Desde luego las memorias de Clark al igual que las de otros muchos generales cumplen con la frase manida de ... "Ya lo dije yo y si me hubieran hecho caso..." Al margen de los numerosos casos de autocomplacencia y autojustificación posterior, se me hace extraño el ver que a su parecer la operación Anvil le robó la victoria definitiva contra las fuerzas alemanas en Italia. En realidad Clark podría haber destruído a una parte importante de las fuerzas de la Wehrmacht en la peninsula italiana si en vez de perseguir su gloria personal tomando Roma se hubiera ocupado de destruir al ejército enemigo a finales de mayo de 1944. Hay otras circunstancias de su carrera profesional en Italia como comandante de las tropas aliadas allí que me parecen poco brillantes. Su actuación en Salerno fue mas bien pobre y se escapó del desastre gracias a la superioridad aérea y naval y al hecho de que los alemanes tenían poquísimo tiempo debido al avance británico desde Calabria. Y finalmente Anzio donde tuvo al menos una cierta corresponsabilidad en una operación mal concebida.V.Manstein escribió:"No ocurrió así, aun cuando mucho se habló al respecto, especialmente en las esferas británicas. Supongo que el Primer Ministro Churchill fue el responsable de esas conversaciones y que no tuvo la culpa de que el tema no se tradujera en algo más que palabras. Luego de la captura de Roma, podríamos haber destruido el ejército de Kesselring, con sólo lanzarnos a una ofensiva decisiva. Y allende el Adriático estaba Yugoslavia, en poder de Tito en casi su totalidad, y más allá de Yugoslavia estaban Viena, Budapest y Praga... El mariscal Tito había visitado el cuartel general de Alexander y sugerido que él podría proporcionar cabezas de playa protegidas para un desembarco en Yugoslavia... El general Wilson abogaba firmemente por una operación de esa naturaleza en los Balcanes y hasta el rey Jorge habló, cuando visitó mi cuartel general, de las ventajas de una embestida desde Italia contra Austria... En general, se sabía que el presidente Roosevelt acarició la idea durante cierto tiempo, pero no halló aliento por parte de Harry Hopkíns... De haber estado nosotros allí, adelantándonos al Ejército Rojo; ello habría significado no solamente un colapso alemán más temprano, sino también una reducción drástica de la influencia de Rusia soviética..."
Al margen de todos estos hechos convenientemente silenciados en sus memorias, creo que aunque un desembarco aliado en los Balcanes hubiera disminuído la influencia soviética en la zona, hubiera podido encontrarse con los problemas de tener que luchar en un terreno muy montañoso y pobre en comunicaciones. También los aliados estuvieron en Salónica durante la Primera Guerra Mundial esperando participar en el derrumbe de las Potencias Centrales -como Churchill preveía o deseaba- y también ello estuvieron casi tres años escastillados en una cabeza de puente de escasísima trascendencia en la guerra. También Churchill pensaba que la invasión de Italia llevaría no sólo a la defección de la Italia fascista sino a un irresistible ataque que pondría en peligro el sur de la Europa de Hitler. Ya conocemos el éxito de tal estrategia... Sospecho que lLos EE.UU. se cansaron de las brillantes intuiciones estratégicas churchillianas que ya habían dado algún desastre que otro como por ejemplo Gallípoli, el intento de ayudar a Grecia en 1940-41 o el desastre sufrido en el Dodecaneso en 1943. EE.UU. por contra apostó por la concentración en objetivos en vez de la dispersión de la que Churchill de vez en cuando hacía gala...