El Nakajima Ki-84 Hayate ("Frank" para los aliados y Caza del Ejército Tipo 4 para el Ejército Imperial) es, posiblemente, el mejor caza japonés del conflicto. El avión era muy rápido y contaba con una excelente maniobrabilidad, además de disponer de una nada desdeñable potencia de fuego (hasta dos cañones de 30 mm y dos de 20 mm). Podía enfrentarse a cualquier caza aliado monomotor al que se enfrentara, y su techo operativo le permitía interceptar a los bombarderos B-29 Superfortress a gran altitud.
A pesar de las dificultades japonesas hacia el final de la guerra que exhacerbaron los defectos de fabricación y los problemas para conseguir combustible de calidad y pilotos experimentados, un Ki-84 bien mantenido era aún el caza más rápido de Japón. Se construyeron un total de 3.514 aviones.
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El diseño del Ki-84 comenzó a principios de 1942 para cumplir con un requisito de la fuerza aérea del Ejercito ordena a Nakajima el diseño de un nuevo caza de largo alcance para sustituir al Nakajima Ki-43, que acababa de entrar en servicio. Debía combinar la maniobrabilidad del Ki-43 con el rendimiento de un Ki-44 Shoki (Tojo) y ser capaz de igualar a los mejores cazas occidentales. El Ki-84 voló por primera vez en marzo de 1943 y las entregas desde la fábrica Ota de Nakajima comenzaron en abril de 1943. Aunque el diseño era muy bueno, las crecientes dificultades para conseguir pilotos capacitados, el combustible y los materiales de construcción adecuados y la fabricación adecuada a menudo impedían que la aeronave alcanzara su máximo potencial.
El diseño del Ki-84 abordó las quejas más comunes sobre el popular y altamente maniobrable Ki-43: insuficiente potencia de fuego, protección deficiente y falta de velocidad de ascenso. El Ki-84 era un monoplano de ala baja en voladizo de construcción totalmente metálica, a excepción de las superficies de control cubiertas de tela. Tenía un tren de aterrizaje retráctil con rueda de cola. El armamento constaba de dos ametralladoras sincronizadas Ho-103 de 12.7 mm montadas en el fuselaje, que resultaron difíciles de sincronizar correctamente con la hélice de cuatro palas, y dos cañones Ho-5 de 20 mm montados en las alas, una mejora considerable con respecto a los dos ametralladoras de 12,7 mm del Ki-43 Hayabusa. El blindaje defensivo ofreció a los pilotos de Hayate mejor protección que los tanques de ala sin sellar y el fuselaje de aleación ligera del Ki-43. Además, el Ki-84 usó un dosel de vidrio blindado de 65 mm, 13 mm de blindaje en el asiento para proteger la cabeza y la espalda, y múltiples mamparos en el fuselaje, que protegían tanto el tanque de agua y metanol (para aumentar la efectividad del sobrealimentador) como el tanque de combustible ubicado en el centro.
El primer prototipo despegó de Ojima en abril de 1943. El segundo lo hizo en junio: los siguientes fueron asignados al arsenal de Tachikawa, donde un grupo de pilotos veteranos se encargó de probarlos y sugerir cambios. Estas modificaciones se aplicaron al cuarto prototipo. Desde el primer momento el avión mostró unas prestaciones superiores a las de otros cazas nipones. La velocidad máxima era de 637.6 km/h a 6644.6 metros, y en picado llegaba hasta 798.5 km/h.
Los primeros ensayos fueron un gran éxito y en agosto de 1943 se encargaron 83 ejemplares (a pesar de que las pruebas todavía no habían finalizado aún), que fueron construidos entre ese mes y marzo de 1944. Los aparatos de preproducción diferían en algunos detalles al realizarse pequeñas modificaciones para facilitar la fabricación. Los pilotos apreciaban sus prestaciones, en especial la trepada. El Ki-84 llegaba 5000 metros en 6 minutos 26 segundos, y el techo era de 12-192 metros, pero la velocidad máxima era menor a la esperada (624.5 km/h).
Durante el invierno 1943-44 se instalaron skis en algunos de ellos, pero incrementaban el peso y reducían la velocidad máxima en 13 km/h, por lo que se decidió no aplicarlos de serie. La planta motriz comenzó a fabricarse en abril de 1944. El Ha-45 seria uno de los talones de Aquiles del Ki-84 durante su vida operativa, pues desde el mismo comienzo la producción se vio dificultada por la falta de equipo, maquinaria y de personal cualificado. El curso del a guerra había llevado al reclutamiento de muchos técnicos y especialistas. Al mismo tiempo, el ministerio de municiones ordeno un aumento en la producción de material bélico. Estos factores afectaron gravemente los estándares de producción.
Las pruebas operacionales comenzaron en octubre de 1943, y el Ki-84 fue aceptado como Caza del Ejercito Tipo 4 Modelo 1A Hayate, o Ki-84-Ia. En marzo de 1944 se empezó a construir una segunda serie de 42 aparatos que fue terminada en junio. Estos fueron construidos en paralelo con los primeros ejemplares de serie. Ambos estaban dotados tubos de escape individuales, que aumentaban la velocidad 14-16 km/h.
Las primeras series montaban el Ha-45 tipo 11 y 12, que suministraban 1800 y 1825CV en despegue, los modelos posteriores estaban equipados con el 21, que daba 1990CV. Estos motores no eran muy fiables y eran mas complejos de mantener que otros modelos. Entre los problemas mas graves estaba la perdida repentina de presión en el combustible o las variaciones en la temperatura del aceite. El modelo 23 supuso una mejora pero los inyectores de combustible siguieron siendo muy ineficaces.
En Marzo de 1944 el escuadrón experimental de prueba fue disuelto y su personal enviado al Sentai 22, destinado en China. Entraron en combate contra la 14ª Fuerza Aérea en agosto de 1944 y enseguida se ganaron el respeto de las tripulaciones aliadas, pues era un enorme salto de calidad con respecto a los Zero y Ki-43. Era mucho más resistente, podía picar y el piloto estaba bien protegido. El avión tenía buenas condiciones de vuelo y su autonomía era notable. Otra ventaja es que era muy similar al Ki-43, y muchas veces los pilotos aliados se llevaban una buena sorpresa al entrar en combate.
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La unidad aliada de inteligencia aérea aliada asignó al Ki-84-Ia el código "Frank", que se debía al nombre de su mando, el Coronel Frank McCoy. Curiosamente este código había sido asignado a un caza ficticio, el Mitsubishi T.K.4. En junio de 1944 los aliados desembarcaron en las Filipinas. La IJAAF reaccionó enviando el Sentai 22, seguido por los 1, 11, 21, 51, 52, 55, 200 y 246. Por este entonces la situación japonesa era preocupante. Los cazas de la USN y de la USAAF aparecían en cada vez mayor número y las perdidas japonesas no hacían más que aumentar.
El Ki-84 se convertiría en el principal caza de la IJAAF. La escasez de cazas hacia que fuese utilizado como interceptor, bombardero en picado y reconocimiento, lo que incrementaba la presión sobre las unidades. En abril de 1945 los Sentais 101, 102, 103, 111 y 200 fueron utilizados en Okinawa. Como interceptor, el Hayate era uno de los pocos cazas nipones capaz de plantar cara a los B-29. Estaban asignados a la 10ª Dvisión, a cargo de la defensa aérea de Tokio, con los Sentais 47, 73, 111, 112 y 246. Los B-29 resultaron ser un enemigo muy peligroso, tanto por sus prestaciones como por su poderoso armamento defensivo, a lo que se sumó, a partir de marzo de 1945, los cazas de escolta P-51D.
La producción del os Hayate se vio obstaculizada por los ataques de los B-29. La fabrica de Nakajima fue bombardeada el 19 de febrero por 84 B-29, causando la destrucción de 74 Hayates. El constante bombardeo hizo que la producción se tuviese que dispersar, dificultando la coordinación y aumentando los retrasos. En mayo de 1944 Nakajima había inaugurado una segunda planta en Utsonomiya, pero la producción no llego ni al 50% de lo planeado. Hacia julio de 1945 tan solo se habían completado unos 727 Hayates. Otra planta, perteneciente a la Mansyu Hikoki Seizo K.K., basada en Harbin (Manchuria) comenzó la producción del Frank en la primavera de 1945 pero solo se completaron unos 100 antes del final de la guerra.
A pesar de la calidad del avión, la falta de buenos pilotos era otro problema insoluble. Para 1944 la mayoría de los pilotos veteranos habían muerto y sus reemplazos eran simplemente inefectivos. Su entrenamiento había sido reducido de tal manera que solo contaban con 100 horas de vuelo, 3 veces menos que los americanos. Todos estos factores evitaron que el Ki-84 mostrase todo su potencial. En muchos casos los pilotos americanos barrían a los Franks sin que estos pudiesen mostrar sus virtudes.