Mano de obra Francesa
Publicado: Dom Ago 13, 2006 2:04 pm
MANO DE OBRA FRANCESA
Para los Nazis, Francia, con el mayor número de trabajadores cualificados el la Europa ocupada, fue la respuesta a la crítica escasez de mano de obra alemana.
Ansiosos por incrementar la producción que ya obtenían de un millón de prisioneros de guerra, el Reich puso en marcha una campaña para reclutar trabajadores franceses, al principio ofreciendo los mismos alicientes dados a los trabajadores de los países neutrales y del Eje.
Las campañas propagandísticas llevadas a cabo por el Ministerio de Trabajo del Reich ofrecían salarios altos, buenas condiciones de vida, semanas laborables de 60 horas y contratos a corto plazo.
A los trabajadores casados se les garantizaba vacaciones cada tres meses y se les permitía enviar a casa hasta 250 reichsmarks al mes. A los solteros se les prometía vacaciones cada seis meses y la posibilidad de enviar 150 reichsmarks al mes.
Entre otros incentivos, los alemanes también aseguraban que los trabajadores franceses y de otros países de Europa Occidental recibían las mismas condiciones laborales, raciones de comida, beneficios complementarios y alojamiento que sus homólogos alemanes.
La campaña de reclutamiento se benefició de las privaciones económicas impuestas por los ocupantes. Los Nazis prohibieron el incremento de posprecios y los salarios en Francia, y se llenaron de gran cantidad de artículos de consumo franceses para su utilización en Alemania.
El resto de los bienes terminó inevitablemente en el mercado negro, donde posprecios eran a menudo demasiado altos para los salarios fijos de los franceses.
Enfrentado a las penurias económicas, el trabajador francés solía ser más receptivo ante la perspectiva de puesto en una fábrica alemana.
Inicialmente, al menos, la campaña de reclutamiento dio buenos resultados.
El 1 de octubre de 1941, más de 49.000 trabajadores franceses habían aceptado trabajar en fábricas y granjas alemanas. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los trabajadores descubrieran que los alemanes no estaban cumpliendo sus promesas.
Para los Nazis, Francia, con el mayor número de trabajadores cualificados el la Europa ocupada, fue la respuesta a la crítica escasez de mano de obra alemana.
Ansiosos por incrementar la producción que ya obtenían de un millón de prisioneros de guerra, el Reich puso en marcha una campaña para reclutar trabajadores franceses, al principio ofreciendo los mismos alicientes dados a los trabajadores de los países neutrales y del Eje.
Las campañas propagandísticas llevadas a cabo por el Ministerio de Trabajo del Reich ofrecían salarios altos, buenas condiciones de vida, semanas laborables de 60 horas y contratos a corto plazo.
A los trabajadores casados se les garantizaba vacaciones cada tres meses y se les permitía enviar a casa hasta 250 reichsmarks al mes. A los solteros se les prometía vacaciones cada seis meses y la posibilidad de enviar 150 reichsmarks al mes.
Entre otros incentivos, los alemanes también aseguraban que los trabajadores franceses y de otros países de Europa Occidental recibían las mismas condiciones laborales, raciones de comida, beneficios complementarios y alojamiento que sus homólogos alemanes.
La campaña de reclutamiento se benefició de las privaciones económicas impuestas por los ocupantes. Los Nazis prohibieron el incremento de posprecios y los salarios en Francia, y se llenaron de gran cantidad de artículos de consumo franceses para su utilización en Alemania.
El resto de los bienes terminó inevitablemente en el mercado negro, donde posprecios eran a menudo demasiado altos para los salarios fijos de los franceses.
Enfrentado a las penurias económicas, el trabajador francés solía ser más receptivo ante la perspectiva de puesto en una fábrica alemana.
Inicialmente, al menos, la campaña de reclutamiento dio buenos resultados.
El 1 de octubre de 1941, más de 49.000 trabajadores franceses habían aceptado trabajar en fábricas y granjas alemanas. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los trabajadores descubrieran que los alemanes no estaban cumpliendo sus promesas.