De acuerdo en el primer punto y no en el segundo, una de las grandes contradicciones de Mussolini, que harái que hasta el fascista más irreductible quiera apedrear su tumba, fue su escaso interés y preocupación x lo militar, se dejó impresionar por demostraciones y desfiles y dejó la preparación bélica y la organización militar en manos de un estamento conservador, poco innovador, autocomplaciente con las enseñanzas de 1918 y encima fiel a la casa de Saboya y no al Duce. Todo lo contrario de Hitler que se tomó en serio su autocalificativo de Grofaz (iniciales de algo así como "El más grande comandante militar de todos lso tiempos") y se entrometió en todos los detalles del armamento militar. Claro que ese extremo, de un dictador sin más experiencia q su servicio como cabo de infanteria ordenando como se deben desplegar las divisiones o preocupándose de cual debge ser la pistola de ordenanza también es una receta para el desastre. Quizás el optimo este en el punto medio algo así como Churchill, pero tampoco fue perfecto. En fin, si el Duce se hubiera interesado más en la calidad del armamento que recibian sus tropas o en la preparación y las relaciones entre oficiales y tropa,sus fuerzas Armadas hubieran hecho un papel más decoroso, aunque con el mismos resultado final.Gaetano La Spina escribió:En todo caso, fue Mussolini quien traicionó al pueblo italiano. No lo equipó con unas fuerzas armadas eficientes, y para colmo, se metió de manera oportunista en una guerra que creyó terminaría rápido.
En el segundo punto LA DECLARACIÓN DE GUERRA. Visto desde el punto de vista de Junio de 1940 fue un error? Yo creo que no, si la emergencia de una Alemania Victoriosa parecía inevitable, mejor ser aliado tardío que un neutral q no se puso del lado de Alemania cuando la necesitó. Desde mi punto de vista era lo más conveniente para el interés italiano en ese momento específico (y nadie podía predecir el futuro), el error es anterior, no compaginar el discurso marcial y belicista del Duce, y la Alianza con Alemania que inevitablemente llevaría a la guerra con las potencias occidentales, con una preparación militar adecuada, se traicionó a su propio discurso.