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por José Luis » Mar Nov 08, 2005 3:21 pm
4.- LA DOCTRINA DE LA RAF.-
Lord Trenchard, primer jefe del Estado Mayor del Aire, había afirmado en 1928 que el arma aérea sería “la mejor empleada detrás de la zona de batalla en las fuentes de suministro, comunicaciones, transporte y moral nacional”. Los estrategas de la RAF parecían creer en el hecho de que el poder aéreo podía ganar por sí mismo la guerra, y desarrollaron su doctrina en estos términos. La teoría de Trenchard calaría en la RAF y guiaría su organización.
El nacimiento del radar británico.-
Cuando la amenaza aérea de Alemania aumentó, el ministro del Aire argumentó que Inglaterra necesitaba incrementar su énfasis en la contraofensiva aérea y que la capacidad del poder estratégico aéreo como “represalia masiva” era una eficaz disuasión contra la agresión. El único problema de este argumento era que Inglaterra era demasiado vulnerable a los ataques aéreos. El crecimiento de la Luftwaffe en la década de 1930 retó la capacidad de la RAF para demostrar un golpe fulminante o una contraofensiva eficaz. De hecho, el auge de la Luftwaffe impuso el fantasma de los alemanes mostrando la clásica estrategia de golpe fulminante a la RAF.
A comienzos de 1930, los planificadores civiles británicos acordaron que sólo había tres posibles estrategias: primera, seguir el consejo del Estado Mayor del Aire y desarrollar una fuerza de bombardeo suficientemente grande para constituir una eficaz disuasión; segunda y menos probable era conseguir acuerdos internacionales de control de armas para eliminar al bombardero, o, tercera, desafiar la teoría aérea directamente y perseguir una disuasión eficaz contra el ataque aéreo utilizando los recientes desarrollos en los cazas y en la tecnología de detección de aviones. Los límites financieros para intentar mantener una paridad estratégica con los alemanes amenazaron la bancarrota del presupuesto militar, y los fracasos diplomáticos sobre el control de armas obligaron al Gobierno a adoptar la tercera estrategia. En noviembre de 1934, después de grandes debates en el Parlamento, se creó el Comité para la Investigación Científica de la Defensa Aérea, con Henry Tizard como presidente.
Hasta 1935, los únicos medios de detección aérea con que los ingleses habían experimentado eran detecciones acústicas e infrarrojos, ambos medios impracticables. El Comité Científico, a la búsqueda de soluciones prácticas, revivió el extraño concepto de rayo mortal que podía bien incapacitar al piloto, averiando los motores del avión, o bien detonar las bombas de un avión que se acercara. El Comité consultó a Robert Watson-Watt del Laboratorio Físico Nacional sobre la posibilidad de que la radiación electromagnética dañara a un avión a la vista. La respuesta de Watson-Watt al Comité el 30 de enero de 1935 fue un análisis detallado de la inutilidad de pretender un arma del rayo mortal, pero en el párrafo final de su informe declaraba: “que la atención está variando de la destrucción por radio a la detección por radio, un campo difícil pero menos problemático......el método de detección por ondas de radio reflectadas será presentado si se solicita”.
El Comité estaba interesado y en febrero Watson-Watt presentó su memorando “Detección y Localización de Aviones mediante Métodos de Radio”. Doce días después demostró con éxito su concepto. Fue capaz de detectar un bombardero Heyford volando hacia Daventry a una distancia de 8 millas. Este gran avance ha sido considerado como el nacimiento y la invención del radar por numerosos historiadores. Durante 1935, Watson-Watt perfeccionó su nueva tecnología de radar en el centro de investigación de Bawdsey Manor. Su éxito le llevó a proponer una cadena de estaciones de detección de radio con una separación de 20 millas alrededor de la costa. La posición del avión debía ser establecida por triangulación de los recibidores colindantes. El E.M. del Aire financió 20 de esas estaciones, de las cuales 7 estaban funcionando en agosto de 1936. Éste fue el comienzo de la red radar Chain Home (CH).
La estación CH no se basaba en nuevas técnicas de radio, sino que recurrió a la experiencia de Watson-Watt con el Bristish Broadcasting Corporation y su radio de alta frecuencia (HF). Él simplemente propuso antenas sobre altas torres. El alcance del “eco” (las ondas reflectadas) fue medido directamente sobre el tubo de rayos catódicos y la posición del objetivo sólo podía ser determinada a través de la triangulación desde otras estaciones con un instrumento de búsqueda-dirección de radio, un goniómetro.
El radar inglés en 1939.-
Al estallar la guerra en septiembre de 1939, CH tenía 18 estaciones cubriendo la parte oriental y la mitad meridional de las costas británicas que informaban a una Oficina de Filtro (Filter Room). La elección de CH impuso excesivas limitaciones técnicas sobre el sistema. HF, que es una longitud de onda relativamente larga, necesita grandes despliegues de antenas para emitir con suficiente potencia. La transmisión en cualquier estación necesitaba antenas de 360 pies de altura y 160 pies de separación, entre los cuales estaban tendidos los cables de las antenas. La señal de retorno no era recibida por la misma antena, sino por cuatro antenas diferentes de 240 pies de altura. No podía rotar ni escrutar, pero iluminaba un sector de 100 grados con radiación.
La detección de aviación sólo era posible dentro de los límites del sector de 100 grados y dependía de la radiogoniometría de la señal de retorno desde varias antenas. El sistema no era efectivo sobre tierra y sólo era adecuado a una localización costera. El CH era el único sistema inglés de radar operativo al comienzo de la guerra. CH era un callejón sin salida de aproximación a la tecnología radar. Freya era una radar móvil efectivo de 360 grados sobre tierra y agua, capaz de transmitir y recibir desde la misma antena y capaz de determinar el objetivo con un alto grado de precisión. Los ingleses fracasaron a la hora de desarrollar un sistema de radar como el Würzburg para baterías antiaéreas, o el Seetakt para cañones navales en los años de preguerra. Incluso más, la RAF no anticipó la necesidad de ayudas de navegación y bombardeo hasta que se enfrentó con los sistemas alemanes y su propia incapacidad para destruir objetivos con cualquier tipo de seguridad.
La verdadera ventaja para el Mando de Caza (Fighter Command) estaba en la Oficina de Fitro (Filter Room - FR), que jugó un papel crucial. Las estaciones CH no eran eficaces para localizar y determinar objetivos como lo era el radar tipo Freya que rotaba y usaba una frecuencia cinco veces más alta. La FR ayudó a minimizar la debilidad de CH. Fue capaz de reunir, y determinar en un claro dibujo, la verdadera amenaza de la numerosa información de radar superpuesta recibida desde varias estaciones y dirigir los recursos de los cazas contra el enemigo. Era un avance en la manera de utilizar la información pero no en el equipo mismo.
El radar fue justamente un componente más de la defensa aérea. En muchas maneras, la inteligencia sobre las señales era tan valiosa para los ingleses como lo era el radar CH. De esta forma, los ingleses consiguieron repetir el éxito naval de la IGM en el nuevo terreno del combate aéreo. CH concedía 20 minutos a los cazas para interceptar su objetivo, pero el radar no era suficientemente sensible para determinar el número o el tipo de los aviones. Las comunicaciones aéreas alemanas eran interceptadas en las estaciones inglesas de escucha HF. Muy pronto en la guerra, los cazas utilizaron radio-telefonía HF mientras los bombarderos utilizaban el más tradicional telégrafo HF para las comunicaciones. De la intercepción de este tráfico, los ingleses consiguieron una anticipación de dos horas, e información detallada del número, ruta e identificación de las formaciones atacantes.
Probablemente el fracaso más grande del radar británico fue su incapacidad de creer que los alemanes tenían radar y la creencia de que su tecnología era superior. El rechazo a la especulación sobre la existencia del radar alemán es curioso, dada la cantidad de información de inteligencia disponible. Tal evidencia incluyó un detallado informe científico dirigido a Londres desde Noruega, el Informe Oslo, que detallaba los desarrollos alemanes sobre radar y cohetes. Fue descartado como una artimaña y solamente después de que estas técnicas revolucionarias fueses descubiertas se reexaminó el informe. Los ingleses también tenía fotos del despliegue del radar en el acorazado de bolsillo Graf Spee y la prueba empírica de que sus bombarderos no pasaban por Wihelmshaven, combinado con la capacidad de los reflectores alemanes, cazas y antiaéreos para detectar un avión de noche.
Es trágico ver que las lecciones aprendidas por la comunidad científica para derrotar la amenaza aérea alemana no fueron consideradas en el desarrollo de futuros bombarderos tácticos. El uso de del radar y los esfuerzos para derrotar las ayudas de navegación alemana no supusieron una reconsideración de las tácticas dentro del Bomber Command. No fue hasta 1942, cuando se enfrentaron con el hecho de que sus bombas estaban perdiendo sus objetivos y comprendieron la encomiable defensa alemana, que el Bomber Command admitió la necesidad de un cambio en sus tácticas y de encontrar una ayuda para la navegación.
DERRIBANDO LOS MITOS.-
El doctor Watson-Watt fue considerado el padre del radar, y su invento un componente fundamental en la derrota de la Luftwaffe sobre los cielos ingleses. El profundo sentimiento inglés de que ellos habían inventado el radar, y su descarte entusiasta de que los alemanes eran incapaces de producir semejantes equipos, condujeron a graves errores en la estrategia del bombardeo.
Las fuerzas políticas, no por iniciativa militar, buscaron una solución para la amenaza de los bombardeos alemanes. Los ingleses optaron por una ruta de alto riesgo de una defensa basada en el radar con una tecnología que era inferior a los sistemas alemanes. La tecnología del radar no era sólo posesión de Inglaterra, de hecho los mejores ejemplos de ella eran alemanes. No obstante, su apreciación de su papel y capacidades en la defensa aérea fue única en 1939.
La idea de que los alemanes sólo desarrollaron el radar después de descubrir los sistemas ingleses no es verdadera. La dogmática negación inglesa de la existencia del radar alemán contribuyó a este mito. El mariscal del Aire Joubert, tan tarde como el 23 de febrero de 1941, estaba dirigiendo encuentros para discutir si los alemanes tenían el radar. El general Ismay, el jefe del E.M. inglés, reforzó este sentimiento con su afirmación de que la Fuerza Expedicionaria británica había dejado los secretos del radar en Francia. Las afirmaciones de Watson-Watt de que las empresas electrónicas francesas capturadas habían revelado el secreto del radar a los alemanes apoyó posteriormente esta creencia. En realidad los alemanes comprobaron que el equipo inglés capturado era rudimentario e inferior a sus propios diseños.
En las historias de la Batalla de Inglaterra, el radar aparece como la espada que derrotó a la Luftwaffe durante el “Blitz”. El radar era sólo un componente en el sistema de mando y control que desarrollaron Dowding y su departamento en el Mando de Caza. Su innovación fue fusionar la potencialidad del radar en un sistema integrado de rápidas contramedidas contra el ataque de bombarderos. El verdadero héroe fue el único desarrollo de la FR que pudo clasificar toda la información de inteligencia disponible y construir la mejor defensa posible. Sorprendentemente el radar no era tan extraordinario como lo era la FR.
En 1939, Alemania poseía algunos de los diseños de radar más avanzados pero fracasó en la posibilidad de ver su verdadero uso como un primer sistema de alerta y un dispositivo de mando y control de cazas. La concentración sobre un pensamiento de blitzkrieg cegó el liderazgo de la Luftwaffe. La Armada alemana desarrolló y dotó a la Luftwaffe con una radar móvil, Freya, eficaz sobre tierra y agua. Combinado con Freya, Würzburg era un radar de alta precisión de objetivos que podía guiar los proyectiles de la artillería antiaérea, más reflectores y aviones. Estos duraderos sistemas de radar dieron a los alemanes la posibilidad de desarrollar una defensa aérea más capaz para disminuir la amenaza de los ataques aéreos.
No sólo los diseños del radar eran superiores, sino que los alemanes habían aprovechado la importancia de las ayudas de radio navegación y bombardeo para apoyar sus ofensivas de bombardeo. Desplegaron las capacidades del bombardeo nocturno que el Bomber Command no sería capaz de conseguir hasta 1942.
Incluso al desarmar los mitos sobre el radar de la IIGM es importante comprender que el pensamiento inglés desplegó inicialmente un diseño de radar más primitivo aunque desarrolló una estrategia correcta para derrotar a los alemanes en la campaña aérea. La obsesión alemana con la filosofía ofensiva los había cegado para ver las posibilidades defensivas de su propio radar. Por el contrario, los ingleses fallaron en aplicar las lecciones aprendidas sobre los sistemas de navegación y bombardeo alemanes y los peligros de los bombardeos diurnos sin escoltas contra áreas defendidas con radar.
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"Dioses, no me juzguéis como un dios
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a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)