El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

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El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 5:59 pm

1.RESUMEN

El “Plan Schlieffen” pasó a la Historia como un plan de guerra cuyo concepto estratégico y operacional desarrolló el entonces jefe del Gran Estado Mayor General (Großer Generalstab), Generaloberst conde Alfred von Schlieffen, en un estudio o memorando (Denkschrift) que escribió en 1906 (aunque estaba fechado en diciembre de 1905). El objetivo estratégico del plan era destruir al ejército francés en una rápida batalla de aniquilación (Vernichtungsschlacht). Para ello, el plan requería desplegar siete de los ocho ejércitos del Ejército alemán entre Metz y Aachen, en el ala derecha del frente alemán, dejando un ejército para proteger el flanco izquierdo en Lorena contra un ataque francés. El plan no preveía enviar ninguna fuerza a Prusia del Este para protegerla de un ataque ruso. El ala derecha del ejército alemán debía atravesar Bélgica y el norte de Francia, y de ser necesario virar hacia el oeste de París, girando continuamente el flanco izquierdo francés para empujarlo finalmente hacia Suiza. Si los franceses decidían atacar el flanco izquierdo alemán en Lorena, entonces le estarían haciendo un favor (liebesdienst) a los alemanes, pues el ataque no conseguiría nada y las fuerzas francesas en el norte quedarían mucho más debilitadas (1).

La historiografía del “Plan Schlieffen” se puede dividir en tres etapas fundamentales. En la primera etapa, 1920-1956, la interpretación dominante fue que el “Plan Schlieffen” era una “receta para la victoria” (“siegesrezept”) que Schlieffen supuestamente había legado a su sucesor Helmuth von Moltke el Joven en febrero de 1906 para una guerra en dos frentes. Moltke, sigue esta interpretación, no supo comprender el plan de guerra que recibió de su antecesor, y lo modificó (“lo diluyó”), y este error garrafal impidió la victoria de Alemania en la guerra en 1914, una victoria que se habría conseguido si Moltke hubiera ejecutado el plan tal cual lo había diseñado su creador. La segunda etapa, 1956-1999, viene marcada por la publicación en 1956 de un libro (2) escrito por el historiador alemán Gerhard Ritter donde se publicaba por primera vez el memorando (Denkschrift) de diciembre de 1905 de Schlieffen. Ritter continuó manteniendo que el memorando era un plan de guerra (el “Plan Schlieffen”) legado por Schlieffen a Moltke para una guerra en dos frentes, pero criticó el plan por una serie de fallos políticos y militares que Schlieffen habría cometido en la concepción del mismo. Las tesis de Ritter sentaron escuela y a partir de entonces esa fue la interpretación dominante en la historiografía hasta 1999, cuando un historiador militar estadounidense, Terence Zuber, publicó un artículo (3) donde desafió prácticamente todo lo que hasta entonces se daba por sentado en la historiografía acerca del “Plan Schlieffen”. Surgió así la tercera etapa, 2001-2020, marcada por un largo y tenso debate entre Zuber y sus críticos (4).

En este artículo quisiera resumir, explicar y, finalmente, valorar las tesis presentadas sobre el llamado “Plan Schlieffen” en estas tres grandes etapas históricas. Sin embargo, antes de entrar en materia, considero necesario explicar brevemente dos aspectos conceptuales que saldrán a lo largo del artículo y que se refieren: 1-al Gran Estado Mayor General, y 2-a los diferentes juegos y ejercicios de esta institución para probar su planes de guerra.

(1) Mark Osborne Humphries and John Maker (Eds.), Germany's Western Front. Translation from the German Official History of the Great War: 1914. Part 1: The Battle of the Frontiers and Pursuit to the Marne (Wilfrid Laurier University Press, 2013), capítulo II, The Campaign Plan for the Western Front, The Historical Development of the Operative Idea). Este libro es una traducción del primer volumen de la historia oficial que el Archivo Imperial alemán (Reichsarchiv) publicó a partir de 1925: Reichsarchiv, Der Weltkrieg 1914 bis 1918. Band I: Die Militärischen Operationen zu Lande: Die Grenzschlachten mi Westem (Mittler & Sohn, 1925).

(2) Gerhard Ritter, Der Schlieffenplan: Kritik eines Mythos (Munich, 1956). Editado en inglés como The Schlieffen Plan: Critique of a Myth (London, 1958).

(3) T. Zuber, 'The Schlieffen Plan Reconsidered', War in History, 1999 6 (3) pp. 262-305.

(4) El debate entre Zuber y sus críticos (Holmes, Foley, Mombauer y Gross) se produjo casi enteramente en la revista trimestral War in History. En el otoño de 2004 se celebró una conferencia en Potsdam, que trataré en su momento, pero sus resultados se reflejaron en el debate, que siguió este orden cronológico:

-T. Zuber, 'The Schlieffen Plan Reconsidered', War in History, 1999 6 (3) pp. 262-305.
-T. Holmes, 'A Reluctant March on Paris'. War in History, 2001 8 (2) pp. 208-32.
-T. Zuber, 'Terence Holmes Reinvents the Schlieffen Plan'. War in History 2001 8 (4) pp. 468-76.
-T. Holmes, 'The Real Thing'. War in History, 2002 9 (1) pp. 111-20.
-T. Zuber, “Terence Holmes Reinvents the Schlieffen Plan – Again”. War in History 2003 8 (1) pp. 92-101.
-R. Foley, “The Origins of the Schlieffen Plan”. War in History 2003 10 (2), pp. 222-232.
-T. Holmes, “Asking Schlieffen: A Further Reply to Terence Zuber”. War in History 2003 10 (4), pp. 464-479.
-T. Zuber, “The Schlieffen Plan was an Orphand”. War in History 2004 9 (2), pp. 220-225.
-A. Mombauer, “Of War Plans and War Guilt: The Debate Surrounding the Schlieffen Plan”. Journal of Strategic Studies, 2005 28 (5), pp. 857-885.
-R. Foley, “The Real Schlieffen Plan”. War in History 2006 13 (1), pp. 91-115.
-T. Zuber, “The 'Schlieffen Plan' and German War Guilt”. War in History 2007 (1), pp. 96-108.
-T. Zuber, “Everybody Knows There Was a 'Schlieffen Plan': A Reply to Annika Mombauer. War in History 2008 15 (1), pp. 92-101.
-G. Gross, “There Was a Schlieffen Plan: New Sources on the History of German War Planning”. War in History 2008 15 (4), pp. 389-431.
-T. Holmes, “All Present and Correct: The Verifiable Army of the Schlieffen Plan”. War in History 2009 16 (1), pp. 98-115.
-T. Zuber, “There Never was a 'Schlieffen Plan': A Reply to Gerhard Gross”. War in
History
2010 17 (2), pp. 231-249.
-T. Zuber, “The Schlieffen Plan's 'Ghost Divisions' March Again: A Reply to Terence Holmes. War in History 2010 17 (4), pp. 1-14.
-T. Holmes, “Absolute Numbers: The Schlieffen Plan as a Critique of German Strategy in 1914”. War in History 2014 21 (2), pp. 193-213.

El último artículo, en lo que yo sé, sobre el debate es de T. Holmes, “Back to the Sources: An attempt to resolve the Schlieffen Plan controversy”. War in History 2020, 28 (3), pp. 525-543.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 6:14 pm

1.1.Gran Estado Mayor General (GEMG)

El Gran Estado Mayor General (Großer Generalstab) fue el nombre con el que se denominó el Estado Mayor General durante la época del Imperio Alemán (Deutsches Kaiserreich). Aunque sus orígenes se remontan a la época de Gerhard von Scharnhorst e incluso más atrás, el GEMG se creó con la Constitución del Imperio Alemán de 1 de enero de 1871 y se disolvió el 28 de junio de 1919 por imposición del Tratado de Paz de Versalles. Su jefe gozó desde 1883 del derecho de acceso directo (Immediatrecht) al Emperador (Kaiser). Esta institución independiente tuvo seis jefes durante el tiempo de su existencia: Helmuth Graf von Moltke el Viejo (1871-1888); Alfred Graf von Waldersee (1888-1891); Alfred Graf von Schlieffen (7 de febrero de 1891-1 de enero de 1906); Helmuth von Moltke el Joven (1 de enero de 1906-14 de septiembre de 1914); y Erich von Falkenhayn (14 de septiembre de 1914-29 de agosto de 1916). Tras la dimisión (forzada) de Falkenhayn, el emperador Guillermo II designó a Hindenburg y Ludendorff para comandar el Ejército, una forma de liderazgo que recibió el nombre de Alto Mando Supremo del Ejército (Oberste Heeresleitung, OHL). Estrictamente hablando, ya no se debiera hablar del GEMG desde ese momento, sino del OHL Hindenburg actuó como Jefe del OHL desde el 27 de agosto de 1916 hasta el 3 de julio de 1919, mientras que Ludendorff actuó como Primer Intendente General (Erster Generalquarttiermeister) desde el 29 de agosto de 1916 hasta el 26 de octubre de 1918, cuando fue sucedido por Wilhelm Groener (desde el 30 de octubre de 1918 hasta el 15 de julio de 1919). De facto, durante el tiempo de su mandato, Ludendorff actuó como dictador militar de Alemania (5).

Entre las diferentes funciones del GEMG, aquí nos interesa la más relevante de todas las que tenía su jefe: la planificación operacional y estratégica de guerra para el Ejército Alemán. La planificación de guerra del Jefe del GEMG variaba dependiendo de las circunstancias políticas y militares (en Alemania y fuera de Alemania), y, una vez adoptada, tomaba la forma de planes de despliegue (Aufmarschpläne) que luego se probaban principalmente por medio de dos ejercicios: los “viajes de GEMG” (Generalstabsreisen) y los “juegos de guerra” (Kriegsspiele). Sobre esta base, el Jefe del GEMG revisaba su plan de guerra cada invierno y el nuevo plan entraba en vigor el 1 de abril de ese año, por lo que los planes se diseñaban por dos años. Por ejemplo, el plan de guerra de 1904/05 significaba que era efectivo desde el 1 de abril de 1904 hasta el 31 de marzo de 1905. Normalmente se destruían los planes del año anterior y la mayor parte de los documentos en los que se basaba la planificación, aunque no siempre se siguió esta norma (6).

1.2.Juegos de Guerra (Kriegsspiele)

Los juegos de guerra alemanes evolucionaron con el tiempo. Los ideados por el barón Leopold von Reisswitz en 1811 usaban una mesa de arena con terreno modelado a escala 1 : 2.373. Se jugaba entre dos bandos, con un máximo de 10 jugadores por bando, donde ningún bando conocía los movimientos del otro. Las tropas se representaban por cuadrados de madera con símbolos para indicar las diferentes armas del servicio. El juego lo dirigía un árbitro conocido como “confidente” (Vertrauter) que disponía de varios ayudantes. El árbitro determinaba el curso del juego tras evaluar los movimientos y adjudicar las decisiones tomadas por los jugadores, y con el concurso de dados para simular la suerte y la incertidumbre en el cálculo de los resultados de la batalla. Se daba una información limitada a cada comandante sobre la fuerza y disposición del contrincante, estado de las carreteras, estación del año y situación de los suministros. Cada jugador remitía las órdenes al árbitro, que actualizaba la mesa del terreno y decía a los jugadores sólo lo que debían saber en este punto de la situación actual. El juego continuaba hasta que pudiera declararse la victoria de uno u otro bando.

El juego fue mejorado más tarde por el hijo de Reisswitz, teniente Georg von Reisswitz. Entre otras modificaciones, sustituyó la mesa de arena por una mesa de mapa topográfico a gran escala (1 : 8.000) que mostraba los ángulos de pendiente de valles y montañas, y por vez primera se simuló el combate con fuerzas tamaño batallón. Recomendó también la reducción del número de jugadores, a cuatro por bando. El juego de guerra de Reisswitz hijo fue el primero en utilizar los colores rojo y azul para identificar a cada bando (el rojo para el enemigo; el azul para el amigo). Se requería el concurso de al menos dos árbitros: uno para conducir el movimiento de tropas, y otro para determinar el resultado de los ataques y registrar las pérdidas. Los árbitros eran responsables de la concepción de una situación inicial realista e interesante. Presentarían un escenario a los jugadores indicando las posiciones de los cuerpos principales de las tropas de ambos bandos, dando razones a los jugadores para conducir los movimientos sobre el tablero. Un comandante remitiría un plan escrito al árbitro conteniendo las maniobras concebidas, las órdenes a las unidades individuales, la pretendida posición final de las tropas, etc. Reisswitz hijo cuantificaba los efectos del combate de modo que los resultados de los enfrentamientos fuesen calculados precisamente, en vez de debatidos. Las reglas cubrían virtualmente cada contingencia de las operaciones de las unidades hasta tamaño de divisiones y cuerpos de ejército. Eran, pues, juegos de guerra rígidos (strenges kriegsspiele) que fueron mejorados más tarde por von Tschischwitz, von Trotha y von Neumann, pero que fueron evolucionando gradualmente hasta convertirse finalmente en “juegos de guerra libres” (freie kriegsspiele), donde el juicio profesional -experiencia táctica- sustituyó a las reglas y a los dados. Quienes más influencia tuvieron en la defensa de los juegos de guerra libres fueron Klemens W. J. von Meckel y Julius von Verdy du Vernois, subrayando que los árbitros debían basar sus decisiones en la experiencia táctica, y no en reglas. Los mapas cambiaron a uno detallado (a escala 1 : 12.000) y uno general a una escala mucho menor (1 : 2.000-3.000), más bloques, escalas y divisores.

Los juegos de guerra de Vernois se podían jugar con un participante en cada bando o por equipos opuestos. El equipo necesario para este propósito era sencillo: mostradores que representaban varios tipos de unidades y tropas, y dos salas separadas con las copias de los mapas relevantes desplegados en cada una. Las órdenes se podían entregar por escrito, pero también era posible ahorrar tiempo y esfuerzo simplemente moviendo los contadores en el mapa. Las distancias se medían con la ayuda de divisores. Se suponía que el árbitro, o líder del ejercicio (Leiter) como lo llamó Vernois para destacar su importancia, debía moverse de una habitación a otra. Primero, presentaría un escenario general a cada bando por separado y les pediría que formularan su plan de campaña, así como sus movimientos iniciales. Habiendo realizado esos movimientos, le proporcionaría al otro bando tanta información sobre ellos como podían esperar recibir en la realidad. En caso de que cada bando estuviera representado por un equipo, también era posible tener en cuenta el tiempo que le tomaría al comandante en jefe comunicarse con sus subordinados, cuyas unidades estaban estacionadas en varios puntos del mapa, y viceversa. Todo esto, afirmó Vernois, haría un juego mucho más fluido y animado que cualquier cosa que von Reisswitz hubiera podido proporcionar.

A partir de la década de 1870, los alemanes comenzaron a diferenciar tres tipos de juegos de guerra: el “pequeño juego de guerra” (kleine kriegsspiel), realizado para probar el efecto del fuego de unidades menores (compañías, escuadrones); el “gran juego de guerra” (grosse kriegsspiel), que entrañaba el ejercicio táctico de unidades hasta tamaño de división; y el “juego de guerra estratégico” (strategische kriegsspiel), que lo jugaban oficiales de estado mayor general y oficiales superiores para operaciones de cuerpo de ejército.

A diferencia de los “viajes de estado mayor” (übungsreisen) realizados por oficiales de estado mayor de formaciones de combate que jugaban operaciones imaginarias con tropas imaginarias en un terreno real, los “viajes de Gran Estado Mayor General” (Generalstabsreisen) eran ejercicios similares, pero realizados por oficiales de GEMG, dirigidos por el Jefe del GMEG, que combinaban juegos de mapa en el cuartel general del GEMG en Berlín con viajes al terreno de operaciones, y terminaba con una crítica del ejercicio. Mientras que los übungsreisen eran juegos a nivel táctico, los Generalstabreisen lo eran a nivel operacional. En cada viaje jugaban dos equipos enfrentados, cada uno compuesto por 25-35 oficiales de GEMG y de todas las graduaciones. Los viajes podían servir para entrenar a jóvenes oficiales de estado mayor general y para unificar doctrina, pero también para probar la viabilidad de un plan de guerra (7).

(5) Véase Walter Goerlitz, History of the German General Staff, 1657-1945 (New York: Praeger, 1953).

(6) Véase más en Terence Zuber, Inventing The Schlieffen Plan. German War Planning 1871-1914 (Oxford University Press, 2002).

(7) Véase Milan Vego (2012), “German War Gaming”. Naval War College Review, Vol. 65, No. 4, pp. 106-147; Paul Schuurman, “A Game of Contexts: Prussian-German Professional Wargames and the Leadership Concept of Mission Tactics 1870-1880”. War in History 2019 28 (3), pp. 504-524. Más detalles en Philipp von Hilgers, War Games. A History of War in Paper (The MIT Press, 2012); también Martin van Creveld, Wargames: From Gladiators to Gigabytes (Cambridge University Press, 2013).

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 6:30 pm

2.ETAPA 1920-1956

Las primeras menciones públicas* al “Plan Schlieffen” surgieron en la inmediata posguerra en Alemania. Buscando chivos expiatorios a quien culpar de la derrota militar alemana, algunos antiguos oficiales del GEMG mencionaron de forma genérica el “Plan Schlieffen”, que consideraban como una “receta para la victoria” (“siegesrezept”), y el error (obviamente del Generaloberst Helmuth von Moltke) de no ejecutar el plan tal como había planificado su creador. Así, por ejemplo, Hermann von Kuhl en Der deutsche Generalstab in Vorbereitung und Durchfürung des Weltkrieges (El Estado Mayor General alemán en la Preparación y Conducción de la Guerra Mundial) (Berlín, 1920); y Wolfgang Foerster en Graf Schlieffen und der Weltkrieg (El conde Schlieffen y la Guerra Mundial) (Berlín, 1921). Estos dos libros de Kuhl y Foerster vinieron motivados fundamentalmente por un artículo titulado “Die deutsche Kriegserklärung und der Einmarsch in Belgien” (“La Declaración de guerra alemana y la invasión de Bélgica”), escrito por el historiador Hans Delbrück y publicado en el Preussische Jahrbücher CLXXV 175 (Jan.-Mar. 1919), pp. 271-80. En este artículo, Delbrück escribió que Alemania había usado el plan de guerra equivocado. En su opinión habría sido más sabio atacar en el Este y defender en el Oeste, tal como había sido el plan del mariscal von Moltke el Viejo entre 1871 y 1888. Una ofensiva en el Este (un Ostaufmarsch, literalmente despliegue Este) habría proporcionado una rápida y fácil victoria sobre los ejércitos rusos en Polonia. Alemania podía haber respetado la neutralidad belga, lo que habría debilitado seriamente el entusiasmo británico por la Entente. En todo caso, era imposible una victoria alemana decisiva. Delbrück concluía que Alemania debía haber adoptado una estrategia de desgaste (Zermürbungsstrategie o Ermattungsstrategie) que condujera a una paz negociada, y no la estrategia del GEMG de perseguir una victoria decisiva o estrategia de aniquilación (Totalsieg o Vernichtungsstrategie) (8).

En su libro citado, Kuhl intentó contrarrestar principalmente los argumentos de que el GEMG se había equivocado en la conducción de la guerra. Para ello proporcionó la primera información detallada sobre la planificación de guerra alemana, diciendo que Schlieffen había legado un plan brillante a su sucesor, quien no supo entenderlo. En un artículo titulado “Warum mißlang der Marnefeldzug 1914?” (“¿Por qué fracasó la Campaña del Marne 1914?”), publicado en el Deutsches Offiziersblatt de 11 de diciembre de 1920, Kuhl criticó la conducción de Moltke de la campaña, y subrayó su incapacidad para comprender el plan Schlieffen.

Foerster hizo del Denkschrift de 1905 de Schlieffen la pieza central de su defensa de la planificación de guerra del GEMG, subrayando especialmente el concepto de Schlieffen de comprometer el máximo de fuerzas en el ala derecha para destruir al ejército francés. Para ilustrarlo, publicó por primera vez el mapa 3 de los documentos (Nachlass) de Schlieffen, que mostraba siete cuerpos de ejército activos y seis cuerpos de tropas de reemplazo girando al oeste de París. Para Foerster una operación así habría proporcionado con seguridad una victoria alemana decisiva. Reconoció que el Denkschrift de Schlieffen contemplaba sólo una guerra en un frente, y que Schlieffen usó tropas, especialmente los cuerpos de reemplazo, que no existían entonces en el orden de batalla del ejército alemán. Sin embargo, lo importante del Denkschrift de Schlieffen, según Foerster, era el concepto de la operación, que legó a Moltke, y que el trabajo de éste era convertirlo en realidad.

Me permito observar que en estas publicaciones citadas, al igual que en otras publicaciones de esas fechas sobre el mismo tema, nunca se presentaron extractos del Denkschrift de 1905 de Schlieffen, sino sólo referencias generales. Los primeros extractos del memorando se presentaron en la serie de la historia oficial de la guerra preparada por el Reichsarchiv, en concreto en su primer volumen publicado en 1925. La tónica al respecto viene dada por resúmenes intercalados con extractos. Por ejemplo, se dice: “El gran memorando final de Schlieffen de diciembre de 1905 constituyó el legado militar que pasó a su sucesor. Debiera considerarse como el fruto de los trabajos intelectuales y de su asiduo estudio de todas las posibilidades militares. Sus notables detalles merecen un estudio detallado”. Y a continuación se reproduce un breve extracto del memorando: “Toda Francia debe considerarse como una fortaleza gigante”. O bien, después de explicar las zonas geográficas donde se podría lanzar un ataque flanqueando desde el norte: “En una operación de este tipo, el teatro de acción se ampliaría para incluir toda Bélgica y el norte de Francia. Desde el principio, el despliegue alemán tendría que tener este hecho en cuenta, extendiendo considerablemente el ala derecha al norte y transfiriendo el principal peso del avance sobre esta ala”. Luego los autores del Reichsarchiv continúan resumiendo el memorando: “El memorando de diciembre de 1905 de Schlieffen estaba basado en el Plan de Despliegue I [Aufmarschplan I] de ese año, en el cual todo el ejército de campaña alemán sería enviado al Oeste. Pero también pedía el uso de más fuerzas de las que había realmente disponibles en esa época. En este sentido, el memorando representaba un argumento para una posterior expansión del ejército así como para mejoras en su plan de movilización” (9). Casi todas las páginas dedicadas a explicar el memorando son resúmenes que intercalan unos cuantos extractos del mismo.

En 1927 y 1933, Groener (10) y Foerster (11) publicaron extractos en forma de facsímiles del memorando de Schlieffen. El de Groener titulaba erradamente el memorando como “Guerra contra Francia aliada con Inglaterra” (Krieg gegen das mit England verbündete Frankreich); el de Foerster lo titulaba correctamente “Guerra contra Francia” (Krieg gegen Frankreich). Ninguno de los dos indicó dónde habían encontrado los originales de sus facsímiles.

Sin duda, el mayor problema del caso del “Plan Schlieffen” y el debate que ha suscitado desde 1999 reside en que la inmensa mayoría de la documentación que se ha preservado es copia mayormente incompleta o resumida de la documentación original, y realizada, en su mayor parte, por antiguos oficiales del GEMG con diferentes propósitos y objetivos. En otras palabras, la documentación original fue sometida a un proceso de selección y exclusión que produjo finalmente las copias. Como la documentación original se perdió prácticamente toda, hoy resulta imposible cotejar las copias con los originales para valorar la fidelidad observada por los copistas con los originales.

La documentación original relacionada con la planificación de guerra alemana previa a la IGM (la que sobrevivió a la norma del GEMG de destruirla año a año, tal como comenté más arriba) se trasladó al acabar la guerra al Archivo Imperial (Reichsarchiv), creado el 1 de octubre de 1919. Los expedientes del GEMG se transfirieron luego del Reichsarchiv al Archivo del Ejército (Heeresarchiv), creado el 1 de abril de 1936. Aquí estaban, entre otros documentos, los Kriegsspiele y Generalstabsreisen de Schlieffen y Moltke desde los años 1890 hasta 1914. Con alguna contada excepción, sólo los participantes y autores de la historia oficial de la guerra publicada por el Reichsarchiv tuvieron acceso a esa documentación original, entre ellos Groener y Foerster. Por desgracia, el 14 de abril de 1945 un bombardeo británico destruyó el Reichsarchiv y el Heeresarchiv, y con ellos se perdió, o se creyó perdida, toda la documentación original de la planificación de guerra alemana previa al comienzo de la misma. Sin embargo, los documentos (Nachlass) de Schlieffen, que habían sido entregados en custodia por su hija mayor al Reichsarchiv en 1933, se habían trasladado al sur de Alemania poco antes del bombardeo citado, y fueron encontrados y confiscados más tarde por las tropas estadounidenses, siendo transferidos finalmente a los Archivos Nacionales de Estados Unidos en Washington (12). Y aquí, en Washington, los encontró Gerhard Ritter en 1953.

*Hubo antes discusiones en privado que se pueden seguir en el último capítulo (el 6, titulado Excuses and Accusations) del libro de Zuber, Inventing the Schlieffen Plan (2002), pp. 281-304.

(8) Sigo aquí los resúmenes que hace Terence Zuber sobre las citadas publicaciones de Delbrück, Kuhl y Foerster en “The Schlieffen Plan Reconsidered”. War in History, 1999 6 (3), 262-305, aquí 263-265.

(9) Osborne y Maker, Op. Cit.

(10) Wilhelm Groener, Das Testament des Grafen Schlieffen (Berlin, 1927), pp. 8-9.

(11) Wolfgang Foerster, “Graf Schlieffen und der Weltkrieg,” Wissen und Wehr 14 (1933), p. 65.

(12) Más detalles sobre esta historia de la documentación en Zuber (“The Schlieffen Plan Reconsidered” e Inventing the Schlieffen Plan) y en Gerhard P. Gross (2006), There Was a Schlieffen Plan: New Sources on the History of German Military Planning, en Hans Ehlert, Michael Epkenhans y Gerhard P. Gross (Eds.), The Schlieffen Plan. International Perspectives on the German Strategy for World War I (University Press of Kentucky, 2014), pp. 85-136. Este libro es la traducción inglesa del original alemán de los mismos editores titulado Der Schlieffenplan: Analysen und Dokumente (Munich: Odenberg, 2006).

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 6:44 pm

3.ETAPA 1956-1999

En la introducción de su libro (13), escrita en 1956, Ritter informó que por primera vez se publicaban de forma completa los planes operacionales y de despliegue de Schlieffen. Que dichos planes sólo se habían dado a conocer al público en forma de resumen de sus contenidos realizados por escritores militares, “y que éstos se refieren mayormente sólo al memorando de 1905”. Explicó que del texto completo de ese memorando sólo habían aparecido unas pocas sentencias, y que, relativamente, la reproducción completa se podía encontrar en la historia oficial de la guerra editada por el Reichsarchiv. Sin embargo, esta reproducción del Reichsarchiv estaba incompleta, en parte por razones políticas: “En medio de la disputa por la famosa 'cuestión de la culpa de la guerra', los funcionarios alemanes, en particular en el Ministerio de Asuntos Exteriores, tenían graves dudas sobre publicar estos pasajes de los memorandos de Schlieffen que discutían marchar no ya a través de Bélgica, sino también a través de Holanda. Pues éstos habrían presentado a los acusadores (y calumniadores) de Alemania nuevo material de propaganda”. Más tarde, sigue Ritter, el reconstituido Estado Mayor General planificó hacer de 1937 en adelante una serie de publicaciones bajo el marco de los memorandos de Schlieffen, pero nunca llegó a completarse por el estallido de la IIGM. Y anota esta información (nota 2) para explicar que se basa en una carta de Foerster (el antiguo presidente del departamento histórico del Reichsarchiv [al que ya hemos citado aquí]) y en una respuesta de Foerster a un ataque severo hecho por P. Rassow sobre la “creación del misterio de los escritores militares” sobre la “leyenda Schlieffen” (14).

Ritter dice que el significado del Plan Schlieffen va más allá de la pura historia militar, pues sus consecuencias políticas fueron fatales para Alemania, y que en los últimos tiempos se ha visto como un diseño para una guerra preventiva contra Francia.

Previamente, Ritter explica que los manuscritos en los que se basa la segunda parte de su libro están entre los documentos de Schlieffen originalmente entregados a los archivos del Ejército por el yerno de Schlieffen, el mayor von Hahnke. Que, junto con otros documentos militares, cayeron en las manos del U.S. Army, que los transfirió a los Archivos Nacionales de Washington. “Fue allí”, explica Ritter, “donde los encontré después de que el profesor Fritz Epstein llamara mi atención sobre el asunto, durante una visita emprendida con propósitos completamente distintos en la primavera de 1953. No sólo se me garantizó libre acceso a los manuscritos, sino que pedí y recibí copias fotostáticas de los documentos que más me interesaban. Mientras tanto, todos los documentos de Schlieffen se habían devuelto a Alemania. Los manuscritos oficiales están en manos del Ministerio de Defensa”, donde Ritter tuvo nuevo acceso a los documentos y permiso para publicarlos, así como croquis de mapas y más copias fotostáticas.

El libro de Ritter, prologado por Liddell Hart, está dividido en dos partes. En la primera parte, titulada Exposición, relata e interpreta en dos capítulos el desarrollo de las ideas operacionales de Schlieffen (primer capítulo en 4 subcapítulos) y las implicaciones políticas del Plan Schlieffen (segundo capítulo en 2 subcapítulos). La segunda parte se divide igualmente en dos partes; en la primera publica el “gran memorado de Schlieffen de 1905” en dos apartados: el primero como una introducción a la edición, y en el segundo el texto del memorando. Incluye además un apéndice con extractos de los borradores preliminares del memorando de diciembre de 1905. En la segunda incluye el memorando adicional de Schlieffen de febrero de 1906.

Más tarde volveremos al libro de Ritter, cuando abordemos el debate provocado por Zuber en 1999. Mientras tanto, cabe citar que después de Ritter los historiadores que escribieron sobre la planificación de guerra alemana basaron sus relatos fundamentalmente en la declaración de Ritter de que Schlieffen intentó girar al ala derecha del ejército alemán hacia el oeste y sur de París con el objetivo de provocar una gran batalla de aniquilación, una “Cannae” moderna, como plan de guerra para una guerra en dos frentes. Así los libros de Gordon Craig, The Politics of the Prussian Army (1964); Martin Kitchen, A Military History of Germany (1975); L. C. F. Turner (1979), The Significance of the Schlieffen Plan, en P. Kennedy (Ed.), The War Plans of the Great Powers (1979), pp. 199-221; Jehuda Wallach, The Dogma of the Battle of Annihilation (1986); Arden Bucholz, Moltke, Schlieffen, and Prussian War Planning (1991); y Holger Herwig, The First World War (1997).

Veamos un par de ejemplos con el primero y el último. Gordon Craig, en su obra citada, escribió: “Entre 1897 y 1905 [Schlieffen] desarrolló el plan que, en su forma más completa, preveía una maniobra de envolvimiento masiva en el que el grueso de la fuerza alemana en el oeste, pivotando sobre Metz y Estrasburgo, avanzaría por Luxemburgo y Bélgica en la retaguardia francesa, cruzaría el bajo Sena, y luego, girando al este, apuntalaría las quebrantadas fuerzas francesas contra sus propias fortalezas y contra la frontera suiza”. Y luego sigue: “Y es probablemente cierto que, si este plan se hubiera ejecutado en 1914 en su forma original y bajo la dirección de un comandante en jefe enérgico y tenaz, habría conseguido un aplastante éxito inicial.” (15).

Herwig, por su parte, escribió: “En consecuencia, Schlieffen propuso enviar siete octavos de sus fuerzas disponibles, organizadas en seis ejércitos, contra Francia en un ataque total que duraría 40 días desde el comienzo de la movilización. (…) El plan Schlieffen era una operación de alto riesgo nacida de la arrogancia y rayana en la imprudencia. (…) Sobre todo, Schlieffen imbuyó en los planificadores militares alemanes una visión de túnel: toda la atención se centró en el objetivo operacional final, la batalla de aniquilación en el oeste”. (16).

Todo esto fue contestado por Zuber en 1999.

(13) Sigo aquí la edición inglesa citada en la nota 2 y publicada por Oswald Wolff (Publishers) Limited de Londres en 1958.

(14) Ritter se refiere a Peter Rassow, quien averiguó a partir de una página facsímil del memorando que esta propuesta de un ataque total contra Francia concierne “no a una guerra en dos frentes, sino sólo a una guerra en el Oeste”. Rassow acusó al establecimiento militar alemán de la década de 1920 de inventar una leyenda que retrataba el Plan de Schlieffen de un frente de diciembre de 1905 como un modelo para la estrategia alemana de la guerra en dos frentes de 1914. Dijo que los historiadores oficiales habían encubierto su “metodología laxa” con una “actitud autoritaria” para dar a esa falsa opinión una apariencia de plausabilidad. Peter Rassow, “Schlieffen und Holstein”, Historische Zeitschrift, CLXXIII (1952), pp. 303-304, citado y comentado en Terence Holmes, “Back to the Sources: An attempt to resolve the Schlieffen Plan controversy”. War in History 2020, 28 (3), p. 304 y nota 4.

(15) Craig, Op. Cit., 279-280.

(16) Herwig, Op. Cit., 48-49.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 6:58 pm

4.ETAPA 1999-ACTUALIDAD

En “The Schlieffen Plan Reconsidered”, Zuber concluyó su artículo afirmando que la interpretación de Ritter sobre la estrategia de Schlieffen, aceptada por los historiadores que vinieron después “está completamente errada”. Arguye que Schlieffen apenas cambió el plan de Moltke el Viejo como único plan de guerra, y, tras 1899, como plan de Despliegue II (Aufmarchs II), reviviendo incluso en 1900-1901 el Despliegue Este (Ostaufmarsch) de 1880 de Moltke el Viejo. Zuber subraya que Schlieffen nunca abandonó la posibilidad de conducir una ofensiva en el frente del Este.

Del Denkschrift de 1898 al Generalstabsreise de 1905 y el Kriegsspiel de 1905, el pensamiento operacional de Schlieffen se movió en la dirección del uso de la movilidad ferroviaria para lanzar contraataques sorpresa y destruir al enemigo en o cerca del territorio amigo, y no hacia una penetración profunda en territorio enemigo.

Usando el Denkschrift de 1898 de Schlieffen, el Operationsstudie [Estudio operacional] de 1900 de Beseler, y los cuatro Generalstabsreisen West (1º y 2º de 1904, 1906, 1908), Zuber dice que se puede reconstruir la manera en que tanto Schlieffen como Moltke el Joven esperaban combatir la batalla en el Oeste. La intención del Westaufmarsch [Despliegue Oeste] era ganar las primeras batallas, y no confeccionar un gran plan para una colosal batalla de aniquilación a lo Cannae. El Westaufmarsch asumió que la guerra comenzaría probablemente con un ataque francés en Lorena. Este podría ser muy bien el principal ataque francés. Dependiendo de las circunstancias políticas, los franceses podían lanzar también un ataque de apoyo, o el principal ataque, norte de Metz en las Ardenas. La primera batalla se combatiría muy probablemente en Lorena o en las Ardenas. La intención alemana era derrotar este ataque tan decisivamente como fuese posible. Si el ejército alemán ganaba, entonces el curso de acción más probable era que el ala derecha alemana cruzara el Mosa y girase detrás de la línea fortificada francesa mientras que el ala izquierda alemana fijaba las fuerzas francesas en el lugar. El ejército de campaña francés podía ser forzado a combatir de nuevo, esta vez para defender la línea fortificada. Habiendo ganado esta batalla, el ejército alemán rompería la línea fortificada francesa atacándola desde el frente y la retaguardia. Esto uniría las dos mitades del ejército alemán. Los remanentes franceses se retirarían hacia la meseta de Langres o el Loira. Era razonable esperar que la primera campaña se completaría en torno a un mes. No obstante, la primera campaña sería seguida por una segunda campaña en el interior de Francia.

En estos ejercicios y juegos de guerra, el ala izquierda alemana nunca fue débil; más bien siempre fue muy fuerte; de hecho, el ala izquierda, no la derecha, bien podría conducir la batalla decisiva. La guerra en el Oeste comenzaría con un ataque francés, no con un ataque alemán. La primera campaña podía acabar con la eliminación de la línea fortificada francesa, no con la total aniquilación del ejército francés. Ello implicaría varias grandes batallas convencionales, no una batalla de envolvimiento. Si los alemanes ganaban una victoria decisiva, sería el resultado de una contraofensiva en Lorena o Bélgica, no a través de una invasión de Francia. No había ninguna intención de destruir al ejército francés en una inmensa batalla-Cannae.

Zuber fundamentó estas conclusiones en su análisis de unos documentos de archivo que habían estado en poder del Archivo Militar (Militärarchiv) de la República Democrática Alemana, y que, tras la reunificación alemana, se fundieron como el Bundesarchiv-Militärarchiv de Friburgo en Breisgau. El Militärarchiv de la RDA tenía en su posesión documentos que una vez habían pertenecido al Reichsarchiv, y que habían escapado de la destrucción porque se usaron con fines de investigación y se almacenaron en un edificio diferente. Y entre esos documentos, explica Zuber, había cinco que estaban relacionados con la planificación de guerra alemana previa a la IGM. Estos cinco documentos incluían un manuscrito de trabajo del Archivrat Dr. Dieckmann, titulado Der Schieffenplan, el cual proporciona el único resumen de la planificación de guerra de Schlieffen basado en materiales de archivo, así como los Schlussbesprechungen (criticas de ejercicios) para el primero y segundo Generalstabsreisen West de 1904, y las críticas de ejercicios de Moltke el Joven para los Generalstabsreisen West de 1906 y 1908. Estos cuatro juegos de guerra son casi ciertamente, piensa Zuber, los únicos documentos originales sobrevivientes relacionados con la planificación de una guerra en el frente Oeste de Schlieffen y Moltke.

Estos cinco documentos, prácticamente inaccesibles durante casi 80 años, que Zuber resume en su artículo, son una visión directa “de la planificación y doctrina de guerra alemana no filtrada por Foerster, Kuhl y Groener”. El más importante de los documentos es Der Schlieffenplan del mayor Dr. Wilhelm Dieckmann, un oficial de tiempo de guerra y un historiador económico que fue destinado al Reichsarchiv en 1920 para ayudar a escribir el volumen Kriegsrüstung und Kriegswirtschaft (Armamento y Economía de Guerra) de la historia oficial de la guerra del Reichsarchiv, volumen publicado en 1930. Durante la guerra fue llamado al servicio activo como comandante de batallón de reemplazo, siendo arrestado tras el golpe del 20 de julio de 1944 como uno de los conspiradores de Stauffenberg. Fue ejecutado en el patio de la prisión de Lehrstrasse de Berlín el 15 de septiembre de 1944.

El manuscrito Der Schlieffenplan de Dieckmann, dice Zuber, proporciona resúmenes de los Aufmarschpläne (planes de despliegue) de Schlieffen. También proporciona resúmenes de selectos Denkschriften (memorandos) relacionados con la estructura de fuerza y planificación operacional, así como los textos de otros 20 Denkschriften, incluidos como anexos. Dieckmann resumió también selectos Generalstabsreisen. Debido a la destrucción del Reichsarchiv en 1945, remata Zuber, el manuscrito de Dieckmann es posiblemente la única fuente de información de la mayor parte de la planificación de guerra de Schlieffen. Zuber dice que Dieckmann también estaba convencido de que el “Plan Schlieffen” era la culminación del pensamiento estratégico de Schlieffen; sin embargo, la información que proporciona, observa Zuber, apunta a otra conclusión.

Sobre el “Plan Schlieffen”, esto es el Denkschrift de diciembre de 1905 de Schlieffen, resumo lo que dice Zuber en su artículo, pocas páginas antes de que comentara lo de Dieckmann. Explica que desde la IGM a la década de 1990 sólo salió a la luz un grupo de documentos originales de la planificación de guerra alemana, esto es los borradores y copias originales del Denkschrift de diciembre de 1905 de Schlieffen que Ritter encontró y publicó en 1956. Zuber dice que Ritter no explicó por qué el texto original del plan de guerra alemán estuvo desde 1906 (cuando Schlieffen se retiró) hasta 1913 (cuando Schlieffen murió) en posesión personal de Schlieffen y no cerrado con llave en el armario de la sección de operaciones del GEMG con el resto de los documentos de la planificación de guerra. De hecho, afirma Zuber, el plan de Schlieffen siguió perteneciendo a las hijas de Schlieffen hasta 1931, cuando fue entregado a la custodia del Reichsarchiv. Esta afirmación de Zuber sería contestada más tarde por Gross, pero eso lo analizaremos en su momento.

Los documentos originales, continúa Zuber, localizados ahora en el Militärarchiv de Friburgo, consisten en los borradores de Schlieffen y la copia final manuscrita (en estilo estándar alemán, escrita probablemente por el yerno de Schlieffen, el mayor Hahnke) y titulada Krieg gegen Frankreich (Guerra contra Francia). La copia final manuscrita parece consistir en piezas de varias copias de borradores diferentes. Esto no es una copia limpia (aquí alude Zuber a cómo llamó Ritter a esta copia, “copia limpia”), sino que contiene numerosas supresiones e inserciones. Está fechada en diciembre de 1905, pero aparentemente fue escrita en enero de 1906, después de que Schlieffen se hubiera retirado. Hay también un suplemento sin título fechado en febrero de 1906. Hay dos tipos de versiones de ambos documentos que llevan los comentarios marginales de Moltke el Joven, fechados en B (Berlín) 1911. En comparación con las críticas de ejercicios de Schlieffen, el Denkschrift está mal organizado. Schlieffen comentó la operación completa en los primeros tres cuartos del Denkschrift, hasta la organización del área de retaguardia, y luego en el último cuarto regresó al principio y pasó de nuevo a la conducción de la operación. En un Estado Mayor General donde las órdenes son breves, limpias y claras, tal verbosidad era una forma extremadamente inadecuada. En febrero, Schlieffen vio necesario escribir un suplemento para cubrir la posibilidad de la intervención británica en el continente. Ya conocía esta posibilidad cuando escribió el Denkschrift en enero de 1906, pues había jugado la intervención británica durante su juego de guerra de noviembre-diciembre de 1905. Tampoco tenía muy claro Schlieffen cómo lidiar con un ataque francés en Lorena. En un punto, dijo que un ataque así podía hacerles un favor (liebesdienst) a los alemanes porque la presión ejercida por el envolvimiento del ala derecha obligaría a los franceses a llevar todas sus fuerzas al norte. El envolvimiento del ala derecha debía proceder como se planificó originalmente. En otro punto, dice que los alemanes debían reaccionar a un ataque francés en Lorena acortando el ala derecha y girando inmediatamente al sur. En su conjunto, el plan Denkschrift de Schlieffen, como una orden operacional, es un horror, concluye Zuber (17).

(17) Zuber, ”The Schlieffen Plan Reconsidered”, pp. 304 y ss.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 7:15 pm

5.EL DEBATE

La primera respuesta contra las tesis de Zuber vino de Terence Holmes en su artículo de 2001 “The Reluctant March on Paris: A Reply to Terence Zuber's 'The Schlieffen Plan Reconsidered'”. Esto dio pie a un debate entre Zuber y Holmes a lo largo de cuatro artículos más publicados todos en War in History hasta 2004, con la entrada de Robert Foley en 2003.

Entonces, en 2004, y con la supuesta intención de ver si se podía llegar a un punto de entendimiento en el debate, el Departamento de Investigación de Historia Militar (Militärgeschichtliche Forschungsamt, MGFA ) del Bundeswehr en Potsdam [desde enero de 2013 Centro de Historia Militar y Ciencias Sociales del Bundeswehr (Zentrum für Militärgeschichte und Sozialwissenschaften der Bundeswehr, ZMS)], convocó una conferencia e invitó a Zuber y a sus principales críticos para que debatieran sobre el “Plan Schlieffen”. También invitó a otros historiadores para que disertaran sobre los aspectos relacionados con la estrategia militar alemana en otros países. Los resultados de la conferencia celebrada en el otoño de 2004 se publicaron en un libro editado por Hans Ehlert, Michael Epkenhans y Gerhard P. Gross, titulado Der Schlieffenplan: Analysen und Dokumente (Munich: Odenberg, 2006). Años más tarde, tras llegar a un acuerdo con el ZMS, David T. Zabecki tradujo y editó en inglés el original alemán: Hans Ehlert, Michael Epkenhans y Gerhard P. Gross (Eds.), The Schlieffen Plan. International Perspectives on the German Strategy for World War I (University Press of Kentucky, 2014). Zuber declinó la invitación de los editores para incluir su capítulo del original alemán (el capítulo 2, Der Mythos vom Schlieffenplan, pp. 45-78) en esta edición inglesa.

Intrigado por esta negativa, me puse en contacto con Zuber para ver si podía explicarme sus razones para no permitir la inclusión de su capítulo del original alemán en la edición inglesa, lo que dio pie a una interesante conversación (de su parte) en un intercambio de correos que mantuvimos a mediados de diciembre de 2021. Zuber me explicó que en la primavera de 2004 recibió una llamada telefónica del entonces mayor Gerhard P. Gross para preguntarle si estaba dispuesto a participar en una conferencia en otoño, organizada por el MGFA. La idea era una conferencia donde, por la mañana, varios historiadores expondrían sus posiciones, y por la tarde y al día siguiente habría un debate abierto. Zuber aceptó inmediatamente. Cuando llegó a Potsdam, en septiembre, descubrió que el formato real de la conferencia no guardaba relación con lo que se le había dicho. Primero presentaría Zuber, luego Annika Mombauer y Robert Foley. Entonces, Gross, que se suponía actuaría de moderador, presentó unos documentos que nadie jamás había visto antes, y que Gross sostenía que demostraban que había habido realmente un plan Schlieffen. Tras la conferencia, cuando se pudieron examinar los documentos, éstos mostraron que nunca había habido suficientes divisiones alemanas para llevar a cabo el Plan Schlieffen, tal como Zuber había mantenido desde 1999. Zuber pudo “debatir” (entrecomillado suyo) apenas 15 minutos. La prensa alemana había sido invitada a la conferencia para anunciar que había sido demostrada la existencia del Plan Schlieffen. Wikipedia aceptó la mentira. Todo esto fue, en palabras de Zuber, “simplemente una mentira más, profundamente deshonesta, que el Estado Mayor General alemán había estado contando desde la década de 1920 sobre el Plan Schlieffen, y yo me negué a permitir que mi artículo en la versión inglesa de la Conferencia formase parte de esa mentira”. Luego me comentó que esa mentira ayudó a la carrera de Gross, “que nunca investigó o escribió algo de valor, pero que fue ascendido a coronel y nombrado jefe de la Sección Histórica”. Al final de este artículo daré a conocer unos detalles interesantes que me contó Zuber relacionados con lo que se cuece entre bastidores en las editoriales académicas respecto al tema que nos ocupa.

Bien, el debate siguió en los años siguientes con réplicas y contrarréplicas entre Zuber y sus críticos, tal como expuse en la nota (4) de este artículo. En este debate tenso y largo, y por momentos agrio, se discutieron muchos aspectos, más o menos importantes sobre el Plan Schlieffen y la planificación de guerra alemana previa a la IGM. Yo voy a señalar y valorar sólo aquellos que me parecen cruciales, toda vez que quien quiera conocer todo lo que se debatió dispone en el apartado de notas de las referencias bibliográficas correspondientes.

Antes de pasar a tratar lo que a mi juicio son los puntos centrales del debate, quiero proporcionar un poco de información sobre estos cinco historiadores protagonistas del debate.

Terence Zuber es un oficial militar de infantería (Ret.) del U. S. Army y un historiador doctorado en la Universidad de Würzburg de Alemania. Entre 1970 y 1990 sirvió en varios puestos militares, desde líder de una sección (platoon) de morteros hasta comandante de compañía de la 3ª División de Infantería durante tres años (incluyendo el mando de la Compañía B del 2º Batallón del 30º Regimiento de Infantería Mecanizado), pasando por varios empleos como oficial asistente de estado mayor e inspección general, para acabar como oficial de enlace del VII Cuerpo estadounidense para la 12ª División Panzer alemana. Licenciado en Historia en la Universidad de Minnesota, obtuvo su doctorado (summa cum laude) en la Universidad de Würzburg, Alemania, en 2001 (donde en 1996 había obtenido su grado académico de posgrado -Master degree-). Más información en su página web www.terencezuber.com. Además de los artículos que escribió en sus réplicas a sus críticos, Zuber escribió tres libros sobre el tema: Inventing The Schlieffen Plan. German War Planning 1871-1914 (2002), German War Planning, 1891-1914: Sources and Interpretations (2004) y The Real German War Plan, 1904-1914 (2011).

De Terence M. Holmes no he encontrado mucha información en Internet. Miembro Honorario en el Colegio de Artes y Humanidades en la Universidad de Swansea (Reino Unido), es un especialista en la literatura alemana (Goethe, Schiller, Brecht y Büchner) y desde 2001 ha escrito varios artículos sobre teoría e historia militar alemana, especialmente en relación al Plan Schlieffen y la estrategia alemana de 1914. En palabras de Zuber, Holmes fue el más capaz de sus oponentes.

Robert T. Foley, licenciado en Historia en la Universidad de Nueva York y doctorado en el King's College de Londres, cuenta con un impresionante perfil académico y es miembro, entre otras prestigiosas instituciones, de la Royal Historical Society británica. Es un especialista en la historia militar alemana de 1871-1918, publicando tres libros importantes al respecto: Link Attrition: Its Theory and Application in German Strategy, 1880-1916 (1999); (como editor) Alfred von Schlieffen's Military Writings (2003), y German Strategy and the Path to Verdun: Erich von Falkenhayn and the Development of Attrition, 1870-1916 (2005).

La alemana Annika Mombauer estudió historia en la Wilhelms-Universität de Münster y en la Universidad de Sussex (Reino Unido), donde obtuvo su doctorado. Su especialidad es la historia europea, especialmente la IGM. Entre 2006 y 2011 fue directora de la German History Society. Es autora de tres libros: Helmuth von Moltke and the Origins of the First World War (2001), The Origins of the First World War. Controversies and Consensus (2002), y Die Julikrise: Europas Weg in den Ersten Weltkrieg (2014).

Finalmente, el coronel (Oberst) Gerhard P. Gross estudió historia y ciencias políticas en la Johannes Gutenberg-Universität de Mainz, donde obtuvo su doctorado en 1988. De 1984 a 1988 sirvió en la 3./Feldjägerbataillon 740 de Mainz. De 1988 a 1996 dio clases de historia militar en la academia militar del ejército en Hannover. En 1996 ingresó en el MGFA, actualmente Centro de Historia Militar y Ciencias Sociales del Bundeswehr (Zentrum für Militärgeschichte und Sozialwissenschaften der Bundeswehr, o ZMSBw) de Potsdam. En 2014 fue nombrado jefe del departamento de investigación de Historia Militar hasta 1945. Es autor de un libro titulado The Myth and Reality of German Warfare. Operational Thinking from Moltke the Elder to Heusinger (2016, la edición original alemana es de 2012), editor de The Forgotten Front. The Eastern Theater of World War I, 1914-1915 (2018, la edición original alemana de 2006), y coeditor de The Schlieffen Plan. International Perspectives on the German Strategy for World War I (2014, la edición original alemana de 2006).

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 7:42 pm

6.LAS TESIS PRINCIPALES

En su artículo de 1999, “The Schlieffen Plan Reconsidered”, Zuber presentó y argumentó sus tesis sobre el “Plan Schlieffen”, tesis que desarrolló más tarde en su libro de 2002 Inventing the Schlieffen Plan. Zuber afirmó que el “Plan Schlieffen” (el Denkschrift fechado en diciembre de 1905) nunca había existido tal y como se había interpretado y aceptado por la historiografía hasta entonces (esto es como un plan de guerra que Schlieffen legó a Moltke como una “receta para la victoria” de una guerra en dos frentes) y que el citado Denschrift de 1905 de Schlieffen no fue nunca el modelo del que partió Moltke para su plan de guerra de 1914. Zuber basó sus afirmaciones en los siguientes puntos principales:

6.1.”Divisiones fantasmas”

El concepto operacional del Denkschrift de diciembre de 1905, el “Plan Schlieffen”, desplegaba 96 divisiones, de las cuales 24 no existían en el ejército alemán de la época, ni existirían en 1914. Ninguno de los críticos de Zuber ha podido explicar y rebatir esta evidencia. Los más han retomado los argumentos del EMG alemán de entreguerras, en el sentido de que Schlieffen legó su Denkschrift a Moltke para que se encargara de formar y equipar esas divisiones inexistentes, demandando al gobierno alemán la ampliación del ejército y la introducción de la conscripción universal. Según esta idea, la ampliación del ejército era parte integral del “Plan Schlieffen”. De conseguirlo, tendría en sus manos la “receta para la victoria”. Zuber no acepta esta explicación porque defiende que Schlieffen no escribió su Denkschrift como un plan de guerra, sino para que sirviera de advertencia al gobierno alemán de la urgente necesidad de ampliar el ejército, objetivo que había estado persiguiendo, sin éxito, durante 14 años. Schlieffen, razona Zuber, quería que Moltke continuase su petición, pero no tratando el Denkschrift como una “receta para la victoria” en una guerra en dos frentes. Holmes (18) intentó salvar el problema en su réplica a Zuber con una creación de fuerzas que Zuber, en su contrarréplica (19), demostró inviable. Gross (20) intentó justificar esta inexistencia de divisiones alegando que Schlieffen acostumbraba a dirigir sus juegos de guerra con más fuerzas de las disponibles, poniendo de ejemplo un ejercicio donde Schlieffen utilizaba piezas de artillería de calibres inexistentes; Zuber respondió (21) diciendo que esto era falso y una ocurrencia por parte de Gross. Lo de las piezas de artillería se trataba, sin duda, de un error tipográfico. Mi opinión sobre este último punto es que el argumento de Zuber es un poco débil, pues como él mismo apuntó más adelante en su réplica a Gross, Schlieffen también utilizó fuerzas de más en su Generalstabsreise West de 1905, lo que viene a apoyar la explicación de Gross, aunque éste no mencionara el ejemplo de este ejercicio. Más tarde volveré sobre este punto del empleo de divisiones inexistentes en el Denkschrift de Schlieffen.

6.2.Un “plan de guerra” no probado en juegos

Si el memorando de diciembre de 1905 hubiera sido realmente un plan de guerra, había argumentado Zuber en 1999 y 2002, su viabilidad habría sido sometida a algún tipo de ejercicio (un Kriegsspiel o un Generalstabsreise), pero esto nunca sucedió, según Zuber. En su réplica a Zuber, Gross siguió la historiografía clásica de la “Escuela Schlieffen” (la de los antiguos oficiales de GEMG de entreguerras), afirmando que en el Generalstabsreise West de 1905 Schlieffen había probado su “Plan Schlieffen”. Ya antes, en su capítulo del libro alemán de la Conferencia de 2004, Gross, sin entrar a analizar en detalle la conducción de este ejercicio, había afirmado que este ejercicio había sido el fundamento para el Denkschrift del “Plan Schlieffen”.

En su réplica a Gross, Zuber explica que este argumento -que Schlieffen probó el concepto del memorando del Plan Schlieffen en su Generalstabsreise West de 1905- descansa en la afirmación de 1938 del Generalleutnant Eugen Zoellner y de su descripción del ejercicio, una descripción que, según Zuber, no guarda ningún parecido con el concepto del “Plan Schlieffen”. Merece la pena, pues, detenerse en lo que cuenta Zuber sobre este punto.

6.3.El Generalstabsreise West de 1905

Zoellner dijo que Schlieffen, que fue también el director del ejercicio, jugó el lado alemán contra tres escenarios franceses. A los franceses se les dijo que los alemanes estaban desplegados a lo largo del Rin. En su discusión del despliegue alemán, Schlieffen se extendió en describir las desventajas del ataque alemán a través de Bélgica. La marcha de aproximación era larga, habría que sobrepasar las fortalezas de Lieja, Namur y Amberes, y los franceses podrían retirarse sobre sucesivas líneas defensivas a lo largo de los ríos y fortalezas del norte de Francia. Esto, dice Zuber, era cualquier cosa menos un apoyo sonoro al ataque del ala derecha. En todos los tres escenarios la respuesta francesa al avance alemán a través de Bélgica fue atacar.

En el primer escenario, los franceses, jugados por Hugo Freiherr von Freytag-Loringhoven, atacaron en Bélgica. Schlieffen contraatacó desde Metz contra la derecha francesa y empujó a las divisiones de reserva francesas que defendían la izquierda francesa. Los franceses fueron derrotados en Bélgica. En el segundo escenario, los franceses, jugados por el coronel Steuben, atacaron en Lorena, entre Metz y Estrasburgo. Schlieffen cambió las fuerzas por ferrocarril del ala derecha a la izquierda y giró el resto del ala derecha hacia el sur, para contraatacar desde Metz y Estrasburgo contra los flancos franceses y derrotar su avance también. En el tercer escenario, los franceses, jugados por Hermann von Kuhl, atacaron a ambos lados de Metz. El ataque francés en Lorena fue detenido y Schlieffen contraatacó contra la derecha francesa desde Estrasburgo.

Boetticher también dio un resumen similar del ejercicio en 1933.

Ahora bien, argumenta Zuber, en el Generalstabsreise West de 1905 los franceses están atacando. En el “Plan Schlieffen” los franceses están defendiendo, y un ataque francés es un favor (liebesdienst). En el Generalstabsreise West de 1905 Schlieffen contraataca para derrotar a los franceses en Bélgica y Lorena. En el “Plan Schlieffen” el ala derecha empuja a los franceses a Suiza, avanzando hacia el oeste de París para conseguirlo. El Generalstabsreise West de 1905 es una guerra aislada franco-alemana. En febrero de 1906 Schlieffen se vio obligado a modificar el “Plan Schlieffen” para dar cuenta de la intervención británica en el continente. Al margen de que tanto en el Generalstabsreise West de 1905 como en el “Plan Schlieffen” el ala derecha alemana se extiende sobre Bélgica, no hay nada en común entre ambos. Zoellner y Boetticher estaban vivamente interesados en demostrar que Schlieffen había probado el plan Schlieffen en un juego de guerra, pero esto fue lo mejor que pudieron hacer. La única cosa que tienen en común con el “plan Schlieffen” es que ambos están basados en suposiciones irreales: una guerra en un frente en la que los alemanes tienen más de 20 divisiones inexistentes y una superioridad numérica masiva. En dos escenarios del Generalstabsreise (Kuhl y Steuben) el grueso del ala derecha alemana retrocede al este hacia Alemania, no al oeste hacia Francia. En el escenario de Freytag los franceses sufren una derrota parcial no porque los alemanes giren su izquierda, sino porque rompieron el centro francés. En sus comentarios finales, Schlieffen dijo que los mismos elementos se repitieron en los tres escenarios: retirada, ruptura y persecución; no hay ninguna mención de “hacer fuerte el ala derecha”. Unos cuatro meses después de que Schlieffen probase supuestamente el “Plan Schlieffen” en el Generalstabsreise West de 1905, en noviembre y diciembre de 1905 Schlieffen mantuvo un masivo juego de guerra (Kriegsspiel 1905) en dos frentes de 42 días, en los que no hay ningún parecido con el “Plan Schlieffen”. Este Kriegsspiel de 1905 fue, según Zuber, el más grande y el último jugado por Schlieffen para un escenario de una guerra contra Francia y Rusia.

6.4.El Kriesgsspiel de 1905

En la crítica al Kriegsspiel de noviembre-diciembre de 1905, Schlieffen consideró el dilema estratégico de Alemania en una guerra en dos frentes, y enunció sus conclusiones generales. Declaró que en una guerra contra Francia y Rusia, los alemanes estarían en una gran inferioridad numérica incluso para montar una ofensiva en un frente, lo que les obligaba a esperar que sus enemigos atacaran primero para luego intentar derrotarlos mediante contraataques en rápida sucesión. Estaba, pues, adoptando una estrategia defensiva-ofensiva, declarando que “necesitamos aniquilar a un enemigo en el tiempo más corto posible para ser capaces de volvernos contra el otro”. Schlieffen estimó que los franceses y los británicos atacarían en el Oeste con una fuerza total de 1.300.000 tropas de infantería, mientras los rusos comprometerían en torno a 500.000 tropas en su ataque en el Este. La clave era contra qué enemigo debían concentrarse los alemanes, ¿contra el más fuerte o el más débil? Tras considerar las ventajas y desventajas de ambas opciones, Schlieffen escogió la del Este “porque había una gran posibilidad no sólo de derrotar al ejército ruso, sino de destrozarlo completamente”. Los rusos comenzaron a avanzar en el día 28º de su movilización, y tres días después los alemanes comenzaron su contraataque contra ambos flancos de los ejércitos rusos, consiguiendo casi la destrucción completa de las fuerzas rusas. Mientras tanto, en el Oeste, donde los alemanes estaban claramente superados numéricamente por las fuerzas enemigas, la estrategia defensiva demostró que los alemanes podían compensar esa desventaja numérica. Los franceses atacaron a través de Bélgica, con lo que los alemanes consiguieron el apoyo de los ejércitos belga y holandés, el uso de los ferrocarriles belgas y el acceso a las fortalezas de Namur, Lieja y Amberes. El ala izquierda del ataque enemigo fue detenida en frente de la línea entre Amberes y Lieja, y luego fue atacada en sus flancos y retaguardia por las tropas alemanas y belgas desde Amberes. En el día 37º las fuerzas enemigas al norte del Mosa quedaban rodeadas, y los alemanes montaban otro contraataque a través de Namur contra el flanco y la retaguardia de la principal fuerza de invasión del enemigo. En conjunción con un avance frontal, el resultado fue el cerco de los ejércitos franceses 2º, 3º y 5º. En el momento en que llegaron los refuerzos alemanes desde el Este, el colapso total de la ofensiva francesa era ya una conclusión inevitable (22).

No obstante estas victorias alemanas en este Kriegsspiel de 1905, Schlieffen concluyó su crítica advirtiendo que las ventajas con las que habían partido los alemanes (Bélgica y Holanda) no se podían tomar como garantizadas, incluso si los franceses violaban la neutralidad belga. Sin estas ventajas, las débiles fuerzas alemanas tendrían que retirarse al Mosela y observar impotentes mientras “era devastada una gran parte del territorio alemán”.

6.5.Aberración doctrinal

En su artículo de 1999 y libro de 2002, Zuber afirmó que el Denkschrift de diciembre de 1905 de Schlieffen era una aberración doctrinal por su concepto operacional. Significaba con ello que este memorando se apartaba por completo de toda la planificación de guerra anterior de Schlieffen. En sus diferentes juegos (Kriegsspieles, Generalstabsreisen) y en sus planes de despliegue (Aufsmarchpläne), Schlieffen nunca había adoptado el concepto operacional de un gran ataque del ala derecha a través de Francia, tal como al planteado en su Denkschrift de diciembre de 1905. A esto contestaron Foley (23) y Gross que la finalidad de esos juegos no era probar un plan de guerra, sino entrenar a los jóvenes oficiales de estado mayor. Foley sostuvo que esos ejercicios no tenían nada que ver con las operaciones alemanas contra Francia y Rusia. Con ello Foley se estaba contradiciendo a sí mismo, pues en su libro de 2003, Alfred von Schlieffen's Military Writings -donde se incluyen traducciones de los Generalstabseisen Ost de 1894, 1897, 1899, 1901 y 1903, así como el Kriesspiel de 1905- no dice nada de que sólo eran ejercicios de “entrenamiento de estado mayor”. Al contrario, Foley escribió en la página 11 de dicho libro que los Generalstabsreisen y Kriegsspiele de Schlieffen servían “como un medio para probar ideas para sus planes de guerra y para probar conceptos estratégicos”. Así que de 2003, cuando publicó dicho libro, a sus dos conferencias de 2004 y la publicación de su artículo de 2006 en War in History, Foley había dado un extraordinario giro de 180 grados al respecto. Lo de Gross parece todavía más incoherente, pues después de seguir la misma línea de Foley en negar lo que significaban realmente esos juegos, eligió el Generalstabsreise West de 1905, como hemos visto en el punto anterior, para afirmar que era el ejercicio donde Schlieffen fundamentó su Deknschrift de diciembre de 1905. Si los Generalstabsreisen sólo servían para entrenar a los oficiales de estado mayor, según Foley y Gross, ¿por qué iba a ser el Generalstabsreise West de 1905 diferente? Porque creían que servía a sus tesis. Zuber los destrozó en sus réplicas.

Además de subrayar sus incoherencias, Zuber trajo a colación el volumen que el Estado Mayor General alemán publicó en 1938, donde se incluían cinco de los Generalstabsreisen Ost de Schlieffen. En la introducción, escrita por el general Ludwig Beck (jefe del EMG), se dice en la primera página: “De los medios que Schlieffen utilizó como pensador y maestro, sus Grosse Generalstabsreisen están en una posición privilegiada. La conducción de estos ejercicios sirvió para probar su pensamiento estratégico; durante los ejercicios maduró y luego halló su expresión en su continua re-escritura de sus planes operacionales. En cada viaje [reise] quiso hacer sabedor al estado mayor general de sus conceptos e intenciones, y educarlo para una acción uniforme. Quiso entrenar subordinados y ayudantes que fuesen capaces de acción independiente en una guerra de ejércitos de millones de hombres sobre campos de batalla de enorme tamaño”. (24)

Que los diferentes juegos de guerra alemanes servían para probar planes y estrategias de guerra es algo que ya se comentó en el primer volumen citado de la historia oficial de la guerra del Reichsarchiv: “Cada año, tanto en el Este como en el Oeste, Moltke usó viajes de EMG [Generalstabsreisen], juegos de guerra [Kriegsspiele] y estudios operacionales [Operationsstudien] para probar escenarios para conducir la Gran Guerra” (25). Me extraña que Zuber no haya incluido este ejemplo de autoridad, y por otra parte deduzco que ni Foley ni Gross se detuvieron en leerlo.

Hay más puntos en el debate, pero, en mi opinión, no son tan importantes, militarmente, como los que he puesto de ejemplo previamente. Voy a extenderme, sólo a modo de ejemplo, en el debate Zuber/Gross sobre la historia de los supuestos paraderos del Denskchrift original de diciembre de 1905 de Schlieffen.

(18) Holmes, 'A Reluctant March on Paris'. War in History, 2001 8 (2) pp. 208-32.

(19) Zuber, 'Terence Holmes Reinvents the Schlieffen Plan'. War in History 2001 8 (4) pp. 468-76.

(20) Gross, “There Was a Schlieffen Plan: New Sources on the History of German War Planning”. War in History 2008 15 (4), pp. 389-431.

(21) Zuber, “There Never was a 'Schlieffen Plan': A Reply to Gerhard Gross”. War in History 2010 17 (2), pp. 231-249.

(22) Zuber, German War Planning 1891-1914: Sources and Interpretations (2004), pp. 174-184, según cita y resumen de Holmes, “Back to the Sources: An attempt to resolve the Schlieffen Plan controversy”, p. 14, nota 65.

(23) Foley, “The Real Schlieffen Plan”. War in History 2006 13 (1), pp. 91-115.

(24) Generalstab des Heeres, Die Großen Generalstabsreisen -Ost-, p. iii, citado en Terence Zuber, “There Never was a 'Schlieffen Plan': A Reply to Gerhard Gross”. War in History 2010 17 (2), p. 233 y nota 7. Zuber debe referirse aquí al volumen 2 de la obra que fue publicada en dos volúmenes por el Generalstab des Heeres con el título Dienstschriften des Chefs des Generalstabes der Armee Generalfeldmarschalls Graf von Schlieffen. Band I: Die taktisch-strategischen Aufgaben aus den Jahren 1895-1901. Band II: Die Grossen Generalstabsreisen -Ost- aus den Jahren 1891-1905 (Berlin: Ernst Siegfried Mittler und Sohn, 1937-1938, 1938).

(25) Mark Osborne Humphries and John Maker (Eds.), Germany's Western Front. Translation from the German Official History of the Great War: 1914. Part 1: The Battle of the Frontiers and Pursuit to the Marne (Wilfrid Laurier University Press, 2013), p. 63.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 8:05 pm

6.6.El Denkschrift de diciembre de 1905

Como hemos visto más arriba, Zuber afirmó que Ritter no explicó por qué el texto original del Denkschrift estuvo desde 1906 (cuando Schlieffen se retiró) hasta 1913 (cuando Schlieffen murió) en posesión personal de Schlieffen y no cerrado con llave en el armario de la sección de operaciones del GEMG con el resto de los documentos de la planificación de guerra. De hecho, afirma Zuber, el plan de Schlieffen siguió perteneciendo a las hijas de Schlieffen hasta 1931, cuando fue entregado a la custodia del Reichsarchiv. Zuber anota las fuentes de sus afirmaciones en las notas 69 y 70 (en página 45) de su libro Inventing the Schlieffen Plan de 2002. En la nota 69 dice que la primera página del expediente N 43/137 del “Plan Schlieffen” preservado en el BA/MA declara “en una hermosa letra femenina” que el plan es Eigentum vom Elisabeth von Hahnke geb. Gräfin Schlieffen und Gräfin Maria Schlieffen (propiedad de Elisabeth von Hahnke, nacida condesa Schlieffen, y la condesa Maria von Schlieffen”. Y la nota 70 remite a una obra editada por W. A. Mommsen sobre los documentos de los archivos alemanes.

Ahora bien, yo creo que Zuber no aclara bien esta cuestión, que para mí permanece sin resolver. Ritter no la despeja, sino que la complica.

Ritter escribió en su libro citado: “Del gran memorando de diciembre de 1905, los documentos de Schlieffen contienen los borradores preliminares, fragmentos, copias limpias y transcripciones enumeradas abajo”. Ritter dice que el primer borrador, manuscrito por Hahnke, lleva fecha de “31 de diciembre de 1905” y luego aclara: “Según el profesor Wolfgang Foerster, que me informó por carta (basando su información en una declaración verbal hecha por von Hahnke), estos borradores preliminares fueron hechos probablemente en diciembre de 1905 y enero de 1906. Schlieffen acabó el memorando a finales de enero de 1906, y en febrero una copia fue entregada por von Hahnke al general von Moltke. La fecha '31 de diciembre de 1905' no tiene importancia aparte del hecho de que en ese día terminó el mandato del Conde Schlieffen”. (26). Esta historia enmarañada del memorando da pie a que los historiadores se refieran a él unas veces como de “Diciembre de 1905”, y otras como de “Enero de 1906” o “Febrero de 1906”.

Lo que nos informa Ritter (vía Foerster), si yo interpreto correctamente, es que Schlieffen, después de haber realizado varios borradores preliminares entre el 31 de diciembre de 1905 y durante enero de 1906, acabó su memorando (esto es un documento final) a finales de enero de 1906 y que en febrero su yerno, von Hanke, entregó una copia del mismo, no el original, a Moltke. A tenor de esta información, pareciera que el original quedó en manos de Schlieffen, primero, y de sus herederos, después. Pero parece que no es así, pues Ritter dice más adelante, refiriéndose a la versión final del memorando:

“De la versión final del gran memorando, los documentos de Schlieffen contienen dos copias mecanografiadas idénticas y una copia limpia de mano de un copista, firmada por Schlieffen, de veinticuatro páginas en folio (¡no columnas!). Esta última (que yo llamaré 'B') está en una carpeta de cartón especial con la siguiente inscripción de mano de von Hahnke: 'Francia 1905. Borrador original de Schlieffen. Comparado con el original, W. H.' Obviamente von Hahnke consideró ésta como el 'borrador' final y definitivo, si bien llamó a otra copia limpia que fue entregada a Moltke (y cuyo rastro ya no existe) el 'original'” (27).

La cursiva es una interpretación de Ritter, que entrecomilla 'original' porque evidentemente esa copia entregada a Moltke no podía ser el original, como tampoco el “borrador original de Schlieffen” que quedó entre los documentos de Schlieffen, y que Hahnke dice comparó con el original. ¿Con qué original lo comparó? ¿Existió realmente un documento original, llámese como se quiera, del cual se realizó la copia limpia (la que Ritter llamará “B”) que Hahnke consideró como el “borrador original” “comparado con el original”? Si existió alguna vez, no hay rastro de él. Por tanto, lo único que se puede considerar original es el “borrador original” que quedó entre los documentos de Schlieffen, esto es, una “copia limpia de mano de un copista, firmada por Schlieffen”. La otra copia limpia que se entregó a Moltke es, igualmente, cualquier cosa menos el desconocido original. Hubo, pues, dos copias limpias, una que quedó entre los documentos de Schlieffen, y otra que se entregó a Moltke y cuyo paradero o destino final desconocemos (se sospecha fue destruida en el bombardeo de 1945), al igual que sucede con el supuesto documento original del que salieron esas dos copias limpias, del que no sabemos absolutamente nada, y que yo intuyo que nunca existió.

Creo que Zuber tiene mucha razón al decir que la copia limpia (el “borrador original”) y las dos copias mecanografiadas idénticas, que en su conjunto constituyen lo que Ritter llama la “versión final”, no pueden considerarse nada del estilo de un plan de guerra, como tampoco pueden considerarse como tal los borradores preliminares, los fragmentos y transcripciones de los documentos de Schlieffen.

La descripción que hace Ritter en su libro de los borradores (pp. 131-133) constituye un auténtico galimatías. Luego, cuando describe (p. 134) las dos copias mecanografiadas idénticas de la “versión final”, dice que la primera (que él llama “A”) tiene una cubierta con el encabezado “Coronel General Graf Schlieffen. Memorando diciembre 1905”, y una nota manuscrita: “W. v. Hahnke, con dirección sellada: Potsdam, Gr. Weinmeisterstr. 2”. La segunda copia es una copia carbón, pero escrita en una máquina diferente de la primera copia. La primera copia contiene en su margen izquierdo, mecanografiados, todos los comentarios que Moltke creyó necesario hacer sobre el memorando. La segunda copia muestra sólo los primeros comentarios de Moltke de esta forma (mecanografiada); el resto de los comentarios de Moltke están escritos a mano por Hahnke. Ambas copias, dice Ritter, “muestran de esta forma que von Hahnke copió luego el memorando entregado a Moltke, con todas las notas marginales de este último”. De esta forma, el memorando que Ritter reproduce en su libro sale de la primera copia mecanografiada (la “A”), añadiendo entre corchetes las correcciones de la copia limpia (la que Ritter llama “B”, como he informado antes), añadiendo también como notas a pie de página los pasajes tachados de “B”. Es, a todas luces y en mi opinión, un intento de glosar un texto más o menos coherente de una “versión final” (las dos copias mecanografiadas y la copia limpia) que, a su vez, salió de unos borradores preliminares, fragmentos y transcripciones que son, en parte, los únicos documentos originales cuyo contenido, fondo, forma y relación constituyen un auténtico galimatías.

En su respuesta a este punto de Zuber, Gross entra a examinar la historia del Denkschrift en base a los documentos (Nachlass) de Boetticher que él encontró, como ya hemos referido previamente. Dice que Hindenburg, el presidente de la República de Weimar, y Groener, el ministro de Defensa, pidieron a Boetticher que preparara una apreciación de Schlieffen con ensayos de rigor para que pronunciara un discurso en el Ministerio de Defensa el 28 de febrero de 1933, en el 100º aniversario del nacimiento de Schlieffen. Boetticher aceptó con la condición de que se le diese libre acceso a los registros del Reichsarchiv y a los documentos que estaban en posesión de los herederos de Schlieffen. En base a estos documentos, Boetticher escribió varios artículos, incluyendo un artículo sobre la obra de Schlieffen como una contribución a la historia del Estado Mayor General Prusiano-Alemán editada por el Generalmajor Friedrich von Cochenhausen en el 100º aniversario del nacimiento de Schlieffen.

Pese a la inicial resistencia del Reichsarchiv, el Generalmajor (Ret.) Wilhelm von Hahnke, yerno de Schlieffen, garantizó a Boetticher un acceso inmediato a los documentos de Schlieffen que estaban en posesión de la familia. Gracias a la diligencia de Boetticher en el manejo de los registros, sus propios documentos personales incluyen no sólo la lista de devolución de los registros de Schlieffen que había tomado prestados, sino también listas de los registros del Departamento Central del GEMG que fueron entregados al Reichsarchiv, así como los documentos privados de Schlieffen a los que había tenido acceso gracias a Hahnke. Aunque esos índices no contienen una lista completa de los registros relacionados del Reichsarchiv y de los documentos privados de los herederos de Schlieffen, indican por vez primera qué registros habían estado disponibles para Foerster, Dieckmann y otros para su investigación profesional. Es especialmente importante para este debate, dice Gross, que Groener permitió a Boetticher hacer extractos manuscritos de los registros a los que tuvo acceso, o realizar copias mecanografiadas de ellos y mantenerlas entre sus propios documentos personales. Estos registros complementan los expedientes ya existentes sobre los Kriegsspiele, Grosse Generalstabsreisen y Schlussaugfgaben del GEMG bajo Schlieffen y Moltke, y están custodiados en el Bundesarchiv-Militärarchiv bajo el grupo de registro PH3, Bestand Grosser Generalstab.

Gross dice que los índices de expedientes de Boetticher no proporcionan ninguna pista sobre dónde podría estar custodiado el Denkschrift original de diciembre de 1905 de Schlieffen. Y se pregunta: ¿Había estado realmente en posesión de las hijas de Schlieffen, como sostiene Zuber? ¿O estaba entre los expedientes del GEMG en el Reichsarchiv? ¿Es el Denkschrift de 1905 publicado por Ritter, sobre la base de los borradores que tuvo disponibles de los documentos del mariscal, realmente la única versión existente del famoso Plan Schlieffen?

Para responder a estas preguntas, Gross no acude a Ritter, sino que dice que es necesario reconstruir los respectivos lugares donde se mantuvo el original del Denkschrift que fue entregado a Moltke en febrero de 1906, y esclarecer el nivel de clasificación del Denkschrift. Aquí vemos ya que Gross da por descontado que a Moltke se le entregó el memorando original, y no una copia como afirma Ritter. Además, Gross no anota la fuente de la información que le permite decir que Schlieffen entregó el Denkschrift original a Moltke en febrero de 1906, y no puede estar aludiendo a Ritter, porque éste aclara muy bien que lo que se le entregó a Moltke fue una copia, no el original.

Dice a continuación, igualmente sin anotar la fuente de la información, que Moltke trató el Denkschrift de Schlieffen “como estrictamente confidencial y no se lo reveló ni siquiera a su personal más cercano”. Y añade: “Sus jefes de departamento, el teniente coronel Gerhard von Tappen, general Erich Ludendorff, general Georg Graf von Waldersee y el general Hermann von Stein, todos ellos dijeron después de la guerra en 1918 que nunca habían visto el Denkschrift durante sus periodos de servicio” en el GEMG. Sin anotar la fuente, es dable suponer que Gross está especulando y no sabemos la base de su especulación. Pero apunta algo importante que va en contra de su tesis central sobre el “Plan Schlieffen” como proyecto del que partió Moltke para su planificación de guerra.

Si Moltke mantuvo en secreto el Denkschrift “original” y ni su personal mas cercano ni sus jefes de departamento supieron nada al respecto del citado memorando, como afirma Gross, parece realmente difícil sostener que ese memorando fue la base operacional que tomó Moltke para su plan de guerra de 1914. Entiendo que de ser así, en algún momento desde 1906 a 1914 se habrían enterado sus colaboradores mas cercanos y sus jefes de operaciones.

Gross continúa diciendo que en 1925 el Denkschrift fue mencionado y parcialmente citado por primera vez por Foerster y en la historia oficial de la guerra del Reichsarchiv. Antes de esto, los planes operacionales de Schlieffen y Moltke habían sido discutidos en la literatura militar relevante. Hubo una mención general al Plan Schlieffen. Extractos del mismo fueron publicados en facsímil por Groener en 1927 y Foerster en 1933. Sin embargo, una comparación de los mismos -que Zuber no hizo, refiere Gross- revelan que fueron tomados de dos originales diferentes. En consecuencia, sostiene Gross, existieron dos versiones diferentes del Denkschrift de 1905 de Schlieffen a principios de la década de 1930. Ni Groener ni Foerster indican en sus trabajos dónde encontraron los originales de sus facsímiles. Gracias a la edición del Denkschrift de 1905 de Ritter, comenta Gross, sabemos que el facsímil de Groener fue en parte incorrectamente copiado de tres diferentes borradores parciales de Schlieffen, que estaban entonces en posesión de Hahnke y están ahora custodiados en el BA/MA (Nachlass Schlieffen, N43). Así, las copias preservadas de los documentos de Schlieffen, que Hahnke había identificado como copias del original, llevan por título “Guerra contra Francia”, y no “Guerra contra Francia que está Aliada con Inglaterra”.

Los documentos de Schlieffen, sigue Gross, no incluyen una copia con notas marginales manuscritas por Moltke similar al facsímil de Foerster. Contienen simplemente borradores preliminares y dos copias mecanografiadas en las cuales Hahnke, tras ver el Denkschrift original con los comentarios escritos por Moltke, había añadido las notas marginales de Moltke. En consecuencia, concluye Gross, el Denkschrift original no estaba en posesión de los herederos de Schlieffen. En 1932-33 debía estar custodiado en un lugar al que Foerster tenía fácil acceso. Y hay toda razón para creer que este lugar era el Reichsarchiv y que Foerster, que había sido director de su División Histórica desde diciembre de 1931, usó su acceso para publicar el facsímil del Denkschrift original de 1905.

Mi impresión es que Gross se perdió en un relato que no es convincente por lo que sabemos por Ritter. Y como Gross conoce el libro de Ritter, es posible que haya distorsionado su relato a conciencia. Si tomamos como buena la información de Ritter, Hahnke entregó una copia del memorando a Moltke. Éste anotó en esa copia sus comentarios marginales sobre el mismo en 1911, y cuando Hahnke tuvo acceso a la copia de Motlke con sus notas marginales, entonces las añadió a la copia limpia (el “borrador original”) que estaba en posesión de las hijas de Schlieffen. Parece obvio que Gross considera la otra copia limpia (entregada a Moltke) como el original.

(26) Ritter, The Schlieffen Plan. Critique of a Myth (London: Oswald Wolff P. Limited, 1958), pp. 131 y 133.

(27) Ibid., pp. 133-134.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mié Ene 05, 2022 8:23 pm

7.CONCLUSIONES

Llegados a esta altura de la historiografía y el debate, parece buen momento para exponer mi valoración final. A mi juicio, Zuber lleva razón cuando afirma que nunca hubo un “Plan Schlieffen” tal como pasó a la Historia, pero no todas sus pruebas y argumentos para sostener ese aserto son válidos. Es más, no eran muy necesarios para lo que intentó demostrar. En mi opinión, si Zuber hubiera planteado simplemente que el memorando fechado en diciembre de 1905 no puede, bajo ningún concepto, ser considerado como un plan de guerra que Schliiefen legó a Moltke como una “receta para la victoria” para una guerra en dos frentes (Francia y Rusia) porque el memorando sólo contemplaba una guerra en un solo frente (Guerra contra Francia), entonces correspondería a sus críticos demostrar lo contrario. Y aunque, de todas formas, sus críticos han intentado demostrar esto, siempre han fracasado en su intento. Sólo uno de sus críticos (Holmes), y recientemente, ha cambiado su postura inicial y ha reconocido el malentendido historiográfico sobre el “Plan Schlieffen” y los intentos de los historiadores modernos que, defendiendo esa visión clásica, han fracasado por completo en establecer una conexión entre el “Plan Schlieffen” y el pensamiento estratégico de Schlieffen para una guerra en dos frentes.

Cuando Zuber afirma que el concepto operacional del memorando es una aberración doctrinal de Schlieffen, está en lo cierto aplicado a una guerra en dos frentes, pero se equivoca, a mi juicio, aplicado a una guerra en un solo frente, que es únicamente lo que contempla el memorando. Para confirmar esto, basta con examinar la planificación de guerra anterior de Schlieffen desde que asumió la jefatura del GEMG en 1891. En los escenarios que concibió para una guerra en dos frentes, la estrategia de Schlieffen, sobre todo a partir de 1901, fue básicamente defensiva-ofensiva. Consideró que Rusia y Francia atacarían de forma simultánea en los dos frentes. La respuesta de Schlieffen fue siempre contraatacar en un frente para derrotar el ataque enemigo, y acto seguido transferir sus fuerzas al otro frente para hacer lo mismo con el ataque del otro enemigo. Su máxima y última manifestación práctica al respecto fue su gran juego de guerra de noviembre y diciembre de 1905. En otras palabras, Schlieffen derrotaría los ataques enemigos, uno después de otro, en o dentro de las fronteras alemanas, gracias al uso del ferrocarril para el movimiento de sus fuerzas. En este escenario de una guerra en dos frentes, unas veces Schlieffen jugó concentrándose en el Este para derrotar primero a los rusos, y otras veces lo hizo en el Oeste para derrotar primero a los franceses. Pero en ningún caso de un escenario para una guerra en dos frentes jugó Schlieffen con una estrategia ofensiva en busca de una batalla de aniquilación como la concebida en el memorando de diciembre de 1905. Algo parecido sólo lo contempló Schlieffen en un escenario para una guerra en un solo frente contra Francia, como en los dos Generalstabsreisen West de 1904, en uno de los escenarios del Generalstabsreise West de 1905 y, finalmente, en su famoso memorando. En todos los escenarios de una guerra en dos frentes, la estrategia que Schlieffen mantuvo en todos sus juegos fue defensiva-ofensiva sin batalla de aniquilación.

Es por ello que Zuber tiene razón en lo de aberración doctrinal cuando el memorando de diciembre de 1905 se aplica a la doctrina de Schlieffen para una guerra en dos frentes; en cambio, su argumentación es cuestionable si se aplica a la doctrina de Schlieffen para una guerra en un solo frente. Pero en este hecho radica la manipulación que la “Escuela Schlieffen” hizo en el periodo de entreguerras, y que continuaron desde 1999 los críticos de Zuber. Porque Schlieffen no podía legar a Moltke un memorando, una “receta para la victoria” en un escenario (guerra en un solo frente) que fue totalmente inexistente para Moltke, que tuvo que afrontar sí o sí el escenario de una guerra en dos frentes.

Una guerra en un sólo frente sólo era imaginable en 1905-1906, cuando la situación de Rusia estaba comprometida con su guerra contra Japón de 1904-1905 y con la revolución rusa de 1905. En esa etapa, Schlieffen consideró que el Ejército Ruso no estaba en condiciones de intervenir del lado de Francia en una guerra contra Alemania, y por ello era partidario de una guerra preventiva contra Francia. Aquí, a mi juicio, Zuber se equivoca cuando argumenta que Schlieffen hizo caso a la inteligencia militar alemana, que no estimaba tan debilitado al ejército ruso en 1905-1906. Hay muchas más pruebas, como aportó Mombauer, que demuestran que Schlieffen sí consideró que los rusos no recuperarían su fortaleza militar en años, y por ello quiso una guerra preventiva contra Francia que el Kaiser, finalmente, rechazó. Pero los rusos se recuperaron mucho antes de lo previsto, en 1909, y Moltke tuvo que aceptar que cualquier conflicto venidero sería inevitablemente una guerra en dos frentes.

Y eso fue lo que hizo Moltke, trabajar siempre para el supuesto de una guerra en dos frentes. Moltke ignoró el memorando de diciembre de 1905 porque el escenario que planteaba estaba desfasado y no le servía para el escenario de guerra que tenía que afrontar, porque ese memorando fue escrito para una guerra en un solo frente, contra Francia. Moltke tenía que lidiar en una guerra en dos frentes, contra Francia y Rusia. No adoptó tampoco la estrategia de Schlieffen para una guerra en dos frentes, pues de haberlo hecho el escenario de agosto y septiembre de 1914 hubiera sido muy diferente del que fue en la realidad.

En su último artículo publicado sobre el tema (28), Terence Holmes, dando un gran giro a sus tesis de sus artículos iniciales en War in History, sigue en parte la estela de Zuber. Afirma que “La decisión de Moltke el Joven de un ataque masivo del ala derecha sobre Francia en 1914 significó una ruptura del pensamiento estratégico de Schlieffen, no su continuación. La IGM habría comenzado de forma muy diferente -con una gran batalla en Lorena, no en el Marne- si los alemanes hubieran actuado de acuerdo con las auténticas intenciones de Schlieffen para una guerra en dos frentes”.

En su artículo, Holmes, siguiendo a Zuber, dice que los historiadores modernos que siguen convencidos de que el “Plan Schlieffen” fue la base de la estrategia alemana de 1914 están defendiendo una leyenda, un mito. Para argumentar esto, Holmes hace una crítica devastadora de la tesis de partida de un libro de Holger H. Herwig (29), y luego sigue con Mombauer y Gross.

Holmes dice que Herwig proporciona una “falsa concepción del Denkschrift de diciembre de 1905 de Schlieffen, y luego da una cuenta detallada que refleja y elabora ese malentendido”. En esencia, Herwig dice que Schlieffen intentaba aniquilar al ejército francés con un rápido y poderoso ataque del ala derecha, para lanzar a continuación a sus fuerzas al frente Este para lidiar a tiempo con el enemigo ruso, detallando una narración que es muy contraria a lo que planteó Schlieffen en su memorando. Esto se evidencia en que involucra en su narración al ejército ruso y al italiano, que están completamente ausentes en el memorando de Schlieffen. Es igualmente una invención de Herwig su afirmación, sin fuente, de que la destrucción del ejército francés contemplada por Schlieffen tenía que realizarse en 40 días máximo, algo que Schlieffen no nombra para nada en su memorando. En resumen, lo que hace Herwig con el memorando de diciembre de 1905 de Schlieffen es sacarlo de contexto y reajustarlo “con una variedad de elementos extraños para convertirlo en el eje central de 'una guerra contra Francia y Rusia'. Lo que aflora al final de este proceso es una construcción artificial sin ninguna validez histórica en absoluto”.

Luego pasa Holmes a Annika Mombauer por un capítulo suyo en un libro coeditado en 2010 por Herwig (30), donde la historiadora alemana asume literalmente las distorsiones y recreaciones de Herwig sobre el memorando de Schlieffen de diciembre de 1905. Lo que asombra a Holmes es el hecho de que “algunos historiadores parecen contentarse con un relato del Plan Schlieffen para el que no pueden encontrar ninguna base documental”.

Tanto Herwig como Mombauer reconocieron su deuda con el artículo de Gerhard Gross, quien también defiende que la estrategia de Moltke en 1914 se basó en la estrategia de Schlieffen para una guerra en dos frentes. “Para establecer su tesis, Gross tendría que demostrar que la idea de un ataque estratégico a través del centro de Bélgica con una masiva ala derecha preponderante estaba asociada con el pensamiento de Schlieffen de cómo combatir una guerra contra Francia y Rusia”. Pero Gross, sentencia Holmes, es incapaz de establecer esta conexión, y la evidencia que aporta para apoyar su caso prueba realmente lo contrario, que Schlieffen defendía una ofensiva poderosa y de largo alcance solamente para el caso de una guerra en un solo frente.

Holmes, tras detallar los muchos errores y distorsiones de estos historiadores, recapitula diciendo que sus tesis proponen algo, un ataque masivo y profundo contra Francia a través de Bélgica, que jamás propuso Schlieffen como Jefe del GEMG para una guerra en dos frentes. “La campaña del Marne significó una ruptura profunda con las ideas estratégicas de Schlieffen, no una implementación de ellas. También contradijo la opinión de Moltke el Viejo, que declaró en abril de 1871 que 'Alemania no puede esperar librarse de un enemigo con una rápida victoria ofensiva en el Oeste para luego volverse contra el otro'. El Ejército alemán fue a la guerra en 1914 con un plan que no tenía paralelo en el pensamiento previo del estado mayor general”. Y luego pasa a describir cómo fue ese plan de Moltke el Joven para 1914 (31).

Finalmente, lo que yo extraigo de toda esta historia que hemos visto es que, primero, los historiadores del Reichsarchiv y algunos selectos autores del antiguo GEMG alemán, con acceso a las fuentes primarias de la documentación de la planificación de guerra alemana previa a la IGM en poder del Reichsarchiv, interpretaron esa documentación en general, y el “Plan Schlieffen” en particular conforme a sus muy particulares intereses de defender la dañada reputación del GEMG durante el periodo de entreguerras; y, segundo, los historiadores que vinieron después de la IIGM, en base a una documentación mayoritariamente fuentes secundarias, interpretaron igualmente los mismos asuntos conforme a intereses igualmente dudosos o, de forma acrítica, para mantener, después de Ritter, la posición historiográfica prácticamente unánime sobre el “Plan Schlieffen”.

Lo que hizo Zuber con su artículo de 1999 fue desafiar este, en sus propias palabras, “conocimiento común” sobre el llamado “Plan Schlieffen” y evidenciar la necesidad de someter la documentación preservada sobre la planificación alemana de preguerra a un análisis crítico, cosa que no se había hecho hasta entonces. Al hacerlo en su artículo de 1999 y desarrollarlo en su libro de 2002, Zuber provocó un debate, cuyos puntos principales hemos visto más arriba, que ha enriquecido (y en parte confundido) muchísimo lo que hasta 1999 había sentado la historiografía. Todos los historiadores desde entonces, sus críticos incluidos, están en deuda con Zuber, lo hayan reconocido públicamente o no.

Y una consideración final sobre lo que me contó Zuber. Cuando acabó su artículo “The Plan Schlieffen Reconsidered”, Zuber estaba muy orgulloso y expectante de que su publicación traería un debate necesario sobre el asunto. Pero pronto reconoció su ingenuidad cuando vio que ninguna revista académica quería publicar su artículo, aduciendo que no había nada que debatir sobre el “Plan Schlieffen”. Sólo la intervención del historiador británico Sir Hew Strachan, entonces coeditor de War in History, posibilitó la publicación del artículo, y con ello el debate que siguió. Strachan también aconsejó a Zuber que publicara toda la documentación preservada entonces sobre la planificación de guerra alemana antes de la IGM, cosa que Zuber hizo con su libro German War Planning, 1891-1914: Sources and Interpretations (2004). Con razón, Zuber tiene en muy alta estima a Strachan. Yo también.

(28) Holmes, “Back to the Sources: An attempt to resolve the Schlieffen Plan controversy”. War in History 2020, 28 (3), pp. 525-543.

(29) Holger H. Herwig, The Marne, 1914: The Opening of World War I and the Battle That Changed the World (New York: Random House, 2009).

(30) Annika Mombauer, “German War Plans”, en Richard F. Hamilton y Holger H. Herwig (Eds.), War Planning 1914 (Cambridge University Press, 2010).

(31) La cuenta más completa para la planificación de guerra de Moltke el Joven es Zuber, The Real German War Plan, 1904-1914 (2011).

FIN
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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por SMS Derfflinger » Mar Ene 11, 2022 2:34 am

Un magnífico y esclarecedor trabajo, poca gente conoce que el Plan Schlieffen que se llevó a la práctica en 1914 era solo en previsión de una guerra contra Francia en solitario, y que contra dos adversarios la idea original era mantenerse a la defensiva, una opción que sin duda hubiese resultado más exitosa para el Imperio alemán... Mis felicitaciones al autor. :sgm56:

Saludos.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mar Ene 11, 2022 10:28 am

¡Hola a todos!

Gracias por los comentarios, SMS Derfflinger. Sin embargo, he de decirte que el plan de guerra alemán de 1914 fue un plan de Moltke, no de Schlieffen, como creo haber dejado claro en mi artículo. Y Moltke no llevó a la práctica en 1914, como tú al parecer indicas, el Plan Schlieffen, sino su propio plan.

Lo que Schlieffen concibió en su Denkschrift de diciembre de 1905 -ya se acepte o no como un plan de guerra, dejando el debate a un margen- y que ha pasado a la Historia como el "Plan Schlieffen", fue, efectivamente, un concepto operacional para un escenario de una guerra en un solo frente (Guerra contra Francia). En este escenario, el aufmarsch (despliegue) del ejército alemán era de 7:1, esto es 7 ejércitos desplegados en el ala derecha y 1 en el ala izquierda. Sin ninguna fuerza desplegada en Prusia del Este. Moltke rechazó este despliegue y el Denkschrift de diciembre de 1905 en el que se fundamentaba porque a él no le servía para una guerra en dos frentes y porque, de todas formas, no contaba con la cantidad de fuerzas demandadas por Schlieffen en su citado Denkschrift.

El mito creado por la "Escuela Schlieffen" durante las décadas de 1920 y 1930, y por sus seguidores después de la IIGM consistió en decir que Moltke utilizó en 1914 ese plan que Schlieffen concibió en su Denkschrift de diciembre de 1905, pero que lo alteró ("lo diluyó") y por ello el fracaso del mismo. "Lo diluyó" hace referencia al despliegue del ejército alemán en 1914, donde el ala derecha no era tan fuerte como la desplegada en el Denkschrift, porque Moltke la debilitó en favor del ala izquierda. En esto descansa el mito, en una falacia, pues el plan de Moltke de 1914 no era una continuación, alterada, del Denkschrift de Schlieffen, sino un plan de su propia cosecha en consonancia con las nuevas y diferentes circunstancias político-militares de 1909/1914 respecto de las habidas durante la era Schlieffen.

Schlieffen jamás habría adoptado el concepto operacional de su Denkschrift de diciembre de 1905 si él estuviese al mando en 1914. Moltke tampoco lo hizo. Habría adoptado, sin duda, un plan de guerra basado en la estrategia defensiva-ofensiva (defensa-ruptura-explotación) que siempre había considerado durante su mandato para una guerra en dos frentes.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por SMS Derfflinger » Mar Ene 11, 2022 12:38 pm

A lo que me refería es que, la idea básica de un ataque a Francia, basada en un ala derecha reforzada que debía atravesar Bélgica y girar para rodear al Ejército francés, proviene de Schlieffen, aunque este plan fuese para una guerra en un solo frente y Moltke lo adaptase a su modo en los años posteriores... Y las críticas de Entreguerras sobre un despliegue demasiado cauteloso en lo referente a proteger el ala izquierda y el centro, por no hablar de sacar 100.000 hombres del ala derecha para enviarlos de paseo al Este, más otros errores operativos, pienso que son bastante justificadas, independientemente de que hablemos de "Plan Schlieffen" o "Plan Moltke"...

Saludos.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Mar Ene 11, 2022 9:10 pm

SMS Derfflinger escribió: Y las críticas de Entreguerras sobre un despliegue demasiado cauteloso en lo referente a proteger el ala izquierda y el centro, por no hablar de sacar 100.000 hombres del ala derecha para enviarlos de paseo al Este, más otros errores operativos, pienso que son bastante justificadas, independientemente de que hablemos de "Plan Schlieffen" o "Plan Moltke"...
Las críticas siempre están justificadas si se fundamentan en hechos ciertos, independientemente de que lleven razón o no. Pero las críticas de los antiguos oficiales de GEMG alemán durante la posguerra tenían otra intención bien distinta: la de restaurar la imagen del EMG, entonces desacreditada entre el ambiente revolucionario alemán. Y para ello intentaron conectar el plan de guerra de Moltke de 1914 (y sus grandes decisiones de agosto) con el Denkschrift de diciembre de 1905 de Schlieffen (el "Plan Schlieffen"), afirmando que lo había alterado y que no había comprendido su concepto. De haberlo ejecutado tal cual lo había diseñado Schlieffen, razonaron estos recreadores, entonces Alemania habría tenido éxito total en 1914. Este intento de conexión entre un plan y el otro es lo que constituye el mito creado por estos antiguos oficiales del GEMG y por la historia oficial del Reichsarchiv, un mito que continuaron sus seguidores después de la IIGM y que fue desafiado en 1999 por Zuber, tal y como he comentado en mi artículo.

Echar la culpa al muerto es mucho más fácil que aceptar tus propios errores. Así lo hicieron también la mayoría de los antiguos oficiales de EMG después de la IIGM, echando la culpa de la derrota militar a Hitler. Si Hitler les hubiera dejado hacer, cuenta esta leyenda, entonces habrían ganado la guerra. Sin embargo, la realidad es bien distinta.

El problema con el mito del "Plan Schlieffen" es que gobernó absolutamente la historiografía durante casi 80 años, razón por la cual hay una resistencia ciega en aceptarlo como tal. Sin embargo, esa resistencia a ultranza no ha podido evitar que se produjera un debate académico público en base a un análisis crítico de toda la documentación que se conserva sobre la planificación de guerra alemana previa al inicio de la IGM. Y hoy en día ya no existe entre los historiadores especialistas en el tema el consenso que existía desde 1920 hasta 1999. Ahora unos pocos historiadores se posicionan con Zuber mientras que otros muchos se mantienen aferrados al mito. Aventuro que con el paso del tiempo la balanza se inclinará a favor de Zuber.

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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por Grossman » Vie Ene 14, 2022 8:23 pm

¡Hola a todos!

Muchas gracias, José Luis, por este gran artículo. Me ha exigido pero ha valido la pena, además de para acabar con un poderoso mito, para conocer este episodio de las interioridades del mundo académico en relación con el problema de la gestión de la verdad.
Intrigado por esta negativa, me puse en contacto con Zuber para ver si podía explicarme sus razones para no permitir la inclusión de su capítulo del original alemán en la edición inglesa, lo que dio pie a una interesante conversación (de su parte) ...
No, José Luis, también lo fue de parte tuya, con todo lo que tenías preparado sobre este tema, seguro que el intercambio de correos resultó también muy interesante para él. No creo que Zuber encuentre interlocutores así todos los días.
Entonces, Gross, que se suponía actuaría de moderador, presentó unos documentos que nadie jamás había visto antes, y que Gross sostenía que demostraban que había habido realmente un plan Schlieffen. Tras la conferencia, cuando se pudieron examinar los documentos, éstos mostraron que nunca había habido suficientes divisiones alemanas para llevar a cabo el Plan Schlieffen, tal como Zuber había mantenido desde 1999.
Con lo que sabemos de Gross a estas alturas, cuando presentó estos documentos no sería por un arranque de honestidad, sospecho, sino de torpeza.
Wikipedia aceptó la mentira.
En la versión en inglés ahora ya no, y recoge este debate. En la versión en castellano persiste el mito :sgm79:
Ahora unos pocos historiadores se posicionan con Zuber mientras que otros muchos se mantienen aferrados al mito. Aventuro que con el paso del tiempo la balanza se inclinará a favor de Zuber.
Si te aferras a una creencia, no eres un historiador, no eres persona de ciencia. En eso me ha gustado Holmes, capaz de cambiar de opinión; ¿no ser historiador le confiere quizá más flexibilidad?
… vio que ninguna revista académica quería publicar su artículo, aduciendo que no había nada que debatir sobre el “Plan Schlieffen”
Esto me ha parecido muy fuerte, aunque, lamentablemente, no me ha sorprendido. Estas otras revistas deberían “hacérselo mirar”, tras dejar pasar la publicación de una “bomba” como era el artículo de Zuber y con esta justificación. Menos mal que al final aparecen los Zuber, Strachan y Rassow.

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Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
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Re: El "Plan Schlieffen". Historiografía y Debate

Mensaje por José Luis » Sab Ene 15, 2022 12:38 am

¡Hola a todos!

Gracias por tus comentarios, Grossman.

En realidad, no me extraña nada la postura reaccionaria de muchos historiadores modernos ante el vuelco que supuso el desafío de Zuber en 1999. Tienes que pensar que fueron 80 años durante los cuales se asoció en la historiografía el plan de guerra de 1914 de Moltke con el memorando de diciembre de 1905 de Schlieffen (el "Plan Schlieffen"). Si en las décadas de 1920 y 1930 unos cuantos importantes antiguos oficiales del GEMG alemán tenían una legitimidad, ciertamente espuria (salvar su propia imagen y la del GEMG y el Ejército como instituciones), para hacer esta asociación para trasladar la idea de que el fracaso del Marne fue principalmente por culpa individual de Moltke, que alteró el "Plan Schlieffen", es difícil, en cambio, entender que dicha asociación se siguiera manteniendo una vez que Ritter publicó el memorando en 1956. Si bien es cierto que criticaron ese plan por inviable, lo cierto es que siguieron con la idea de que el plan de guerra de 1914 de Moltke se basaba, aunque de forma alterada, en el "Plan Schlieffen". Y lo más inconcebible es que siga habiendo historiadores que, una vez que salió a la luz lo que quedó de la planificación de guerra alemana previa a la guerra, continúan aferrándose al "Plan Schlieffen". Pero digo que no me extraña porque: ¿Sabes lo que significa tener que reescribir la historia de la planificación alemana de la guerra y las operaciones militares alemanas de agosto y septiembre de 1914 erradicando de la misma todo lo referente al "Plan Schlieffen"? ¿Te imaginas que, pongamos por caso, un descubrimiento en el campo de la egiptología pusiera patas arriba todo lo que se ha escrito en la academia sobre la datación y construcción de la pirámide de Keops? ¿Crees que se iban a aceptar las implicaciones de ese descubrimiento? ¿Crees que iban a ceder los egiptólogos de turno? Yo creo que lo intentarían desacreditar, igual que han intentado hacer con Zuber.

Lo cierto es que si esa asociación que he comentado al inicio de esta intervención se ha mantenido desde 1920 ha sido, a mi juicio, porque nunca se sometió a un análisis crítico. Y esta carencia se debió muy probablemente a que no ha habido ningún historiador militar-profesional militar acostumbrado a lidiar con planes de guerra y ejercicios militares que se haya puesto a la tarea de hacer ese análisis crítico. No lo hubo hasta Zuber. Ninguno de los historiadores que he citado en mi artículo, de Ritter en adelante, fueron ni son o han sido militares profesionales, con la excepción de Zuber y Gross. Pero este último nunca se ha enfrentado a esa tarea. Esta historia reivindica ciertamente la importancia de la historia militar realizada por militares historiadores. Quizá el paradigma sea David M. Glantz. No hace mucho tiempo, en 2019, la editorial McFarland & Company publicó un libro de Dennis E. Showalter, Joseph P. Robinson y Janet A. Robinson titulado The German Failure in Belgium, August 1914: How Faulty Reconnaissance Exposed the Weakness of the Schlieffen Plan, donde, al margen de sus tesis, el peso del libro recae en Joe Robinson, un oficial ducho en operaciones militares como G3 de la 1ª División de Infantería estadounidense. Esto es lo que hay que buscar cuando hay que analizar planes y operaciones militares. Sólo por ello el libro es realmente interesante.

He leído la wiki en inglés y ciertamente ha cambiado su perspectiva, no sé si por el rapapolvos que les dedicó Zuber en la introducción de su libro The German War Planning de 2004, o bien, más probable, porque cada día son más los historiadores que se posicionan con la tesis principal de Zuber (no todas sus tesis). Ejemplo de ello son los libros de Daniel J. Hughes y Richard L. Dinardo, Imperial Germany and War, 1871-1918 (University Press of Kansas, 2018), y Troy R. E. Paddock, Contesting the Origins of the First World War. An Historiographical Argument (Routledge, 2020).

En cuanto a lo que comentas de Holmes, no olvides que es, ante todo, un experto en literatura alemana, y la literatura en general requiere de mentes libres y abiertas.

Veremos en que queda finalmente todo esto.

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