Foro Segunda Guerra Mundial

Estimado homoioi1988:

La existencia de dos títulos diferentes no sé exactamente a qué se debe: no sé (ni entiendo) el criterio que Tempus siguió para darle tal título, puesto que el original -y no desacertado- es, como ya se ha señalado, «Hitler, mi amigo de juventud». No es necesario conjeturar sobre la medida de la amistad de Hitler con Kubizek ni con la posibilidad de que un "monstruo" como Hitler no pudiera tener amigos. Ambos fueron buenos amigos durante la juventud; de hecho, Kubizek fue el único amigo que tuvo Hitler durante aquel tiempo.

Desconozco si es tu intención adquirir el libro y leerlo. Si es así, te recomiendo la edición de Tempus. Esta incluye un prólogo de Ian Kershaw que aclara muy bien algunos aspectos tanto de esa amistad como del propio texto que redactó Kubizek, el cual está un tanto adornado en algún pasaje e, incluso, en otros es inexacto (acerca de la causa de esa inexactitud se puede conjeturar mucho). Todo ello Kershaw lo explica muy bien.

Un saludo.

homoioi1988 escribió:En la edición de Ediciones Nueva República la introducción la realiza Santos Bernardo. En mi caso, desconozco quien es.

Es desconocido para mí también. Pero, dada la editorial, no sé hasta qué punto llegará su honradez intelectual.

Por otra parte, quiero aclarar que al decir que Kubizek fue el único amigo de Hitler durante la adolescencia y primera juventud, no quiero decir con ello que Hitler no interactuara con otros niños, que no tuviera otras relaciones humanas con sus semejantes. Compañeros de juegos y ocio tuvo, principalmente durante sus años de escuela, pero otra cosa diferente es una relación de amistad cercana en el periodo de la vida en que se abandona la niñez y se adquiere consciencia de uno mismo, como fue el caso de su amistad con Kubizek.

Por último, estimado homoioi1988, hay que abandonar definitivamente la idea de Hitler como un demonio inhumano incubado no sé sabe donde, pues, aunque se condujo como tal, Hitler fue una persona, un hombre, un ser humano. Como todos nosotros. Y eso es lo que convierte a la historia en verdaderamente terrible; por eso es tan difícil explicar a Hitler y su mala obra. Lo contrario, reducirlo a un demonio monstruoso como tal, nos lleva a sacar conclusiones simples y, en su simpleza, demasiado satisfactorias.

Un saludo.