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Título: La Europa clandestina. Resistencia a las ocupaciones nazi y soviética 1938-1948
Editorial: Alianza Editorial
Idioma: Español
ISBN-10: 8420647810
ISBN-13: 978-8420647814
Páginas: 334
El tema de la Resistencia a la ocupación alemana durante la IIGM sigue siendo todavía hoy en día un tema muy mitificado, donde a veces no se puede distinguir bien los matices variados presentes en cada una de las distintas facciones que decidieron hacer de la lucha contra el invasor su objetivo de vida. Tal vez las películas producidas en Hollywood han hecho de este fenómeno algo muy uniforme cuando parece ser que no es así. José María Faraldo ha querido lograr con este estudio sobre la resistencia clandestina a las ocupaciones nazi y soviética(1938-1948) situar en su justa medida a cada uno de los protagonistas de estas fuerzas en lucha.
El espacio temporal de este ensayo abarca desde el año 1938, ocupación de Austria, hasta 1948, fecha donde la presencia soviética en Europa Central y Oriental era ya dominante. Por lo tanto estamos ante un estudio de la resistencia contra el régimen nazi de Hitler y el soviético comandado por Stalin.
Lo primero que el autor intenta con este trabajo es hacernos comprender el fenómeno de la resistencia, el cómo y el por qué unas personas, generalmente agrupadas en torno a una organización o grupo, se niegan a aceptar un nuevo poder político. Las formas en que se llevó a cabo la resistencia y el contexto de guerra y posguerra en el que se movieron. Más que un relato detallado de las acciones de estos grupos es un análisis de las variadas formas que estos movimientos tuvieron, es decir, las características propias de cada agrupación que decidió coger las armas para enfrentarse al nuevo poder.
Los primeros dos capítulos, de los catorce con los que cuenta este ensayo, está dedicado precisamente a definirnos qué se puede considerar resistencia. La palabra ha tomado forma por excelencia de la Resistencia francesa, aunque no fueran Francia el lugar donde ésta alcanzó niveles más altos de implicación. Para muchos historiadores, sobre todo alemanes, el término ha resultado ciertamente discutido, ya que para muchos lo que se denominó “resistencia” realmente podría haberse definido como “oposición”. Aunque para el autor la diferencia entre ambos términos es clara. La oposición puede ser leal, intenta cambiar el rumbo político desde dentro sin usar la violencia, mientras que la resistencia es vista como una solución revolucionaria destinada a cortar cualquier puente de comunicación y de tregua con el oponente. En la IIGM los grupos de lucha contra nazis y soviéticos estaban más situados en el segundo concepto que en el primero. No había tregua ni acuerdo alguno para con el nuevo poder establecido a la fuerza.
Por supuesto, el análisis de la Resistencia es desarrollado a lo largo y ancho de los distintos países que sufrieron las invasiones, aunque las diferencias de acción en las diversas naciones aludidas son evidentes. Para Faraldo no se puede comparar la lucha clandestina llevada a cabo en Francia con la desarrollada, por poner un ejemplo, en Polonia. En Francia el Estado no había sido eliminado, es decir, el país, aunque tuviera zonas ocupadas, seguía existiendo como entidad Estado-nación. En Polonia el Estado había dejado de existir, la nación debía pasar a la historia. Como puede apreciarse las diferencias son muy significativas, y esto influyó en la manera de hacer frente al ocupante. A parte de estas distinciones, el autor quiere destacar que los grupos resistentes, en cierta manera, estaban haciendo política, ya no sólo servía el hecho de restaurar el anterior régimen, ahora se pasaba casi a un estado revolucionario donde cada facción resistente se preparaba para dar forma al nuevo surgido después de la derrota nazi. Este hecho llevó consigo el enfrentamiento civil entre bandos resistentes, apoyándose a veces, como fue el caso en Yugoslavia, del propio invasor alemán para hacer frente a los grupos rivales. Los comunistas tuvieron un protagonismo destacado en la Resistencia, pero no sólo ellos, hasta grupos de ultraderecha, como fue el caso del NSZ polaco, colaboraron junto a otros grupos compatriotas en la derrota de los alemanes y, posteriormente en su enfrentamiento contra las fuerzas soviéticas.
Un capítulo está dedicado a mostrar cómo se pasó en los países Bálticos, en Europa Central y Oriental de luchar contra los nazis a hacerlo contra los soviéticos y, hasta las luchas interétnicas entre polacos y ucranianos en esas fronteras tan volátiles. Todavía queda mucho por descubrir de esos enfrentamientos entre diversos grupos nacionalistas en las fronteras polaco-ucranianas. Por supuesto, la lucha contra los soviéticos adquirió otro tipo de forma, aquí existía mucho miedo a las posibles represalias por la anterior colaboración con el enemigo nazi, todo aquel que mostraba un cierto nacionalismo era contemplado poco menos que como un partidario de los nazis.
Para acabar, los últimos capítulos están dedicados a explicarnos cómo era la vida diaria de un resistente, su adaptación a la vida en el monte, sus quehaceres cotidianos en la clandestinidad. Aquí el autor se apoya en numerosos relatos de ex miembros de la Resistencia, desde franceses a rumanos pasando por lituanos, letones, estonio, etc..
En fin, un trabajo muy logrado, muy clarificador y concreto en ocasiones y un buen trabajo como base de partida para una investigación de la Resistencia más a fondo.
Un saludo.
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