Bien, respondiendo a la petición que amablemente me hizo Jose Luis semanas atrás, voy a publicar aquí una reseña de esta reciente y notable obra de Valeriy Zamulin, no sin antes aclarar un punto de carácter técnico.
Un servidor publica usualmente las reseñas de sus lecturas, de diversa índole pero comúnmente de estudios de Historia, en mi blog Mi Diario de Libros en http://diariodelibros.wordpress.com" onclick="window.open(this.href);return false;. Como hará una semana que finalicé la lectura de Demolishing the Myth, publiqué ahí hace unos días una reseña conjunta con The Battle of Kursk de David Glantz y Jonathan House. Como algún lector notará, la recensión que vendrá a continuación no dejará de aprovechar partes sustanciales del artículo antes citado, aún sea sólo para ahorrarme trabajo. Por otra parte, estas lecturas y alguna otra más espero que, en los próximos meses, sirvan para dar a luz un articulillo por parte de un servidor sobre los nuevos mitos que se están generando alrededor del combate librado al suroeste durante el 12 de Julio de 1943. Hechas estas advertencias, pasemos a lo que interesa hoy.
En este Foro ya se ha escrito mucho sobre el Mito de Prokhorovka, así que mi revisión historiográfica se reducirá a observar que, a mi parecer, la versión más refinada de este mito – en su versión clásica- lo tendríamos The Battle of Kursk de David M. Glantz y Jonathan Mallory House (Lawrence, Ks: University Press of Kansas, 1999). A parte de algunas deficiencias, hoy en día lo que se puede afirmar es que la obra de Zamulin, publicada en Rusia ya en 2005, la deja totalmente obsoleta, al menos en lo que se refiere a la ofensiva alemana del Grupo de Ejércitos “Sur” alemán contra el sector de frente meridional del famoso saliente de Kursk defendido por las formaciones soviéticas del Frente de Voronezh. Posiblemente, la anunciada futura obra, del mismo Zamulin, sobre los combates por Proiny suponga lo mismo respecto al relato tradicional sobre la ofensiva alemana del Grupo de Ejércitos “Centro” en el flanco septentrional del saliente.
¿Y por qué? Pues se debe a que V. Zamulin, en el marco de sus labores de dirección en el Museo del Campo de Batalla de Prokhorovka, llevó acabo una intensa y ardua investigación en los Archivos Centrales del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, permitiéndole poder reconstruir de un modo fiable, no sólo el caótico proceso de toma de decisiones por parte de los mandos soviéticos implicados, si no que el autor también se adentra y reconstruye, con notable éxito, lo que Robert Engen – véase la reseña que un servidor hizo de su reciente obra en http://diariodelibros.wordpress.com/201 ... en-resena/" onclick="window.open(this.href);return false; - recientemente denominó el sharp end of combat. Y ello, pese a que en ocasiones esta labor resulta especialmente difícil debida a la fluidez inherente del combate táctico moderno supone que los testimonios documentales se reduzcan, en muchas ocasiones, a valoraciones elaboradas a posteriori por parte de los oficiales superiores al mando.
Jose Luis me pidió en su día que, habiendo leído las principales obras que se han publicado sobre el tema hasta la fecha, qué razones me darías para hacerme con esta nueva obra. Como mis valoraciones no dejan de ser mías, expondré dos casos a título ilustrativo.
Al relatar Zamulin el contraataque emprendido por el 1º Ejército de Tanques contra las posiciones del PzGrDiv SS Das Reich del II. SS PzKorps durante el 6 de Julio (pp. 122-127), el autor observa que el asalto frontal ejecutado por parte del 5º Cuerpo de Tanques de la Guardia fue tan torpe que Hoth, al ser informado del ataque soviético, ordenó una serie de contramedidas que supusieron que las Brigadas de Tanques 21ª y 22ª de la Guardia, junto al 48º Regimiento de Tanques Pesados, fuesen cercados por el contraataque alemán, aunque durante la noche lograron abrirse paso hasta las líneas soviéticas pero perdiendo, en total, 110 tanques durante los combates librados ese día. La pregunta aquí es evidente: ¿acaso Katukov, comandante del 1º Ejército de Tanques, era un inepto y hasta un criminal? ¿O ocurrió alguna otra cosa?
Según Zamulin, que ha hecho el vaciado de los documentos relevantes a esta cuestión, Vatutin ocultó en su informe final a Stalin el 24 de Julio lo sucedido durante el 6 de Julio. Al mediodía, en el cuartel general del 5º Cuerpo de Tanques de la Guardia, con el mayor general A.G. Kravchenko al mando, tuvo lugar un hecho insólito. A esa hora se presentó ahí el mayor general Vakhrameev, comandante del 23º Cuerpo de Guardias que entonces estaba siendo arrollando por el avance alemán, mostrando evidentes síntomas de estar borracho y con su pistola reglamentaria en mano, amenazó con disparar a Kravchenko si éste no ordenaba a iniciar el contraataque por parte de su Cuerpo de Tanques inmediatamente, cosa que hizo un plausiblemente aterrado Kravchenko. A parte de Kravchenko, de ello fue testigo un oficial de transmisiones a quién Vakhrameev luego intentó arrestar pero, de algún modo, pudo informar de lo sucedido a las instancias superiores. Una de las consecuencias fue que el 5º Cuerpo inició el contraataque antes de lo ordenado por Vatutin desde el Cuartel General del Frente Voronezh, siendo las Brigadas subordinadas de Kravchenko diezmadas por la Das Reich. La otra de las consecuencias fue que Vakhrameev fuese relevado, por orden directa de Vatutin, por la mañana del 7 de Julio (ver p. 132). Pero vale la pena resaltar que en el informe que Kravchenko hizo sobre los hechos del 6 de Julio, a Vakhrameev en este episodio se le sustituye por un tal “coronel Nikiforov” adscrito al 6º Ejército de Guardias (cf. al informe citado en pp. 123-124).
Otro episodio ilustrativo de la calidad del trabajo de Zamulin lo tenemos en un episodio que tuvo lugar durante el curso del contraataque ejecutado por el 2º Cuerpo de Tanques el 8 de Julio (ver pp. 143-150). Este ataque, ordenado por Vatutin, debía haberse iniciado a las 1030 h. pero no pudo iniciarse hasta seis horas más tarde; téngase en cuenta que hasta las 12’00 h. no llegaron al cuartel general del Cuerpo los mapas tácticos donde se detallaban las órdenes de contraataque. Luego, ocurrió un episodio especialmente patético. Los tanques de la 99ª Brigada de Tanques se desviaron de su ruta y atacaron contra las trincheras defendidas por el 285º Regimiento de Fusileros de la 183ª División de Fusileros, matando a 25 hombres y causando heridas a otros 37 antes de que el coronel Karpov, jefe del 285º Regimiento, logró detener a este ataque fratricida no sin que antes algunos tanques de la 99ª Brigada quedasen inutilizados al pisar minas del campo de minas soviético. Vale la pena citar algunos fragmentos del Informe Extraordinario de Combate Nº 5 del cuartel general de la 183ª División entregado a las 0500 h. del 9 de Julio (citado en pp. 148-149):
Sólo añadiré que en el informe posterior del comandante de la 99ª Brigada de Tanques (citado extensamente en pp. 144-148) no se menciona este episodio, aunque sí se admite el desvío de la ruta prefijada.El mando del 285º Regimiento trató de explicar la situación a los tanquistas, pero ellos continuaron disparando sobre nuestras posiciones de combate. El mando del regimiento envió a gente con la misión para explicarles la situación a los tanquistas y ordenarles que cesaran inmediatamente el fuego.
(…)
Informándole sobre esto, pido autorización para tomar severas medidas contra los individuos que permitieron esta negligencia criminal, quiénes acarrean la responsabilidad de disparar y aplastar a los combatientes de nuestras compañías, además de la inutilización de sus tanques en nuestros propios campos de minas.
Respecto a los contenidos novedosos presentes en la obra de Zamulin, cabe destacar que reduce, de forma drástica, el número de efectivos del 5º Ejército de Tanques de la Guardia comprometidos al asalto blindado ejecutado contra las posiciones del II. SS PzKorps al suroeste de Prokhorovka durante el 12-VII-1943, además de detallar su ejecución – le dedica nada menos que 150 páginas a su reconstrucción y análisis- y analizar las causas para lo que, en realidad, fué un total fiasco. El autor considera que el contraataque fué planeado de forma excesivamente apresurada, basado en un conocimiento totalmente insuficiente de las fuerzas alemanas en el área que condujo a subestimar el potencial defensivo que podía desplegar las fuerzas de la PzGrDiv. SS Leibstandarte Adolf Hitler a la que se enfrentó durante ese día. Ello, en contra de lo que el grueso de la historiografía alemana – y occidental- ha sostenido, estuvo unido al intenso y efectivo apoyo aéreo que brindó la Luftwaffe en la primera línea de batalla, conllevando a la desastrosa derrota que, en la realidad, representó esa jornada para las formaciones asaltantes soviéticas del Frente de Voronezh.
Por otra parte, el autor logra también con éxito situar en su debido contexto el contraataque acorazado del 5º Ejército de Tanques de la Guardia, pues en el mismo también participaron el 5º Ejército de la Guardia además de elementos del 6º Ejército de la Guardia y del diezmado 1º Ejército de Tanques, además de relatar los intensos combates librados en la semana anterior – especialmente los del 11 de Julio- y los combates librados al sur de Prokhorovka por el 69º Ejército contra el III. PzKorps durante el mismo 12 de Julio y días posteriores. La conclusión a la que se llega, tras el pormenorizada relación de los combates realizada por Zamulin, es que no sólo el relato mítico y ampliamente difundido sobre el choque blindado en Prokhorovka está ampliamente sobrevalorado pues, como observa el mismo autor, a finales de Junio de 1941 se libró una batalla de tanques aún más masiva en el área de Dubno, Brody y Berestechko en la que soviéticos y alemanes desplegaron cinco mil y mil tanques respectivamente; también caí en la cuenta que el mismo relato del estudio del EMG soviético soslaya todas las deficiencias defensivas del dispositivo dispuesto en profundidad por el Frente de Voronezh, tornándose muy presentes durante los sangrientos combates entre el 5 y el 11 de Julio.
Finalmente, dedicaré unas palabras al fenómeno del sobrerreclamo en combate y su contrastación con las pérdidas reales sufridas. Este aspecto suele ser un buen indicador del rigor o el posible sesgo presentes en el trabajo de un autor determinado. En este aspecto, Zamulin borda una magnífica exposición final sobre las pérdidas reales alemanas y soviéticas, descartando de plano los exageradísimos reclamos hechos por las tanquistas soviéticos, en parte debidos a la práctica de apuntar como “tanque destruido” lo que eran sólo daños ligeros causados o, incluso, bajas entre vehículos blindados de transporte de infantería alemanes. A su vez, también rebate con muy buen criterio algunas versiones, publicadas desde hace algunos años entre autores alemanes, en la que se sostiene que el II. SS PzKorps sólo contabilizó cinco tanques destruidos durante el combate del 12 de Julio, siendo esta cifra fruto de una trampa estadística y metodológica.
Como conclusión, también es necesario remarcar algunas deficiencias menores en la obra. Una es la confusa exposición de los combates que se hace en los mapas del apéndice correspondiente, pues por sí mismos no resultan demasiado ilustrativos para el lector. Por otra parte, su exposición respecto a que la experiencia en Prokhorovka supuso la acelerada puesta y en producción y distribución del T-34/85 en sustitución del ya superado T-34/76, al menos a mi criterio, está insuficientemente documentada. Y otro aspecto a criticar sería que, en la mayoría de casos, las fuentes alemanas empleadas por el autor devienen esencialmente de bibliografía secundaria, fundamentalmente de la obra de Sylvester Stadler, el entonces jefe de unos de los regimientos de la PzGrDiv. SS Das Reich y que participó en los combates de la Operación “Ciudadela”. Pero también añado que, al fin y al cabo, ningún autor está dotado del don de la omnisciencia ni, en la práctica, es capaz de consultar hasta el último documento existente, más si estos se encuentran en los archivos nacionales de otros países.
Espero que os haya resultado de interés.
Un saludo,