Mensaje
por Mike » Mié Oct 29, 2008 3:40 am
Como en el caso de la Union Sovietica, el desarrollo de aviones de caza en Japon, era casi completamente desconocido para los paises occidentales en el momento del ataque a Pearl Harbor, en Diciembre de 1941. Por razones nunca explicadas, la creencia oficial en lugares tales como Londres y Washington fue que los japoneses solo podian hacer copias inferiores de los aparatos occidentales y que sus fuerzas aereas y navales estaban casi por completo, equipadas con biplanos de tren de aterrizaje fijo, aunque habia abundantes evidencias de lo contrario.
El resultado inevitable fue que cuando los pilotos occidentales se enfrentaron con los cazas japoneses estos ultimos no solo representaron una sorpresa grave y desagradable sino que en alguna medida fueron considerados como casi invencibles.
Comparados con la abigarrada coleccion de cazas aliados de segunda linea, el A6M de la Armada y el Ki-43 del Ejercito japones tenian unas prestaciones adecuadas, la maniobrabilidad necesaria para la victoria y especialmente en el caza de la Armada, un alcance con sus depositos auxiliares mucho mayor que cualquier caza anterior, lo que permitio a los japoneses controlar el espacio aereo a distancias mayores de lo que tenian previsto los comandantes aliados.
En realidad la superioridad de los cazas japoneses solo fue marginal y magnificada en la practica por un inmenso efecto psicologico y la mediocridad de sus oponentes. En Julio de 1942 un A6M, fue encontrado casi en perfecto estado en una de las Islas Aleutianas y cuando fue reparado y probado en California se comprobo que estaba muy lejos de ser invencible. De hecho era un caza tipico del estilo de 1937, con solo la mitad de potencia motriz que la nueva saga de cazas norteamericanos, capaz de llevar dos cañones alares y una gran cantidad de combustible solo por tener una celula muy ligera y con escasa proteccion. Estaba claro que, como en el caso italiano se habia primado la maniobrabilidad a toda costa.
Luego, repentinamente, el pendulo oscilo hacia el otro bando, tanto los oficiales de Estado Mayor del Ejercito y la Armada japoneses como los oficiales de adquisicion de material belico, decidieron que su politica podia ser erronea y encargaron cazas que sacrificaban la maniobrabilidad e incluso la visibilidad del piloto para obtener mayores prestaciones y potencia de fuego. Lideres de esta generacion fueron el Ki-44 del Ejercito y el J2M de la Armada, este ultimo en particular era un caza sobresaliente con excelentes cualidades de pilotaje.
Como los italianos, los japoneses parecían tener una destreza especial para conseguir aviones de buena maniobrabilidad y gobierno suave y, además, tenían una amplia gama de potentes motores que incluian modelos turbo sobrealimentados tan buenos a gran altitud como cualquiera de los de las naciones aliadas. Sin embargo, estos excelentes cazas sufrieron retrasos y otros problemas, de modo que los Aliados se encontraron en los combates casi siempre con los mismos aviones japoneses como el A6M (Zero) y el Ki-43 (Oscar).
Uno de los mejores cazas que se produjo para la armada fue fabricado por la compañía Kawanishi, que lo realizó colocando un tren de aterrizaje a un hidroavión de caza; pero era muy complejo y cuando se desarrolló un modelo simplificado del mismo que sí se puso en producción a gran escala, la guerra estaba casi terminada. El sustituto directo del Zero, el A7M, nunca entró en producción.
Cazas a reacción y con motor cohete de clara inspiración alemana, apenas pasaron la fase de prototipo.
Saludos a todos !!
Fuente: CAZAS y AVIONES de ATAQUE JAPONESES de la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - Editorial FOLIO