El comando 1005 y los einsatzgruppen

El genocidio nazi contra los judíos

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El comando 1005 y los einsatzgruppen

Mensaje por nuerma » Lun Mar 29, 2010 11:11 pm

[img]http://img532.imageshack.us
Grupo de mujeres desnudas de un guetto de Ucrania, algunas con bebés a cuestas y una embarazada, se dirigen aterrorizadas a la fosa de ejecución mientras oyen los disparos..
Fuente crónica del Holocausto.

[img]http://img532.imageshack.us/img532/6
El mismo grupo de mujeres después del fusilamiento. Un miembro de las SS o de la Polizei apunta con su fusil a una mujer que aún se mueve.
Fuente idem
SÓLO QUIEN SE DA POR VENCIDO ESTÁ PERDIDO. Ulrich Rudel

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El comando 1005 y los einsatzgruppen

Mensaje por nuerma » Lun Mar 29, 2010 11:37 pm

León Weliczker, el mayor de siete hermanos, sobrino del rabino Josel Mojsze Reiss de Chrstianopol, nacido en Stojanow, en la voldina de Lwow, que se había trasladado a esta última ciudad en 1933, fue arrestado por los alemanes el 2 de julio de 1941. Ha dejado algunas páginas ( Die Todesbrigade) cuyo estilo es de lo más espeluznante que se halla leído. No inventó nada, no hizo más que escribir, día a día, lo que había visto. Habló de su "trabajo". Eso es todo. La prosa de León narra una labor algo diferente, la de los pertenecientes al mando especial 1005, también conocido por "brigada de la muerte". León formó parte de ésta, desde el 15 de junio al 19 de noviembre de 1943. Cinco meses que , para un jóven de 18 años, representaron una eternidad. Se ha abusado de la palabra infierno y ya no dice nada. León conoció el fondo siniestro, el abismo de la humanidad.

Después de su arresto, lo tuvieron tres días sin comer ni beber y le golpearon hasta hacerle perder el conocimiento, junto con otros 5.000 correligionarios, pasados por las armas dos días más tarde. Milagrosamente, León logró escapar pero al domingo siguiente, 6 de julio, es aprehendido por los guardias ucranianos y conducido con otras 100 personas a la Zolkiewska Maut.

De cien prisioneros volvieron solamente doce. Los otros perdieron la vida durante las torturas. Para León no existe más que una distracción, contar los días, las horas que le separan de la muerte. Cuestión de tiempo. No puede haber piedad para los judíos de Lwow.

Sin embargo, la suerte parece jugar con aquella joven vida. León es destinado a un lager de reciente construcción, el que da a la calle janowska, allí permanece hasta el 8 de julio de 1942. El 8 es el día de su condena. 180 personas medio desnudas con andrajos encima deben cavar su propia fosa y luego son fusilados metodicamente grupo por grupo. A la primera ráfaga el joven logra escapar y vuelve a las callejuelas estrechas y acogedoras del guetto, después de pasar cierto tiempo en el bosque: De momento está salvado . Permanece allí hasta el 3 de junio de 1943.. Entretanto su padre , cuatro hermanas y su madre han sido enviadas a la muerte.

La fecha del 3 de junio señala la desaparición material del guetto de Lwow y a León junto a los últimos supervivientes lo envían una vez más al lager.

Aún tiene que recorrer su "via crucis", el de la llegada de la muerte donde le incluirán el 15 de junio. Su taréa consiste en quemar los cadáveres de los asesinados en una localidad arenosa, Piaski, el lugar de la masacre de los ciudadanos de Lwow.

Una mañana le llaman y les mandan salir fuera como de costumbre, en filas de a cinco. A la cabeza del grupo : Un prisionero que lleva una faja amarilla en el brazo.

En el silencio de la mañana se oyen las notas de una orquesta con los motivos de siempre. El comandante Wilhaus , untersturmfuhrer, grita órdenes y contraórdenes. Luego, inesperadamente, eligen a 75 personas para un trabajo especial que ha de llevarse en la localidad de Kulikow o Zolkiew. Aún no se sabe de que se trata. Aún no saben de que se trata. Algunos suponen que es una nueva caminata o una trampa ( los alemanes y sus guardias ucranianos son expertos en ello)para una selección más expeditiva. Cesa la música y el lager queda de nuevo en silencio. Las barracas tienen un aspecto limpio. La hierba crece a su alrededor y hay una empalizada Las piedras de las calles brillan con los primeros rayos del sol: Son letras de oro de las inscripciones de las lápidas funerarias, caracteres judíos ahora pisoteados por los zapatones de los detenidos. Desde las lápidas hasta los materiales de construcción. Ni siquiera la memoria de los que fueron, vivieron u operaron en siglos pasados ha de sobrevivir. Todo lo que es judío está destinado a la destrucción, a la desaparición. El nuevo órden de la barbarie así lo quiere.
Junto a la torre del campo, vigilado por un ucraniano, un muchacho. Puede tener unos 18 años. Le han atado a la viga tan estrechamente que sus pies no rozan el suelo. Está cianótico. Ha recibido 25 golpes de "nagaika", el látigo que no perdona. Su destino está ya señalado. Una vez liberado se desplomará al suelo. Será inútil para el trabajo del día y para las bocas inútiles no hay más que un premio: Una bala en la nuca.

El pelotón de los elegidos acaba de servir el rancho. Luego, dos órdenes breves y secas y el pelotón se pone en marcha. Un camión les aguarda. Nuevas órdenes. Ya están todos apiñados en el vehículo, que lentamente se pone en marcha. En la esquina de vía Pilichowska, un escalofrío recorre a los presentes. Pero los camiones prosiguen hasta un anfiteatro natural. Allí , bajo la amenaza de las armas, el grupo desciende. Al fondo de la enorme fosa , miles de cadáveres. Un hedor insoportable infecta el aire, un humo negro, denso y acre se levanta torpemente hasta el cielo. Una especie de incinerador fijo, que funciona con petroleo, vomita llamas sobre los cuerpos que se retuercen apergaminados y se disuelven bajo las llamas. En una explanada de unos 120 m. cuadrados alguien, acaso el grupo anterior, ha construido una especie de barraca de madera.

. El objetivo de la nueva brigada será continuar su construcción, ultimarla y proceder al trabajo de cremación de cuerpos. Pero no hay solo una fosa. Han de trabajarse otras diez, ya llenas y putrefactas. Todo el camino hacia la trágica Piaski no es más que una espantosa carnicería.

Todo pende de un hilo. La vida de cada uno de los hombres está bajo la espada de Damocles, como siempre. Así se hacen indiferentes,. Cuando la muerte se acerca demasiado, cuando uno se ve obligado a ver día a día su obra, ya no asusta, se convierte en un hecho normal. De no ser así ¿Como sobrevivir aquellos pocos días, las pocas horas de que se disponen, si no es abandonandose al curso del tiempo?

El pequeño grupo de trabajadores está bajo el mando de un ex-púgil, un tal Gross, que varias veces había salvado de la muerte al propio untersturmführer Wilhaus. Parece eterno, inamovible, gracias a la protección de su superior.

Tres días después arrojan a un cadaver al montón. Tiene el craneo hundido. Es el cuerpo de Gross, no cabe la menor duda. Nadie sabrá nunca que misteriosas culpas, qué nefandos delitos ha cometido contra la máquina del Reich para merecer él también esa suerte. A nadie sorprende. El absurdo se ha convertido en la verdadera lógica de las cosas.

Pero en el nefando microcosmos del horror en que se mueve León Weliczker ni siquiera se atreve a aventurar hipótesis. Tal vez esa muerte la hubiera ordenado Himmler. Sabían demasiado, habían visto demasiadas cosas. Todos los SS de los campos de exterminio a lo mejor han de ser también liquidados al finalizar la guerra. La realidad para León es una sola: aprender a disponer los cadáveres los unos sobre los otros con los zapatos llenos de deyección y de sangre, con las manos hinchadas por la coagulación y avanzada descomposición. Hacer montañas geométricas y precisas y fisicamente sólidas que no se derrumben bajo el viento. Luego, prender fuego sin gastar carburante, vigilando el tiraje y la cremación total. Nada a de quedar en la fosa, ni el más mínimo grumo de tierra, ni la mancha verdusca que delate que un día de aquel lejano 1943, un hombre regó con su sangre el suelo esteril. Aquella fosa, aquel matadero , se cubrirá cuidadósamente de tierra, y sobre la tierra abonada con las cenizas de miles de personas crecerá una hierba verde y abundante. Así lo quiere el nuevo orden. De las personas que fueron , habrá de quedar solamente un registro anónimo con el número de " piezas " eliminadas diarias.

Luego el retorno al lager , con el hedor de cadaver que no se desprende del cuerpo, la náusea, la total obnubilación de la mente. Se sientan sobre los cadáveres para descansar, para comer el rancho. Caminan sobre ellos trabajosamente, con ellos trabajan. Ni siquiera un gesto de piedad o interés cuando se descubre entre el montón el rostro aún reconocible de algún pariente. ¡ Pobrecillo ! a él le ha tocado antes, a mi me llegará mañana.

Los cadáveres en su infecta carne en putrefacción, mojan los pantalones, los dedos desaparecen bajo una espesa capa de materia descompuesta, son grises, del color de la muerte. El fuego continúa vomitando llamaradas vívidas, la mancha produce un continuo ulular, el humo se levanta cada vez más acre y denso...

Los más débiles trabajan sentados sobre tablones de madera. Analizan cenizas, ceniza humana en busca de lo poco que halla podido quedar: Una prótesis dentaria, un collar que escapó a los registros. Recogen los huesos aún enteros y los trituran. Nada , absolutamente nada ha de quedar. Nadie podrá decir nunca que un día, en una ciudad polaca llamada Lwow, nacieron dos hijas, dos muchachas , de 17 y 15 años, de un comerciante llamado Brill. Estaban destinadas a una vida rica y feliz. La empresa de su padre era la más floreciente en el comercio de cereales. Pero su padre está, en las proximidades de Piaski, quemando cadáveres, dos de los cuales, esbeltos, de cabellos rubios. Dos cuerpos de niña de 17 y la otra 15 años...

Estos pensamientos embargaban a León, cuando anotaba los números de piezas que sus compañeros disponían entre piras improvisadas. Observaba pensativo y a hurtadillas escribía. Veía que sus compañeros bajaban a la fosa. Eran tres. LLevaban arpones. Los clavaban en los cadáveres y los empujaban hacia arriba. Por encima, en el borde, otros dos, provistos así mismos de arpones, maniobrando cuidadósamente, con cuidado de no deshacer los cuerpos descompuestos, los iban poniendo sobre rudimentarias camillas, a medida que llegaban " cada camilla, escribe Weliczker, era transportada por dos hombres que conducían el cadaver hasta la hoguera llameante de las cercanías de la fosa. El jefe vertía bencina y aceite sobre los fundamentos y les prendía fuego. La pareja de portadores subía por una parte y bajaba por otra, de manera que no se obstaculizasen a los otros que llevaban los cadáveres"

" El jefe de la pira, ennegrecido por el humo y chamuscado por las llamas tenía en la mano un arpón con el que revolvía en el fuego y dirigía todo el tráfico. Indicaba dónde habían de echarse los cadáveres, a qué altura debían de subir, y el numero de la descarga, para no apagar el fuego. No podían hacerlo mal. En tal caso era necesario acercarse a las llamas, extraer los cadáveres y volverlos a arrojar a la pira. El fuego era tan intenso que sus llamas quemaban a más de 10 metros"

Aquellas llamas lo quemaron todo, pero no los recuerdos, ni los microscópicos pedacitos de papel que a escondidas, desafiando a la muerte, León Weliczker anotó día a día y describió detalladamente lo que se veía obligado a hacer...
Extracto de " die todesbrigade" de Leon Weliczker.
Fuente J. Bogatsvo " como torturaban las SS"
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Paolo
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El comando 1005 y los einsatzgruppen

Mensaje por Paolo » Jue Abr 01, 2010 4:33 am

Hola Nuerma: Que conmovedora las fotos y los relatos. A pesar de haber leido tanto sobre el holocausto y visto innumerabales imagenes, siempre me va a sorprender la demencia humana.
Saludos:

Paolo

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El comando 1005 y los einsatzgruppen

Mensaje por nuerma » Sab Abr 03, 2010 9:05 pm

Imagen
fuente http://www.historyplace.com/worldhistor ... endorf.jpg

El standartenführer de la RSHA Paul Blobel fue puesto al mando del comando 1005, denominado así para su camuflaje. Según Rudolf Höss, Blobel tenía información detallada de donde se hallaban las fosas comunes que habían quedado olvidadas pero había jurado guardar un estricto secreto sobre su ubicación.
Auschwitz era reclamada a menudo por el comando de Blobel para que le proporcionara prisioneros fornidos para efectuar los espantosos trabajos de exumación de fosas comunes. Después de haber limpiado un área o después de un tiempo de 2 a 4 meses los grupos, ya extenuados , eran fusilados. Y a menudo arrojados vivos a las piras donde se quemaban los cadáveres podridos. ( Relato de Anatoli Kutznetsov )
Paul Blobel fue el jefe del sonderkommando 4a del einsatzgruppen C de Otto Rasch y entre otras masacres dirigió la tristemente célebre matanza del barranco de Babi Yar en Kiev, donde fueron asesinados exactamente 33.771 judíos en sólo 2 días. Obra de la que se jactaba. También dirigió una matanza en Kharkov en la que las SS y la Schutzmannstafel ( auxiliares ucranianos) se llevaron por delante a más de 20.000 judíos. También comandó la liquidación del guetto de Berdichev ( Ucrania ).

Algunos soldados enloquecían o se suicidaban incapaces de asimilar aquellos horrores mientras otros se alcoholizaban para olvidar su espantosa labor de disparar contra infinidad de niños y mujeres.
Blobel, arquitecto de profesión, era alcohólico y sufrió varios trastornos nerviosos que le llevaron a ser hospitalizado . Al igual que su compañero de armas el Hohëre SS ünd Polizei Führer obergruppenführer Erich van Zelewsky, quien invitaría en una ocasión a Himmler a presenciar una ejecución de 100 personas en Minsk. El Reichführer SS, después de presenciar la matanza, se mareó y se sintió muy turbado por tan terrible escena. De ahí en adelante sugirió métodos más humanos de matar. Más humanos para los verdugos, claro, pero no para las víctimas
Paul Blobel arrestado. Sería ejecutado por crímenes de guerra y contra la humanidad en el juicio de los einsatzgruppen (1947).

Fuente crónica del holocausto, amos de la muerte, yo comandante de Auschwitz
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Re: El comando 1005 y los einsatzgruppen

Mensaje por nuerma » Sab Oct 16, 2010 12:43 am

Sonderkommando 1005

Imagen
fuente http://www.deathcamps.org/occupation/pic/1005b.jpg

.
"Sonderkommando 1005" (o "Comando Especial 1005" en castellano), fue una unidad militar especial organizada por las SS nazis, con la misión especifica de desaparecer los cuerpos de miles de personas asesinadas previamente en Polonia y Rusia durante los primeros años del Holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial.

Esta unidad fue creada en 1942, por ordenes directas del SS Reichsführer Heinrich Himmler para ocultar los cuerpos de las personas fusiladas y gaseadas en los territorios de operación de los Einsatzgruppen en Rusia y en algunos Campos de exterminio de la Operación Reinhard, tales como Chelmno, Belzec, Treblinka, Sobibor e incluso Auschwitz. Su organización y logística estuvo bajo la responsabilidad de la Oficina Central de Seguridad del Reich o RSHA por sus siglas en alemán, siendo su único comandante el SS Standartenführer Paul Blobel.

Su área de operación fue en los territorios donde habían operado los Einsatzkommando de los Grupos de Ejércitos Norte, Centro y Sur de la Wehrmacht. Fue desbandada en octubre de 1944.

[editar] Estructura
El punto climax de esta unidad fue en la primavera de 1943. En Ucrania, Blobel organizó dos unidades subordinadas, la Sonderkommando 1005A y la Sonderkommando 1005B. Las unidades trabajaron en Babi Yar y en Dnepropetrovsk, así como en Berdichev, Uman y Nikolayev.

En Minsk, el delegado de Blobel, el Capitán Karl Harder, organizó una unidad adicional la Sonderkommando 1005-Mitte que operó en Bielorusia. La Sonderkommando 1005, también operó en los Estados Bálticos. Mucho del personal alemán fue reubicado en Salzburgo, Austria en octubre de 1944, y reasignado otra vez bajo el mando de Paul Blobel en el "Einsatzgruppen Iltis", para combatir a los guerrilleros de Yugoslavia en las áreas de Carintia.

El "Einsatzgruppen Iltis" tuvo a su vez dos unidades, el Einsatzkommando 12 y el einsatzkommando 13.

Al finalizar la guerra, se realizó el denominado Juicio de los Einsatgruppen entre 1946 y 1947, donde Paul Blobel fue enjuiciado , siendo sentenciado a muerte y ejecutado el 7 de junio de 1951 por las actividades de este Comando. El SS Haupsturmführer Karl Harder fue enjuiciado en 1963 y condenado a 3 años de prisión.

[editar] Referencias
The Field Men, por French L. MacLean, Shiffer Military Books
Fuente de wikipedia.
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Re: El comando 1005 y los einsatzgruppen

Mensaje por Audie Murphy » Jue May 26, 2022 8:13 pm

Para saber más https://en.wikipedia.org/wiki/Sonderaktion_1005

y el reciente documental "Operation 1005, how the nazis covered up their crimes" https://www.arte.tv/en/videos/097516-00 ... tion-1005/

ese documental también se puede ver en una tele inteligente, si seleccionan ARTE TV en el apartado de APPs
"El mal existe cuando las personas buenas no hacen lo que es correcto"

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