¡Hola a todos!
cosaco escribió:
Derivó en una crítica destemplada de com un hombre que muchos señalan como un Gandul, que imagino que los ibéricos emplearán como sinónimo de Flojo o algo parecido,llego a realizar lo que Hitler hizo. Al resepcto, debo decir, que habiendo leido algo sobre este oscuro personaje, dudo mucho que un tipo perezoso, haya sido capaz de dominar primero a los teutones y luego casi al mundo entero......quizas sin duda que sus males, le trastornaron el sueño y por cierto la mente,,,pero conlcuir que era perezoso porque se levantaba a las 10 de la mañana me parece un juicio muy liviano.
Me imagino que el compañero que primero empleó el término "gandul" en este hilo (Cpt_Muller) lo hizo con el significado de "holgazán" o “vago”. Se desprende de su comentario de que a las 10 de la mañana, cuando el compañero estaba tomando café, ya llevaba dos horas trabajando, a diferencia de Hitler. Luego otros compañeros han ido acotando o matizando los horarios de Hitler durante la IIGM.
Sin embargo, existen buenas razones y testimonios para afirmar que Hitler fue una persona, especialmente en su juventud, que no gustaba en absoluto del trabajo, y menos del trabajo metódico. Las primeras manifestaciones de este rasgo de su personalidad las encontramos en su época de estudiante de secundaria: era un alumno poco aplicado que dejó la enseñanza a los 16 años. Bien, esto por sí sólo no basta para definir a una persona como “gandul” para siempre. De hecho, en el conjunto de la humanidad y de la historia, sólo una minoría acaban sus estudios secundarios y son menos todavía los que empiezan y acaban estudios superiores. Y sin embargo, es mayoritaria la cantidad de personas trabajadoras (no sólo de forma nominal) en el mundo. Por ello, más que el fracaso en los estudios (que puede obedecer a muchos factores) o la ausencia de ellos, lo que importa analizar es la propia responsabilidad del estudiante y los esfuerzos que realiza para sacar adelante su responsabilidad (aprobar los cursos y terminar sus estudios durante el tiempo que duren). Y es evidente que Hitler no se esforzó en la medida de sus capacidades para sacar adelante sus estudios de secundaria sin necesidad de repetir curso o materias en varias ocasiones. Pero tampoco esta actitud de ausencia de compromiso en la responsabilidad (aprobar los estudios) de un adolescente determina el futuro del mismo. Todo dependerá de cómo siga actuando ante las diferentes circunstancias que le pueda presentar el futuro. Aquí la juventud de Hitler es bien esclarecedora.
Su padre murió en 1903, cuando Hitler tenía 14 años y estaba todavía en la escuela; esta desgracia no sirvió de acicate para que mejorara en sus estudios, pues siguió suspendiendo, aunque finalmente se graduó en 1905. ¿Y qué hizo este joven de 16 años que hacía dos años que acababa de perder a su padre? ¿Seguir estudiando, intentando acceder a una escuela superior? ¿Buscar un trabajo para ganarse la vida? Pues no. Este jovenzuelo se pasó dos años llevando una vida de “gandul”, gracias a la generosidad (y ceguera) de su madre, con viaje y estancia en Viena durante unas semanas en la primavera de 1906. Luego, al año siguiente, con 18 años, Hitler convenció a su madre, entonces ya enferma de cáncer, para que le costease la estancia en Viena para sus pretendidos estudios en la Academia de Bellas Artes. Salió para Viena en septiembre de 1907 y en octubre realizó los exámenes de ingreso, que finalmente no superó. Regresó a casa para cuidar de su madre, que murió en diciembre de 1907. En febrero de 1908 Hitler se fue definitivamente a Viena.
En 1908 Hitler era un joven de 19 años de edad, huérfano de padre y madre, que disponía para su subsistencia material en Viena de una pensión y unas rentas de la administración de la herencia de sus padres. Vivió en Viena como un haragán y un vagabundo, ambas acepciones del término “gandul”. No se preocupó de preparar a conciencia su segundo examen de ingreso en la Academia, y lo volvieron a suspender. Mientras que duró su dinero vivió sin hacer nada que le rindiera unos beneficios monetarios, y cuando se le acabó el dinero vivió durante un tiempo en la miseria más absoluta. Cuando conoció a Reinhold Hanisch comenzó una asociación entre ambos (Hitler pintaba y Hanisch vendía), durante la cual Hanisch se cansó de ver (y llamarle la atención) lo poco sistemático que era Hitler en su trabajo (sólo pintaba cuando se acababa el dinero). Véase el “I was Hitler's Buddy” de Hanisch en:
http://www.history.ucsb.edu/faculty/mar ... sBuddy.htm
Y de este tenor continuó la vida de Hitler en Viena hasta su partida hacia Munich, que fue una repetición de lo mismo hasta que se enroló en la guerra del 14. Hasta entonces, con 25 años de edad, Hitler no había hecho gran cosa de utilidad para llevar una vida materialmente sostenible, y sí muchas cosas para ganarse merecidamente el calificativo de “gandul”. Y si somos benévolos en nuestros juicios, tan sólo podríamos calificarlo como un artista de vida bohemia.
Pero un artista bohemio raramente encuentra en el ejército y en la guerra el sentido de su vida, y éste fue el caso de Hitler. Y cuando acabó la guerra, Hitler se volvería a encontrar nuevamente sin oficio ni beneficio de no ser por una serie de circunstancias propicias que lo llevaron a conocer al insignificante DAP y a sus líderes. Y ahí se produjo el cambio que muchos tildan de milagroso (y aun de misterioso), que iniciaría a Hitler en la política.
A partir de entonces Hitler dejó de ser un “gandul”, aunque nunca llegaría a perder ese rasgo de indolencia que lo había caracterizado hasta entonces. Es cierto que podía trabajar duramente, y es notoria su voluntad “de acero”, pero no es menos cierta su inconstancia en el trabajo, su “alergia” a todo trabajo metódico y su desprecio por la administración, que desconocía. En cuestión de trabajo, Hitler llevó más una vida de artista que de político.
Saludos cordiales
José Luis