No veo ningún fundamento sólido para estas suposiciones. De hecho, los soviéticos hicieron prisioneros a muchos generales y oficiales superiores de la Wehrmacht y la SS, y no conozco ningún caso de un trato como los arriba descritos, más allá de los rigores y condiciones del cautiverio soviético (y alemán), muchas veces mortales. A excepción de los más altos mandos políticos y militares, los soviéticos podían juzgar al resto de políticos y militares alemanes, y así lo hicieron en distintas ocasiones, ya en 1943 y, principalmente, entre diciembre de 1945 y febrero de 1946. Tenían dos tipos de penas a aplicar en caso de sentencia condenatoria: muerte en la horca y trabajos forzados de 15 a 20 años. En la pena máxima, el decreto (de 19 de abril de 1943*) que la regulaba exigía un ahorcamiento público y que el cadáver del sentenciado debía quedar colgado durante varios días para que todo el mundo supiera el duro castigo que caería sobre quien torturaba o asesinaba a la población civil. En la figura 1 del siguiente enlace podéis ver una muestra de lo dicho, en este caso alemanes colgados por crímenes de guerra en Kiev, 1946:mark escribió:Claro fermat, pero piensa que si hubiera salido a combatir no hubiera sido contra los americanos sino contra los soviéticos. ¿Qué trato crees que hubieran dado los soldados soviéticos a un Hitler prisionero? Parece difícil pensar que hubiera llegado vivo a un posible juicio y más factible creer que hubiera muerto ejecutado, apaleado, ahorcado o cualquiera sabe y después hubieran expuesto su cadáver, ¿no crees?,fermat escribió:Salir a combatir no garantiza la muerte. Puedes ser herido y acabar cayendo prisionero, sin tener la posibilidad de quitarte la vida. Eso para un paranoico como Hitler era algo que sin duda no se le escapaba.
http://muse.jhu.edu/journals/holocaust_ ... gures.html
Sin embargo, los soviéticos ya no podían juzgar a Hitler y los altos jerarcas nazis (políticos y militares), pues a estos individuos debía juzgarlos un tribunal militar internacional, tal como sucedió con el TMI de Nuremberg. Hitler, pues, no correría una suerte diferente a la que tuvieron Göring, Keitel y demás acusados en Nuremberg, caso de caer prisionero de los soviéticos.
Lo que Hitler dijo en su testamento fue que no quería brindar la oportunidad, con su captura, de ser utilizado por los judíos para ofrecer un espectáculo a las masas excitadas. A Weidling le dijo que no quería “morir como un perro”, tal como estaban muriendo los soldados alemanes en el frente. Y seguro que podemos recoger al respecto otros testimonios suyos similares. El problema es que Hitler no siempre decía lo que realmente pensaba, o no decía todo lo que pensaba. No dudo de su real temor a quedar expuesto a cualquier supuesto tipo de agravio o escarnio público por parte de sus enemigos caso de caer prisionero, pero estoy convencido de que el mayor temor de Hitler, como ya dije (y como ha venido repitiendo fermat), en este caso, era tener que responder de sus actos, decisiones, órdenes y crímenes ante los aliados y ante el propio pueblo alemán. De hecho, algunos de los conspiradores políticos y militares alemanes eran partidarios de arrestar a Hitler (en vez de matarlo) y someterlo a un juicio público para enterar al pueblo alemán de todos los crímenes que se habían cometido por órdenes suyas, siguiendo sus directrices o en su nombre, neutralizando así el resurgimiento de otra leyenda de “puñalada por la espalda”. Eso jamás lo podría soportar Hitler; más que cualquier posible dolor físico temía este dictador quedar expuesto al ridículo, desnudo ante la realidad de sus crímenes y embustes. Y por ello, realmente, se suicidó.
*Para una introducción sobre los juicios soviéticos de posguerra contra criminales de guerra, véase el artículo de Alexander Prusin, "Fascist Criminals to the Gallows!": The Holocaust and Soviet War Crimes Trials, December 1945-February 1946. Holocaust and Genocide Studies, Volume 17, Number 1, Spring 2003, pp. 1-30.
Saludos cordiales
JL