¡Hola a todos!
maximus escribió:Cuando las cosas se empezaron a torcer militarmente en la campaña rusa, a mediados del verano de 1941, y comenzó el proceso de toma de decisiones que llevó a la "decisión final" en el otoño-invierno de 1941, se había radicalizado ese factor ideológico (el cumplimiento de la profecía de Hitler), que primó sobre el factor militar
Esta cuestión me parece de extrema importancia y me gustaría estar seguro al respecto. ¿La decisión del exterminio se tomó cuando "las cosas se empezaron a torcer"?
Estimado Maximus,
No dejas de sorprenderme con tu valoración del significado de las palabras (en este caso una frase mía) y con las conclusiones que extraes de las mismas. Yo no he hablado de “la decisión del exterminio”, sino del “proceso de toma de decisiones” que culminó en la “decisión final”. No hubo una decisión única o, como dice Christopher Browning, un “big bang” que produjera la Solución Final, sino un proceso, “acumulativo y prolongado”, de toma de decisiones. No hay constancia de un documento único o de una orden verbal única de Hitler ordenando el exterminio masivo, planificado y sistemático, de los judíos de la Europa dominada por el Tercer Reich (Unión Soviética incluida). Por otra parte, y sin ánimo de reproche en absoluto, hay que tener sumo cuidado con la utilización de las palabras y la interpretación de su significado cuando escribamos sobre este tema. ¿Por qué? La respuesta nos la da, por ejemplo, Peter Longerich en su informe para la defensa del juicio Irving V. Lipstadt, cuando escribió las “observaciones generales sobre la terminología antisemita de Hitler”.
Longerich dice que una cuenta del papel de Hitler en la génesis de la solución final tropieza con el hecho de que “el dictador evitó el uso de directivas escritas explícitas con respecto al asesinato de los judíos”. En cambio, Hitler utilizaba expresiones ambiguas que dejaban una gran margen de interpretación. Por otra parte, el significado de las palabras claves que se utilizaron para describir los objetivos de la política anti-judía nazi cambió a lo largo del tiempo cuando dicha política se fue radicalizando cada vez más. Así que, nos cuenta Longerich, el significado de dichas palabras claves está decisivamente unido al factor tiempo, y para traducir esos términos con propiedad hay que tener en cuenta la realidad de la política antisemita: “Cuando se usó el mismo vocabulario para describir los propósitos nazis hacia otros grupos, el significado podría haber sido completamente diferente”. En lo que respecta a los judíos, términos tales como aniquilación (
Vernichtung), extirpación (
Ausrottung), solución final (
Endlösung)......fueron utilizados por Hitler y los dirigentes nazis desde mediados de 1941 cada vez más, “y desde la primavera de 1942 de forma definitiva, como camuflaje para el asesinato masivo”. Pero con anterioridad a esas fechas esos mismos términos empleados por Hitler y su camarilla tuvieron un sentido diferente. Así, la solución final (
Endlösung) tal como se utilizó a finales de los años treinta no tenía el significado de asesinato masivo de los judíos, sino que se refería a la expulsión de los judíos de Alemania.
“Entre el estallido de la guerra en el verano de 1939 y mediados de 1941 los nazis estaban buscando la llamada 'solución territorial' del problema judío, esto es, estaban planificando deportar a los judíos a un territorio en la periferia de su imperio donde hubiera insuficientes medios para subsistir y donde perecerían. Técnicamente, los términos reasentamiento (
Umsiedlung) o evacuación (
Evakuierung) significaron un tipo de traslado geográfico, pero no se puede ignorar el hecho de que este vocabulario ofreció cada vez más la perspectiva del final físico de los judíos en Europa. El término “solución final” fue usado en este periodo en igual forma”. “Entre el verano de 1941 y la primavera de 1942 cambió el significado de este vocabulario. Ahora se usaba cada vez más como como un sinónimo para el asesinato masivo sistemático. No obstante, incluso en este periodo -en particular entre el otoño de 1941 y la primavera de 1942- esta terminología todavía puede ser ambivalente en algunos casos. Para una interpretación cada frase tiene que se analizada en su contexto histórico. En particular, en un periodo en el que una minoría judía tras otra estaba siendo incluida en el proceso de de asesinato masivo sistemático, se tiene que determinar qué minoría judía estaba indicada por cada una de las frases relevantes”. (1) Puede seguirse en informe de Longerich en (2).
Recapitulando, la “solución final”, en su significado de asesinato masivo sistemático de los judíos, no fue el producto de una única orden dada en un momento determinado, sino la consecuencia final de un proceso de toma de decisiones que tuvo lugar, debate al margen (3), entre el verano y el invierno de 1941. En una conferencia de 13 de marzo de 2003, bajo el título de
Initiating The Final Solution. The Fateful Months of September-October 1941, al señalar las diferentes posiciones que los historiadores han tomado sobre el período de tiempo durante el cual tuvo lugar el proceso de la toma de decisiones hacia la “solución final”, Browning se decanta por septiembre-octubre de 1941, más que a principios de 1941, diciembre de 1941 o primavera de 1942. El texto de esta charla se puede encontrar en Internet, y recomiendo su lectura para quienes no tengan el libro de Browning sobre los orígenes de la solución final.
maximus escribió: Si no recuerdo mal, la famosa orden firmada por Goering para poner en marcha "la solución final al problema judío" es del 31 de julio de 1941, y en ese momento la guerra no se estaba torciendo, todo lo contrario: los ejércitos alemanes estaban avanzando y arrasando Rusia según lo previsto y la victoria definitiva parecía al alcance de la mano.
Me imagino que te refieres a la autorización de Göring a Heydrich dada a finales de julio para preparar una “solución total de la cuestión judía en la esfera de influencia alemana en Europa” (4). Esta autorización no se debe considerar como la orden para la solución final (ya he dicho que no hubo una única orden), sino como una decisión más en el proceso de decisiones hacia la solución final. Browning dice lo siguiente al respecto de dicha autorización:
On July 31 Heydrich visited Göring and obtained his signature on a
deceptively simple document of a mere three sentences—a document that presumably
originated from Heydrich himself. Extending the powers entrusted to
Heydrich on January 24, 1939, to organize a solution to the Jewish question
through emigration or evacuation, this document authorized him (1) to make
‘‘all necessary preparations’’ (alle erforderlichen Vorbereitungen) for a ‘‘total solution
of the Jewish question’’ (Gesamtlösung der Judenfrage) in the European
territories under German influence; (2) to coordinate the participation of those
organizations whose jurisdictions were affected; and (3) to submit a ‘‘comprehensive
draft’’ (Gesamtentwurf ) of this plan for a ‘‘Final Solution to the
Jewish Question’’ (Endlösung der Judenfrage). The authorization does not explicitly
mention mass murder, of course. The question, then, is did Heydrich at
this point still understand the Final Solution as the mass expulsion of European
Jewry into inhospitable regions of a conquered Soviet Union (and accompanying
decimation) in order to make the German empire free of Jews, or was
‘‘the Final Solution’’ a term now freighted with a new and even more fateful
meaning?
Both immediate context and subsequent events indicate that the authorization
of July 31 was understood as Heydrich’s ‘‘charter’’ to draw up a ‘‘feasibility
study’’ for the mass murder of European Jewry, procured from Göring in response
to Hitler’s incitement of mid-July. The new authorization was received
by Heydrich, who already had a previous authorization, dated January 24, 1939,
and signed by Göring, for coordinating Jewish emigration. When Jewish emigration
gave way to successive plans for massive ‘‘resettlement,’’ Heydrich had
felt no need for a new authorization and cited the older one when relentlessly
asserting jurisdiction over the Madagascar Plan in 1940 and other resettlement
activities. Moreover, he had just spent the previous months organizing the
Einsatzgruppen, which exactly at this time were moving into a full-scale extermination
campaign against Soviet Jewry. The historical context would thus
suggest that Heydrich needed the July 1941 authorization, not to continue the
emigration and expulsion activities over which he had long established unchallenged
jurisdiction, but rather because he now faced a new and awesome
task that would dwarf even the systematic murder program emerging on Soviet
territory.
It had taken five months for the murder of Soviet Jewry to emerge from early
conceptions of a ‘‘war of destruction’’ to the first steps of full-scale implementation,
and the Final Solution would be a far more complex program. Thus
Hitler’s instigation and the Göring authorization were only the first moves in a
process that would stretch out over months. There was, after all, no precedent
for the destruction plan that Himmler and Heydrich were to prepare. The task
they faced posed daunting problems for which the solutions were not selfevident.
Hence a seeming ambivalence continued to surround Jewish policy in
the late summer and autumn of 1941. One possible conception of how the Final
Solution might be implemented—through massive deportation to factories of
death equipped with facilities to kill on an assembly-line basis through poison
gas—emerged by October. But other options remained open as well, and the
physical and political preparations even to begin implementing the Final Solution
in this way were only in place in the spring of 1942. (5)
Y Jersak escribe:
A similar form of words occurred almost two years—and many military
campaigns—later in the authorization for Heydrich that Göring signed on
31 July 1941: ‘In addition to the task already assigned to you by decree dated
24 Jan. 1939, that of achieving the best possible solution of the Jewish question
in the prevailing circumstances in the form of emigration or evacuation, I
hereby instruct you to make all necessary organizational and material preparations
for a total solution of the Jewish question throughout the German sphere
of influence in Europe.’
It has not so far been possible to prove that a specific ‘final aim’ amounting
to genocide already existed in autumn 1939. In any case, all plans and
planning from autumn 1939 to summer 1941 were either approved as provisional
by Hitler himself or postponed until after the war—and thereby often
made obsolete. The underlying reason may have been that, after each of his
military campaigns, Hitler hoped to come to terms with Britain—and thus
have the possibility, in line with pre-war intentions, of expelling all European
Jews either to Palestine or, as later mooted, to Madagascar or Siberia. Since
Hitler kept all plans for deportation to the east in abeyance until August 1941,
none of them achieved their objectives. Of 30,000 gypsies, only 2,800 were
deported; ghettoization of the approximately 550,000 Jews in the eastern territories
incorporated into the Reich was at first unsystematic and hesitant; and
deportation of the 350,000 ‘Reich Jews’ was not approved by Hitler. Thus
the ‘final solution of the Jewish question’ was a variable: only in August 1941,
when hopes of a peace settlement with Britain were destroyed and Hitler’s
thugs had long since begun murdering independently and ever more intensively,
was ‘industrial mass murder’ finally assigned as its content. (6)
Finalmente, cuando dije (y digo) que ese proceso de toma de decisiones hacia la solución final se inició (aunque mejor sería decir se radicalizó) cuando las cosas se empezaron a torcer militarmente en la campaña rusa, no quiero significar necesariamente que esa "radicalización" de la política antisemita nazi se produjo por causa de los reveses militares, aunque mi opinión es esa. A finales de julio y principios de agosto ya comenzó a pintar mal la situación militar con la campaña de Smolensk, y a partir de entonces la situación no discurrió favorablemente con respecto a lo que se había planificado en Barbarroja. Ni siquiera con las expectativas de Hitler durante la época. Precisamente Jersak divide la campaña de Barbarroja en seis etapas de cuatro semanas de duración, aproximadamente, cada una. La primera, hasta el 22 de julio de 1941, se caracterizó por la "euforia de la victoria", expresión utilizada igualmente por Browning. La segunda, hasta el 24 de agosto de 1941, estuvo marcada por una creciente incertidumbre sobre el curso de la guerra y, entre el 15 y el 24 de agosto, "Hitler inició un cambio de estrategia fundamental para preparar el asesinato de los judíos europeos" (7).
(1)
http://www.hdot.org/en/trial/defense/pl1/012" onclick="window.open(this.href);return false;
(2)
http://www.hdot.org/en/trial/defense/pl1" onclick="window.open(this.href);return false;
(3) Para conocer las distintas posiciones mantenidas en torno a este debate recomiendo, por ejemplo, la lectura de Browning,
The Origins of the Final Solution. The evolution of Nazi Jewish policy, September 1939 – March 1942 (Yad Vashem, 2004); Kershaw,
Hitler, the Germans, and the Final Solution (Yale University Press, 2008); Tobias Jersak, “Decisions to Murder and to Lie. German War Society and the Holocaust”, en Ralf Blank et al,
Germany and the Second World War, Volume IX/I German Wartime Society 1939-1945: Politicization, Disintegration, and the Struggle for Survival (Oxford: Clarendon Press, 2008).
(4) Browning,
The Origins of the Final Solution...., p. 277.
(5) Ibid., pp. 315-16
(6) Tobias Jersak,
Op. Cit., p. 291
(7) Ibid., p. 313
Saludos cordiales
José Luis