Recientemente subí la recensión de la obra "Goebbels" escrita por el Historiador alemán Ralf Georg Reuth; les agradezco mucho vuestras participaciones en el Hilo (iniciado anteriormente por el compañero Forista Galego), lo mismo que vuestros aportes y comentarios a la misma.
Para quienes aún no la hayan visitado, los invito a leerla en el siguiente link:
viewtopic.php?f=87&t=11431
Estos días recientes he releído una biografía de su esposa, Magda Goebbels, con el propósito de redactar la presente recensión como un complemento de la anterior sobre Joseph Goebbels:
Título: "Magda Goebbels: la Primera Dama del III Reich"
Autor: Hans-Otto Meissner, historiador alemán.
ISBN: 0-8037-6212-7
Editorial: The Dial Press, Nueva York.
Fecha de la edición: 1980.
Encuadernación: tapa dura.
Medidas: 16 cms. x 23.5 cms. x 2.5 cms.
Número de páginas: 288
Idioma: Inglés (Traducida del Alemán al Inglés por Gwendolen Mary Keeble)
Hasta donde llega mi limitado conocimiento, esta obra aún no ha sido traducida al Castellano.
Portada del libro:
Fuente: http://www.amazon.com
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El autor distribuye el material en 26 capítulos; ésta es una obra que incluye -además de sus casi trescientas páginas de texto- 31 fotografías en blanco y negro, 1 mapa, 5 páginas de notas y una bibliografía inusualmente corta de 26 obras consultadas.
Magda Goebbels.
Fuente: soundcloud.com.
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Magda Goebbels tenía inteligencia y refinamiento, poseía una elegancia natural; desde su infancia -y a lo largo de toda su vida- se movió en los círculos de la más alta sociedad europea; dominaba varios idiomas con propiedad y fluidez, exhibía una destacada belleza Nórdica y conocía las reglas de la etiqueta más exigente; la llamaban "La perfecta anfitriona alemana" y también "La anfitriona europea per-excellence"; fue una madre rodeada por seis maravillosos niños, libros, lujos y flores y siempre contó con innumerables admiradores y amigos.
Esta es la historia de una mujer que jugó un importante rol en el más diabólico régimen en la historia, una mujer con el carisma y el glamour de Evita Perón y con una atracción similar por el poder absoluto. Con su esposo, el Doctor Joseph Goebbels, ascendió hasta el pináculo de la jerarquía Nazi. Se suicidó junto a él en el bunker bajo la Cancillería de Berlín después de haber envenenado a sus seis hijos, mientras el Tercer Reich colapsaba en ruinas.
En esta obra, Meissner relata su vida, a la vez grande y trágica, una trayectoria constantemente in crescendo hasta su aciago y horrendo final.
María Magdalena Ritschel nació el 11 de Noviembre de 1901 en Berlín. Su padre era un Ingeniero altamente calificado, urbano, elegante y de impecables modales; usaba un monóculo en su ojo izquierdo (esa suprema marca de distinción en esos tiempos, si bien frecuentemente ridiculizada en caricaturas). Era un hombre eminente, muy bien conectado socialmente y acostumbrado a disfrutar de lo bueno de la vida tanto en el aspecto intelectual como en el material. Su madre, de apenas 20 años, provenía de un ambiente mucho más modesto, ella no se comparaba culturalmente con su esposo y se dedicaba principalmente a llevar nítidamente el hogar; era mucho más afectuosa que él.
Tres años después del nacimiento de Magda, su padre cometió una infidelidad conyugal y su madre hizo algo extremadamente inusual en esos tiempos: presentó una demanda de divorcio. El Doctor Ritschel se mostró como el perfecto caballero que era: de inmediato se declaró culpable, reconoció el derecho de la madre a la tutela de los hijos y se comprometió a proveerlas a ambas generosamente. Con la aprobación de su esposa, él se hizo cargo de la supervisión de Magda, lo cual cumplió detalladamente hasta el día en que Magda contrajo matrimonio.
La ex-señora Ritschel, joven y atractiva, no permaneció divorciada durante mucho tiempo: dos años después contrajo matrimonio con Richard Friedländer, un comerciante multimillonario de raza judía. Así, Magda, la que sería esposa de Joseph Goebbels, el enemigo jurado de los Judíos, tuvo un padre adoptivo Judío. Desde pequeña amó mucho a su padrastro, sobre todo porque él irradiaba un encanto y una calidez personal de las cuales el Doctor Ritschel carecía; además, Magda y su nuevo esposo no tenían hijos.
Estimados amigos, como paréntesis, les comento otra paradoja de Goebbels, el más vehemente y fanático enemigo de la raza elegida: su escritor predilecto era Heinrich Heine, de raza Judía. Siempre me he preguntado qué habrá pensado y sentido Goebbels al ordenar a las turbas Nazis que quemaran sus libros en las infames hogueras...
En su adolescencia, Magda conoció la filosofía budista de manos de su padre biológico, el Doctor Ritschel, quien se sentía muy atraído por las milenarias enseñanzas orientales. Desde entonces, y durante el resto de su vida, los pensamientos de Gautama permanecieron en su mesa de noche y con el paso del tiempo fueron profundizando en su psique.
Mientras Magda estudiaba en Heidelberg conoció al primer hombre de su vida, Günther Quandt, entonces de 37 años de edad; durante el cortejo él la atendió espléndidamente y cuando le ofreció matrimonio ella le pidió tres días para considerarlo, durante los cuales ni siquiera mencionó el tema ni con su madre ni con sus dos padres; luego de aceptar la propuesta, se los dejó saber. El era divorciado y ya tenía dos hijos (5 y 8 años), de los cuales ella se convertiría en madrastra a sus cortos 18 años de edad.
Günther Quandt era uno de los hombres más ricos de Alemania y uno de sus líderes industriales; sus negocios eran reconocidos internacionalmente y habían sido sólidamente afianzados durante tres generaciones familiares.
Por ese tiempo Magda conoció a quien sería su mejor amiga a lo largo de toda su vida: Eleonore Quandt, "Ello":
El autor de esta obra entrevistó muchas veces a Ello Quandt, de quien obtuvo mucha información para este libro.[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "La visita al hermano de su prometido, Werner Quandt, fue para Magda una sorpresa muy reconfortante. Werner había contraído matrimonio recientemente con una mujer joven de la misma edad que Magda, Eleonore Quandt, conocida por su familia como "Ello". Desde el momento en que ambas se miraron una a la otra, Magda y Ello sintieron una simpatía mutua la cual se desarrolló en una firme amistad que duraría por décadas, sobreviviendo el divorcio de Magda (de Günther Quandt) y prevaleciendo la prueba de su matrimonio con Joseph Goebbels, hasta el espantoso final (de Magda)"
La boda se celebró en Enero del '21 y la Luna de Miel transcurrió en Italia. Una de las exigencias iniciales de su esposo fue que se convirtiera el Cristianismo Protestante, a lo cual ella accedió de inmediato.
A lo largo de estos capítulos iniciales, Meissner va trazando un paralelo entre la opulencia en la cual Magda nació, creció y luego vivió con su primer esposo y la modestia (lindante en la pobreza) en la cual Goebbels vivió sus primeros años; sin embargo me enfoco en la vida de Magda y me limito a hacer referencia a ello -sin extenderme demasiado- para no alargar demasiado la reseña.
De este primer matrimonio de Magda nació Harold Quandt; además, adoptaron a los tres hijos de un gran amigo de Günther Quadnt quienes repentinamente habían quedado huérfanos de padre y madre.
El autor relata que en Enero de 1923, Francia invadió y ocupó la región del Ruhr, argumentando que el Gobierno Alemán había fallado en cumplir a cabalidad con las obligaciones impuestas por el "Tratado de Versalles". Una tormenta de indignación patriótica se levantó a lo largo de toda la nación, menciona que en esa época Goebbels se incorporó al Partido Nacional Socialista, luego hace referencia al "Pustch" de 1923 lidereado por Hitler.
Mientras tanto, Magda y su esposo viajaban por Europa y América, visitando en este país Philadelphia, Boston, las Cataratas del Niágara y otros lugares. En uno de estos viajes a los Estados Unidos, Magda conoció a Herbert Hoover, sobrino del futuro Presidente norteamericano (1929–1933); era un joven cuya fortuna multiplicaba sobradamente la fortuna de Quandt. Luego él viajaría hasta Alemania a proponerle matrimonio a Magda, quien declinó la oferta.
Más adelante, estando Magda (27 años) más bella que nunca y siendo una de las mujeres más elegantes y mejor vestidas en Alemania, conoció a un joven muy atractivo (a quien ella llamaba Ernest) con quien tuvo un romance; cuando Quandt la encaró al respecto, Magda tranquilamente lo admitió todo y le pidió el divorcio. Quandt le ordenó salir de su casa inmediatamente, dándole tiempo y permiso para llevarse consigo algo de ropa; además, le ordenó al personal no dejarla entrar de nuevo en casa por ningún motivo. Así, luego de nueve años de matrimonio, Magda salió de su casa con un par de maletas rumbo a la casa de su madre: quien hasta hacía poco era la esposa de uno de los magnates de la industria alemana, ahora se encontraba sin nada y con el peligro de perder la custodia de su hijo.
Enmedio de sus tribulaciones, Magda recordó una serie de cartas escritas nueve años antes, muy comprometedoras sobre la juventud de Quandt; ella había sido siempre muy considerada y amable con los empleados a sus órdenes y le permitieron entrar a la residencia, gracias a lo cual pudo hacerse con ellas; no está claro si jugaron un papel significativo en las negociaciones que resultaron en un arreglo de divorcio, le concedió la custodia de Harold con la única condición de que quedaría anulada si Magda contrajera matrimonio nuevamente; $ 50.000 marcos alemanes para comprar una nueva casa y una renta de alrededor de $ 4.000 marcos mensuales, además de 20.000 marcos en depósito en caso de enfermedad.
Una vez que el contrato del divorcio fue firmado, Günther Quandt, un caballero de la vieja escuela, le envió a Magda un enorme ramo de flores y la invitó al Restaurant Horcher, el más exclusivo de Berlín. Desde entonces, la relación entre ellos fue amistosa, tanto que se reunían con más frecuencia que cuando estuvieron casados -como suele suceder.
Luego de su divorcio, Magda disponía -además de su recuperada libertad- una fuerte suma mensual que le permitía vivir con holgura y con lujos; inicialmente tomó en alquiler un departamento de siete habitaciones en el Oeste de Berlin, en un vecindario muy selecto; dado que la Historia del Arte había sido siempre un área de estudio de su predilección, se le facilitó la compra de obras de arte y antigüedades: cuando estuvo terminado, los expertos afirmaban que difícilmente podría encontrarse un apartamento decorado con tan buen gusto en todo Berlín.
Continuó la relación con su amante pero jamás consideró contraer matrimonio con él: (a) el joven no ganaba ni un marco y (b) según el acuerdo de de divorcio, al casarse de nuevo perdería la custodia de Harold.
En esos meses recibió la visita de Herbert Hoover, de quien hemos hablado antes (vide supra) y ante su propuesta de matrimonio Magda le dijo claramente que ella estaba valorando su renovada libertad y que no pensaba volver a casarse; cuando salían del Club de Golf Wannesee (en donde había tenido lugar la conversación) él condujo su coche a toda velocidad, se salió de una curva y Magda sufrió una doble fractura craneal y otras heridas y contusiones, debido a lo cual permaneció varias semanas en el hospital. No se volvió a saber del pretendiente pero Günhter Quandt hizo todo lo que pudo para asegurar su recuperación.
En esa época conoció al Doctor Joseph Goebbels; Meissner describe el cómo ocurrió:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: (...) Un día, mientras Ernest (su amante) asistía a un Seminario, ella vió un anuncio de una concentración Nazi a realizarse en el Sportpalast y se dirigió hacia allá, probablemente para librarse del aburrimiento.
La música ensordecedora, una marcha, torturaba sus oídos y las inmensas swásticas color rojo la hacían sentir incómoda. Ella sabía que el rojo era el color del proletariado con el cual, en vista de sus ingresos de 50.000 marcos anuales, ella difícilmente podría esperar encontrar lugares comunes.
Sin embargo, el orador de la noche capturó su fascinada atención: por primera vez ella vió al Doctor Goebbels, flaco y menudo, esmirriado, caminaba bajo centenares de brazos extendidos y en medio de aquel bosque de insignias. A medida que él subía a la plataforma, su minusvalía física se evidenciaba más claramente. Magda inmediatamente peribió que estaba vestido con mal gusto, su cabello descuidadamente recortado y con el cuello de su camisa desproporcionadamente ancho.
A medida que pronunciaba su discurso, sin embargo, sus ojos brillaban con una luz feroz, y chispas parecían emanar de sus agitadas manos. Su voz oscura, por momentos metálica, reforzada por los altoparlantes, parecía maravillosamente fuerte, mientras hablaba atronadoramente a la multitud de más de 5.000 personas que lo escuchaban atentamente, abajo. Su manera de hablar, elevando y disminuyendo su voz con cierta enervante monotonía, era tan inusual como el contenido de lo que estaba diciendo. Calculaba finamente las pausas y las frases, cada una de ellas apuntando hacia los puntos más vulnerables de su adversario invisible. Mientras más hablaba, más mordaz se volvía su ironía, más agudos sus sarcasmos, hasta que finalmente lo envolvía todo en un huracán de maldiciones y amenazas contra los enemigos del N.S.D.A.P. y, en un asombroso anti clímax, terminaba con un himno al Führer.
Magda siguió el discurso maravillada, con un creciente interés y con entusiasmo, -increíblemente, según le pareció luego. Ella estaba arrobada por lo que había escuchado, fascinada y extasiada. El orador la había convencido como ningún otro hombre la había convencido antes. El había logrado -como frecuentemente ocurría con sus oyentes femeninas- trabajar en sus sentimientos solamente, mientras que su intelecto estaba suspendido. El orador casi la había llevado a un estado de trance.
Pocos días después Magda se afilió al N.S.D.A.P. escasamente veinticuatro horas antes ella se hubiera reído en la cara de alguien que le hubiera sugerido que se interesaría en la política y se hubiera indignado si alguien hubiera insinuado que se involucraría con un montón de provocadores y busca pleitos como los Nazis. Sin embargo, ella se convirtió en miembro de ese mismo Partido, uniéndose al Partido Nacional Socialista del distrito de Berlín-Oeste, lo cual fastidió a sus amigos tanto como encantó a los Nazis.
Comenzó a desempeñar algunas actividades de base en las oficinas del Partido; distinguida, culta, bella, inteligente y multilingüe, Magda captó rápidamente la atención de los líderes Nazi. Goebbels se fijó en ella y le asignó el archivo de sus papeles personales, así comenzó entre ellos una relación personal cotidiana. Con el tiempo, se comprometieron y Magda ostentaba su anillo de brillantes; Magda llegó a amar a Goebbels y tomaba como una ofensa personal cualquier palabra pronunciada en su contra.
En otro pasaje, el autor relata la ocasión en que Magda conoció a Hitler:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "Que el Doctor Goebbels quisiera presentar a su prometida a Adolfo Hitler tan pronto como fuera posible, era comprensible. El primer encuentro tuvo lugar en el Hotel Kaiserhof en Berlín, en donde Hitler organizaba sus cuarteles generales de vez en cuando. Desde el principio Magda trató al Führer con el mayhor respeto, experimentando en su presencia una excitación hormigueante. El la llevó inmediatamente a la arena de la discusión política, permitiéndole exponer su conocimiento y su habilidad mental. Ella frecuentemente había querido preguntarle lo que realmente quiso decir en ciertos pasajes de Mi lucha o en alguna frase en particular de sus recientes discursos.
Con verdadero instinto, Magda tocó la nota exacta con Hitler. El contestó sus preguntas animadamente. Dado que ella había leído todo lo disponible acerca del movimiento Nacional Socialista, esta primera discusión en el Kaiserhof fue muy estimulante. El Führer estaba deleitado con su inteligencia, su encanto y el interés que ella mostraba en sus asuntos.
El 12 de Diciembre del '31, Goebbels y Magda contrajeron matrimonio.
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: La ceremonia civil fue seguida por otra en la Iglesia, como lo deseaba Magda; Ritter von Epp fue el primer testigo y Hitler el segundo. El altar fue decorado con la bandera de la swastica Nazi, envolviendo un crucifijo.
La procesión recorrió ceremonialmente el trayecto entre la mansión Quandt y la pequeña iglesia y de regreso. En total hubo dieciocho invitados. (...) Atrás de la pareja caminaba Hitler vestido de civil, con la Señora Behrend, la madre de Magda, apoyada en su brazo. Harold, de nueve años de edad, en el uniforme de la Juventud Hitleriana estaba en el frente (...) lo mismo que Ello Quandt y Julius Schaub, el Asistente personal de Hitler por más de veinticinco años (...)"
Joseph Goebbels y Magda en su caminata nupcial; al lado izquierdo de Goebbels, Harold -hijo de Magda- de nueve años de edad; atrás de ellos, Hitler en vestido civil, llevando del brazo a la madre de Magda.
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Fuente: histclo.com.
Estimados amigos: Franz Xaver Ritter von Epp (1868-1946), Primer Testigo de la Boda del Doctor Joseph Goebbels y Magda, era un Oficial del Ejército Imperial Alemán y luego ascendió a altos puestos Nazis; al final de la guerra, fue capturado por los Americanos y murió en un campo de prisioneros. El Segundo testigo de la boda fue Hitler.
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Fuente: http://www.dhm.de
Durante el primer año de su matrimonio nació su primera hija "Helga"; luego vendrían cinco hijos más; los seis hijos del matrimonio Goebbels llevaban nombres cuya inicial era "H" en honor a su Führer: Helga Susanne, Hildegard Traudel, Helmut Christian, Holdine Kathrin, Hedwig Johanna y Heidrun Elizabeth.
Magda al centro de su familia: su esposo Joseph Goebbels, los seis hijos de ambos y Harald Quandt, el hijo de Magda de su primer matrimonio.
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Fuente: http://www.bloomberg.com
En el Capítulo 8 el autor relata algo sobre el atentado a la vida de Hitler por envenamiento de sus alimentos y las consecuencias que ésto tuvo sobre Magda:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "Un día (Berlín, Enero 1933, Hotel Kaiserhof) alrededor de una hora después del almuerzo, todos los que habían participado en él se enfermaron; sufrieron dolores de estómago, vomitaron y no fueron capaces de ponerse de pie. Médicos fueron llamados urgentemente. El Asistente Brückner fue quien más sufrió y llegó a temerse por su vida. Hitler fue el menos afectado, dado que comía poco y además era vegetariano. Veneno fue encontrado en la comida, no obstante que en pequeñas cantidades, insuficientes para causar la muerte. Desde entonces Hitler se mudó al Palacio de la Cancillería del Reich y Magda, juntamente con su antiguo y confiable cocinero, preparó todas sus comidas desde entonces en adelante (...)"
Sobre la desordenada vida sexual de Goebbels, el autor abunda en anécdotas y menudencias, relacionándolas siempre, por supuesto, con la actitud y respuesta de Magda ante ellas; abre el Capítulo 11 con los siguientes párrafos:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "Antes de casarse con Magda, Goebbels extrajo de ella la promesa de que ella le reconocería el derecho (a Goebbels) a gozar de aventuras extramatrimoniales, prometiéndole él al mismo tiempo no amar a nadie más sino a ella y regresar siempre a ella. En forma artificiosa Joseph (Goebbels) la había convencido de que esa conducta era necesaria para un hombre de su virilidad y no interferiría ni perjudicaría su relación con ella.
Magda estuvo de acuerdo con ésto. Cuando le comentó lo anterior a Ello Quandt -su cuñada, mejor amiga y confidente- Magda agregó: "Un hombre tan brillante, quien vive tres veces más intensamente que los otros, no puede ser juzgado con la misma cinta vara del código moral de la clase media". Ello (Quandt) se desbordó en indignación cuando escuchó aquello"
Magda Goebbels, rebosante y en la plenitud de su vida, junto a tres de sus hijos, entre ellos Harald Quandt, fruto de su primer matrimonio con un magnate de la industria alemana.
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Fuente: http://aangirfan.blogspot.com/2013/01/g ... ewish.html
A lo largo de la obra, el autor describe -entre muchos otros aspectos- la vida social de los Goebbels: las múltiples personalidades que los visitaban, Leni Riefenstahl, Renata Müller, Willyk Fritsch, Jenny Jugo, Lida Baarova (la más famosa de las amantes de Goebbels), la cantante Maria Andergast y otras figuras famosas. El autor explica que la hospitalidad ofrecida a todos ellos era simple, se disponía generalmente de un buffet frío o una comida simple -inclusive espartana; en la casa de los Goebbels el alcohol no era servido pródigamente, no había grandes parrandas ni fiestonas y el ambiente en los convivios era más bien formal; menciona que cuando se reunían grupos de amigos muy cercanos, el mismo Goebbels tocaba el piano y cantaba, talentos de los cuales el público en general desconocía. Magda también tocaba piano, especialmente canciones de Schumann y Schubert.
El autor cuenta que Magda se las ingeniaba para cumplir con todas las exigencias de una buena anfitriona, especialmente por la costumbre de su esposo de llegar a casa repentinamente y con varios invitados; o bien avisándole media hora antes de aparecer, por ejemplo, con el Zar Boris de Bulgaria y toda su comitiva ; cuando Goebbels invitaba al Duque de Windsor (ex Rey de Inglaterra) y a su esposa la Duquesa de Windsor, Magda a veces tenía noticias de ello cuando los veía frente a su puerta. Otros huéspedes frecuentes eran Erwin Rommel y el Príncipe Umberto de Italia.
El Doctor Joseph Goebbels con sus hijas Hilde y Helga, en la Celebración de Navidad en el Saalbau Hall Friedrichshain, en Berlín, 1937.
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Fuente: http://www.isnare.com
El autor comenta algunas intimidades financieras de la pareja y la manera en que se manejaba el dinero entre ambos:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "En cuanto al dinero, Goebbels era generoso. El entregaba a su esposa la mayor parte de su salario, pero desafortunadamente nunca era suficiente. Como hemos visto, el egocéntrico, amoral Goebbels era casi fanáticamente correcto en todos los asuntos relacionados con dinero. El solamente permitía que se le pagara su salario como Ministro y Gauleiter, además de lo que le reportaban sus libros y artículos, y cobraba solamente si su presencia era relacionada en recepciones oficiales y no con entretenimientos privados. El era particularmente cuidadoso en cuanto a que los costos del auto de Magda no fueran cubiertos con fondos oficiales. (...)"
Sobre la admiración de Magda por la Filosofía Budista, Meissner nos dice:
Y aquí otro aspecto curioso de la multifacética personalidad de Magda:[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "Ella conservó su fe en el Budismo hasta el final. Interesantemente, ella no hablaba del tema con nadie, ni siquiera con los más cercanos a ella, excepto con Ello Quandt -de un tema que bien pudo ser su más firme convicción. Y ni siquiera Ello pudo decir cuán serio era su compromiso con el Budismo. Todo lo que sabemos es que desde que ella era adolescente hasta el día de su muerte, los escritos Budistas estuvieron siempre en su mesa de noche. Ella los leía solamente por la noche, cuando todo a su alrededor estaba tranquilo."
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "No obstante su iluminada mente, Magda era supersticiosa, a veces hasta primitivamente supersticiosa. consultaba frecuentemente gitanos que predecían el futuro, quienes sin excepción le profetizaron que entre las edades de cuarenta y cuarenta y cinco ella encontraría una muerte antinatural. Cuando el final se estaba acercando, ella recordaba y hablaba acerca de estas predicciones"
Sobre la manera de educar y disciplinar a sus hijos, Meissner nos dice:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "Goebbels fue un padre bueno y amoroso, él cuidaba a sus hijos. Ni él ni Magda creían en el castigo corporal, por tanto ni uno de sus niños supo lo que era éso; sin embargo el comportamiento de éstos era ejemplar en todo tiempo. Cuando no había invitados ellos comían con sus padres, quienes les permitían charlar cuanto quisieran. Ambos padres escuchaban con interés lo que ellos tenían que decirles. Ellos eran diligentes sin ser coaccionados, aprendían rápidamente y no eran de ninguna manera petulantes con otros niños. A pesar de que él mismo era inusualmente vanidoso, Goebbels no les permitía a sus niños creerse mejores que sus compañeros"
Hitler con la familia Goebbels: en la época de esta foto solamente habían nacido tres de sus seis desdichados hijos.
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Fuente: http://www.uncommon-travel-germany.com
Raramente viajaban juntos al extranjero; Goebbels recorría Alemania e Italia por sí mismo; una vez llevó a Magda a un tour en Grecia en el '36, en donde el Gobierno les brindó una magnífica recepción, pero en los últimos años de su matrimonio viajaban cada quien por su lado. Las razones para ello no están claras. Cualquier otro hombre se hubiera sentido muy orgulloso y felíz de ser visto en público con tan elegante, bella y cultivada mujer como Magda, quien hablaba varios idiomas con fluidez y pudo haberle ganado mucha popularidad en el extranjero.
En una ocasión, estando en una reunión del Partido en Nüremberg, alguien en un grupo de mujeres comentó "Eva Braun luce terriblemente insignificante esta noche", el cual llegó a oídos de la aludida quien se quejó lastimeramente ante su protector. A pesar de que Magda no lo dijo, el hecho de que ella formara parte del grupo fue suficiente para caer en desgracia ante el Führer: desde ese día pareció olvidarse de Magda, no volvió a invitarla a su casa, dejó de mostrar interés en los niños; Magda sufrió hondamente por ello y le pidió al Asistente Brückner conseguirle una cita con Hitler para demostrarle su inocencia, pero todo fue en vano: Hitler dió órdenes de que no deseaba verla. Muy probablemente Eva Braun estuvo detrás de esa ridícula severidad, no solamente por el comentario de marras, sino porque ella estaba celosa de la más elegante, más inteligente y mejor educada Magda.
Desde ese tiempo en adelante, por más de un año, Magda y Hitler no intercambiaron una simple palabra en privado. El no tomó nota del cumpleaños de Hedda ni envió sus felicitaciones a Magda por su cumpleaños, ni un saludo Navideño como había sido su costumbre. Ese conflicto nunca fue completamente resuelto; el hielo solamente se derritió gradualmente a medida que la guerra y otros eventos fueron imponiéndose.
A la relación adúltera entre Goebbels y la bella actriz checoeslovaca Lida Baarova, "in specificus", Meissner dedica un capítulo completo, el 16 "El escándalo Baarova": menciona que Lida Baarova fue por un tiempo una huésped frecuente de los Goebbels en su residencia, junto a otras celebridades.
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: “Un día, Joseph (Goebbels) llamó por teléfono a Magda en Schwanenwerder para decirle que llegaría para la hora del té, agregando que Lida Baarová lo acompañaría. Goebbels frecuentemente hacía esa clase de visitas, trayendo acompañantes femeninas con él. Magda preparó el té y todo lo necesario para recibirlos, pues se había sentido muy solitaria recientemente. Goebbels llegó en su mejor forma, llevándole flores y saludándola muy respetuosamente. Lida Baarova también mostró sus mejores cualidades y modales.
Los tres conversaron durante una media hora aproximadamente, después de lo cual Goebbels le dijo directamente a su esposa “Tengo algo muy serio que discutir contigo: la Señorita Baarová y yo nos amamos”. Lida lo confirmó inmediatamente, con énfasis considerable “Sí, nos amamos el uno al otro”.
Magda puso su taza de té sobre la mesa y miró fijamente a su esposo con la otra mujer a su lado, sintiendo como si la tierra se hubiera abierto bajo sus pies.
Antes de que Magda pudiera digerir lo que estaba ocurriendo, Goebbels continuó “Tú eres naturalmente la madre de mis hijas y mi esposa. Pero después de tantos años debes comprender que yo necesito una amiga, quiero decir, una amiga en serio”.
El indignado silencio de Magda fue tomado por Goebbels como un consentimiento, o al menos se persuadió a sí mismo de tal significado. Cuando Magda se puso de pié para retirarse, él también se puso de pié, colocando sus brazos alrededor de ella: “Yo sabía que podía contar contigo, Magda, tú eres y siempre serás mi buena vieja esposa”.
La “vieja y buena esposa” no era mayor de treinta y seis años. Pero Lida Baarová tenía veinticuatro. Inmediatamente después la radiante “joven pareja” se retiró y regresaron a la ciudad.”
Lida Baarova, la más famosa de las amantes de Goebbels: en 1945 fue capturada en Czechoslovakia por sospechas de colaboración con los alemanes durante la guera; después de 18 meses fue liberada por falta de evidencias. en 1948 se casó con Jan Kopecky, emigraron a Austria y formaron un grupo itinerante de marionetistas. Luego Kopecky emigró a Argentina y después de un tiempo ella también se mudó a Argentina, en donde vivió en extrema pobreza; más adelante se mudó a Italia y apareció en varias películas, se mudó a Salzburgo, se casó con un Médico sueco en 1969; en 1990 reapareció en la escena cultural de la República checa, publicó "Las memorias agridulces de Lida Baarova", la cual luego fue trasladada al cine con una película del mismo nombre, que ganó un Premio en el Festival de Arte fílmico de 1996 en Slovakia. Luego de padecer el mal de Parkinson, murió en Salzburgo en el 2000.
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Fuente de la información: http://www.wikipedia.org
Fuente de la fotografía: http://www.theapricity.com
Estimados amigos: he buscado esta obra y no la he encontrado ni en Inglés ni en Castellano; si alguien sabe de la versión en cualquiera de estos idiomas le agradecería me lo dejara saber...
Magda tenía experiencia en este tipo de situaciones con las amantes de su esposo: Meissner cuenta la vez en que tuvieron como huésped a otra dama muy atractiva; ella comprobó que Goebbels y esa joven habían sostenido un encuentro sexual en su propia casa la noche anterior.
Al día siguiente, durante el desayuno, Magda se esforzó en comportarse excelentemente bien tanto con esposo como con la huésped. Pero inmediatamente después de que su esposo se retiró hacia su trabajo en las oficinas del Ministerio y ambas mujeres se quedaron solas en la mesa, Magda la miró directamente a los ojos y le dijo: “Mi motorista tiene listo mi carro. El te llevará a la estación de trenes. No dispones de mucho tiempo para empacar tus cosas.”
En este mismo Capítulo Meisssner describe varias situaciones, por ejemplo cuando el Doctor Goebbels visitó Praga: imprudentemente llevó a Lida Baarová consigo y ambos se alojaron en el mismo hotel. “Con su característica falta de consideración, ésto sucedió precisamente mientras Magda daba a luz a su hija Hedda” (p.175)
Estimados amigos: la relación "a tranca" entre Goebbels y Magda los llevó finalmente a plantearse el divorcio, pero Hitler no lo permitió. Sobre este punto encontrarán detalles en mi recensión de "Goebbels" de Ralf Georg Reuth, por lo cual -en aras de la brevedad- los omitiré en esta reseña; para quienes deseen leerlos les incluyo el link a esa reseña, en este mismo Foro:
viewtopic.php?f=87&t=11431&hilit=Ralf+G ... h&start=15
Cuando Berlín estaba colapsando y el naciente III Reich ya estaba en ruinas, los Goebbels tomaron la decisión de asesinar a sus seis hijos y luego suicidarse. El autor narra lo sucedido:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "Magda durmió toda la noche, cansada hasta morir; hacia el final de la tarde, una enfermera vino a Ello (Eleonor Quandt, su amiga de toda la vida) y le dijo que a Magda le gustaría verla. Magda estaba aún en cama cuando Ello entró a su habitación (en el bunker bajo la nueva Cancillería), su cabellera rubia estaba suelta, enmarcando su pálido y triste rostro. ella parecía haberse recuperado algo.
"Por favor, Ello, ven y siéntate cerca de mí, le pidió, tomando las manos de su amiga entre las suyas, tengo algo que decirte. Te mentí hoy al mediodía. Te hablé de armas maravillosas que serían fabricadas... todo eso no tiene sentido, son farsas cocinadas por Joseph (Goebbels). Nosotros no tenemos nada más, Ello, nada en absoluto. Estamos hechos... la derrota total es ahora cuestión de semanas. Podría ser inclusive en los próximos pocos días (...)
Ella permaneció en silencio. Ello también. (...)
"Magda: qué pasará contigo, con tu esposo, con vuestros hijos?"
"Debemos morir todos, Ello, pero por nuestras propias manos, no a manos del enemigo"
"No, por Dios, Magda, no digas éso, es demasiado horrible... los rusos no han llegado, debe de haber alguna vía de escape, al menos para tí y los niños".
"No, contestó Magda firmemente, para mí no hay escape y yo tampoco estoy buscándolo (...) la vida que vendrá después del colapso no valdrá la pena vivirla" dijo, enfatizando cada palabra "A corto o largo plazo toda Europa será dominada por el Bolchevismo. Nosotros éramos el último valladar en contra de la marea roja. (...) Nosotros hemos demandado cosas monstruosas del pueblo alemán, hemos tratado otras naciones sin piedad y con crueldad. Por ello los vencedores tomarán venganza... no podemos dejarles pensar que somos cobardes. Todos los demás tienen derecho a vivir, nosotros no... lo hemos anulado"
Más adelante, Magda le dice a Ello:
[b][i][color=#FF0000]Hans-Otto Meissner[/color][/i][/b] escribió: "Como su esposa yo permaneceré a su lado. Nadie pensará que yo dejé de amarlo, quizás aún lo amo, en contra de toda razón, en contra de toda mis experiencias con él. Sea lo que sea que yo tenga que pasar, Joseph es mi esposo, yo debo de ser leal a él y mantener nuestra relación hasta la muerte y aún más allá. (...)
Sería igualmente imposible para mí hacer lo opuesto, es decir, defender lo que él ha hecho, justificarlo ante sus enemigos, hablar por él sin convicción. No podría hacer éso tampoco. El hacerlo iría en contra de mi conciencia. Asi es que ya lo ves, Ello, sería imposible para mí continuar viviendo"
Por un largo rato Ello no no pronunció palabra. Luego le preguntó suavemente:
"Y los niños ? qué pasará con ellos?"
Magda se cubrió el rostro con sus dos manos "Nosotros nos los llevamos con nosotros, ellos son demasiado buenos para el mundo que viene. Joseph será señalado como uno de los grandes criminales que Alemania ha producido jamás. Sus niños oirían éso diariamente, la gente los atormentaría, los despreciaría y los humillaría. Ellos tendrían que soportar la carga de sus pecados; la venganza sería arrojada a ellos"
"Solamente mi Harold me sobrevivirá. El no es hijo de Goebbels y felizmente ahora es prisionero de los Ingleses.
"Todo ha sido arreglado. Cuando las cosas lleguen a cierto punto, les será administrado un fuerte sedante. Luego, cuando ellos estén dormidos, se les inyectará Evipan o algo, suficiente para... para..."
Ella no pudo continuar, pero a Ello le quedó claro que Magda asesinaría a sus seis hijos inyectándoles veneno."
Estimados amigos: debido al límite máximo de caracteres aceptados por el sistema para cada post, debo interrumpir la presente reseña en este punto; amablemente continúen su lectura en el siguiente post (2/2)
Saludos cordiales desde Nueva York,
Antonio Machado