Memorias de un francotirador en Stalingrado, de Vassili Zaitsev.
Nº de páginas: 232 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: CRITICA
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788498926521
Año: 2014
Vassili Zaitsev (1915-1991) es el autor de estas memorias dedicadas a su paso por Stalingrado como francotirador de elite, todo un Héroe de la Unión Soviética que logró abatir a casi 300 alemanes gracias a su excelente pericia con su fusil. La obra es relativamente corta, apenas 230 páginas, pero narradas con mucha intensidad y con una gran descripción al detalle de la vida y obra de estos hombres tan cualificados en el arte de la “caza al hombre”. Es una excelente obra para adentrarse en este peculiar faceta de la batalla de Stalingrado, muy ligada a estas memorias y que ha dado mucho que hablar, la película “Enemigo a las puertas” de Jean Jacques Renaud, está basada en las memorias de Vassili Zaitsev, desde luego como toda buena ficción hay pasajes que están recreados y de los cuales no hay certeza de que fueran así en su integridad, pero ofrece una buena pincelada de lo que fue la labor de los francotiradores soviéticos en Stalingrado, un lugar perfecto para desarrollar este tipo de combate.
El libro comienza con unas breves páginas donde se nos trazan los primeros años de vida de Vassili Zaitsev, su infancia en los bosques de los Urales con su abuelo, un experto cazador del que aprendería todo el arte de la caza, unas lecciones que sirvieron de mucho a nuestro protagonista en Stalingrado. Gran tirador desde pequeño, contaba que necesitaban cazar ardillas y utilizaban un perdigón para no destrozarlas en exceso y aprovechar su piel, hay que ser muy rápido y certero para hacer diana en un animal tan veloz y diminuto. Después su peripecia en la Marina soviética y ya lanzados a su encuentro con la ciudad que le haría mítico: Stalingrado.
Una vez que fue considerado francotirador el libro coge velocidad de crucero, el grado de detalle del relato es magnífico, Zaitsev nos habla de las técnicas utilizadas para conseguir hacer diana, su preparación era minuciosa, la paciencia era una cualidad exigida si se deseaba lograr el éxito. Prácticamente se puede hablar que seguía un método científico, interrogando a los camilleros o personal sanitario el lugar donde se había recogido al herido, hasta el propio sondeo entre los soldados alcanzados sobre la posición exacta en la que se encontraban en el momento de ser heridos, todo esto ofrecía una información valiosísima para conseguir localizar al francotirador alemán. No olvidemos que aparte de matar cualquier enemigo uniformado, la labor de estos hombres también se dedicaba a acabar con los francotiradores enemigos. Todos que hayan visto la película mencionada anteriormente (Enemigo a las puertas) buscarán en estas memorias aquel famoso enfrentamiento con el experto tirador llegado desde Berlín, Vassili Zaitsev lo describe, le apoda al francotirador alemán Konings, según estas memorias anduvo una semana tras él hasta que lo alcanzó. Según parece, Anthony Beevor pone en cuestión esta leyenda, seguramente sí que pudo existir tal enfrentamiento, pero no pasó de uno más de los que mantuvo con los francotiradores germanos.
La descripción de su labor es en ocasiones de gran crudeza, pero es que estamos hablando de una guerra sin cuartel, las luchas cuerpo a cuerpo fueron una constante y Zaitsev no fue una excepción, terrible el relato donde explica como acaba estrangulando a un alemán. Vistosos e interesantes son también sus encuentros con el mariscal Chukov y su capítulo final una vez considerado Héroe de la Unión Soviética en Moscú.
En definitiva, un buen relato de la terrible batalla de Stalingrado desde la óptica de un francotirador de élite con todo detalle y rudeza, su lectura llega a hacerse corta y te deja la sensación de haber deseado leer muchas más de sus peripecias en el frente de batalla. Un gran acierto de libro.
Fuente imagen: https://www.casadellibro.com/libro-memo ... 21/2237647El libro comienza con unas breves páginas donde se nos trazan los primeros años de vida de Vassili Zaitsev, su infancia en los bosques de los Urales con su abuelo, un experto cazador del que aprendería todo el arte de la caza, unas lecciones que sirvieron de mucho a nuestro protagonista en Stalingrado. Gran tirador desde pequeño, contaba que necesitaban cazar ardillas y utilizaban un perdigón para no destrozarlas en exceso y aprovechar su piel, hay que ser muy rápido y certero para hacer diana en un animal tan veloz y diminuto. Después su peripecia en la Marina soviética y ya lanzados a su encuentro con la ciudad que le haría mítico: Stalingrado.
Una vez que fue considerado francotirador el libro coge velocidad de crucero, el grado de detalle del relato es magnífico, Zaitsev nos habla de las técnicas utilizadas para conseguir hacer diana, su preparación era minuciosa, la paciencia era una cualidad exigida si se deseaba lograr el éxito. Prácticamente se puede hablar que seguía un método científico, interrogando a los camilleros o personal sanitario el lugar donde se había recogido al herido, hasta el propio sondeo entre los soldados alcanzados sobre la posición exacta en la que se encontraban en el momento de ser heridos, todo esto ofrecía una información valiosísima para conseguir localizar al francotirador alemán. No olvidemos que aparte de matar cualquier enemigo uniformado, la labor de estos hombres también se dedicaba a acabar con los francotiradores enemigos. Todos que hayan visto la película mencionada anteriormente (Enemigo a las puertas) buscarán en estas memorias aquel famoso enfrentamiento con el experto tirador llegado desde Berlín, Vassili Zaitsev lo describe, le apoda al francotirador alemán Konings, según estas memorias anduvo una semana tras él hasta que lo alcanzó. Según parece, Anthony Beevor pone en cuestión esta leyenda, seguramente sí que pudo existir tal enfrentamiento, pero no pasó de uno más de los que mantuvo con los francotiradores germanos.
La descripción de su labor es en ocasiones de gran crudeza, pero es que estamos hablando de una guerra sin cuartel, las luchas cuerpo a cuerpo fueron una constante y Zaitsev no fue una excepción, terrible el relato donde explica como acaba estrangulando a un alemán. Vistosos e interesantes son también sus encuentros con el mariscal Chukov y su capítulo final una vez considerado Héroe de la Unión Soviética en Moscú.
En definitiva, un buen relato de la terrible batalla de Stalingrado desde la óptica de un francotirador de élite con todo detalle y rudeza, su lectura llega a hacerse corta y te deja la sensación de haber deseado leer muchas más de sus peripecias en el frente de batalla. Un gran acierto de libro.