Desde siempre el río Rin ha representado el símbolo de la fuerza nacional del país: una barrera sicológica y a la vez un objetivo militar fundamental que separaba el corazón de Alemania de sus enemigos del oeste. Tras la invasión aliada los generales alemanes presionaron a Hitler para situar a todas las fuerzas disponibles detrás del río. Hitler se negó e insistió en que sus tropas permanecieran en sus puestos y luchar por cada palmo de territorio alemán.
El General Eisenhower implemento una estrategia de frente amplio que sus tropas siguieron en su avance por Francia hasta Alemania. Eisenhower insistió que sus tropas debían atacar desde el mar del Norte hasta la frontera con Suiza y combatir a las fuerzas alemanas en cualquier punto. Los ataques sobre el Rin solamente se realizarían cuando todas sus tropas estuvieran en la orilla oeste del río.
En marzo los ejércitos aliados se encontraban a la orilla del Rin, listos para el asalto. En el norte se encontraba el 21º Grupos de Ejércitos del Mariscal Bernard Montgomery, en el que el Primer Ejercito canadiense sostenía la izquierda de la línea del frente, desde el mar del Norte hasta su unión con el Segundo Ejercito británico cerca de Xanten. Junto al Segundo Ejercito británico, cerca de Wessel, se desplegaba el Noveno Ejercito estadounidense. Al sur de estos se encontraba el 12º Grupo de Ejércitos del General Omar Bradley cubriendo el río hasta Mannheim. Al sur la defensa de la línea estaba al cargo del 6º Grupo de Ejércitos del General Dever hasta la frontera suiza.
Eisenhower quiso conservar su estrategia frente a las críticas del Mariscal Montgomery, quien prefería concentrar sus fuerzas en un frente angosto y marchar sobre el corazón industrial de Alemania. La propuesta de Montgomery estaba cargada de sentido común, pero las consideraciones políticas la hicieron inaceptable.
Eisenhower tenía que considerar el orgullo y las susceptibilidades de los países combatientes, en especial de EEUU, que aportaba el grueso del material y de hombres en la campaña. Todos debían participar en igual modo en la campaña final por la victoria y al plan de Montgomery planteaba unos límites geográficos que podrían convertir el avance en una campaña inminentemente británica. Eisenhower decidió emplear todas sus fuerzas y obligar a retroceder a las tropas alemanas hacia el interior de Alemania.
Pese a todo, Eisenhower estaba de acuerdo en que el principal esfuerzo para cruzar el Rin debía tener el lugar en el norte y que, para la operación, Montgomery debía contar en todo momento de la ayuda del Noveno Ejercito del General Bill Simpson. La razón principal de esta postura era la proximidad de la gran zona industrial del Ruhr. Este enorme complejo era el único motor que le quedaba al Tercer Reich. Capturar el Ruhr era esencial para cortar las últimas fuentes de producción de Alemania. Si el Noveno Ejercito cruzaba el río por el norte y el Primer Ejercito lo hacia por el sur, seria posible hacer una pinza gigantesca entre estos dos ejércitos que precipitaría el colapso de Alemania.
A medida que los aliados se acercaron al río, los alemanes volaron uno a uno los puentes sobre el Rin. Entonces Hitler trato de reagrupar sus fuerzas para resistir los inevitables asaltos cuyo objetivo era cruzar el río. Todos los puentes fueron destruidos, pero en un golpe de fortuna, el Primer Ejercito americano se hizo con el control del puente ferroviario de Remagen, que fue capturado con leves daños. La orilla enemiga del río no era el mejor terreno sobre el que llevar a cabo un avance a plena potencia, pero la naturaleza psicológica de una acción de este calibre aguijoneaba a los aliados. Eisenhower emitió la orden de marcha y sus fuerzas atravesaron la barrera del Rin.
En contraste con los planes de Montgomery de atacar por fases, los norteamericanos pretendían pasar al otro lado de forma improvisada a medida que se diese la oportunidad. Cuando el comandante del Tercer Ejercito el General Patton se entero de que su XII Cuerpo se encontraba cerca del río, ordeno a su comandante que tomara el control del Rin a medida que avanzaba. La 5ª División aprovecho la situación y aquella misma noche su 23ª Regimiento de Infantería paso a la otra orilla del río. El Tercer Ejercito había cruzado el río antes de que Montgomery lanzara la operación “Plunder” el 23 de marzo. Patton anuncio con regocijo: “A las 22:00 horas del jueves 22 de marzo, sin bombardeo aéreo previo, humo, preparaciones artilleras ni apoyo aerotransportado, el Tercer Ejercito estadounidense ha cruzado el Rin”.
Un día después el 21º Grupo de Ejércitos lanzo la operación “Plunder”.
Fuente: Cruzando el Rin, Ken Ford
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