Buenas,
a ver qué os parece:
http://www.danielestulin.com/2011/07/12 ... lez-hevia/
El régimen nazi y su germanismo protestante - Leo Gzález.
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Re: El régimen nazi y su germanismo protestante - Leo Gzález
¿Quien es Leoncio Gonzalez Hevia?
Los oficiales optimistas aprenden ingles y los pesimistas ruso (broma alemana 2GM)
El régimen nazi y su germanismo protestante - Leo Gzález.
Saludos a todos y buen verano.
El artículo me ha parecido interesante.... tampoco hay desperdicio en el debate que se ha generado por el mismo y a riesgo de ser tildado de agente del Vaticano o de algún servicio de inteligencia me atreveré a dar mi humilde opinión.
Por lo que he podido entender el artículo imputa al cristianismo protestante y a sus principales teólogos el haber dotado de cierta legitimidad filosófica al nazismo y salvando de la quema al catolicismo. Haré algunas consideraciones y reflexiones vertidas principalmente en el libro de Michael Burleigh - "El Tercer Reich", cap. 3 y cap. 9 respectivamente.
Sin entrar en consideraciones que las hay de algunos historiadores de considerar al nazismo como una religión basados en el ensayo de Eric Voegelin en 1937 refiriéndose a la lucha de la Iglesia y comparaba el nazismo con una religión, señalando que como las religiones exigía a sus seguidores sumisión total de la conciencia y entrega del alma. El nazismo como “religión “ política era intransigente en sus pretensiones, inspiraba el fanatismo y la intolerancia extrema con los que pensaban de otro modo, había surgido un Estado – iglesia con sus cultos, dogmas y ritos cuyas creencias consistían en una forma de milenarismo en la que los demonios eran los judíos y los bolcheviques. O estabas con ellos o contra ellos, no cabían las medias tintas.
Parece claro que para Hitler el subordinar y nazificar al cristianismo era una cuestión de segundo orden, para Hitler el movimiento nacionalsocialista no era un movimiento de culto, sino más bien una filosofía política y volkisch que nació de consideraciones de carácter exclusivamente racista. Era una filosofía que no propugnaba cultos míticos, sino que se propone más bien cultivar y dirigir un Volk que está determinado por su sangre.
Para los nazis Cristo era un inconveniente salvo cuando le crucificaban los judíos, claro está. Los nazis plantearon todo su movimiento con un corolorario lógico de enfrentamiento final y apoteósico contra la judeidad mundial, el nazismo no se limitó a apropiarse unos cuantos elementos litúrgicos externos, lo necesario para ganarse a un país mayoritariamente cristino, sino que ofreció una salida a una angustia existencial, ofreció la salvación a una crisis ontológica.
Los nazis despreciaban el cristianismo por sus raíces judaicas, su afeminamiento, su espirituralidad y su universalidad. El perdón no era para odiadores resentidos, ni la compasión de gran utilidad para gente que quería aplastar a los débiles. El cristianismo era una “enfermedad del alma”. Asimismo muchos nazis eran visceralmente anticlericales, habría que remontarse a la Reforma o a los extremos del liberalismo anticlerical de la época moderna para ver algo similar a sus groseros ataques a los sacerdotes. Pero sobre todo eran los valores cristianos los que se ponían en el camino nazi impugnando todas sus reivindicaciones y obstaculizando la desinhibición moral necesaria para su delirio racial.
¿Por qué no hubo una mayor resistencia de las jerarquías cristianas?. Puede argumentarse que entre los nazis y muchos eclesiásticos habían zonas de entendimiento, tales como su antibolchevismo, antijudaísmo y el sentimiento de que el país se había venido abajo durante la República de Weimar. Especialmente en el antijudaismo me atrevería a calificar de imperdonable tal conducta y creo que vicia de inicio cualquier actitud de las Iglesias cristianas durante el periodo de gobierno de los nazis, no estuvieron a la altura y no supusieron – salvo casos asilados – resistencia digna de llamarse así frente a los nazis.
Yo reconozco que en este asunto tenía una visión totalmente diferente y este foro y las opiniones en dicho tema y las lecturas que he podido hacer a posteriori me han hecho llegar a esa conclusión y como todo cambio mental “ideológico” me ha costado lo mío asumirlo dado mi condición de cristiano.
La mal llamada “lucha de la Iglesia” fue fruto más de un control de sus propias instituciones y de no poder sus cotas de influencia en la sociedad alemana nazi que una cuestión de principios fundamentales, los nazis no tuvieron en la iglesia ningún baluarte firme y creo que fue un factor fundamental en la desinhibición de muchos nazis en cuanto a la consideración inmoral y aberrante de sus acciones.
Los “cristianos alemanes” eran un movimiento dentro del protestantismo concebido para revivir la religión a través de una participación intensa en la política volkisch, creando una iglesia del pueblo como una comunidad de raza y sangre, para ojos de muchos cristianos el nacionalismo era un movimiento semirreligioso en el que participaba un número de protestantes y católicos y dicha comunidad de cristianos alemanes fue un intento de poner una cuña ante el carácter abrumadoramente cristiano del pueblo alemán que obligó a Hitler a disfrazar sus ideas personales con invocaciones sermoneadoras del Altísimo y a distanciarse de los irreligiosos radicales dentro de su partido.
Políticas que no se aplicaron en Alemania o Austria, ni en Francia o Noruega, fueron sistemáticamente aplicadas en Polonia y ante una mayoría católica y un movimiento clerical católico con fuerte sentimiento patriótico, los nazis lo extirparon. En 1941 casi todas las iglesias de Posen – Gnesen estaban cerradas y el 11 % del clero católico había sido asesinado, el resto deportados o encarcelados con no pocos casos de torturas en campos de concentración nazis.
Aunque el caso de Polonia mostró claramente qué política a largo plazo tenían los nazis con las Iglesias, las mismas cerraron sus puertas a los demás perseguidos, en especial a los judíos y primero a los propios enfermos mentales alemanes frutos de los planes eugenésicos. Lógicamente sí que hubo protestas esporádicas y actitudes valerosas de muchos eclesiásticos por cuestiones que afectaban directamente a sus Iglesias y a sus doctrinas básicas pero dicha actitud de protesta por lo que les afectaba iba acompañada de un silencio total respecto a crimines horribles contra otros seres humanos y de actos en contra de cualquier moral ya sea cristiana o civil.
Hitler en su declaración política inaugural en el Reichstag proclamó: “El Gobierno nacional considera que ambas confesiones cristianas son el factor más importante para el mantenimiento de nuestra sociedad”, parece que declaraciones de ese estilo calmaron el nerviosismo de la comunidad protestante ante un tercer canciller católico sucesivo, aunque dicho temor se vio acallado con el rumor de que Hitler “pensaba como un protestante”.
La alta jerarquía protestante y católica apoyaron públicamente a Hitler como canciller, prefiriendo pensar que se trataba del advenimiento de una nueva era ético – espiritual que acabaría con el materialismo y el desorden de la R. de Weimar, pero por otro lado, otros altos miembros estaban lógicamente preocupados por las ideas anticristianas de Mythos des 20. Jahrhunderts, de Alfred Rosenberg, sobre el que el obispo Galen de Münster declaró: “Si esto es la ideología nacionalsocialista, nosotros rechazamos la ideología nacionalsocialista”. ( citado pág. 758 libro “El Tercer Reich” – M. Burleigh. ).
Hitler sabía que tenía que ser ambiguo en cuestiones espirituales para lograr un modus vivendi con las iglesias cristianas. Su estrategia inicial fue doble, la fe dominante con 40 millones de alemanes se controlaba a través de una autocoordinación de las iglesias estatales autóctonas, lo que se lograría mediante el patronazgo estatal de una secta llamada los “cristianos alemanes” y la imposición de un “obispo del Reich” protestante.
En cuanto a los católicos el propio Pío XI creía que la diplomacia era la vía segura para controlar a los nazis y con ese fin firmó unos 40 concordatos que para Hitler supuso un éxito diplomático y lograba reconocimiento internacional para su régimen. Desde el punto de vista de la Iglesia católica protegía a sus organizaciones apostólicas católicas y trazaba una línea clara que permitiría – en teoría – la impugnación legal de cualquier abuso.
Creo que ese fue un error grave, la Iglesia Católica se vendió para preservar sus instituciones aunque lógicamente intente ante y hoy en día justificar tal actitud con que el fin justifica los medios, y que fue necesario para llegar a la mayor cantidad de perseguidos con sus respectivas instituciones en Alemania.
Lo lógico desde una perspectiva cristiana católica hubiera sido enfrentarse de inicio a una ideología racista y destructiva que iba contra un pueblo como raza la judía que es la base del cristianismo y como “hermanos” creyentes debió luchar, pasara lo que pasara contra el dominio nazi. Está claro que sentado desde un ordenador es fácil decir lo que estoy diciendo y que entrar a juzgar moralmente a miles de personas, en este caso eclesiásticos puede parecer injusto o cínico sin haber vivido lo que ellos tuvieron que vivir, pero sí que hubo otros casos en los que sus curas lucharon frontalmente contra los nazis y sin exigir a nadie actitudes heroicas o suicidas sí creo que sin llegar a tal extremo caben otros matices de lucha o resistencia.
Saludos cordiales a todos.
El artículo me ha parecido interesante.... tampoco hay desperdicio en el debate que se ha generado por el mismo y a riesgo de ser tildado de agente del Vaticano o de algún servicio de inteligencia me atreveré a dar mi humilde opinión.
Por lo que he podido entender el artículo imputa al cristianismo protestante y a sus principales teólogos el haber dotado de cierta legitimidad filosófica al nazismo y salvando de la quema al catolicismo. Haré algunas consideraciones y reflexiones vertidas principalmente en el libro de Michael Burleigh - "El Tercer Reich", cap. 3 y cap. 9 respectivamente.
Sin entrar en consideraciones que las hay de algunos historiadores de considerar al nazismo como una religión basados en el ensayo de Eric Voegelin en 1937 refiriéndose a la lucha de la Iglesia y comparaba el nazismo con una religión, señalando que como las religiones exigía a sus seguidores sumisión total de la conciencia y entrega del alma. El nazismo como “religión “ política era intransigente en sus pretensiones, inspiraba el fanatismo y la intolerancia extrema con los que pensaban de otro modo, había surgido un Estado – iglesia con sus cultos, dogmas y ritos cuyas creencias consistían en una forma de milenarismo en la que los demonios eran los judíos y los bolcheviques. O estabas con ellos o contra ellos, no cabían las medias tintas.
Parece claro que para Hitler el subordinar y nazificar al cristianismo era una cuestión de segundo orden, para Hitler el movimiento nacionalsocialista no era un movimiento de culto, sino más bien una filosofía política y volkisch que nació de consideraciones de carácter exclusivamente racista. Era una filosofía que no propugnaba cultos míticos, sino que se propone más bien cultivar y dirigir un Volk que está determinado por su sangre.
Para los nazis Cristo era un inconveniente salvo cuando le crucificaban los judíos, claro está. Los nazis plantearon todo su movimiento con un corolorario lógico de enfrentamiento final y apoteósico contra la judeidad mundial, el nazismo no se limitó a apropiarse unos cuantos elementos litúrgicos externos, lo necesario para ganarse a un país mayoritariamente cristino, sino que ofreció una salida a una angustia existencial, ofreció la salvación a una crisis ontológica.
Los nazis despreciaban el cristianismo por sus raíces judaicas, su afeminamiento, su espirituralidad y su universalidad. El perdón no era para odiadores resentidos, ni la compasión de gran utilidad para gente que quería aplastar a los débiles. El cristianismo era una “enfermedad del alma”. Asimismo muchos nazis eran visceralmente anticlericales, habría que remontarse a la Reforma o a los extremos del liberalismo anticlerical de la época moderna para ver algo similar a sus groseros ataques a los sacerdotes. Pero sobre todo eran los valores cristianos los que se ponían en el camino nazi impugnando todas sus reivindicaciones y obstaculizando la desinhibición moral necesaria para su delirio racial.
¿Por qué no hubo una mayor resistencia de las jerarquías cristianas?. Puede argumentarse que entre los nazis y muchos eclesiásticos habían zonas de entendimiento, tales como su antibolchevismo, antijudaísmo y el sentimiento de que el país se había venido abajo durante la República de Weimar. Especialmente en el antijudaismo me atrevería a calificar de imperdonable tal conducta y creo que vicia de inicio cualquier actitud de las Iglesias cristianas durante el periodo de gobierno de los nazis, no estuvieron a la altura y no supusieron – salvo casos asilados – resistencia digna de llamarse así frente a los nazis.
Yo reconozco que en este asunto tenía una visión totalmente diferente y este foro y las opiniones en dicho tema y las lecturas que he podido hacer a posteriori me han hecho llegar a esa conclusión y como todo cambio mental “ideológico” me ha costado lo mío asumirlo dado mi condición de cristiano.
La mal llamada “lucha de la Iglesia” fue fruto más de un control de sus propias instituciones y de no poder sus cotas de influencia en la sociedad alemana nazi que una cuestión de principios fundamentales, los nazis no tuvieron en la iglesia ningún baluarte firme y creo que fue un factor fundamental en la desinhibición de muchos nazis en cuanto a la consideración inmoral y aberrante de sus acciones.
Los “cristianos alemanes” eran un movimiento dentro del protestantismo concebido para revivir la religión a través de una participación intensa en la política volkisch, creando una iglesia del pueblo como una comunidad de raza y sangre, para ojos de muchos cristianos el nacionalismo era un movimiento semirreligioso en el que participaba un número de protestantes y católicos y dicha comunidad de cristianos alemanes fue un intento de poner una cuña ante el carácter abrumadoramente cristiano del pueblo alemán que obligó a Hitler a disfrazar sus ideas personales con invocaciones sermoneadoras del Altísimo y a distanciarse de los irreligiosos radicales dentro de su partido.
Políticas que no se aplicaron en Alemania o Austria, ni en Francia o Noruega, fueron sistemáticamente aplicadas en Polonia y ante una mayoría católica y un movimiento clerical católico con fuerte sentimiento patriótico, los nazis lo extirparon. En 1941 casi todas las iglesias de Posen – Gnesen estaban cerradas y el 11 % del clero católico había sido asesinado, el resto deportados o encarcelados con no pocos casos de torturas en campos de concentración nazis.
Aunque el caso de Polonia mostró claramente qué política a largo plazo tenían los nazis con las Iglesias, las mismas cerraron sus puertas a los demás perseguidos, en especial a los judíos y primero a los propios enfermos mentales alemanes frutos de los planes eugenésicos. Lógicamente sí que hubo protestas esporádicas y actitudes valerosas de muchos eclesiásticos por cuestiones que afectaban directamente a sus Iglesias y a sus doctrinas básicas pero dicha actitud de protesta por lo que les afectaba iba acompañada de un silencio total respecto a crimines horribles contra otros seres humanos y de actos en contra de cualquier moral ya sea cristiana o civil.
Hitler en su declaración política inaugural en el Reichstag proclamó: “El Gobierno nacional considera que ambas confesiones cristianas son el factor más importante para el mantenimiento de nuestra sociedad”, parece que declaraciones de ese estilo calmaron el nerviosismo de la comunidad protestante ante un tercer canciller católico sucesivo, aunque dicho temor se vio acallado con el rumor de que Hitler “pensaba como un protestante”.
La alta jerarquía protestante y católica apoyaron públicamente a Hitler como canciller, prefiriendo pensar que se trataba del advenimiento de una nueva era ético – espiritual que acabaría con el materialismo y el desorden de la R. de Weimar, pero por otro lado, otros altos miembros estaban lógicamente preocupados por las ideas anticristianas de Mythos des 20. Jahrhunderts, de Alfred Rosenberg, sobre el que el obispo Galen de Münster declaró: “Si esto es la ideología nacionalsocialista, nosotros rechazamos la ideología nacionalsocialista”. ( citado pág. 758 libro “El Tercer Reich” – M. Burleigh. ).
Hitler sabía que tenía que ser ambiguo en cuestiones espirituales para lograr un modus vivendi con las iglesias cristianas. Su estrategia inicial fue doble, la fe dominante con 40 millones de alemanes se controlaba a través de una autocoordinación de las iglesias estatales autóctonas, lo que se lograría mediante el patronazgo estatal de una secta llamada los “cristianos alemanes” y la imposición de un “obispo del Reich” protestante.
En cuanto a los católicos el propio Pío XI creía que la diplomacia era la vía segura para controlar a los nazis y con ese fin firmó unos 40 concordatos que para Hitler supuso un éxito diplomático y lograba reconocimiento internacional para su régimen. Desde el punto de vista de la Iglesia católica protegía a sus organizaciones apostólicas católicas y trazaba una línea clara que permitiría – en teoría – la impugnación legal de cualquier abuso.
Creo que ese fue un error grave, la Iglesia Católica se vendió para preservar sus instituciones aunque lógicamente intente ante y hoy en día justificar tal actitud con que el fin justifica los medios, y que fue necesario para llegar a la mayor cantidad de perseguidos con sus respectivas instituciones en Alemania.
Lo lógico desde una perspectiva cristiana católica hubiera sido enfrentarse de inicio a una ideología racista y destructiva que iba contra un pueblo como raza la judía que es la base del cristianismo y como “hermanos” creyentes debió luchar, pasara lo que pasara contra el dominio nazi. Está claro que sentado desde un ordenador es fácil decir lo que estoy diciendo y que entrar a juzgar moralmente a miles de personas, en este caso eclesiásticos puede parecer injusto o cínico sin haber vivido lo que ellos tuvieron que vivir, pero sí que hubo otros casos en los que sus curas lucharon frontalmente contra los nazis y sin exigir a nadie actitudes heroicas o suicidas sí creo que sin llegar a tal extremo caben otros matices de lucha o resistencia.
Saludos cordiales a todos.
- tudequieneres
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Re: El régimen nazi y su germanismo protestante - Leo Gzález
Si ciertamente, quién es Leoncio Gonzalez? Buen artículo auf jeden Fall!
Das war nur ein Vorspiel...
TEST