El caso es que, tras varios vasos de ouzo
el abuelete nos empezó a contar batallitas de su juventud durante la ocupación alemana, y viendo el brillo de interés en mis ojos, me condujo a un laberíntico sótano donde tenía un auténtico museo, pues era coleccionista. En fin, la historia es muy larga, lo que cuenta es que me quiso regalar el casco, aunque yo no lo acepté y al final se lo "compré simbólicamente". Me gustaría vuestra opinión de si es auténtico o no, ó que me digais como podría saberlo. Es pura curiosidad, pues sé que aunque fuera auténtico hay millones como él y no vale nada, ni jamás me desprendería del recuerdo de una tarde tan entrañable.Os adjunto un par de fotos porque quizás me las pidais, aunque imagino que no servirán de nada.
Por anticipado, muchas gracias y un saludo.
