¡Que tal, Yamashita!Yamashita escribió: Pero en el fondo, incluso teniendo en cuenta todos los intereses, economicos, politicos, estrategicos y de seguridad que podrían teóricamente justificar la acción Alemana o Sovietica esta el hecho de que Polonia fue agredida militarmente por que se negó a cabalgar acorde a esos intereses ajenos. Esa agresión y su lógica era mas facil de justificar desde el punto de vista de naciones autoritarias como la URSS o Alemania que desde la visión de las potencias democráticas que necesitan teóricamente algo mas que pura lógica y pragmatismo para justificar sus acciones. Tras la segunda guerra mundial se tipifico un nuevo tipo de crimen internacional precisamente para evitar que el simple interes pudiese justificar una guerra: El crimen de Guerra de Agresión.
Creo que nos estamos desviando un poco de la cuestión central, salvo que yo no me haya expresado con suficiente claridad anteriormente. Por ello quisiera recapitular separadamente y a modo de conclusiones lo que he venido significando:
1) Yo no justifico bajo ningún motivo una agresión militar. Y con tal motivo no justifico la sufrida por Polonia.
2) El agresor militar de Polonia fue la Alemania de Hitler. Y después se sumó la Unión Soviética de Stalin.
3) A la hora de considerar las circunstancias políticas que tuvieron lugar en la diplomacia europea en los meses previos a dicha agresión, me veo obligado, por puro rigor histórico, a examinar críticamente todos, o al menos los más importantes y decisivos, procesos y decisiones políticas de los gobiernos de los países involucrados. No puedo reducir mis consideraciones a analizar solamente la historia previa de los agresores, sino que debo examinar igualmente lo sucedido en, digamos, el otro bando. Lo contrario sería una burda simplificación y, más importante, una historia sesgada.
4) Hasta mediados de agosto de 1939, y desde 1935, la URSS trabajó por el establecimiento de un sistema de alianzas con las potencias occidentales (incluida USA) y los estados vecinos para neutralizar el auge del fascismo y desarmar la amenaza nazi. Si esos esfuerzos de la diplomacia soviética no llegaron a buen fin fue, fundamentalmente, porque las potencias occidentales antepusieron prejuicios ideológicos y oscuros intereses económicos a la legalidad internacional vigente (la que tú, Yamashita has invocado con razón). Los gobiernos de Gran Bretaña y Francia -cada uno a su manera- desdeñaron la legalidad internacional (derivada de acuerdos o tratados bilaterales y multilaterales) cuando, por ejemplo, permitieron en primer lugar, con su pasividad, la agresión de Eitopía por Italia, su consumación y explotación; en segundo lugar, hicieron algo similar cuando negaron al gobierno democrático de la República de España la posibilidad y el derecho legal de ejercer el comercio de armamentos para la defensa de la República con sus países, abandonándola en cambio a su suerte. No así la URSS, que fue la única aliada que tuvo la República en Europa, aunque hubiera que sobrepagarla con oro contante y sonante y aunque Stalin no lo hiciera por amor a las democracias; fue, de todos modos, el único estado que se opuso al fascismo. Finalmente y por abreviar, vendieron a la Checoslovaquia democrática con el Pacto de Munich, a pesar de las sinceras ofertas soviéticas para defenderla. Durante ese tiempo, finales de 1935-finales de 1938, el derecho internacional se vio pisoteado por las agresiones e intervenciones del fascismo, y su defensa ignorada o defraudada por quienes debían ejercerla.
5) Cuando el consumado violador de acuerdos y tratados internacionales, Hitler, vulneró nuevamente el papel todavía fresco de Munich en marzo de 1939, liquidando el resto de Checoslovaquia, se culminaba así (con un par de violaciones más que siguieron por parte de Alemania e Italia) una carrera de afrentas al derecho internacional. Y entonces le llegó el turno a Polonia; después le llegaría a Francia.
6) Ahora, si poner los puntos sobre las íes al subrayar los errores y vergüenzas de las dos grandes democracias liberales europeas durante el periodo de entreguerras, y no quedarse solamente en las perfidias de los regímenes autoritarios, especialmente la URSS, significa para algunos (y no lo digo por ti, Yamashita) que el que esto escribe está poniendo al mismo nivel a regímenes políticos tan dispares, o justificando a unos en detrimento de otros, pues tan contentos. ¡Ancha es Castilla!
Saludos cordiales
JL