XIV.- HISTORIA DE UN FARSANTE
Enric Marco
Extraído de Libertad Digital.
“El museo del antiguo campo de concentración nazi de Flossenbürg (sur de Alemania) no volverá a invitar al ex presidente de la asociación española de deportados Amical Mauthausen, Enric Marco, quien ha dimitido tras confesar que jamás estuvo ahí a pesar de haberlo asegurado durante décadas. El director del archivo de Flossenbürg, Ulrich Fritz, quien supo del caso a raíz de las informaciones de prensa, explicó que Marco, al dirigirse a los responsables del museo, aseguró haber sido internado ahí bajo un nombre en clave, "algo que no es insólito", pues fue el caso de numerosos presos.
Muchos judíos, por ejemplo, se daban nombres cristianos, y en el caso de Marco, éste dijo a los responsables del museo no acordarse del que se puso cuando supuestamente lo llevaron el campo, pero sí ofreció su número de internamiento. Luego, los responsables del archivo descubrieron que el número que les había dado Marco correspondía en realidad a otro preso. Esa circunstancia, sin embargo, tampoco era suficiente para descartar que Marco hubiera estado preso allí, pues un mismo número podía servir para un nuevo preso cuando su portador original moría o era trasladado a otro campo, algo que ocurría con frecuencia.
Los números eran un importante signo de identificación para los presos, hasta el punto de que aún hoy en día hay ucranianos que no hablaban ni hablan una palabra de alemán y, a pesar de ello, son capaces de pronunciar su número de entonces en esa lengua, explicó.
Fritz se mostró muy sorprendido por el caso de Marco, un engaño que "rechazamos y condenamos", dijo. "No sabemos exactamente qué pasos podemos dar a partir de ahora, estamos preparando nuestra exposición permanente y acabamos de celebrar el aniversario de la liberación del campo. “
Extraído de “El Espectador”
Era el símbolo de las víctimas del nazismo.
LA MENTIRA DE MARCO
“Cuando llegábamos a los campos en esos trenes infectos, para ganado, nos desnudaban, nos mordían sus perros, nos deslumbraban sus focos”, relataba Enric Marco, ex presidente de la Agrupación Amical Mauthausen y una de las figuras más conocidas de la deportación española a campos nazis. Durante 35 años repitió esta historia, a la que le agregaba detalles como un número de registro –el 6.448– como un mantra del horror.
La historia le mereció varias condecoraciones y nombramientos de honor en organizaciones de víctimas del nazismo. En un año normal, Marco daba 120 conferencias en su país y recibía varias invitaciones a otros países. Hasta el pasado primero de mayo cuando el historiador español, Benito Bermejo, lo obligó a confesar que su historia era una mentira.
Los rumores ya se venían escuchando desde hacía meses atrás. Su ausencia inesperada en los actos de conmemoración del 60º aniversario de la liberación de Mauthausen –lugar al que llegaron durante la Segunda Guerra unos 6.000 españoles y sobrevivieron apenas unos 2.000– fue achacada oficialmente a una enfermedad, sin embargo el propio impostor reconoció que no se atrevía a asistir porque ya se sabía que él había inventado la historia que dio pie a su libro Memoria del infierno, publicado en 1978.
Marco, de 84 años, no salió de España exiliado como miles de compatriotas republicanos al final de la guerra. Ni se incorporó a la Resistencia francesa como contaba una y otra vez en las decenas de entrevistas que le han realizado en los últimos años.
Tampoco estuvo nunca en el conocido campo de concentración de Flossenburg, a pesar de que ha narrado esa supuesta experiencia terrorífica miles de veces. Por tanto, nunca fue liberado por las tropas aliadas, como había narrado, en 1945, al final de la II Guerra Mundial.
Marco es una persona muy conocida en Cataluña, tanto, que en 2001 la Generalitat le otorgó la ‘Cruz de Sant Jordi’ por toda una vida de lucha antifranquista y sindicalista, y por su dedicación, en torno a 20 años, a la Federación de Padres y Madres de Alumnos de Cataluña (FaPaC), de la cual fue vicepresidente por Barcelona.
Una tras otra.
“No mentí por maldad. Me di cuenta de que si lo contaba en primera persona, la gente escuchaba mejor y era más eficaz el trabajo de comunicación sobre el horror que padecieron tantos”, intentó excusarse. La revelación del fraude sembró entre los sobrevivientes el miedo a que este escándalo despierte dudas sobre el valor del testimonio personal para reconstruir la historia reciente.
El fraude empezó a desmoronarse cuando Bermejo no encontró el nombre de Marco en los archivos de Flossenburg, el campo de concentración en el que supuestamente el ahora comprobado timador había padecido el yugo nazi. Cuando esto salió a luz, la primera reacción de Marco fue inventar otra cosa, que era muy difícil de comprobar. Dijo que su nombre no estaba en los archivos porque había regresado de forma clandestina a España para trabajar en la resistencia franquista. Y que por eso carecía de la ficha con que el gobierno francés dotó a los otros liberados que permanecieron en territorio galo.
De nuevo le creyeron, pero el historiador seguía insistiendo en que el relato de Marco era falso. Y así lo admitió su autor que tenía unos relatos realmente conmovedores. Tan real era su historia, que hasta su propia familia terminó engañada. Mucha gente está desolada con la noticia. Neus Català, de 89 años, única sobreviviente española del campo de concentración de Ravensbrück, señala furiosa: “Yo ya sabía que Marco no era un deportado, se notaba que no había estado en los lugares que decía, no conocía Flossenburg, sus descripciones obviamente no coincidían con la realidad”. La superviviente calificó a Marco de ‘mentiroso’ y ‘sinvergüenza’, y deploró el daño que puede hacer el asunto a la causa de los deportados.
"A mí me merecía bastante crédito lo que ellos me decían. Había personas que no estaban muy convencidas de que este hombre hubiera pasado lo que pasaron ellos", explicó.
Fuentes:
Konzentrationslager Flossenburg in Geschichte Und Gegenwart
Peter Heigl, Benedicte Omont
http://www.cjvma.org/e/albums/kleinmann/069-080.html
http://www.flossenburg.be
http://www.flossenburg.be
Saludos amigos
TMV