Bert Dyson era teniente en el 4 regimiento. En el siguiente texto Bert Dyson cuenta su tarea transportando munición para defender el aeródromo de Maleme el 22 de Mayo de 1941

La peor tarea que tuve que realizar fue hacer llegar tres caminos de munición durante el tercer día de batalla, hacia el aeródromo de Maleme. La munición fue introducida en tres “Matadores”. Un matador es un vehículo pesado, un gran tractor diseñado para transportar piezas de 3,7 mm.. Por su forma y dimensiones era un blanco visible siendo imposible ocultarlo.
Había tres conductores británicos designados para conducirlos, y como todos nuestros conductores en la guerra, neocelandeses, australianos, de cualquier sitio, eran estupendos. Eran gente asombrosa. Les dije: “Iremos despacio. No correremos mucho. No lo haremos si podemos evitarlo y no levantaremos polvo. Iremos lentos por la carretera, nos detendremos cuando veamos algo que pueda servir como refugio donde nos podamos parar junto a un edificio o un grupo de árboles y podamos echar un vistazo alrededor y después continuar el camino”. Hicimos eso, y no encontramos ningún obstáculo. El problema para la aviación alemana vino cuando lanzó a sus paracaidistas, la fuerza aérea se torna inútil porque no hay línea de combate y no hay una definición de quién es quién y dónde está, el enemigo y esa puede ser la razón por la que lo conseguimos.
Una vez que los paracaidistas tomaron tierra, los bombardeos y demás ataques disminuyeron, ¿no?
Tenía que ser así porque podrían haber disparado a sus propios hombres.
Llegamos a las posiciones defensivas y pusimos los carros junto a los árboles. Creo que eran olivares. Y comenzamos a descargar con los artilleros sacando el material. Los proyectiles para los 75 de los franceses y de los italianos estaban hechos trizas. Había bolsas con mechas y cargas y una maleta con un obús. Esta munición, antes de que pudiera ser usada, tenía que ser provista con un fusible y las cargas tenían que colocarse en los cartuchos. Las armas eran muy pesadas y voluminosas y muy incómodas para dar una vuelta completa a la montaña con ellas.
Podíamos ver los constantes bombardeos en el aeródromo porque las posiciones estaban claramente definidas, en ese sector, los alemanes y nosotros. Uno de los bombardeos, acertó de pleno contra nosotros, debió ser una bomba incendiaria o algo así, que golpeó el vehículo, prendiéndose fuego la cubierta y uno de los carros salió ardiendo. Rápidamente sofocamos el fuego pero alguien debió ver el humo y se dispusieron a bombardearnos en serio. El carro volvió a arder y en ese momento la cosa se puso muy fea porque nos estaban asediando de tal forma que no pudimos recomponerlo de nuevo. En medio de todo esto, los proyectiles estallaban y las cargas detonaban de forma que tuvimos que abandonar. Lo perdimos todo, en los vehículos cercanos la munición seguía explotando, era desesperante.
Nos refugiamos en un conducto subterráneo. Los tres conductores y yo. Los conductos no eran muy espaciosos, apenas había sitio para moverse. Y al final cuando cesó el bombardeo o más bien, disminuyó en intensidad, nos dispusimos a contactar con la Brigada, me habían dicho que contactara con el cuartel de la Quinta Brigada. Todo lo que pude decirles es que había perdido la munición.
Fuente: http://www.nzhistory.net.nz/media/sound ... -interview