayudaron a llevar al gobierno británico a un serio error. Durante la guerra, el amplio reconocimiento de esos errores dañó malamente su reputación. Sin embargo, después de la guerra montó una exitosa campaña para reemplazar las memorias de sus pasados errores con pretendidos logros. A finales de la década de 1960 fue visto ampliamente como un profeta cuyo consejo clarividente había sido trágicamente ignorado. Mi esfuerzo aquí es corregir la documentación histórica y describir cómo Liddell Hart fue capaz de resucitar su empañada reputación.

Empecé a interesarme en Liddell Hart mientras investigaba sobre mi libro Conventional Deterrence. Me beneficié en gran medida de sus estimulantes escritos, y todavía los considero una lectura esencial para los serios estudiantes de estrategia y guerra. Pero pronto me percaté de que la opinión difundida sobre Liddell Hart estaba seriamente viciada. Era mi intención escribir un corto monográfico sobre la evolución de su pensamiento, para explicar mejor sus ideas y hacer modestas correcciones, pero pronto descubrí, a medida que ahondaba más profundamente, que la creencia convencional está mucho más errada de lo que yo había creído. Más aún, los detalles de cómo Liddell Hart consiguió distorsionar la documentación histórica son abundantes y notablemente bien preservados, de tal forma que yo podía reconstruir la historia en buena medida. Este libro es el resultado] (páginas IX-X).

El libro de Mearsheimer es de lectura obligada, pues desvela probadamente lo que Liddell Hart pretendió ocultar y manipular. En su capítulo de Introducción (titulado The Need for a Reassessment), Mearsheimer nos cuenta cómo varias personalidades (historiadores, militares y políticos) ensalzan a Liddell Hart, por ejemplo, como el “más grande pensador del siglo sobre la guerra” (Michael Howard, un historiador militar británico), el “escritor militar más formidable de la era” (A. J. P. Taylor), y así sucesivamente. Y no faltan los mismísimos Guderian y Manteuffel, el primero situándose a sí mismo entre los “discípulos en asuntos de tanques” de Liddell Hart, y el segundo llamando a Liddell Hart “el creador de la moderna estrategia de tanques”. E incluso el israelí Yigal Allon, alma mater del ejército israelí, se refirió a Liddell Hart como “el capitán que enseña a los generales”. Hasta el actual convaleciente Ariel Sharon le dedicó una fotografía con las palabras “el profesor más grande de todos nosotros”. Claro que estos halagos están dedicados en las fotografías que Liddel Hart publicó en el volumen 2 de Memoirs. Más allá de la inmodestia de Liddell Hart, yo dudo mucho, sin embargo, que Guderian y Manteuffel se atrevieran a poner lo mismo sobre el británico en un trabajo profesional histórico. Es evidente que el primero no lo hizo. Las citas de Allon y Sharon pertenecen a dedicatorias de fotografías expuestas en el Liddell Hart Center for Military Archives, King’s College, University of London.

Tengo claro que tiene que ser muy desagradable subrayar las flaquezas de una reputación tal. Mearsheimer hace un largo recorrido sobre la Gran Guerra y sus consecuencias para el pensamiento militar de posguerra, cómo afectó en el caletre de Liddell Hart, cuáles fueron las tácticas de infantería y Blitzkrieg inmediatamente tras la guerra, qué papel jugó Liddell Hart en la toma de decisiones militares del gobierno británico, su relación con la política militar alemana de entreguerras.... y cómo finalmente Liddell Hart intentó recuperar la reputación que había perdido durante la IIGM.

Liddell Hart intentó por todos los medios evitar durante los turbulentos años finales de la década de 1930 que se repitiera una IGM, y en ese esfuerzo abogó por una estrategia defensiva, que fue la que realmente adoptaron los gobiernos británico y francés. La defensa de Hart mostró toda su debilidad en la primavera de 1940, y entonces Liddell Hart comenzó la campaña para recuperar su reputación. Dice Mearsheimer en el penúltimo capítulo (The Resurrection of a Lost Reputation): [La calamitosa derrota en la primavera de 1940 y la pregunta de quién tuvo la responsabilidad última se convirtió en el nuevo foco de su atención y permaneció así hasta que murió en 1970. (…) Sin embargo, a diferencia de la Gran Guerra en la cual él no tuvo virtualmente nada que ver en el curso de los acontecimientos, la caída de Francia dañó malamente la reputación de Liddel Hart. Se enfrentaba a una gran tarea: rescatar esa reputación ante la faz de una montaña de pruebas condenatorias. En los siguientes veinticinco años abordó ese desafío. El esfuerzo giró en torno a dos cuestiones estrechamente relacionadas: ¿previó él la derrota aliada en mayo de 1940? Y, ¿quién en Gran Bretaña era responsable de ese desastre? La cuestión de la responsabilidad se reducía, en opinión de Liddell Hart, a escoger entre él o los generales. Cargó con toda la culpa a los generales y se dibujó a sí mismo como un pensador clarividente que previó los acontecimientos de mayo de 1940, pero fue ignorado por los líderes militares franceses y británicos, mientras que los generales alemanes lo escucharon. Por supuesto Liddell Hart ya tenía el hábito de amontonar desprecio sobre los militares británicos. La campaña para llenar esta cuenta comenzó realmente antes incluso de que Francia se rindiera a Alemania, aunque sólo alcanzó éxito tiempo después de que la IIGM hubiera terminado. La publicación de Memoirs en 1965 fue el suceso clave en la venta de su versión de lo que había sucedido en la década de 1930. Su éxito en convencer a los lectores de que su relato era verdadero da lugar a dos importantes cuestiones. ¿Cómo vendió realmente su nueva cuenta del pasado y qué medios utilizó para convencer a una amplia audiencia? ¿Por qué fueron sus esfuerzos tan exitosos teniendo en frente tantas pruebas en contra?].

Mearsheimer nos va detallando las técnicas que utilizó Liddell Hart para recrear su papel en la historia. Por ejemplo: [Mantuvo que por razones de seguridad fue incapaz de revelar en sus escritos públicos toda la verdad sobre las debilidades aliadas y las fortalezas alemanas a finales de la década de 1930. Asegura en Memoirs, por ejemplo, que escribió en “forma discreta…..porque sabía que lo que escribía recibiría una precisa atención en Alemania, así que exponer cualquier debilidad que no fuera obvia tendería a precipitar los peligros que yo había previsto”. No hay pruebas para apoyar esta afirmación. Si hubiera conocido esas debilidades, podía haber comunicado privadamente sus opiniones a funcionarios del gobierno, pero no hay pruebas de que lo hiciera. Más aún, esta afirmación contradice su tan repetido aserto de que subrayó las deficiencias aliadas antes de la debacle, pero que ningún político responsable lo escuchó]. O bien nos cuenta cómo Hart manipuló las propias evidencias históricas: [Utilizó pruebas selectivamente, citándolas de artículos y libros que apoyaban su argumento mientras que ignoraba aquellas que lo dejaban en evidencia. Puso el énfasis en sus escritos de la década de 1920 mientras ignoró muchos artículos de finales de la década de 1930. Por ejemplo, apenas discute sus opiniones sobre la supremacía de la defensa en Memoirs. Menciona solamente una vez su famosa serie “¿Defensa o Ataque?” del Times en octubre de 1937, e incluso entonces no dice al lector lo que dijo en esos artículos sobre el equilibrio entre la defensa y el ataque]. Y así Mearsheimer va dando cuenta de cómo Liddell Hart fue recreando la historia, su historia.

Lo que nos queda a nosotros es seguir leyendo la obra de Liddell Hart para ir detectando, en la medida de nuestras posibilidades, aquellos hechos o interpretaciones históricas que él manipuló para su propio interés. ¡Y no dejar de asombrarnos ante semejante montaje!

* John J. Merasheimer, Liddel Hart and the Weight of History (Comstock Pub Assoc, 1989).

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Mensaje por José Luis » Mié Ago 02, 2006 6:58 am

jesus2 escribió:
En su Historia de la Segunda Guerra Mundial Liddell Hart escribió que Patton le mandó una carta en donde reconocía que se había recorrido los campos de batalla con el libro que Liddle Hart escribió sobre las campañas del General Lee. Quizás....
Saludos.
Jesús, ¿no habrás querido referirte al general Sherman? Que yo sepa, Hart no escribió ninguna obra sobre Lee, pero sí lo hizo sobre Sherman, publicando en 1929.

Por cierto, Patton no leyó nada de las teorías de Liddell Hart.

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Mensaje por jesus2 » Mié Ago 09, 2006 5:51 am

José Luis escribió:Jesús, ¿no habrás querido referirte al general Sherman? Que yo sepa, Hart no escribió ninguna obra sobre Lee, pero sí lo hizo sobre Sherman, publicando en 1929.
Sí, supongo. Escribía de memoria.
José Luis escribió:John J. Merasheimer, Liddel Hart and the Weight of History
Conocía la existencia de ese libro. También alguna de las invenciones de Liddell Hart. Al principio, me dio la sensación de ser una persona importantísima: todos le leían, todos le admiraban. Hasta que me di cuenta de que quien decía que le leían y le admiraban.... era el propio Hart.

Me alegro de que entre todos, poco a poco, vayamos descubriendo la realidad de estos personajes. En realidad, son todos hombres, como cualquiera.

Rubens, el artista cubano-stalinista, debería concedernos una medalla, jeje. Teniendo como único arma la supuesta verdad, la información y la contrastación de fuentes, en este foro hacemos exactamente lo mismo que él hace en el suyo: desprestigiar a los "grandes magos de Occidente", sin necesidad de la mentira, la tergiversación o el insulto.

Saludos al foro.

PD. Por cierto, el texto del enlace anterior es increíble. Asi que el gran Hart interpretó mejor las enseñanzas y escritos de von Clausewitz que Erich von Ludendorff, ¡¡ jaja !!. Hart era un crack. Y pensar que algunos le ponen al nivel de gente como el propio Clausewitz o Sun Tzu, al nivel de un maestro de la estrategia, de un innovador.....
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Mensaje por fangio » Mié Ago 09, 2006 6:28 am

Bueno señores, he leído atentamente todo lo que se ha escrito aquí. Es por ello que ahora recurro al auxilio de ustedes.
Tras comprobar que Liddell Hart era bastante 'chanta' como decimos por acá (mentiroso, embustero), me surgen las siguientes preguntas sobre un libro que tengo sobre él: "Los Generales Alemanes hablan".

Preguntas:
¿Qué hacer con este libro? ¿Se puede creer algo de él, algún capítulo? ¿Lo tiro por la ventana y trato de borrar de mi memoria las cosas que he leído? ¿Qué otro autor me recomiendan, Fuller tal vez?

Aclaro que no estoy siendo irónico, hablo en serio, después de haber leído todo le que se habla aquí sobre Hart, me siento defraudado con este libro. ¿Qué se le puede creer a una persona así? Lo único que hace es llevarte a la confusión, a la duda.
Por ejemplo, en una parte del Capítulo V (a lo último) que habla sobre Guderian, Hart dice que Geyr von Schweppenburg dijo:

"El 60% de lo que llegaron a ser las fuerzas panzer alemanas, fue debido a él (Guderian), Ambicioso, valiente, con un gran corazón para sus soldados, que lo querían y confiaban en él; temerario como hombre, rápido en sus decisiones, estricto para con los oficiales, poseía verdadera personalidad y, en consecuencia, muchos enemigos. Brusco hasta con Hitler. Como instructor: bueno, concienzudo, progresista. Si se le proponía una idea revolucionaria, en el 95% de los casos respondía inmediatamente <<Sí>>".

¿Habrá dicho todo esto realmente Geyr von Schweppenburg? ¿Habrá algún agregado por parte de Hart?

En ese mismo Capítulo cita a otros conocidos generales como Manteuffel. Cita también a un Coronel búlgaro, Khandyeff, quien "hizo una exposición sobre el período en que estuvo agregado al ejército alemán y se refirió al adiestramiento de las tropas panzer bajo el mando de Guderian, diciendo: 'Su fe en las fuerzas blindadas era tal, que se empeñaba enormemente en inculcar ese mismo entusiasmo a los hombres que estaban a sus órdenes. Gastaba su propio dinero en adquirir ejemplares de libros y periódicos extranjeros, como también para pargar los servicios de un maestro local para las traducciones. Sus dioses eran el General Fuller y el Capitán Liddell Hart. Consideraba que Liddell Hart era el mejor cerebro analítico del mundo y sus artículos traducidos, leídos y estudiados, eran discutidos mucho antes de ser enviados desde Berlín'..."

Esto último creo que fue hacia el año 1934. Ahora, ¿es verdad lo que dijo Khandyeff o nos encontramos nuevamente con algo inventado por Hart? ¿Será cierto que Khandyeff dijo que los dioses de Guderian eran Fuller y Hart o es otro invento del mismo Hart?

Como verán, las dudas y confusiones se me presentan a menudo, y eso que sólo estoy hablando de un capítulo.
Cualquier consejo y respuestas a mis preguntas más arriba son totalmente bienvenidas.

Saludos,

FANGIO

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Mensaje por José Luis » Mié Ago 09, 2006 8:48 am

Cita de Fangio: [¿Qué hacer con este libro? ¿Se puede creer algo de él, algún capítulo? ¿Lo tiro por la ventana y trato de borrar de mi memoria las cosas que he leído? ¿Qué otro autor me recomiendan, Fuller tal vez?]

No te puedo contestar honestamente a esta pregunta, pues yo no he leído el libro referenciado de Hart. Imagino que todo radicalismo (y tirarlo por la ventana lo es) es innecesario, y el libro de Hart será sin duda valioso. Simplemente tendrás que releerlo con ciertas reservas y verificar aquellos pasajes que te levanten dudas. En cuanto a Fuller, mi próxima adquisición será precisamente su The Second World War, 1939-45: A Strategical and Tactical History:
http://www.amazon.com/gp/product/030680 ... e&n=283155

Fuller tenía mucha más experiencia práctica de guerra, y de guerra blindada, que Hart, y, que yo esté enterado, no era un recreador. Tuvo, sin embargo, relaciones con el fascismo inglés y era un rebelde doctrinario, cuestiones ambas que le apartaron del servicio en 1933. Pero yo no tengo dudas en cuanto a con quien de los dos gasto mis dineros.

Cita de Fangio: [Aclaro que no estoy siendo irónico, hablo en serio, después de haber leído todo le que se habla aquí sobre Hart, me siento defraudado con este libro. ¿Qué se le puede creer a una persona así? Lo único que hace es llevarte a la confusión, a la duda.]

Bueno, todas las personas tenemos defectos y virtudes. El que Hart haya manipulado en buena parte testimonios y documentos para recuperar su reputación perdida o para darse mayor importancia de la que tenía, no quiere decir, ni mucho menos, que su obra deba ignorarse. Es como si damos al olvido a Guderian por su desenfrenado egotismo, o por mentir al autoproclamarse prácticamente el padre de la doctrina blindada alemana de entreguerras, entre otras falsedades. A pesar de ello, Guderian fue una pieza fundamental en la formación de las unidades panzer alemanas, en el desarrollo de sus tácticas y en el entrenamiento de sus tropas. No creo que su influencia representase, si esto se puede cuantificar de alguna forma, “el 60% de lo que llegaron a ser las fuerzas panzer alemanas”. Me parece una exageración, dígala quien la diga. Pero, sin duda, Guderian jugó un gran papel como motor de las unidades blindadas alemanas y, durante un tiempo, como audaz conductor de parte de las mismas. Y sería absurdo ignorar su Panzer Leader. Sólo ojo crítico.

En cuanto a lo dicho por Khandyeff (según Hart), lo desconozco. Pero es cierto que Guderian era un obseso de las Panzertruppen y del entrenamiento de los hombres bajo su mando. La Campaña del Oeste de 1940 es una buena prueba. En cuanto a que sus dioses fuesen Fuller (que lo leyó) y Hart (del que ya hemos hablado), bien, ese es el tipo de comentarios que yo, en tu lugar, siempre pondría en cuarentena. Independientemente de que lo haya dicho o no Khandyeff. Si Guderian tuvo alguna vez por dioses a algunas personas en el terreno del arma blindada (cosa que dudo, pues él era el único que se tenía por ese dios), yo tengo claro quienes fueron, aunque él no los haya reconocido (salvo quizás en el caso del general Oswald Lutz): sus colegas alemanes, muy superiores a él en el campo doctrinario, y a los cuales ya me he referido al principio del topic.

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Mensaje por fangio » Mié Ago 09, 2006 9:30 am

Gracias José Luis por tus comentarios.

En cuanto a eso de 'tirarlo por la ventana' era tan solo una expresión, estaba nada más que exagerando.
José Luis escribió:En cuanto a Fuller, mi próxima adquisición será precisamente su The Second World War, 1939-45: A Strategical and Tactical History:
Ese libro sí que lo tengo pero sólo leí una pequeña parte y hace un tiempo ya. Tendría que volver a retomarlo. Ese me sale gratis ya que mi viejo es militar y cada tanto la Biblioteca del Oficial le entrega libros de temas militares :D

Saludos,

FANGIO

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Mensaje por José Luis » Mié Ago 09, 2006 4:57 pm

¡Buenos días a todos!
fangio escribió:
José Luis escribió:En cuanto a Fuller, mi próxima adquisición será precisamente su The Second World War, 1939-45: A Strategical and Tactical History:
Ese libro sí que lo tengo pero sólo leí una pequeña parte y hace un tiempo ya. Tendría que volver a retomarlo. Ese me sale gratis ya que mi viejo es militar y cada tanto la Biblioteca del Oficial le entrega libros de temas militares :D

Saludos,

FANGIO
Pues creo que deberías retomar su lectura. Yo tengo pensado dar la orden de compra a finales de mes, así que para el otoño espero poder dar mi opinión al respecto. Pero tú puedes hacerlo antes :)

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Mensaje por José Luis » Sab Mar 03, 2007 8:49 pm

¡Hola a todos!

He acabado la lectura de un excelente libro de Azar Gat, cuya referencia es:

Azar Gat, British Armour Theory and the Rise of the Panzer Arm: Revising the Revisionists (Palgrave MacMillan, 2000).

Quisiera compartir con vosotros mis impresiones y conclusiones.

En primer lugar, debo reconocer que me ha sorprendido muy gratamente el trabajo de investigación de Azar Gat (*), un israelí dos años más joven que yo. También me ha gustado su objetividad -fría y cristalina- y su estilo de exposición argumental y de hechos. Os recomendaría este libro sin ninguna reserva, pero temo que me tomaríais un poco a chanza al descubrir que sus 140 páginas necesitan un desembolso de 110 USD, gastos de envío no incluidos.

Bien, Gat presenta dos tesis en su libro: la primera quiere restaurar a Liddell Hart como teórico importante de la guerra blindada en la Inglaterra de entreguerras, y la segunda persigue demostrar que Liddell Hart tuvo cierta influencia en el desarrollo de la Panzerwaffe alemana.

En mi opinión, sólo consigue a medias la primera y muy débilmente la segunda. No tengo tiempo aquí para presentar mis objeciones, pues tendría que presentar primeramente sus argumentos y luego discutirlos, labor que se haría demasiado extensa y, quizás, sin interés para el foro. Sólo diré, a modo de indicación, que el grueso de la argumentación de Gat se basa en descubrir artículos escritos por Liddell Hart de la época de entreguerras donde el capitán británico defendió los beneficios de la guerra blindada y subrayó las posibilidades de las penetraciones estratégicas blindadas. Gat encontró esos artículos en The Daily Telegraph y en The Times, donde entonces escribió Liddell Hart, el segundo a partir de 1935.

Sin embargo, en mi opinión, esos artículos, reconociendo su valor, no son más que una gota de agua del mar de artículos que escribió Liddell Hart antes de la guerra. Si Liddell Hart estuviera convencido por aquella época de la excelencia y supremacía de una teoría de la guerra blindada que defendiera la formación de grandes unidades de armas combinadas blindadas-mecanizadas ideadas para conseguir profundas penetraciones estratégicas, y, más aún, si estuviera a favor de una teoría que defendiera la estrategia ofensiva, entonces el astuto capitán seguramente que habría dedicado su pluma a producir algo más que unos artículos para unos periódicos destinados al público en general. El hecho, a mi juicio irrefutable, es que Liddell Hart sólo retrocedió lo andado cuando comprobó los resultados de las campañas alemanas en Polonia y Francia. Entonces y sólo entonces, hurgó en su vasta obra para rescatar esos artículos (sin éxito) en los años de posguerra, cuando su labor de reinventar su propia historia. Pero dejemos este asunto, que no es lo que quiero contaros.

Azar Gat presenta fríamente las maniobras que realizó Liddell Hart para conseguir sus espurios objetivos. En su Capítulo 2, que lleva por título British Influence and the evolution of the Panzer Arm, Gat desvela de forma muy detallada las astucias que este extraordinario personaje que fue Liddell Hart realizó con varios generales alemanes retratados en su The Other Side of the Hill (1948), que nosotros conocemos mejor por el título de la edición americana, The German Generals Talk. Nos pone el ejemplo de tres grandes celebridades alemanas: Manstein, Rommel y Guderia. Como él lo cuenta muy bien, yo sólo voy a traducir sus pasajes, advirtiendo que la cursiva entre paréntesis es mía, pues como veréis, lamentablemente sobran comentarios.

Sobre Manstein:

[En el caso de Manstein los esfuerzos de Liddell Hart no dieron fruto, a pesar del hecho de que el mariscal estaba fuertemente en deuda. Liddell Hart intervino para aliviar las dificultades y la humillación que soportó Manstein en el campo de prisioneros de guerra. A petición de Manstein, hizo los arreglos para que su mujer e hijo fueran transferidos a la casa de su hermana en la zona francesa de ocupación de Alemania. Hizo campaña para que Manstein no fuera juzgado como criminal de guerra, asistió en su defensa cuando fue llevado a juicio, y luchó por su libertad después de que hubiera sido condenado. Se hizo cargo de la publicación de la edición inglesa de las memorias de guerra de Manstein, Lost Victories (1958), y tan tarde como en la década de 1960 intervino para asegurar una plaza en Cambridge para el hijo de Manstein. Sin embargo, a pesar de la gratitud de Manstein, (Manstein) se resistió a los intentos indirectos de Liddell Hart, a través del biógrafo y abogado de Manstein, para hacer de Liddell Hart la inspiración detrás de la operación de las Ardenas que había concebido Manstein y que había conducido al colapso aliado de 1940 en el Oeste. Liddell Hart, quien en sus libros de entreguerras había hecho en varias ocasiones la observación de que las Ardenas no eran infranqueables, deseaba que Manstein refrendara la frase: “había quedado impresionado, dijo, por un artículo del capitán Liddell Hart argumentando que un ataque blindado a través de las Ardenas era técnicamente posible”. Pero Manstein no concedería específicamente nada más que la no comprometedora: “el capitán Liddell Hart, dijo, había sugerido en un artículo antes de la guerra que era técnicamente posible un ataque blindado a través de las Ardenas.” Esto no detuvo a Liddell Hart para poner sus propias palabras en boca de Manstein en sus Memorias. (las memorias de Liddell Hart)] (Página 44)

Sobre Rommel:

[Liddell Hart tuvo más suerte con la familia de Rommel. La viuda y el hijo del mariscal tenían muchas ganas de que Liddell Hart pudiera publicar una edición inglesa de sus documentos. Rommel tenía muchos críticos en el ejército alemán y en el estado mayor general, quienes cuestionaban su calificación como estratega y su conducta en África del Norte y Normandía, y quienes mantenían que sus capacidades habían sido exageradas en gran medida por la propaganda de guerra de los aliados y alemanes. Liddell Hart indicó claramente en su primera carta a la señora Rommel que presentaría un caso favorable en su defensa. Ante su persistente exhortación (de Liddell Hart), la familia de Rommel y su jefe de estado mayor en África del Norte, Bayerlein, le proporcionaron débiles pero razonables pruebas de que Rommel, como la mayoría de los oficiales alemanes, había sabido de Liddell Hart durante la década de 1930 y probablemente había leído alguno de sus escritos, aunque él mismo (Rommel) no se había pasado al blindaje antes de 1940. Las pruebas posteriores mostraron que durante la guerra Rommel había mencionado en dos ocasiones diferentes el fracaso de sus oponentes británicos en adoptar las teorías de guerra blindada desarrolladas originalmente por “críticos militares británicos (Bayerlein: Fuller and Liddell Hart). En uno de sus documentos Rommel también se había referido específicamente a un artículo que Liddell Hart había escrito durante la guerra. Sin embargo, Liddell Hart no aceptó el trabajo de publicar los documentos de Rommel antes de sacar de la familia de Rommel y de Bayerlein declaraciones que convertían a Rommel nada menos que en su “discípulo”, quien había sido “altamente influenciado por sus concepciones estratégicas y tácticas”. (Liddell Hart) Insertó esta declaración en la edición inglesa de The Rommel Papers (1953), pero no consiguió que Bayerlein la incorporara en la edición alemana.] (Página 45)

Sobre Guderian:

[The Other Side of the Hill había sido publicado antes de que él (Guderian) y Liddell Hart se encontraran, pero Liddell Hart estaba planeando una segunda y más amplia edición del libro. Seis meses después (después de septiembre de 1948) de que comenzaran su correspondencia, informó (Liddell Hart) a Guderian de que tenía pensado dedicarle un capítulo completo en la nueva edición. Más o menos por el mismo tiempo, indagó si Guderian había considerado escribir sus memorias de guerra. Guderian, que no estaba recibiendo pensión, estaba entonces viviendo con su mujer en una habitación bajo condiciones de virtual pobreza. Como escribió a Liddell Hart (quien también estaba involucrado en conseguir que se restaurasen las pensiones a los generales alemanes), publicar sus memorias era para él, si no más, un medio de ganarse la vida. Liddell Hart se hizo cargo de encontrar editores británicos y americanos para las memorias, y también puso a Guderian en contacto con periódicos británicos y americanos. Sin embargo, el conseguir que las memorias se aceptasen para su publicación en el Oeste fue muy difícil. Dos editoriales, Collins y Cassell, rechazaron sucesivamente el manuscrito, describiéndolo (correctamente) como “lleno de autocompasión e impenitente nacionalismo, típico de un oficial alemán de la escuela nacionalsocialista”. Liddell Hart trabajó duro para suavizar y eliminar los pasajes problemáticos del libro, encontrar otra editorial y, finalmente, asegurar las mejores condiciones financieras para Guderian. Cuando el libro, Panzer Leader (1952), se convirtió en un best-seller, pidió el 25% de las regalías que el mismo Guderian le había ofrecido por su enorme labor. Su petición quedó sin respuesta, pues Guderian acababa de morir.

Tal como subrayó Mearheismer (autor del que ya he hablado en posts anteriores), cuanto más crecía la deuda de Guderian con Liddell Hart, más persistentes se hicieron las peticiones de Liddell Hart con relación a su influencia sobre él, y más se daba cuenta Guderian de que tendría que contribuir a este tipo de reconocimiento que deseaba Liddell Hart para la relación mutuamente beneficiosa. Al tiempo que Liddell Hart trataba el asunto de la publicación de las memorias de Guderian y prometía a Guderian que el capítulo dedicado a él en la nueva edición de The Other Side of the Hill lo presentaría como más importante que Hitler, también le envió su crítica de las Lectures on FSR III de Fuller, indicando claramente, una y otra vez, dónde creía que yacía su propia contribución a la teoría de la guerra blindada. Cuando Guderian no captó sus indirectas, recurrió a medidas más directas.] (Páginas 45 y 46)

Ahora quiero explicaros, mejor dicho lo explica Gat, cómo apareció el parágrafo "extraño" en la edición de Panzer Leader, que he referenciado al principio de este topic. El asunto es que Liddell Hart no se conformaba con que Guderian lo nombrara al lado de Fuller y Martel, así que le escribió una carta donde se lee:

[Aprecio mucho lo que usted dice en el parágrafo….Y estoy seguro que lo mismo harán Fuller y Martel. Es un generoso reconocimiento. Pero a causa de nuestra especial asociación, y el deseo de que yo escribiera el prólogo de su libro, la gente puede preguntar por qué no hay una referencia independiente a lo que enseñaron mis escritos. Debería insertar una reseña sobre mi énfasis en el uso de las fuerzas blindadas para operaciones de largo alcance contra las comunicaciones del ejército oponente, y también de proponer un tipo de división blindada combinando unidades panzer y de infantería panzer, y que esos aspectos le impresionaron a usted particularmente.] (Página 47)

Guderian no se opuso a esta petición pues se sentía obligado por los tremendos esfuerzos que Liddell Hart hizo en su favor, y añadió el parágrafo que todos conocemos a la edición inglesa de sus memorias (Panzer Leader).

Luego Liddell Hart sacó de su archivo la correspondencia comprometedora de Guderian, y negó, al menos en una ocasión a un estudioso, conocer las razones por las diferencias entre las ediciones alemana e inglesa de las memorias de Guderian. Kenneth Macksey descubrió en la década de 1970, después de la muerte de Liddell Hart, las cartas comprometedoras y las devolvió al archivo de Liddell Hart.

* Aquí tenéis una breve reseña profesional sobre Azar Gat:
http://spirit.tau.ac.il/poli/faculty/gat/gat.html

Saludos cordiales
José Luis
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Gaetano La Spina
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Mensaje por Gaetano La Spina » Vie Mar 09, 2007 7:47 pm

Saludos!

Me gustaria saber si entre los escritos de Guderian, y dentro de su pensamiento, este manifiesta ideas concretas acerca de la aviacion militar como elemento de apoyo al ejercito de tierra. Lo consideraba algo indispensable o secundario?

Tambien acerca del termino Blitzkrieg, cuando exactamente lo alemanes se refirieron a su ofensiva de esta manera?, se trata de un termino que "pego" con posterioridad?

Me gustaria tambien si alguien pudiera mandar un post con las opiniones de Guderian(sus experiencias), en cuanto a la necesidad de la aviacion para el cierre de las "bolsas" de ejercitos enemigos. Como he leido en los post (muy buenos) anteriores, Guderian se preocupaba por el asunto de los flancos durante el avance de las divisiones acorazadas, ya que la infanteria no estaba del todo transportada mecanizadamente, andando en su mayoria a pie.
Lo pregunto para realizar un trabajo de grado, en el cual quiero demostrar la importancia de la Luftwaffe en el exito de la susodicha Blitzkrieg, basandome en fuentes de primera mano.
Agrdeceria sus conlaboraciones, que de hecho me han sido bastante utiles :-D , cosa que les agradezco!
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Mensaje por José Luis » Vie Mar 09, 2007 9:11 pm

¡Hola a todos!
Gaetano La Spina escribió: Lo pregunto para realizar un trabajo de grado, en el cual quiero demostrar la importancia de la Luftwaffe en el exito de la susodicha Blitzkrieg, basandome en fuentes de primera mano.
Agrdeceria sus conlaboraciones, que de hecho me han sido bastante utiles :-D , cosa que les agradezco!
Estimado Gaetano,

No me parece muy ético por tu parte, sin ánimo alguno de ofenderte (ni mucho menos), sino con ánimo de ayudarte, el que pretendas realizar un trabajo sobre lo que sea basándote en "fuentes de primera mano", cuando la realidad es que te estás basando, al menos en lo que a este topic se refiere, en información suministrada por un miembro de este foro, en este caso por mí.

Si quieres utilizar y así dejar constancia en tu trabajo que has usado, por ejemplo, el Panzer Leader de Guderian como fuente de primera mano, entonces deberías leerlo previamente y tomar las notas pertinentes para tu trabajo. De otra forma, deberías citar en tu trabajo la dirección de www.forosegundaguerra.com como la fuente de tu información con respecto a este tema. Ésta es, a mi juicio, la manera honesta de proceder. Dicho lo cual, paso a informarte de parte de lo que yo sé.

Todas tus preguntas hallan respuesta en la doctrina militar alemana de preguerra, que fue la que la Wehrmacht aplicó después en la guerra, principalmente en la primera parte de la guerra (cuando podía hacerlo). Y esa doctrina es ajena al término Blitzkrieg, cuya historia repasaremos a continuación; la doctrina alemana era la Bewegungskrieg (guerra de movimiento), en contraposición a la otra forma de hacer la guerra que conocía el ejército alemán, la Stellungskrieg (guerra posicional).

Pero veamos la historia del término Blitzkrieg para responder a tus preguntas en una. En el siguiente enlace escribí hace tiempo:
viewtopic.php?t=2265

<<<<<<El término Blitzkrieg (guerra relámpago) es un concepto que nada tiene que ver con el término Bewegungskrieg, si exceptuamos que Blitzkrieg se utilizó (y se utiliza) para describir las campañas alemanes en Polonia y el Oeste en 1939 y 1940, respectivamente.

Cuenta Robert A. Doughty, en un artículo titulado “Myth of the Blitzkrieg”, cómo William J. Fanning, Jr, había demostrado en un artículo publicado en War & Society que la palabra Blitzkrieg apareció ocasionalmente entre 1936 y 1937 como el producto de un amplio uso en varias lenguas del término “lightning” (relámpago) para describir la velocidad y la potencia de los ejércitos modernos a finales de la década de 1930. Con ese término se pretendía definir el “golpe demoledor” que tenía que romper la estática de trincheras que había acabado siendo la Gran Guerra. En las publicaciones alemanas algunas veces se utilizaron los términos Blitzartig (tipo relámpago), Blitzfunken (chispas relampagueantes) y Blitzschlag (golpe relámpago). Cuando los alemanes utilizaron el término Blitzkrieg, lo emplearon para significar una guerra corta.

Pero la doctrina militar alemana no tenía nada que ver con los diferentes significados del término Blitzkrieg. Desde los tiempos de Moltke el Viejo (mediados del siglo XIX), la doctrina militar alemana se basaba en la Bewegungskrieg (guerra de movimiento), que ya Moltke principió durante las guerras de liberación alemanas (1866-1871). En la Gran Guerra los alemanes sólo pudieron desplegar muy limitadamente la Bewegungskrieg en el Frente Occidental en su fase defensiva, no así en la ofensiva, y ocasionalmente en el Frente Oriental. Tras la Gran Guerra, Hans von Seeckt, el comandante en jefe del Reichswehr, desarrolló el concepto de Bewegungskrieg, modernizándolo y aprovechando las innovaciones tecnológicas aplicadas al armamento. Plasmó todos sus principios y conceptos en el Heeresdienstvorschritf 487 (Regulaciones del Ejército número 487) que llevaba por título Führung und Gefecht der verbundenen Waffen (Liderazgo y Batalla con Armas Combinadas), regulaciones publicadas en 1921 y 1923, actualizadas diez años más tarde, en 1933 y 1934, en el Heeresdienstvorschrift 300, Truppenführung (Liderazgo de Tropas). En ninguno de esos manuales aparece el término Blitzkrieg.

La Bewegungskrieg tenía su expresión práctica en una guerra de movimiento mediante el empleo conjunto y coordinado de formaciones de armas combinadas. El término Blitzkrieg se empleó más tarde (a partir de la campaña alemana en Polonia) para describir los efectos fulminantes de esa forma de hacer y conducir la guerra. Blitzkrieg, en sí mismo, no significa nada. Bewegungskrieg, la base de la doctrina militar alemana, significa, en este sentido, todo.

Se puede emplear Blitzkrieg como forma de expresar las consecuencias finales de la forma de hacer la guerra que tuvo Alemania en 1939 y 1940, o para expresar la estrategia de guerra de Hitler (guerra corta), término que Hitler despreciaba, porque según él su origen era extranjero (italiano). Pero para referirse con propiedad a la doctrina militar alemana puesta en práctica en la IIGM hay que utilizar la expresión Bewegungskrieg, guerra de movimiento, guerra de maniobra, o guerra de movimiento de armas combinadas.>>>>>>>

S. J. Lewis explica en Forgotten Legions: German Army Infantry Policy 1918-1941 (Praeger Publishers, 1985), en el Capítulo 4, titulado Clausewitz and Carburetors: German Army Doctrine in a Period of Transition, en nota a pie de página, nota 1, páginas 45 y 46, el origen del término Blitzkrieg, que sumamos así a la explicación que dio Doughty en el artículo citado más arriba.

Dice Lewis que, traduzco literalmente [con toda probabilidad el uso de la palabra Blitzkrieg se originó por la popularización de Fritz Sternberg, Germany And A Lightning War, traducido por Edward Fitzgerald (London: Faber and Faber, 1939). Al año siguiente aparecieron las ediciones en lengua alemana y francesa en Strasbourg y París, pero no aparentemente en Alemania. A pesar de su título, el libro no trata sobre operaciones militares, sino más bien sobre el potencial de guerra económico de Alemania y sus vecinos. Dos semanas antes de que Alemania invadiera Polonia, el Brigadier General Henry J. Reilly del U.S. Army publicó un artículo periodístico en Londres, concluyendo que una “Guerra Relámpago” (“Lightning War”, en el original, nota mía) conducida con tanques masificados y tropas motorizadas con apoyo aéreo cercano era una posibilidad real. “Is a ‘Lightning War’ posible in Europe?”, The Illustrated London News, August 19, 1939, p. 304. Se dejó a un periodista americano traducir el “Lightning War” al alemán para intentar describir la victoria alemana en Polonia; véase Larry H. Addington, The Blitzkrieg Era and the German General Staff 1865-1941 (New Brunswick, New Jersey: Rutgers University Press, 1971), p. 234, pie de página 53. El Dr. Addington traza los orígenes de la palabra Blitzkrieg a la edición del 25 de septiembre de 1939 del Time Magazine]

Con las aportaciones de Doughty y Lewis creo que no es necesario ningún comentario más para establecer que la Blitzkrieg era palabra extraña a la doctrina militar alemana de preguerra, y sólo la utilizaron después para definir la estrategia de guerra adoptada por Hitler, guerra corta en contraposición a guerra prolongada o de desgaste. En cuanto al papel de apoyo al suelo de la aviación, era algo consustancial a la Bewegungskrieg tan pronto como el Generalstab alemán la adaptó a las nuevas armas y tecnologías (comunicaciones) que se fueron consolidando durante el periodo de entreguerras. Huelga, pues, citar cualquier frase de Guderian al respecto, pues era precepto doctrinal.

Saludos cordiales
José Luis
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