Bonjour,
Quisiera abrir un hilo sobre un tema no muy conocido: los blindados canadienses desde 1939 a 1945.
Acudieron a la guerra en 1914 con sus caballos y los jinetes canadienses regresaron convertidos en tanquistas, orgullosos de desembarcar con sus soberbios mastodontes de acero. Además de que su ejército fuera considerado como uno de los mejores en el mundo, ellos creían que el carro de asalto era el arma por excelencia, cuyo porvenir parecía más que prometedor. Pero desgraciadamente, no contaban con el espíritu de resistencia de las unidades de caballería que se quedaron en Canadá y tampoco con la realidad geográfica. Efectivamente, ¿qué hacer con unas pesadas máquinas incapaces de moverse a más de 10 km por hora en un país de màs de 8 millones de kilómetros cuadrados? Parecía innegable que el caballo supera al carro en términos de movilidad y de coste. Pero lo peor quedaba por venir: de 1919 a 1939, la reducción constante de los gastos militares, añadida a la crisis de 1929 va a eliminar la escasa fuerza blindada canadiense. Con su economía marchando al ralentí, los canadienses tienen otras prioridades que la de concebir carros de combate.
Quisiera abrir un hilo sobre un tema no muy conocido: los blindados canadienses desde 1939 a 1945.
Acudieron a la guerra en 1914 con sus caballos y los jinetes canadienses regresaron convertidos en tanquistas, orgullosos de desembarcar con sus soberbios mastodontes de acero. Además de que su ejército fuera considerado como uno de los mejores en el mundo, ellos creían que el carro de asalto era el arma por excelencia, cuyo porvenir parecía más que prometedor. Pero desgraciadamente, no contaban con el espíritu de resistencia de las unidades de caballería que se quedaron en Canadá y tampoco con la realidad geográfica. Efectivamente, ¿qué hacer con unas pesadas máquinas incapaces de moverse a más de 10 km por hora en un país de màs de 8 millones de kilómetros cuadrados? Parecía innegable que el caballo supera al carro en términos de movilidad y de coste. Pero lo peor quedaba por venir: de 1919 a 1939, la reducción constante de los gastos militares, añadida a la crisis de 1929 va a eliminar la escasa fuerza blindada canadiense. Con su economía marchando al ralentí, los canadienses tienen otras prioridades que la de concebir carros de combate.
Carro ligero Vickers Mk VIb
Fuente:http://batailles-1939-1940.historyboard ... ritannique
Los efectivos del parque de blindados se desvanecen y fuerzan al Canadian Armoured Corps a desenvolverse con débiles medios: motocicletas, tanquetas Carden-Loyd, carros ligeros Vickers Mk VIb y coches blindados. La situación llegó a tal punto, ¡que algunos oficiales llegaron a utilizar sus coches personales para entrenar a sus hombres!
ejemplar inglés, fuente " TheWar Archives World WarII BritainAlone 1939 1940" p58-9
El general Frank “Worthy” Worthington está lejos de ser tan célebre como Patton, Guderian o Rommel pero tuvo el mérito de haber dotado a Canadá de un arma blindada bien organizada y adecuadamente equipada. Tanquista durante la I GM, Worthington es de la opinión de que el carro de asalto tiene su lugar en el campo de batalla. Debe dedicarse en cuerpo y alma para hacer valer sus teorías, no solo ante el Gobierno, esto en una época en la que una parte de la población que vivía de “la sopa popular”, sino frente a un Estado Mayor realmente escéptico frente a la eficacia de los carros. El ministerio de Defensa acepta, ante la insistencia del general “Worhty”, a fundar una unidad blindada, un centro de instrucción, el Tank Training Scholl en London, provincia de Ontario y un campo de maniobras en Camp Borden (Ontario). Se confió a Worthington el programa de formación de las unidades blindadas canadienses. Pero el panorama era desolador, Canadá no disponía sino de un puñado de vehículos blindados cuando el país declaró, 10 de septiembre de 1939, la guerra a la Alemania nazi.
Fuente: Traducción y adaptación propias de un artículo de Fabrice Mosseray titulado “Les blindés canadiens en 1939-1945” en la revista Histoire de Guerre nº58 mayo de 2005.
À suivre. Seguiré en otro momento.Fuente: Traducción y adaptación propias de un artículo de Fabrice Mosseray titulado “Les blindés canadiens en 1939-1945” en la revista Histoire de Guerre nº58 mayo de 2005.
À bientôt.
