3. El hundimiento del U-100 y la muerte de Schepke.
El hundimiento del U-100 y la muerte de Schepke.
Según Macintyre, dispuesto a participar en otra masacre, Schepke demostró una total falta de precaución alimentada por el contínuo encuentro con dotaciones mal adiestradas e inexpertas. Una vez descubierta la estela del periscopio del submarino, al pasar por encima del mismo el HMS Walker lanzó una serie de diez cargas de profundidad las que estallaron levantando grandes columnas de agua.
Sin embargo el U-100 no había sido destruído ya que las cargas explotaron a mayor profundidad perdiendo el contacto con el submarino el cual volvió a ser detectado una media hora más tarde. Macintyre llamó en su ayuda al HMS Vanoc y entre ambos destructores lanzaron salva tras salva de cargas de profundidad contra el enemigo que demostró ser un hábil y huidizo oponente; el U-100 logró escapar otra vez aunque su salvación fue temporaria ya que las explosiones habían destruídos los instrumentos y dañaron las bombas causando inundaciones. El submarino descendió fuera de control hasta una profundidad de 750 pies, más profundo que cualquier otro sumergible hasta el momento.
En emergencia, Schepke decidió soplar todos los tanques de lastre y emerger por lo que pronto fue localizado por el HMS Vanoc con su nuevo radar tipo 286. Al acercarse velozmente el destructor, Schepke trató de salvar la situación, pero seguramente shockeado por la inmersión y el ataque sufrido, ordenó atrás toda al motor de estribor en vez de adelante para tratar de alinear el submarino con el curso del destructor; mientras el submarino se movía abriéndose del destructor, Schepke pensó por un instante que evitaría la colisión pero luego se dio cuenta que ello era imposible y gritó hacia el interior que abandonaran la nave. La dotación corrió hacia las escaleras con sus chalecos salvavidas y algunos incluso trataron de tripular las ametralladoras de 20 mm en un último acto desafiante.
El HMS Vanoc embistió al U-100 a la altura de la torre y la proa del destructor cortó ambas piernas del comandante apretándolo bajo el mástil del periscopio. El Vanoc se detuvo y retrocedió con ambas máquinas para liberarse del submarino, al lograrlo el U-100 se levantó en el aire lanzando el cuerpo de su comandante, aún vivo al agua. Schepke aún lucía su gorra ladeada cuando tras mover deseperadamente sus brazos desapareció de la superficie. A pesar de todas sus debilidades había muerto como un As, en el puente de su nave.
Seis de los tripulantes del U-100 fueron rescatados del mar, incluído un único oficial, el Kapitänleutnant Siegfried Flister quien relató lo siguiente:
El U-100 (500 ton) fue avistado en superficie por un destructor y se sumergió a 200 pies, no sufrió daños durante este ataque. Más tarde oímos 35 cargas de profundidad de las cuales las últimas causaron serios daños: se apagaron las luces y se produjeron filtraciones que no pudieron ser compensadas por las bombas de achique y perdida de aire comprimido. El submarino emergió con la intención de escapar en la obscuridad y estaba tripulando sus armas cuando fue embestido.
Acorde a sus captores los tripulantes rescatados demostraron alta moral pese a la experiencia vivida y una total confianza en que Alemania obtendría una victoria decisiva durante ese año (1941); pero la inteligencia británica expresó también que nunca había visto semejante pandilla de pequeños nazis.
A seguir. Saludos. Tigre .