¡Hola a todos!
Cuando Eisenhower asumió el mando directo de todas las fuerzas terrestres aliadas que se conformaron tras el desembarco de Normandía, esto es, el 1 de septiembre de 1944, el 21º Grupo de Ejércitos anglo-canadiense y el 12º Grupo de Ejércitos estadounidense estaban operando sobre un frente de una amplitud de unos 340 kilómetros y en unos sectores que la planificación inicial de Overlord había estimado para muchísimos días más tarde. A estas alturas de la campaña, el avance aliado había llegado a su punto de culminación logística. El problema principal no fue que los aliados se hubiesen demorado en su planificación general de avance, sino todo lo contrario, se habían adelantado.
Tampoco fue un problema derivado de una mala planificación logística por parte del mando aliado, sino de las decisiones propias de los comandantes de campo aliados por su afán de aprovechar y explotar las ventajas tácticas con que se toparon tras el desastre alemán de Falaise. A una escala incomparablemente menor y en una situación estratégica general completamente diferente, eso fue lo que le sucedió a Rommel en el Desierto Occidental unos años antes. Y la lección es la misma: no se pueden explotar las victorias tácticas para convertirlas en éxitos operacionales y/o estratégicos si no se cuenta con el soporte logístico necesario.
¿Por qué se truncaron los intentos aliados de convertir las ventajas tácticas de finales de julio en un gran éxito operacional y, en última instancia, en una victoria estratégica decisiva que podía traer el final de la guerra en el Oeste antes de acabar el año 1944? La respuesta es sencilla (retrospectivamente): porque la planificación inicial logística no contemplaba ese objetivo de finiquitar la guerra en 1944.
El 14 de septiembre de 1944 (D+100) el Primer Ejército estadounidense estaba alcanzando la frontera alemana cerca de Aachen, a más de 300 kilómetros de París. La planificación inicial contemplaba operar en esa área en D+330. Es decir, los americanos estaban 230 días, más de siete meses, por delante de lo previsto. No existen recursos en el campo de la logística capaces de estar a la altura de este cambio radical en la planificación pervia. Pero además, ya había problemas logísticos previos no resueltos, es decir, había objetivos considerados imprescindibles en la planificación inicial que no se habían conseguido o se habían conseguido muy tarde.
El objetivo logístico más importante inicialmente era el puerto de Cherbourg, cuya captura se había previsto para el 14 de junio (D+8), pero no se consiguió hasta el día 27 de junio (D+21), y aún así con sus instalciones destruidas por los alemanes.
El segundo objetivo logístico más importante, llave del suministro americano, era la península de Bretaña, en concreto la bahía de Quiberon. Pero el 3 de agosto Bradley decidió cambiar la dirección del avance del Tercer Ejército hacia el este en vez de asegurar Bretaña. Probablemente fue un grave error, pero entonces se estaba produciendo la debacle alemana, tras la ruptura de St. Lô de 27 de julio, camino de Falaise, y Bradley decidió perseguir a los alemanes.
El tercer objetivo logístico más importante (que se volvió el más importante de todos tras los fiascos de Cherbourg y Quiberon, y el curso de los acontecimientos) era el puerto de Amberes. Los británicos lo capturaron intacto el 4 de septiembre, pero de nada servía sin el estuario de Schelde, que estuvo en manos alemanas hasta el 8 de noviembre. Los aliados no pudieron explotar Amberes hasta principios de 1945.
Amberes era la clave logística para el dilema al que hacía frente Eisenhower cuando tomó el mando efectivo. ¿Debía optar por una estrategia de avance conjunto en todo el frente (lo que se llamó "
Broad Front Strategy") o era mejor optar por la decisión de concentrar un ataque en un sector del frente para avanzar directamente hacia Berlín, vía Ruhr (lo que se conoció como "
Narrow Front Strategy"), tal como sugería Montgomery?
Ike se decidíó por una solución intermedia, pero la clave seguía siendo poder explotar el puerto de Amberes, pues la solución temporal que había adoptado el mando aliado para resolver sus problemas logísticos, es decir, la flota de camiones (famosa por su nombre "
Red Ball Express", ideada para operar durante una semana, pero finalmente trabajando casi tres meses) no podía suministrar a las tropas del frente los materiales suficientes para mantener vivo su avance.
Market Garden fracasó estrepitosamente para solventar la cuestión de Amberes. Las formaciones aliadas estaban empantanadas por falta de suministros.
Recapitulando, no se respetó la planificación logística original ni se consiguieron, en la medida deseada, los objetivos logísticos previstos. Pero tampoco se respetó la obligada pausa prevista por el mando aliado encargado de la logística para reagrupar a las formaciones aliadas y reabastecerlas mientras se reparaban las comunicaciones ferroviarias y los puentes que habían sido destruidas por la acción de la aviación aliada.
Esa pausa debía producirse cuando las formaciones aliadas alcanzasen el Sena, objetivo previsto para D+90. Tras el tiempo de pausa referido (30 días), en D+120 tenía que comenzarse la ofensiva más allá del Sena con 12 divisiones. Sin embargo, contra esa planificación previa, en D+90 había 16 divisiones operando 250 kilómetros más allá del Sena.
Existe una amplia bibliografía que trata el tema de la logística aliada en 1944. Os dejo el enlace a una excelente página donde se analiza la logística americana en la IIGM, y en el apartado de Bibliografía encontraréis amplias referencias:
http://funsite.unc.edu/hyperwar/USA/Big ... l#contents
Saludos cordiales
José Luis