Der Kessel von Tscherkassy 1944. Günter Jahnke y Bernd Lerch.

Recensiones personales de libros leídos

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Chuikov
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Der Kessel von Tscherkassy 1944. Günter Jahnke y Bernd Lerch.

Mensaje por Chuikov » Lun Oct 12, 2015 11:04 pm

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Llegué hasta este libro animado por los elogiosos comentarios que Karl-Heinz Frieser hace del mismo en el volumen VIII del MGFA, “Das Deutsche Reich und der Zweite Weltkrieg”, en la parte que dedica a la bolsa de Korsun.

Günter Jahnke (1919), oficial del estado mayor de la 5ª división de las SS, Wiking, vivió en primera persona las tres semanas dramáticas que duró el cerco y rotura de la bolsa, y formó parte de los más de 30.000 soldados alemanes que escaparon de la misma. El Dr. Bernd Lerch (1943) es hijo de un músico que estuvo encuadrado en el regimiento Westland, también de la Wiking, y que murió durante las duras batallas.

El libro cuenta la historia de la bolsa de Cherkassy/Korsun desde el punto de visto alemán. Está dividido en 2 partes fundamentalmente: La primera es una historia de la batalla, y la segunda parte recoge los principales documentos de los ejércitos y cuerpos ( fuentes primarias recogidas en los archivos militares federales , los llamados BA-MA), a partir de los cuales los autores se han servido para montar la historia: órdenes, informes de batalla, comunicaciones con otras unidades, peticiones, entrevistas con veteranos... La primera parte, a su vez, está dividida en otras cuatro: sobre los prolegómenos y la formación de la bolsa. Sigue con la historia de los sitiados, centrándose principalmente en las peripecias de la Wiking y sus formaciones asociadas. La tercera parte la dedican a los intentos de socorro por parte del XXXXVII y III Panzerkorps. Y en la última los autores citan a otros autores, y algunos informes finales de las divisiones que participaron en la batalla.

El libro es muy completo, y se aprecia que los autores han dedicado años a recolectar tal cantidad de información. No en vano, es una de las fuentes principales que Frieser usa para escribir sus 20 o 25 páginas sobre el tema. Pero es completo sólo en lo tocante a la parte alemana. Los soviéticos no existen más que como invitados. Obviamente, cualquiera que quiera hacerse una cabal idea de la batalla, necesitará leer, además de éste, alguno otro más. Pero para mí no desluce la calidad del libro, en su ámbito.

Los autores aportan diversos puntos al estudio de la batalla. Por ejemplo, en la página 27 razonan sobre la poca probabilidad de que los rusos en realidad pensaran que en la bolsa que habían creado hubiera 100.000 alemanes. Los soviéticos, defienden los autores, sabían aproximadamente las unidades que habían quedado encerradas, y también tenían que saber que las divisiones alemanas ya no tenían 15 o 16.000 soldados como al comienzo de la guerra. Bajo este principio, queda reforzado el aspecto propagandístico de la reclamación soviética, pero deja más abierta la pregunta sobre por qué los soviéticos no pusieron tierra de por medio entre los sitiados y los sitiadores, como hicieron en Stalingrado. Además, es sabido que el territorio que se presentaba ante el Ejército Rojo (ER), si decidían avanzar , estaba desguarnecido. Podrían haber llegado hasta el Bug (parece como si todas las aspiraciones soviéticas después de Stalingrado fueran montar un súper Stalingrado...) .

Un punto fuerte del libro es la descripción del interior del Kessel. Zetterling, por ejemplo, dedica muy poco a este punto. Según los autores, en el Kessel siempre hubo agrupamientos continuos de retales de formaciones, un continuo achicamiento del cerco, y mucha esperanza entre los sitiados... (p34).

El 28 de enero, con las fuerzas ya cercadas, Hitler asignó al XXXXII Cuerpo de Ejército al 8º Ejército, al cual pertenecía el otro cuerpo cercado, el XI, y nombró a Stemmermann comandante de las fuerzas cercadas (Befehlshaber im Kessel). Es totalmente razonable que se hiciera esto. Sin embargo no se hizo lo mismo con los dos cuerpos Panzer que se dispusieron a rescatarlos. El XXXXVII PzKorps siguió dependiendo del 8º Ejército, y el III Pzkorps siguió dependiendo del 1º Panzer. Quizás esta falta de unidad de mando menoscabó los intentos alemanes de llegar hasta los cercados.

La bolsa Cherkassy , como la llamaron los alemanes, fue un campo de pruebas para el invento soviético del NKFD (Nationalkomitee Freies Deutschland) Comité Nacional por una Alemania Libre. Siempre según los autores, el hecho de que el uso intensivo de los oficiales alemanes del NKFD para menoscabar la moral y resistencia de los alemanes no causara grandes efectos, hizo que esta organización perdiera fuerza y se reforzara poco para las operaciones subsiguientes.

Hay dos aspectos que son protagonistas, como no podían ser de otra forma en esta historia: el mal tiempo, y los blindados. Las hazañas del Schwere Panzerregiment Bäke están contadas por el mismo Bäke, y jalonadas por otros testimonios que normalmente son para mayor gloria de la Wehrmacht y los Panzers. Ciertamente es impresionante: cuando se formó, a mediados de enero, el grupo contaba con 34 Tigers y 46 Panthers, además de un batallón de artillería cañones autopropulsados. El regimiento llega a la zona del III Cuerpo Panzer (Breith) con un expediente impresionante: en enero del 44, en 5 días y 5 noches en la zona de Balabanowka, había destruido ¡5 cuerpos de tanques soviéticos! (pag 64).

Y el tiempo. Los fríos y heladas nocturnas se combinaron con días anormalmente cálidos para la época. Esto hizo que el barrizal en el que tenían que avanzar las tropas de rescate les dificultara mucho su labor. Abundan los relatos y testimonios personales en este respecto. Avanzar ante estas condiciones y la resistencia del enemigo se convirtió en todo un desafío. Hasta el punto de tener que suministrar a las tropas el combustible por aire, porque por los barrizales no podían avanzar los vehículos que no fuesen de oruga.

Hay además un par de aportaciones muy valiosas. El 16 de febrero a las 23:00 comenzó la ruptura. Unos pocos cientos de hombres del 105. regimiento de infantería llegaron sin problemas a Lissianka, saliendo sanos y salvos por tanto del caldero. Pero el grupo de Stemmermann se dirigió a la altura 239.0, donde se tendrían que reunir con tropas del III cuerpo Panzer. Allí se encontraron con que la colina 239.0 estaba en manos soviéticas, y los soviéticos machacaron los alemanes que desesperadamente trataban de escapar. El origen de este desastre estuvo en un mensaje que el Armeeoberkommando 8 había radiado a Stemmermann el 15 de febrero del 44, dándole órdenes para la ruptura hacia el suroeste: Aktionsfähigkeit III. Korps witterungs – versorgungsmäßig eingeschränkt. Gruppe Stemmermenn muß entscheidenden Durchbruich bis Dshurshenzy – Höhe 239.0 zwei km südlich davon – aus eigener Kraft führen. Dort Veeinigung mit III Panzer-Korps. (La capacidad de acción del III Cuerpo Panzer está muy limitada debido al mal tiempo y a problemas de suministros. El grupo Stemmermann debe romper por sus propios medios hasta Dshurzhenzy y la altura 239.0, dos km más al sur. Allí, enlace con el III cuerpo Panzer). Bajo esta premisa, los alemanes veían en la colina 239.0 la salvación. En realidad se les vino el infierno encima. Pues bien, Jahnke y Lerch explican que el desastre se produjo porque unos cientos de metros antes de llegar a la altura, los blindados de Bäke se quedaron sin gasolina, y con las horribles condiciones del tiempo se tuvieron que esperar hasta que llegara el oro negro al día siguiente. Si no hubiera sido por eso, Bäke habría estado esperando en la 239.0. Esta es la versión que cuenta Frieser en su relato, y está sacada del de Jahnke y Lerch.


Además los autores recogen un testimonio de Lieb muy interesante. Según su relato, la causa que explica la relativa calma de los soviéticos durante la noche de la retirada, pudo ser un reagrupamiento soviético llevado a cabo justo esa noche. Cuenta Lieb que prisioneros soviéticos les habían dicho que “starke Teile der russ. Truppen, die der Linie Chilki-Komarovka gegenüberstanden, wurden am 16. Februar beginennd, in Nachtmarsch nach Norden geführt, um mi Laufe des 17. Februars zum Angriff von Nordwesten her gegen den Kessel geführt zu werden. Ohne diese Schwächung des Feindes an dem für den Ausbruch entscheindenden Punkten wäre wahrscheinlich der Ausbruchversuch mißlungen”. (importantes tropas rusas que guardaban la línea Chilki-Komarovka, comenzaron a partir del 16 de febrero una marcha nocturna hacia el norte para, a lo largo del día 17 lanzar un ataque desde el noroeste contra el Kessel. Sin ese debilitamiento del enemigo, posiblemente la ruptura no hubiera tenido éxito). De este testimonio cabe hacerse la siguiente pregunta (que los autores no se hicieron , porque ni siquiera mencionan que el 12 de febrero Stalin aparta del mando de la operación a Zhukov para darle el poder a Konev): ¿En qué medida este cambio en el mando de las operaciones soviéticas influenció o motivó el trasiego de esas tropas hacia el norte?

Menuda estampa tuvo que ser ver a Gille o a Lieb cruzando a nado el Gniloi Tikitsch con sus uniformes puestos, y con un frío de mil demonios...
Saludos cordiales...
Carpe Diem

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