El 51º Cuerpo de Enfermeras del Ejército de los EE.UU.

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El 51º Cuerpo de Enfermeras del Ejército de los EE.UU.

Mensaje por Francis Currey » Vie Abr 07, 2006 2:22 am

El 51º Cuerpo de Enfermeras del Ejército de los EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial

Más de 59.000 enfermeras estadounidenses prestaron sus servicios en el Cuerpo de Enfermeras del Ejército de los EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial (II GM). Las enfermeras trabajaron más cerca que nunca del frente de batalla. Como parte de la cadena de evacuación establecida por el Departamento Médico del Ejército de los EE.UU. durante la guerra, las enfermeras desempeñaron sus servicios bajo fuego en hospitales de campaña y en hospitales de evacuación, en hospitales en trenes o en buques, y como enfermeras en transportes médicos aéreos. La habilidad y dedicación de éstas enfermeras contribuyeron a disminuir enormemente el índice de mortalidad entre los soldados en cada teatro de operaciones durante la guerra. Menos del cuatro por ciento de los soldados estadounidenses que recibieron tratamiento médico o fueron evacuados, murieron posteriormente debido a sus heridas o enfermedades.

La tremenda necesidad de mano de obra que enfrentaba los EE.UU. durante la II GM creó numerosas oportunidades sociales y económicas para la mujer estadounidense. Tanto la sociedad como los militares en los EE.UU. rápidamente ofrecieron a las mujeres la posibilidad de desempeñar varios papeles. Debido a que un gran número de mujeres entraron a formar parte de las industrias y muchas de las profesiones por primera vez, la carencia de enfermeras y la importancia de las mismas estableció claramente el estatus de la profesión. El ejército reflejó un cambio de actitud al otorgar en junio de 1944 grados de oficiales, privilegios de jubilación completa, pensiones para los dependientes, e igual salario a las enfermeras. Más aún, el Gobierno ofreció a los estudiantes de enfermería educación gratuita durante los años 1943 a 1948.

Mujeres y hombres estadounidenses provenientes tanto de pueblos pequeños y grandes ciudades se integraron al servicio militar y fueron trasladados a través del mundo. Sus experiencias adquiridas durante la guerra ampliaron sus vidas así como también sus expectativas. Después de la guerra muchos veteranos, incluyendo enfermeras, aprovecharon las crecientes oportunidades educacionales ofrecidas por el Gobierno. La II GM cambió la sociedad estadounidense de manera irrevocable y nuevamente definió el estatus y las oportunidades de la enfermera profesional.


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Mensaje por Francis Currey » Vie Abr 07, 2006 2:23 am

Operaciones Iniciales en el Pacífico

El Cuerpo de Enfermeras del Ejército de los EE.UU. estaba integrado por menos de 1.000 enfermeras el 7 de diciembre de 1941, el día que los japoneses atacaron sorpresivamente Pearl Harbor. Ése infame día 82 enfermeras del Ejército estaban en Hawaii desempeñando sus servicios en tres centros médicos. El Hospital del Ejército Tripler fue avasallado por víctimas de quemaduras extremas y conmoción. Las escaleras de la entrada estaban cubiertas de sangre y los pasillos estaban llenos de hombres heridos acostados sobre el suelo esperando sus turnos para ser operados. Enfermeras tanto de la Marina como del Ejército y sus ayudantes trabajaron hombro a hombro con enfermeras y doctores civiles. A medida que las víctimas continuaron llegando en forma constante, el hospital enfrentó una carencia espantosa de abastecimientos médicos. La doctrina del Ejército establecía que se debía mantener los abastecimientos médicos bajo llave, y además los atrasos burocráticos impedían que las enfermeras y médicos pudiesen tener acceso a los abastecimientos rápidamente. El personal médico, trabajando bajo enorme presión enfrentó la carencia de instrumentos médicos, materiales estériles y para sutura. Los cirujanos pasaban las tijeras de una mesa a otra, y tanto los doctores como las enfermeras usaron trapos para limpiar cómo máscaras quirúrgicas y operaron sin usar guantes.

Las enfermeras en los hospitales Schofield y Hickam Field enfrentaron circunstancias similares e igualmente difíciles. La enfermera directora de Hickam Field, Teniente Primera Annie G. Fox, fue la primera de muchas enfermeras a la cual se le otorgó la medalla de Corazón Púrpura (Purple Heart) creada por el presidente George Washington durante la guerra revolucionaria, para premiar el "desempeño sobresaliente en sus tareas y actos meritorios de extraordinaria lealtad."

Durante 1941 los EE.UU. respondieron a las crecientes tensiones en el Oriente y en Asia del sur este con el despliegue de tropas en las Islas Filipinas. El número de enfermeras del Ejército desempeñando sus funciones en las islas creció proporcionalmente a más de cien. La mayoría de las enfermeras trabajaban en el Hospital General Sternberg en Manila y en el Fuerte McKinley, siete millas fuera de la ciudad. No obstante, unas cuantas enfermeras estaban en el Fuerte Stotsenberg, 75 millas al norte de Manila, y dos trabajaban en el Campamento John Hay, ubicado a 200 millas al norte en las montañas. Varias enfermeras trabajaban en la Isla de Corregidor.

Los japoneses atacaron las Filipinas el 8 de diciembre de 1941. La pista aérea Clark, adyacente al hospital del Ejército en el Fuerte Stotsenberg, sufrió un ataque aéreo que duró tres horas, durante el cual aeronaves, cuarteles y talleres fueron bombardeados. El hospital no fue dañado, pero el gran número de víctimas del ataque aéreo abrumó al personal hospitalario, que no era numeroso. La enfermera directora del Hospital Sternberg envió varias de sus enfermeras a Stotsenberg para ayudar. Permanecieron allí hasta el 27 de diciembre día que recibieron órdenes de evacuar a Manila. Cuando las tropas japonesas llegaron a la isla principal de Luzón y estaban acercándose a la ciudad de Manila desde el norte, todas las enfermeras que estaban trabajando fuera de la capital habían podido llegar a la misma sanas y salvas, con excepción de dos que se quedaron desamparadas en el Campamento John Hay y fueron hechas prisioneras.

El General Douglas MacArthur, comandante de las Fuerzas Armadas de los EE.UU. en el Oriente, declaró a Manila una ciudad abierta y ordenó que las enfermeras se trasladasen a la Isla de Corregidor, y envió 45 de ellas a la península de Bataan, para preparar dos hospitales de emergencia para ser utilizados por fuerzas estadounidenses y de las Filipinas, que estaban en ese entonces luchando en la mencionada península. El hospital general , cerca de Limay, recibió bajas directamente de las líneas delanteras. El hospital consistía de 16 edificios de madera y originalmente bien abastecidos. Más de 1.200 víctimas necesitando cirugía (amputaciones traumáticas, heridas a la cabeza, pecho y abdomen) fueron admitidas durante un período de un mes.

Aquellos pacientes suficientemente fuertes fueron trasladados al Hospital General 2, ubicado cerca de Cabcabin en el Río Real. El hospital no tenía ni carpas, ni edificios, sólo un toldo de árboles protegía a los pacientes de la fuerza aérea japonesa.

Los japoneses bombardearon el Hospital 1 el 29 de marzo de 1942, acertando directamente en los pabellones e hiriendo a más de cien pacientes. Una enfermera recuerda la fuerza del ataque. "El sargento me tiró debajo del escritorio, pero el escritorio voló en el aire con el impacto del bombardeo, cómo así también él y yo. Me escuché a mí misma jadeando. Mis ojos fueron arrancados de sus cuencas, mi cuerpo entero parecía hinchado y despedazado por la presión violenta. Luego caí al suelo y el escritorio cayó encima mío y rebotó. El sargento echó el escritorio a un lado, y jadeando, llena de moretones, adolorida, y sintiéndome enferma debido a que había tragado el humo de los explosivos, me paré lentamente". Lo que vio fue horripilante. Los pacientes habían sido arrancados violentamente de sus camas. Cuerpos y miembros de los mismos se encontraban colgados en las ramas de los árboles. No obstante, las enfermeras aún sabiendo que no podían hacer gran cosa, continuaron su arduo trabajo.

Cada semana que transcurría, el número de los pacientes en ambos hospitales aumentaba, y los abastecimientos disminuían. La carencia de comida y vestimenta hacían que las tropas estadounidenses y filipinas fuesen susceptibles de contraer malaria, disentería, beriberi y fiebre dengue. Un número creciente de tropas sufrieron malnutrición, y a fines de marzo del mismo año, cada hospital destinado inicialmente para servir a 1.000 personas, estaba atendiendo 5.000.

Un día antes que las tropas estadounidenses y filipinas en Bataan se rindieran a los japoneses, las enfermeras, fueron trasladadas al Hospital Malinta Tunnel en la Isla de Corregidor.

La isla fue bombardeada fuertemente por los japoneses causando terribles daños. El General de División Jonathan M.Wainwright comandante de las fuerzas estadounidenses en Corregidor, decidió que la rendición era inevitable y ordenó que la mayor cantidad posible de enfermeras fuesen trasladadas a Australia. El 29 de abril, 20 enfermeras abandonaron la isla en aeronaves de la Marina. Sólo una de las aeronaves llegó a Australia, la otra fue obligada a aterrizar en el Lago Mindanao. Todas las enfermeras a bordo de la aeronave fueron apresadas por los japoneses. El tres de mayo de 1942 un submarino recogió a diez enfermeras del Ejército, una de la Marina y a la esposa de uno de los oficiales de la marina y las llevó a Australia. Cuando el Ejército de los EE.UU. en Corregidor se rindió tres días mas tarde a los japoneses, aún habían 55 enfermeras trabajando en el Hospital Malinta.

En julio los japoneses llevaron a éstas enfermeras al campamento Santo Tomás en Manila dónde se reunieron con aquellas enfermeras de la aeronave que fue obligada a aterrizar en el lago Mindanao, y todas permanecieron prisioneras de guerra hasta que las tropas estadounidenses las liberaron en febrero de 1945.

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Mensaje por Francis Currey » Sab Abr 08, 2006 1:10 am

Reclutamiento y Entrenamiento

Seis meses después del bombardeo de Pearl Harbor por los japoneses, habían 12.000 enfermeras en el cuerpo de enfermeras del Ejército de los EE.UU. Muy pocas de ellas tenían experiencia militar previa, y la mayoría iba al trabajo ignorando los métodos y protocolos del Ejército. En julio de 1943 el Teniente General Brehon B. Somervell, Comandante General de las fuerzas de Servicio del Ejército aprobó un período de cuatro semanas de entrenamiento para cada nueva enfermera. Éste programa de entrenamiento consistía en informar a las nuevas reclutas acerca de la organización del Ejército, así como también de sus costumbre y cortesías; La higiene en campaña; defensa contra ataques aéreos, ataques químicos y mecánicos; administración de personal; correspondencia, requisición militar y responsabilidades sobre la propiedad militar. Desde julio de 1943 hasta septiembre de 1945 aproximadamente 27.330 nuevas enfermeras se graduaron de 15 centros de entrenamiento del Ejército.

Existía una carencia de enfermeras anestesistas, por lo tanto el ejército desarrolló un programa especial de entrenamiento para aquellas enfermeras interesadas en ésa especialidad. Más de 2.000 enfermeras se entrenaron en un curso de seis meses de duración para poder suministrar distintas formas de anestesia.

Enfermeras especializadas en el cuidado de pacientes con problemas psiquiátricos tenían también una alta demanda. Uno de cada 12 pacientes en los hospitales militares era admitido para recibir tratamiento psiquiátrico, y el Ejército rebajó aproximadamente a unos 400.000 soldados debido a razones de índole psiquiátrica. El Departamento de Cirugía General de los EE.UU. desarrolló un programa de 12 semanas para entrenar enfermeras en el cuidado y medicación de dichos pacientes.

En junio de 1943, el Congreso de los EE.UU. aprobó el Acta Bolton, que estableció el programa del Cuerpo de Enfermeras Cadetes. El Gobierno de los EE.UU. subvencionó el costo de la educación de futuras enfermeras que hacían la promesa de, al graduarse ejercer la profesión, ya sea como enfermera militar o civil durante el transcurso de la guerra. El Gobierno así mismo subvencionó escuelas de enfermería que ofrecían en los primeros dos años y medio los cursos básicos y necesarios, de tal manera de acelerar la graduación de las enfermeras. Las enfermeras cadetes trabajaban durante seis meses en hospitales militares o civiles para de ésa manera aliviar la carencia de enfermeras. El programa de entrenamiento del cuerpo de enfermeras cadetes fue extremadamente exitoso y recibió apoyo público, sin embargo en 1948 fue suspendido a pesar de que más de 150.000 enfermeras ofrecieron testimonios para apoyar su continuación.

En diciembre de 1943 el Departamento de Guerra decidió que existía suficiente cantidad de enfermeras y por lo tanto se podía interrumpir los esfuerzos de reclutamiento. La Cruz Roja envió telegramas a todas sus agencias para informarles que no se necesitaban más enfermeras.

Durante la primavera de 1944, la planificación intensiva de la invasión de los Aliados en Francia, provocó un cambio de opinión, ya que además se pronosticaba un número bastante grande de bajas. Se aumentó el número de enfermeras de 40.000 que ya estaban registradas en el Cuerpo de Enfermeras del Ejército a 50.000. Se necesitaba reclutar por ende 10.000 enfermeras. Aunque el público inicialmente culpó a las enfermeras de no querer asumir sus responsabilidades, existía un gran número de ellas que habían intentado alistarse en el Cuerpo, pero debido a que la Cruz Roja había interrumpido sus esfuerzos de reclutamiento se vieron forzadas a desistir.

En enero de 1945 el presidente Franklin D. Roosevelt durante su alocución a la nación resaltó el hecho de que existía una carencia crítica de enfermeras y las unidades médicas en los teatros de operaciones en Europa estaban a punto de derrumbarse. Propuso por ende la conscripción de enfermeras. Una propuesta legal referente a la conscripción fue aprobada por la cámara de representantes y salvo por un voto casi fue aprobada por unanimidad en el senado antes de que Alemania se rindiera. Mientras tanto, el alistamiento de más de 10.000 enfermeras en el Cuerpo de Enfermeras del Ejército a comienzos del año de 1945, hizo que ésta resolución resultare innecesaria.

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Mensaje por Francis Currey » Sab Abr 08, 2006 1:11 am

Negras Norteamericanas Como Enfermeras del Ejército

El Cuerpo de Enfermeras del Ejército admitió sólo una cantidad pequeña de enfermeras negras durante la II GM. Al terminar la guerra en 1945 existían solamente 479 enfermeras negras en un cuerpo de 50.000. Un sistema de cuotas establecido por un ejército segregado fue la causa que el alistamiento al cuerpo por parte de enfermeras negras fuese muy poco numeroso. En 1943, por ejemplo, el Ejército limitó el número de enfermeras negras en el Cuerpo de Enfermeras a 160. Las autoridades del ejército justificaban éstos números explicando que debido al hecho de que el Ejército era segregado las enfermeras negras sólo podían servir a soldados negros en pabellones u hospitales para negros. La reacción del público y la presión política forzaron al Ejército a suspender el sistema de cuotas en 1944. A continuación 2.000 estudiantes negras se alistaron en el programa de Cuerpo de Enfermeras Cadetes y escuelas de enfermería para negras y recibieron ayuda financiera del Gobierno.

La primera unidad médica negra en ser trasladada al extranjero fue la Unidad 25 de Hospital Estación, integrada por 30 enfermeras. La unidad fue a Liberia en 1943 para cuidar a las tropas que estaban defendiendo pistas aéreas estratégicas y plantaciones de goma. La malaria fue el problema médico más serio que tuvieron que enfrentar. A pesar de que los pacientes que sufrían de malaria requerían un cuidado intensivo, gran parte del trabajo era de índole rutinaria y podía ser desempeñado por soldados entrenados. Las enfermeras se sintieron superfluas y el ánimo entre las misma decayó. Las enfermeras regresaron a los EE.UU. debido al bajo estado de salud y de ánimo de la unidad. Algunas de ellas fueron enviadas a hospitales generales y de estación en los EE.UU. otras se unieron a unidades médicas cerca de Tagap, Burma, donde estaban encargadas de proveer cuidado a las tropas negras. Otro grupo de 15 enfermeras fueron trasladadas a la zona del Pacífico Sudoeste en el verano de 1943 y el siguiente año en junio de 1944 un grupo de 63 enfermeras fueron a Inglaterra a ocuparse de los prisioneros de guerra alemanes. A fines de la guerra, las enfermeras negras habían servido en África, Inglaterra, Burma y el Pacífico Sudoeste.

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Mensaje por Francis Currey » Lun Abr 10, 2006 10:43 pm

En El Frente

Las enfermeras que participaron en la invasión en África del Norte el 8 de noviembre de 1942 al comienzo tenían una concepción casi nula y errónea de las realidades de la batalla y no estaban familiarizadas con los procedimientos militares. Una enfermera en el Hospital Arzew estaba tan molesta debido a los tiros incesantes de los francotiradores a las ventanas del hospital, que al querer salir afuera y a increpar a los enemigos tuvo que ser retenida a la fuerza. Varias semanas más tarde en el Hospital Quirúrgico en los montes cerca de Tebessa, las enfermeras cocieron varias sábanas juntas para formar una cruz blanca enorme para hacerles saber al enemigo en el aire que esa instalación era un hospital. La cruz sólo duró pocos minutos, ya que el oficial de la Fuerza Aérea les hizo saber que la cruz, "el orgullo y alegría de nuestros corazones, que estaba convencido el enemigo respetaría," identificaba a la unidad como una pista aérea en construcción, haciendo que la misma se convierta en un blanco importante. Las enfermeras continuaron trabajando duramente cociendo más sábanas juntas para crear un enorme cuadrado blanco y luego pintaron una cruz roja para identificar apropiadamente al hospital. Episodios parecidos a éste ultimo causaron que en 1943 el Ejército estableciera un programa de entrenamiento para sus enfermeras.

Las enfermeras desempeñando sus servicios en África del Norte se convirtieron en expertas rápidamente, en enfrentar los desafíos del combate y al mismo tiempo cuidar a los pacientes. En febrero de 1943, la noticia de que el Ejército alemán había cruzado victorioso el Kasserine Pass fue comunicada al personal que estaba trabajando en el Hospital de Evacuación 77 situado cerca de Tebessa. Las enfermeras y los demás miembros del personal trasladaron a sus 150 pacientes 60 millas hacia un sitio más seguro. 12 horas más tarde un nuevo hospital se hallaba totalmente en estado operacional y recibiendo unos 500 pacientes adicionales. Durante el contraataque de los aliados desde mediados de abril a mayo de 1943, que significó la captura de Túnez, el Hospital 77 ofreció sus servicios médicos a 4.577 soldados durante un período de 45 días.

En el Teatro Europeo

En junio de 1945, la cantidad de enfermeras del Ejército en el teatro de operaciones europeo alcanzó un número de 17.345. Las primeras enfermeras en llegar a Normandía eran integrantes de los Hospitales de Campaña 42 y 45 y de los Hospitales de Evacuación 91 y 128. Desembarcaron en la cabeza de la playa cuatro días después de la invasión inicial en junio de 1944.

Las experiencias de cada enfermera en el teatro de operaciones europeo variaba ampliamente, dependiendo en gran medida del puesto al cual estaban asignadas. Las experiencias de aquellas asignadas al Hospital de Evacuación 12 es un buen ejemplo de ésto. Los miembros de la unidad viajaron en veleros a Inglaterra, partiendo en enero de 1943 y llegaron a destino en mayo de 1945. Al llegar a destino, prepararon un hospital empleando carpas, para la futura invasión del continente por parte de los Aliados y previendo el incremento de bajas. En junio de 1944 observaron mientras que cientos de aviones de las fuerzas Aliadas que sobrevolaban para preparar la invasión del continente el 6 de junio de 1944. Las primeras bajas de la batalla llegaron al Hospital de Evacuación 12 al día siguiente, incluyendo miembros de la 101ª División Aérotransportada y de la 90ª División de Infantería. El Hospital admitió a 1.309 pacientes y llevo a cabo 596 operaciones quirúrgicas antes de ser desplazado al otro lado del canal.

El Hospital de Evacuación 12 fue desplazado a Francia en julio, llegando a Normandía el primero de agosto. En ése entonces la mayoría de las bajas ocurridas durante las primeras semanas de la invasión ya habían sido evacuadas a Inglaterra. Durante el mes de agosto las Fuerzas Aliadas presionaron y desplazaron a los alemanes hacia el este a través de Francia hacia la línea Siegfried. El frente se desplazó rápidamente; altas cantidades de bajas se produjeron en los puestos esporádicos de resistencia, recibiendo tratamiento médico en otros hospitales de evacuación. Las instalaciones dedicadas al transporte fueron exigidas hasta el límite, y las unidades en general lidiaron con atrasos frecuentes, lo cual causó mucha frustración entre las enfermeras. Muchas veces, ellas dormían al aire libre, sin carpas, además de tener que intentar encontrar sus instrumentos y equipo.

Las enfermeras pertenecientes al Hospital de Evacuación 12 se trasladaron 11 veces en el transcurso de dos años. Después de cada traslado debían preparar un hospital salubre y cómodo con una capacidad para tratar a grandes cantidades de heridos y enfermos. Las enfermeras debían vivir períodos de intensa y agotadora actividad y otros de absoluto aburrimiento. Debían ser flexibles, innovadoras, de pensamiento rápido, pacientes, adaptables y altamente hábiles. Sus experiencias eran similares a aquellas de otras en hospitales de evacuación y de campaña en Europa.

Frecuentemente las enfermeras demostraban sus habilidades para permanecer calmadas en situaciones impredecibles y peligrosas. La aeronave C-47 en la cual volaba la enfermera Reba Z. Whittle fue alcanzada por el fuego antiaéreo y se estrelló en una zona enemiga. Todos los miembros de la tripulación fueron heridos incluyendo a Whittle. Los alemanes ofrecieron tratamiento médico a los prisioneros y una vez recuperados de sus heridas fueron encarcelados en Stalag IXC.

Mientras estaba encarcelada Whittle ayudó a los demás prisioneros de guerra hasta enero de 1945, fecha en la cual fue puesta en libertad.

A pesar de que la cadena de evacuación necesitaba frecuentes rotaciones de los pacientes, las enfermeras en terreno proveían un cuidado intensivo y más prolongado si era necesario. Desde septiembre hasta diciembre de 1944 el Hospital de Evacuación 77 recibió numerosas bajas de las tropas que intentaban eliminar a las fuerzas alemanas del bosque Huertgen. Cuatro divisiones de infantería estadounidenses fueron enviadas al bosque rugoso y todas sufrieron bajas espantosas. El área consistía en colinas muy inclinadas cubiertas por densas capas de hojas perennes y cercadas con alambre de púa y minas. Los hombres llegaron al hospital sufriendo casos de pie de trinchera, agotamiento y exposición diaria a los elementos difíciles. En diciembre el pie de trinchera era la condición que causaba más bajas que cualquier otra. Dicha enfermedad era la consecuencia de estar por más de 48 horas en pozos de tiro con los pies mojados, fríos e inmóviles. Los pacientes llegaban al hospital muchas veces incapaces de caminar. La condición era extremadamente dolorosa y demandaba un alto nivel de cuidado por parte de las enfermeras.

La presión final hacia Alemania central le significó a las Fuerzas Aliadas un sinnúmero de bajas y exigió que las unidades médicas trabajasen bajo una enorme presión. El Hospital de Evacuación 44 permitió el ingreso de 1.348 pacientes miembros de la 3ª División Blindada en un período de 56 horas a mediados de abril de 1945.

Las enfermeras del Ejército de los Hospitales de Evacuación 116 y 127 cuidaron a las víctimas liberadas de los campos de concentración en Dachau. Éstos pacientes necesitaban atención constante tanto físico cómo psicológico. Muchos de ellos dependían de las enfermeras cómo si éstas fuesen sus salvadoras y no permitían que ellas se fuesen. Muchas de éstas víctimas estaban hambrientas, tenían heridas provenientes de torturas sistemáticas, sufrían de tifoidea, pies helados, gangrena, dermatitis aguda y ampollas. Ocho de cada diez prisioneros tenían tuberculosis. A pesar el cuidado intensivo, muchos fallecieron por su debilidad, desnutrición y enfermedad.

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Mensaje por Francis Currey » Lun Abr 10, 2006 10:43 pm

En El Teatro Del Pacífico

Las enfermeras del Ejército de los EE.UU. trabajaron cerca de las líneas avanzadas bajo fuego en los teatros de Europa y de la zona del Mediterráneo. La valentía de ellas durante las situaciones más adversas en Anzio, la adaptabilidad en los Balcanes y el profesionalismo en Alemania demostraron que ellas debían ser consideradas elementos esenciales del Ejército estadounidense en cualquier teatro de operaciones. No obstante, los comandantes en el teatro del pacífico limitaron el papel de apoyo de combate de las enfermeras a uno más bien de retaguardia, debido a que dichos comandantes se sentían incómodos de asignar a mujeres a áreas de selvas dónde ellas podrían ser más vulnerables a los ataques de la guerrilla japonesa. Dicha decisión impopular desde el comienzo hasta el final, trajo consigo problemas de moral tanto para las enfermeras como para los soldados.

El número de enfermeras sirviendo en la zona del pacífico aumentó considerablemente entre el siete de diciembre de 1941 (ataque a Pearl Harbor) y el final de la guerra. Las enfermeras en muchas ocasiones eran asignadas a hospitales lejos del área de combate dónde cuidaban a soldados que habían sido evacuados de las líneas avanzadas. Debido a la naturaleza movible en las islas de la campaña en la zona del pacífico, las enfermeras estaban acantonadas en las islas de Hawaii, Australia, Nueva Zelanda, Fiji, Nueva Caledonia y las de Nueva Hebrides en 1942 pero sólo llegaban a las zonas de combate cuando este había terminado. Siempre estaban un paso atrás de las tropas estadounidenses, llegando a una isla después que las Fuerzas Aliadas aseguraban el control sobre la misma. Las enfermeras estaban acantonadas fuera del área de la posible amenaza de un ataque terrestre japonés.

La isla de Nueva Caledonia se convirtió en la base central de siete hospitales de acantonamiento y de dos hospitales generales debido a que el clima era templado y no existían casos de malaria. Más enfermeras sirvieron en Nueva Caledonia y permanecieron allí más tiempo que en cualquier otra isla del pacífico salvo Australia y Hawaii. Las primeras enfermeras en ver la isla fueron aquellas que pertenecían a los Hospitales de Acantonamiento 9 y 109 y el Hospital de Evacuación 52, quienes llegaron a Nueva Caledonia en marzo de 1942.

Los hospitales en Nueva Caledonia permitían la entrada a pacientes con malaria provenientes de Guadalcanal, las Islas Salomón, y las de Nueva Hebrides. Más de 50 por ciento de los casos de enfermedad fueron de pacientes con malaria entre 1942 y 1944. Las bajas provenientes de Nueva Guinea, Nueva Bretaña, Guadalcanal y Saipan eran predominantemente casos de heridas al abdomen o al pecho.

En 1944 cerraron los hospitales en las islas de Nueva Zelanda, Fiji y Nueva Hebrides, y las enfermeras se trasladaron a las Islas Salomón, Marshall, y Marianas. Una vez más ofrecían tratamiento médico a aquéllos soldados que habían sido evacuados por aire desde las primeras líneas de combate.

Miembros del cuerpo médico que servían en lugar de las enfermeras en las zonas de combate a veces se resentían cuando las enfermeras llegaban. "Una vez que llegaban las enfermeras la moral de los miembros del cuerpo médico decaía," mencionó un observador. Las enfermeras comenzaban a tomar el control de la situación relegando a los miembros del cuerpo a ejecutar tareas fútiles. Las enfermeras debido al hecho que eran las profesionales en la materia, se convertían en comandantes de los miembros del cuerpo médico, ya que éstos tenían una mínima preparación. La tensión entre las enfermeras y los miembros del cuerpo médico no había existido en el teatro europeo y en África del Norte porque las enfermeras estaban presentes en la zona de combate. En el teatro del pacífico los comandantes asumieron el papel de proteger a las enfermeras de las vicisitudes de la guerra y se oponían a que ellas estuviesen cerca de la zona de combate.

Las enfermeras acantonadas en las islas de Guadalcanal, Nueva Guinea, Saipan, Guam, y Tinian residían en dormitorios cercados y bajo vigilancia de guardias armados durante las 24 horas del día. Los guardias las acompañaban al hospital y de vuelta a sus dormitorios, y aún en los días libres no podían salir a menos que formaran parte de un grupo bajo vigilancia. Los comandantes establecieron un toque de queda y exigían que las enfermeras fuesen acompañadas por guardias armados después de las 18.00 horas (6.00 pm). Dos guardias acompañaban a cada enfermera que salía del puesto o acantonamiento.

La política oficial era que las mujeres debían ser acompañadas por guardias armados para protegerlas de las patrullas de guerrilleros japoneses, pero en realidad los líderes del Ejército tenían la esperanza de reducir considerablemente incidentes de acoso sexual y de compañerismo.

Las primeras enfermeras que llegaron a Nueva Guinea en octubre de 1942 eran parte del Hospital de Campaña 153. El Hospital de Evacuación 10 y el Hospital de Campaña 171 llegaron a la isla en diciembre del mismo año. Estos hospitales se encargaron de las bajas de la campaña Buna-Gona de noviembre 1942 a enero 1943.

Las enfermeras pertenecientes al Hospital de Campaña 20 llegaron a Guadalcanal en junio 1944. Los miembros masculinos de la Unidad habían estado en la isla desde enero 1943.

En enero de 1943 habían 14.646 tropas estadounidenses en Nueva Guinea, 8.659 de ellos había contraído algún tipo de enfermedad, siendo la malaria la más común. Los líderes del ejército instituyeron métodos estrictos de control de malaria en Nueva Guinea, Guadalcanal, y en las islas de Nueva Hebrides. El personal debía usar vestimenta protectora después de la entrada del sol. Todas las instalaciones debían tener pantallas, y las unidades médicas encargadas del control de la malaria pulverizaban DDT a través de las islas. En el año 1945 los casos de malaria habían sido reducidos de 172 casos de cada mil a 5 casos de cada mil.

Los ataques aéreos repentinos eran comunes en Nueva Guinea pero el bombardeo era cosa rara. El 24 de noviembre de 1943, una aeronave japonesa bombardeó las islas empleando cuatro bombas incendiarias y cuatro bombas de alto explosivo. Dos carpas del hospital de campaña fueron dañadas y dos fueron destruidas, pero sólo hubieron tres mínimas bajas entre el personal. El hospital fue una vez más atacado por aeronaves el 8 de diciembre de 1943 supuestamente celebrando el aniversario del ataque en Pearl Harbor. Una vez más sólo hubieron mínimas bajas.

La enfermeras del Ejército en el teatro del Pacífico desempeñaban sus tareas eficientemente, con compasión y valentía ya sea cuidando a las bajas en la campaña o los pacientes que habían sido evacuados desde las líneas avanzadas. Estas enfermeras superaron peligros y dificultades que enfermeras en otros teatros de la II GM no experimentaron. Ellas contrajeron malaria y fiebre dengue, experimentaron los rigores del clima tropical, toleraron la falta de agua; arriesgaron los ataques de los kamikazes; se adaptaron a los toques de queda, viviendas cercadas, y guardias armados; y tuvieron que resolver la hostilidad por parte de los miembros del cuerpo médico. Las enfermeras sirviendo en el pacífico demostraron habilidad para sobreponerse a la adversidad y llegaron a las líneas avanzadas en condiciones únicas de peligro antes del final de la guerra.

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Mensaje por Francis Currey » Lun Abr 10, 2006 10:44 pm

En el teatro de la China-Burma-India

Un número pequeño de enfermeras estaban acantonadas en hospitales militares en la China, Burma e India durante los años de 1943 y 1944, dónde se dedicaban a cuidar a las tropas estadounidenses y chinas quienes estaban penetrando el sur de la China por la Ruta Ledo, la cual en ese momento era la única via de comunicación terrestre para hacer llegar abastecimientos militares al Ejército de China Nacionalista de Chiang Kai-shek, quien estaba combatiendo una guerra de supervivencia contra el Japón.

Las enfermeras estadounidenses y los pacientes chinos tuvieron varios problemas de entendimiento debido a las diferentes culturas lo cual causó que el trabajo de las enfermeras fuese aún más difícil. Para los pacientes chinos era muy difícil aceptar y entender a las mujeres en papel de autoridad y por ende no respetaban las órdenes del las enfermeras, lo cual causaba varios problemas disciplinarios en los pabellones. Varios pacientes rehusaban tomar sus tabletas de atabrine y por lo tanto contraían malaria. El más serio de los problemas consistía en que los pacientes que estaban contagiados rehusaban mantenerse aislados de sus compatriotas y consecuentemente contagiaban a más personas siendo difícil contener la enfermedad.

Por cada soldado aliado herido en la batalla en Burma en 1943, 120 se enfermaban. El índice de malaria era altísimo afectando a 84 por ciento de la mano de obra. La enfermedad requería un nivel intensivo de cuidado por parte de las enfermeras y tenía un 30 por ciento de índice de mortandad y aunque el ejército intentó emplear el insecticida DDT para controlar la enfermedad, tuvo un éxito mínimo. Las tropas además sufrieron de agotamiento, malnutrición, y disentería amebiana. Accidentes aéreos y terrestres eran comunes en un terreno tan difícil como éste.

Las enfermeras acantonadas en hospitales aislados en las selvas del teatro Burma-India trabajaban en condiciones primitivas en un clima extremadamente desafiante. Muchas sirvieron en este teatro más tiempo que el promedio común de dos años y sufrieron una baja de moral. Desempeñaban una tarea necesaria pero muchas veces sin ser reconocidas en éste exigente teatro de guerra

Continuará

Fuente: Dra. Judith A. Bellafaire

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Francis Currey
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Mensaje por Francis Currey » Lun Abr 10, 2006 10:45 pm

Conclusión

Las enfermeras recibieron 1.619 medallas, menciones honoríficas y elogios durante la guerra, reflejando el coraje y dedicación de todos aquéllos que sirvieron. 16 medallas póstumas fueron otorgadas a enfermeras que habían fallecido como resultado de fuego del enemigo. Estas incluyeron a seis enfermeras que fallecieron en Anzio, seis que fallecieron en el Buque-Hospital Comfort al ser atacado por una aeronave suicida y cuatro enfermeras aéreas. Otras 13 enfermeras aéreas fallecieron en accidentes relacionados con situaciones climáticas desempeñando sus deberes. En total, 201 enfermeras fallecieron sirviendo al Ejército durante la guerra.

Las enfermeras que retornaban a la vida civil descubrieron una sociedad de pos-guerra cambiada. El lugar de la mujer en la sociedad había sido irrevocablemente alterado y se había ampliado debido al ingreso de mujeres a profesiones e industrias anteriormente reservadas para hombres. Más importante aún para las enfermeras era el respeto y la percepción de ellas que tenía la sociedad después de la guerra. La crítica necesidad de enfermeras y el programa del Cuerpo de Enfermeras Cadetes solventado por el gobierno federal habían sido bien publicitados durante la guerra. Al regresar a los EE.UU. las enfermeras podían recibir fondos para continuar sus estudios avanzados bajo lo que se denominaba el GI Bill of Rights (una ley que establecía todos los derechos y beneficios disponibles a veteranos y miembros de las FF.AA. de los EE.UU.).

Las enfermeras veteranas traían consigo además habilidades y experiencias de un valor tremendo, elevando de esta forma su estatus profesional y auto estima. El Ejército había entrenado a un suficiente número de enfermeras en especialidades como anestesia y cuidado psiquiátrico, además las experiencias adquiridas en el extranjero hubiesen sido de otra manera, inalcanzables. Aquellas asignadas a hospitales de evacuación y de campaña se habían acostumbrado a tomar decisiones rápidas, tener iniciativa propia y adoptar soluciones innovadoras para solucionar un amplio campo de problemas médicos. Habían adquirido habilidades de organización, de supervisión y educación. El tremendo papeleo no las asustaba, ya que las circunstancias de la guerra les había forzado a solucionar complejos problemas administrativos.

Las experiencias como enfermeras del ejército las obligó a crecer profesionalmente y les dio la confianza en sí misma además de la oportunidad de continuar creciendo y mejorando en sus carreras al regresar a los EE.UU. Ellas regresaron a una sociedad que estaba lista a aceptar a las enfermeras como miembros profesionales del sistema de salud estadounidense. La II GM había cambiado para siempre el rostro y papel de la enfermera militar

Fin

Fuente: Dra. Judith A. Bellafaire

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Audie Murphy
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Re: El 51º Cuerpo de Enfermeras del Ejército de los EE.UU.

Mensaje por Audie Murphy » Vie May 22, 2020 6:10 pm

dossier de 12 hojas en inglés sobre las enfermeras americanas y sus experiencias
https://www.docdroid.net/sShgNjJ/angels ... winter-pdf

en caso de embarazo eran expulsadas, retornadas a EEUU y licenciadas (sin honores en el caso de que no estuvieran casadas)

como era un tema sensible en sus papeles de licenciamiento en vez del coloquialpregnant (embaradazada) usaban el término técnico "cyesis"
"El mal existe cuando las personas buenas no hacen lo que es correcto"

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