"En nombre de Franco", de Arcadi Espada
Publicado: Mié Mar 20, 2013 2:42 am
Buenas noches.
Comienza Arcadi Espada hablando de "El hombre que mató a Liberty Valance", la película de John Ford, en la que el editor de un periódico dice que cuando se descubre la realidad de la leyenda, hay que publicar la leyenda.
En el caso de los judíos húngaros salvados por la legación española entre finales de 1944 y comienzos de 1945 se habían publicado estas leyendas:
-Giorgio Perlasca fue acreditado por el embajador Ángel Sanz Briz como funcionario permanente de la legación para tratar de los asuntos del Estado español en Hungría tras su marcha a Berna a principios de diciembre de 1944. Él llevó las siguientes semanas el mayor peso de la protección a los judíos.
-Ángel Sanz Briz, embajador en Budapest, expidió pasaportes provisionales y cartas de protección por iniciativa propia y sin el conocimiento del gobierno de España.
Pues bien, Arcadi Espada y su colaborador Sergio Campos cotejan la leyenda con los datos que obtienen de los documentos conservados y de algunas entrevistas y publican un libro con estas realidades:
-Perlasca estuvo allí y ayudó al salvamento de esos judíos, pero las circunstancias de estos hechos sólo se ven apoyadas por los documentos que produjo de su propia mano. En la segunda parte del libro Espada los desmonta con minuciosidad.
-Sanz Briz fue un funcionario, un diplomático heroico que cumplió con las instrucciones que le dio José Félix de Lequerica, ministro de Asuntos Exteriores de España, gobernada entonces por Franco. Estas instrucciones figuran en varios telegramas. En uno, del 23 de octubre de 1944, se “ruega se extienda protección a mayor número judíos perseguidos.[…] en primer lugar a los sefarditas de nacionalidad española, en segundo lugar a los de origen español y finalmente al mayor número posible de los demás israelitas”. Firma Lequerica, el mismo que, más adelante, autorizó a Sanz Briz a salir de Budapest entregando la gerencia de la legación al representante sueco.
Uno de los aciertos de este libro es que tanto estos dos telegramas que he citado como la documentación principal que sirve de base para la investigación se pueden leer completos a través de los códigos QR del apartado de notas o bien en esta dirección:
http://estudioae.com/heroes/
-Hay otras dos personas de la embajada cuya tarea en el salvamento fue de una notable importancia: el abogado Zoltán Farkas y la secretaria Elisabeth Tourné. Ambos quedaron eclipsados en la narración de Perlasca, y Sanz Briz fue parco en declaraciones tras acabar la guerra, siguiendo, de nuevo, instrucciones de su gobierno de cara a las relaciones con el Estado de Israel. Sobre Tourné, Espada se lamenta de no haber encontrado más, al menos una foto. Sin embargo, en una nota archivada en el Ministerio de Asuntos Exteriores se la denunciaba, ¡en 1938!, de facilitar visados de pasaportes a cuantos judíos los solicitaran en la oficina de Budapest. Es uno de los momentos emocionantes del libro: una de los héroes de la embajada prestaba su ayuda desde antes de iniciarse la guerra.
En fin, este es el núcleo de este gran libro donde, además, viajamos con su autor de Drancy a Auschwitz y de allí a Budapest, descubriendo en el camino lo que sí y lo que no hicieron personas que, por su cargo, trabajaban en nombre de Franco.
Un saludo.
Comienza Arcadi Espada hablando de "El hombre que mató a Liberty Valance", la película de John Ford, en la que el editor de un periódico dice que cuando se descubre la realidad de la leyenda, hay que publicar la leyenda.
En el caso de los judíos húngaros salvados por la legación española entre finales de 1944 y comienzos de 1945 se habían publicado estas leyendas:
-Giorgio Perlasca fue acreditado por el embajador Ángel Sanz Briz como funcionario permanente de la legación para tratar de los asuntos del Estado español en Hungría tras su marcha a Berna a principios de diciembre de 1944. Él llevó las siguientes semanas el mayor peso de la protección a los judíos.
-Ángel Sanz Briz, embajador en Budapest, expidió pasaportes provisionales y cartas de protección por iniciativa propia y sin el conocimiento del gobierno de España.
Pues bien, Arcadi Espada y su colaborador Sergio Campos cotejan la leyenda con los datos que obtienen de los documentos conservados y de algunas entrevistas y publican un libro con estas realidades:
-Perlasca estuvo allí y ayudó al salvamento de esos judíos, pero las circunstancias de estos hechos sólo se ven apoyadas por los documentos que produjo de su propia mano. En la segunda parte del libro Espada los desmonta con minuciosidad.
-Sanz Briz fue un funcionario, un diplomático heroico que cumplió con las instrucciones que le dio José Félix de Lequerica, ministro de Asuntos Exteriores de España, gobernada entonces por Franco. Estas instrucciones figuran en varios telegramas. En uno, del 23 de octubre de 1944, se “ruega se extienda protección a mayor número judíos perseguidos.[…] en primer lugar a los sefarditas de nacionalidad española, en segundo lugar a los de origen español y finalmente al mayor número posible de los demás israelitas”. Firma Lequerica, el mismo que, más adelante, autorizó a Sanz Briz a salir de Budapest entregando la gerencia de la legación al representante sueco.
Uno de los aciertos de este libro es que tanto estos dos telegramas que he citado como la documentación principal que sirve de base para la investigación se pueden leer completos a través de los códigos QR del apartado de notas o bien en esta dirección:
http://estudioae.com/heroes/
-Hay otras dos personas de la embajada cuya tarea en el salvamento fue de una notable importancia: el abogado Zoltán Farkas y la secretaria Elisabeth Tourné. Ambos quedaron eclipsados en la narración de Perlasca, y Sanz Briz fue parco en declaraciones tras acabar la guerra, siguiendo, de nuevo, instrucciones de su gobierno de cara a las relaciones con el Estado de Israel. Sobre Tourné, Espada se lamenta de no haber encontrado más, al menos una foto. Sin embargo, en una nota archivada en el Ministerio de Asuntos Exteriores se la denunciaba, ¡en 1938!, de facilitar visados de pasaportes a cuantos judíos los solicitaran en la oficina de Budapest. Es uno de los momentos emocionantes del libro: una de los héroes de la embajada prestaba su ayuda desde antes de iniciarse la guerra.
En fin, este es el núcleo de este gran libro donde, además, viajamos con su autor de Drancy a Auschwitz y de allí a Budapest, descubriendo en el camino lo que sí y lo que no hicieron personas que, por su cargo, trabajaban en nombre de Franco.
Un saludo.