¡Hola a todos!
Chepicoro escribió:
Si el argumento definitivo para determinar la efectividad de un ejército es si gano o no la guerra, entonces el ejército rojo fue mucho más efectivo que el finlandés en la guerra de invierno... ganaron la guerra después de todo. Para mi el concepto de efectividad tiene que estar ligado al adecuado uso de los recursos disponibles y los resultados conseguidos.
A la primera parte de tu frase, respondo que sí, que el Ejército Rojo fue más eficaz que el finlandés (y que el alemán). La segunda parte de tu frase me parece esencial y correcta, pero seguro que partimos de conceptos diferentes sobre "efectividad militar". Con la definición de "efectividad militar" nos encontramos en una situación similar a cuando se pretende definir, por ejemplo, la "estrategia", o cualquier otro término sujeto a diferentes interpretaciones y perspectivas. Hay tantas definiciones como perspectivas.
Mi perspectiva sobre la efectividad militar está gobernada por un objetivo central: ganar la guerra. No descansa en las habilidades de una fuerza de combate (su organización, experiencia, destreza táctica, finura operacional, liderazgo, etc.), sino en la capacidad del ejército, como institución, para mantener a sus fuerzas combatiendo, para prevalecer sobre el enemigo. La Wehrmacht estaba, en ese aspecto de las habilidades, un par de peldaños por encima de sus enemigos (ya fuere el Ejército Rojo o el U. S. Army), pero estaba dos peldaños por debajo de esos enemigos en su capacidad de mantener a sus fuerzas combatiendo. Tú me dirás: bueno, pero eso es porque soviéticos y estadounidenses tenían más recursos humanos y materiales que los alemanes. Esto es obvio, pero es uno de los componentes de la "efectividad militar".
Las habilidades militares, en el sentido que he expuesto arriba, no garantizan, por sí solas, la victoria en la guerra. Y la mayor evidencia de lo que digo viene dada por la Wehrmacht en la IIGM. Quizás sea más fácil de entender, si acotamos el ejemplo a la guerra en el Frente Oriental en 1941: la Wehrmacht, dos peldaños por encima del Ejército Rojo en cuestión de "habilidades", no fue capaz de conseguir la victoria sobre el Ejército Rojo. Las razones de ese fracaso son muchas y de índole variada, pero todas ellas se resumen en un corolario: el Ejército Rojo prevaleció porque demostró una mayor capacidad que la Wehrmacht para mantener a sus tropas en campaña y combatiendo. En otras palabras, porque demostró mayor "efectividad militar" que la Wehrmacht.
Hay una frase de Reese (en
Why Stalin's Soldiers Fought: The Red Army's Military Effectiveness in World War II. University Press of Kansas, 2011, p. 3) que ilustra muy bien lo que he expuesto:
El Ejército Rojo fue eficaz porque fue capaz de sustentar el combate pese al débil liderazgo de pequeñas y grandes unidades, entrenamiento inadecuado, planificación chapucera, logística insegura, estructuras de mando confusas, cierta interferencia política, una economía perturbada, y, por encima de todo, bajas masivas. La fortaleza de la efectividad del Ejército Rojo fluctuó durante el curso de la guerra. Su capacidad para mantener fuerzas en campaña y combatiendo creció y cayó en relación a la gravedad de los problemas previamente mencionados. Que no se desintegrara bajo el peso de sus problemas internos y la potencia de fuego alemana fue un monumental tributo a, y una prueba de, su efectividad militar.
No quiero extenderme más sobre esto por no entrar en derivas que se alejen del tema de este hilo. Simplemente quiero añadir que cuando se hace la guerra, el mayor objetivo es ganarla. Y si es una guerra a vida o muerte, como fue la nazi-soviética, entonces hay que ganarla a cualquier coste. Afortunadamente para los aliados occidentales, el coste humano de su guerra contra el Eje fue irrisorio (con todos mis respetos y sin ánimo absoluto de menospreciar una sola vida) en comparación con el que pagó el Eje combatiéndolos; por no hablar del que pagaron las fuerzas soviéticas (que a diferencia de británicos y estadounidenses defendían su patria, sus propias vidas y las de sus familias en su propio territorio) y las fuerzas del Eje en el Frente Oriental.
El soldado estadounidense, en general, merece un enorme reconocimiento por el valor y arrojo que demostró al venir a combatir una guerra que se batallaba a miles de kilómetros de su patria. Vino, mayoritariamente, sin experiencia de combate real previa, al igual que sus suboficiales y oficiales; y en muchas ocasiones fue víctima de la inexperiencia, errores y deficiente liderazgo de sus líderes y comandantes superiores. Y en frente tenía, con todas las carencias que necesite el matiz, a un soldado mayoritariamente bregado en muchas batallas y frentes, con excelentes suboficiales (los más capacitados de todos los ejércitos de la IIGM) y oficiales, igualmente bregados en mil batallas. Y, en una notable cantidad, educado e hipnotizado por la bilis del nacionalsocialismo.
El Día-D y la campaña de Normandía en su fase posicional la ganó fundamentalmente el soldado de infantería aliado (ya fuera estadounidense, británico, canadiense, etc.). La superioridad en cifras y recursos, en esa fase, fueron importantes, pero no fundamentales. Fueron fundamentales después, en la fase de movimiento, cuando se pudo materializar en los campos de batalla.
Saludos cordiales
JL