Bueno, ya estamos de vuelta en casita. Hogal dulce hogar, con teclado en condiciones
Breve resumen de la operación I-GO y sus consecuencias.
Fuente: en la imagen
Después de comprobar como el ejército imperial perdía fuelle en Nueva Guinea, debido en parte al hostigamiento de los aviones aliados que partían desde la cercana PM, la consolidación de nuevas bases aliadas en el área (Milne), la perdida de las cabezas de playa japonesas en Buna/Guna, y el fracaso estrepitoso en marzo (batalla del mar de las Bismarck) del intento de reforzar con la 51º division del ejército la ahora amenazada base avanzada japonesa en Lae, Yamamoto se dio perfecta cuenta de la grave situación para los intereses japoneses que se estaba produciendo a principios de 1943 en Nueva Guinea.
Con respecto a las Salomón, la situación no era mucho mejor. Las nuevas bases japonesas construidas y acondicionadas a toda prisa en las Salomón centrales, eran actualmente hostigadas por los norteamericanos mediante bombardeos navales y aéreos (desde Henderson Field).
Yamamoto, en un intento por reducir la presión aliada que se estaba ejerciendo, diseñó la operación I-GO, con el objetivo final de destruir el poder aéreo aliado en la zona Nueva Guinea, rebajando la presión sobre las importantes bases avanzadas de Lae/Salamua y por otro lado, proteger las nuevas bases japonesas de Buka/Buin en Bouganville, mediante ataques aéreos sobre Guadalcanal. Para seguir el desarrollo de esta importante operación, se trasladó personalmente en avión desde Truk a Rabaul.
La operación se dividió inicialmente en dos fases: la primera fase sería en las Salomon (entre el 5 y 10 de abril) y la segunda se desarrollaría en Nueva Guinea (11-20 abril).
Para reforzar el poder aéreo japonés en la zona, desembarcó aproximadamente 150 aviones en los aeródromos cercanos a Rabaul, procedentes de los 4 portaaviones adscritos a la 3º flota con base en Truk. Estos pilotos, apresuradamente formados, fueron diezmados en esta inútil operación, en lugar de seguir su entrenamiento intensivo para enfrentarse, con ciertas garantías, a los portaaviones norteamericanos en las batallas navales que surgieron posteriormente en el año 1944.
El
7 de abril, 110 cazas y 67 bombarderos (el raid aéreo más importante desde Pearl Harbor), fueron lanzados contra el enjambre de barcos aliados fondeados delante de Tulagui y Guadalcanal. Yamamoto esperaba grandes resultados de esta acción. Pero los norteamericanos, alertados por los vigías de costa australianos y por los radares instalados en las islas Rusell, pusieron en el aire 76 cazas. Después de perder 7 cazas y 12 bombarderos contra la pérdida de 7 cazas norteamericanos, el resultado del ataque contra los buques deja clara la inutilidad de semejante acción: el destructor USS Aaron Ward, la corbeta neozelandesa Moa y el petrolero de 14.000 toneladas Kanawha, hundidos.
El
11 de abril, Yamamoto lanzó la segunda fase de la operación, enviando contra el fondeadero de Oro Bay, al sudeste de Buna, en Nueva Guinea, a 72 cazas y 22 bombarderos en picado, echando a pique un transporte y averiando a un dragaminas y a otro transporte que tuvo que ser embarrancado. Pero los 50 cazas aliados que salieron a su encuentro desde Dodobura derribaron allí a 6 aparatos japoneses.
El
12 de abril, los japoneses atacaron Port Moresby, mediante el empleo de 131 cazas y 43 bimotores G4M2a Betty. Allí, les aguardaban 44 cazas aliados, que derribaron 5 aviones a cambio de perder 2, resultando dañados varios barcos en el puerto y destruidos diversos aviones sobre las pistas del aeródromo.
Finalmente, el
14 de abril, se atacó la bahía Milne, con 188 aviones, hundiendo dos transportes pero perdiendo 7 aparatos.
El
16 de abril, Yamamoto dio por terminada la operación, dando como buenos las sobreestimaciones de sus aviadores en sus informes, o quizás al comprobar lo costoso que estaba resultando su operación.
Los pilotos japoneses, informaron a Yamamoto del hundimiento de un crucero, dos destructores, 25 diversos barcos entre transportes y cargueros y derribados 134 aviones aliados. En realidad, las pérdidas aliadas fueron, como hemos visto, muchas menos.
Estos informes, excesivamente optimistas, facilitados por los pilotos hicieron creer a Yamamoto que la operación I-GO había sido un éxito rotundo y por ello dio por terminada la operación. Dos días más tarde, el 18 de abril, abandonaba Rabaul con su Estado Mayor para inspeccionar las nuevas bases aéreas de la isla de Buka y de Buin, situadas en el extremo meridional de Bouganville y recientemente terminadas. Fue este su último viaje de inspección.
Ante todo esto, más allá de los informes de bajas y de las pérdidas japonesas en la operación, yo me pregunto:
¿Qué intentaba Yamamoto con esta operación en definitiva? Si intentaba destuir el poderío aliado en la zona, tenía que seguir manteniendo esa presión durante mucho más tiempo, y eso era totalmente imposible de aguantar para la logística japonesa y los medios existentes. Me recuerda un poco al raid de Nagumo y Kondo en el Indico. Lanzar un mazazo brutal sobre las fuerzas aliadas en la zona, pero retirándose a continuación, dejando a esas fuerzas aliadas recuperarse en poco tiempo y volviendo a la situación inicial. ¿Para que sirve entonces esa, siempre costosa, ofensiva brutal?
Podríamos comentar esta cuestión si os parece. También sería interesante debatir el papel jugado por la aviación del ejército imperial en la zona, tal y como ha reflexionado nuestro amigo Minoru.
Saludos