Mensaje
por maniakes » Dom Jul 15, 2012 8:04 am
Hola a todos,
Lo primero que se debe hacer para intentar acercarse al "porqué" es olvidarse de las demonizaciones, porque, en primer lugar, los crímenes son humanos, muy humanos. Lo son siempre, la idea de los "monstruos" nos tranquiliza pero abundan poco, o, mejor dicho, las acciones "monstruosas" son situaciones singulares y puntuales en comportamientos que, por lo demás, están llenos de situaciones "normales" y de desarrollos de vida "normales" y "cotidianos", vaya que los "monstruos" son humanos bastante corrientes en otros múltiples aspectos, y eso, tal vez, sea... sino lo más "monstruoso" sí lo más atemorizador.
En el caso que nos ocupa cabe distinguir entre aquellos que participaron activamente en la llamada "solución final" -con independencia de su grado de implicación- de los que no participaron en la misma, parece una obviedad -y lo es-, pero es preciso realizarla porque es el primer filtro si se trata de abordar una responsabilidad jurídica. Si por el momento dejamos de lado a los implicados directos podríamos hablar de la responsabilidad moral -siempre más subjetiva que la penal- del resto de la población alemana de la época -siempre debemos ceñirnos a los protagonistas, otra obviedad es que nadie es responsable de lo que hicieron sus antepasados y, aunque algo más, tampoco necesariamente de lo hecho por los descendientes-. En ese sentido podemos citar un componente sociológico que tiene bastante de psicológico, no es ni mucho menos la única fuente pero creo que es una buena fuente la obra "Soldados del Tercer Reich", se trata de un estudio realizado a partir de las conversaciones registradas -sin que ellos lo supiesen- entre los soldados alemanes prisioneros en los campos aliados, en su momento la grabación de las conversaciones se realizó para ver si se podía extraer información militarmente significativa, pero en la actualidad han servido como fuente de información del sentir de los soldados alemanes, sentir que, evidentemente, no está desconectado del que podía tener la sociedad alemana en su conjunto. El estudio muestra que respecto a la suerte de los judíos la actitud media -siempre hablamos de una media entre diferentes extremos- es de indiferencia e ignorancia "voluntaria", lo segundo simplemente significa que se aplica aquello de "ojos que no ven corazón que no siente", sin embargo también significa algo más: una "ignorancia voluntaria" muestra que no se es, en el fondo, nada ignorante sino bastante consciente del asunto -o, cuando menos, de que "hay algún asunto"-. Sí resulta curioso que se observa que cuando se habla muy de pasada del asunto pero "sobre" el asunto -el genocidio- se alude a Rusia y el frente del Este, parece como si remitir allí todos los excesos o "situaciones infernales" -hablando de demonizaciones...- fuese casi "lógico", a fin de cuentas allí situaban los alemanes de la Segunda Guerra Mundial su Averno particular -de manera paradójica a la visión de Hitler de esos territorios como del futuro "paraiso a colonizar", cuya joya seria Crimea-.
En cualquier caso no parece que pueda resistir un mínimo análisis crítico el supuesto de "ignorancia", en el mejor de los casos es una "ignorancia voluntaria" -luego, consciente de que algo "desagradable" se ignora y... por ser "desagradable" se ignora-, por otra parte siempre acompañada de... indiferencia de fondo hacia la suerte de los judíos -pocos son tanto los fanáticos nazis que refrendan la situación a "plena satisfacción" como los que lamenten o se opongan activamente a la suerte de los judíos-.
La cuestión es la siguiente ¿si hay una indiferencia general por qué se ejecuta esa "solución final"? La respuesta es que por una cuestión de ideología incluso de algo de mayor alcance y potencialmente más peligroso: una cuestión de cosmovisión. La respuesta está en el pensamiento, ideario e imaginario nacionalsocialista, ahí está el origen intelectual del crimen, y, conste, que siendo aterrador -y sabemos que lo fue por las consecuencias que conllevó- no es nada "demoniaco" sino... humano, en todo caso, si es monstruoso es "monstruosamente humano".
El crimen se genera por una cuestión de ideología, de "visión del mundo", que se vincula a una "cuestión de Estado" -pues este solo se concibe como nacionalsocialista, al menos para la "dominante Alemania"-, por tanto puede entenderse el crimen como una cuestión programática -de hecho hay sobradas y ominosas indicaciones en "Mein Kampf" y... no las peores dentro de la "literatura nazi"-. A partir de ahí los gobernantes nazis ven todo el asunto como "una necesaria cuestión de Estado", ni que decir tiene que ellos no lo ven como un crimen ni se ven a si mismos como unos asesinos -aunque fue un crimen y fueron unos asesinos-. De hecho la carta de Göring a Heydrich con la cual pone en marcha la "solución final" -que se planificará a nivel ejecutivo en los protocolos de Wannsee- se enmarca, significativamente, en un contexto concreto: el de la planificación del Estado, pues Göring era el responsable de los programas de planificación del Tercer Reich -de todos ellos-, por eso es Göring quién pone en marcha el proceso. Por tanto, para el gobierno nazi, el asunto es... meramente administrativo, de igual manera lo verán los "probos" funcionarios del Reich que participaran en él.
Naturalmente todo esto nos plantea otras cuestiones cuyas respuestas vuelven a estar, a mi parecer, absolutamente vinculadas a la cosmovisión nacionalsocialista, la primera y más obvia sobre el tema es ¿por qué ese estigma funesto que se coloca a los judíos? La idea del "chivo expiatorio" se acerca a la respuesta pero no es del todo exacta -lo es más para explicar los progrom de la Rusia zarista-, posiblemente lo más exacto sea que los judíos eran... el complemento imprescindible y necesario para construir el mito ario tal y como lo desarrolla el nacionalsocialismo, porque si Ahura Mazda necesita un Ahriman el "ideal ario" del nacionalsocialismo necesita no un enemigo sino un "archienemigo", desgraciadamente para los judíos el antisemitismo religioso latente y presente en Europa desde la Edad Media se había convertido durante el siglo XIX en un antisemitismo racial -mucho más peligroso que el meramente religioso-, con lo cual se presentaba en bandeja para ese universo nacionalsocialista ese "archienemigo" necesario para... realizarse, es decir: el pueblo judío. Habría que bucear también en el pensamiento irracional -el nacionalsocialismo es una mezcla de pensamiento racional e irracional-, en puridad la explicación que ofrece el propio Hitler de su antisemitismo en las primeras páginas del Mein Kampf es... tan poco racional que se condensa en una visión: la de un judío con tirabuzones y kaftán andando por las calles de Viena. A partir de ahí podemos preguntarnos algo inquietante ¿algo tan casual y baladí puede originar tanto sufrimiento? No sé si andará relacionado con la teoría del caos.
Un saludo