Prometeo escribió:
Lo que quería plantear, dado que el hilo va de orígenes de la guerra en el Pacífico, es que a partir del comienzo de Barbarroja, la lectura de la situación de la IIGM tuvo que ser muy diferente a la que se podía hacer en mayo del 41.
Esto es algo evidente. Hasta junio de 1941 la guerra comprendía dos bandos enfrentados: Gran Bretaña y su
Commonwealth, de una parte, y el Eje de la otra. Era una guerra en un único frente (aunque con teatros diversos). Con la invasión de la URSS, Alemania añadió otro enemigo más, y la guerra fue ya en dos frentes. Y tras el ataque japonés contra Pearl Harbor el 7 de diciembre y la declaración de guerra de Alemania contra USA cuatro días después, la guerra adquirió su carta de naturaleza mundial y multifrontal.
Prometeo escribió:
Y parece que decidieron que la fruta no estaba madura, porque abandonaron definitivamente la posibilidad de atacar a la URSS para ir hacia el sur.
Y en esta decisión supongo que influyó el estancamiento de la ofensiva alemana, que desde luego se produjo por las causas que indicas
El estancamiento de la ofensiva alemana, en su conjunto, se produjo realmente a finales de julio de 1941, cuando era ya imposible el avance simultáneo de los tres ejes estratégicos de la ofensiva alemana iniciada a finales de junio. Fue a princpios de agosto cuando un Hitler deprimido confió a Goebbels que estaba dispuesto a negociar la paz con Stalin. Cuando salió de su estado depresivo olvidó el asunto, pero fue ya consciente de que Barbarroja había fracasado y la guerra contra la URSS no se podía acabar en 1941.
Lo que importa es que no sólo Hitler se dio cuenta de este fracaso, sino también los avispados japoneses, que vieron ya que la fruta nunca iba a madurar.
Recuerda que el objetivo estratégico de Barbarroja era destruir el grueso del Ejército Rojo antes de que sus formaciones de combate cruzaran la divisoria de los ríos Dvina y Dnieper y se retiraran al interior de Rusia. En términos logísticos, Barbarroja no podía superar tres meses de campaña y unos 500 kilómetros de profundidad (justo la distancia hasta esa divisoria citada). En agosto este objetivo había fracasado, pues aunque los alemanes habían destruido y diezmado una gran parte del Ejército Rojo, otra gran parte escapó. Y luego vino la terrible sorpresa para los alemanes de la capacidad de reposición del gobierno soviético, que fue levantando de agosto en adelante un ejército igual o superior al que tenía el 22 de junio de 1941.
Los errores operacionales y tácticos se pueden superar (a un coste), pero los errores estratégicos difícilmente tienen solución. Y el error estratégico alemán más grande fue subestimar las capacidades de la URSS, de su Ejército Rojo y del régimen soviético para montar una operación demencial como Barbarroja.
Prometeo escribió:
Pero lo que valoro como importante para este hilo, es que todo el mundo pudo ver en ese momento que la ofensiva se había estancado y eso cambiaba las cosas.
Para la administración Roosevelt, “las cosas” no cambiaron sustancialmente, si por “las cosas” entendemos su determinación de entrar en la guerra tan pronto pudiera. Cambió sustancialmente para la URSS y el Eje (especialmente Alemania), y de rebote para Gran Bretaña, que supo ya sin duda alguna que el esfuerzo de guerra alemán iba a estar concentrado en los próximos años en la URSS.
Prometeo escribió:
Antes de ese ataque enfrentarse a Alemania hubiese sido muy, muy difícil, ya que era muy poderosa en tierra y no era manca en el aire y aunque hubiesen conseguido un "casus belli" para meter a los EE.UU. en la guerra la cosa no pintaba bien.
Antes y después. Los aliados angloestadounidenses no tenían posibilidad de enfrentarse militarmente a Alemania en Europa durante mucho tiempo. Pudieron hacerlo parcialmente en África del Norte a finales de 1942 y principios de 1943, para pasar luego a Sicilia y finalmente Italia. Pero, como sabes, hasta el verano de 1944 no estuvieron en condiciones de desembarcar en las playas de Normandía, y comenzar así la campaña de Francia.
Prometeo escribió:
Una vez comenzada Barbarroja Alemania tenía una tarea enorme, pienso. El plan que tenían de matar de hambre a la población o eslavizarla para hacerse con el territorio, además de una barbaridad, era muy poco realista. Eso sí que era una reducción simplista. En Noruega, un territorio mucho más pequeño y escasamente poblado mantuvieron un contingente de 400.000 soldados durante toda la guerra. Por otra parte, Alemania con un régimen corrupto y poco organizado, lleno de duplicidades de competencias y rivalidades internas dudo que hubiese conseguido algo positivo de la invasión, lo mismo que Japón no sacó nada positivo de su invasión a China. Y eso no podía pasar desapercibido a los analistas aliados.
El objetivo estratégico de Barbarroja no era ese, aunque necesitase de esos crímenes para sustentar su desarrollo. La clave era derrotar al grueso del ER en tres meses a lo sumo, dando por seguro que el sistema soviético se derrumbaría en el proceso.
En Noruega no se mantuvo el contingente que citas por la propia Noruega, sino por temor a una operación de asalto británica mientras los alemanes estaban enzarzados en la URSS. A medida que pasó el tiempo ese temor creció.
La corrupción del régimen nazi y demás deficiencias en la organización y dirección de sus instituciones no fueron la causa del fracaso alemán en la URSS, aunque ciertamente no ayudaron. El fracaso alemán en la URSS partió, en primer lugar, de un juicio estratégico errado sobre lo que significaba la Unión Soviética para una invasión de su territorio: su régimen político, sus fuerzas armadas, su poderío industrial militar, sus enormes recursos y sus gentes. Y en segundo lugar por una planificación operacional que no tuvo en cuenta en todas sus dimensiones la inmensidad y dificultades de su territorio, sus infraestructuras terrestres y ferroviarias, y su implacable meteorología.
El estancamiento japonés en China no guarda relación proporcional con la tumba alemana en la URSS. Son incomparables. Tendría cierto significado si Japón hubiese decidido expandirse hacia el norte (Siberia) en lugar de hacia el sur. Pero éste difícilmente podía ser el caso, toda vez que el norte no ofrecía una solución a corto y medio plazo de los problemas reales que afrontaba Japón en sus grandes objetivos estratégicos.
La diferencia de Alemania con Japón en sus aventuras en el Este y el Sur, respectivamente, es que en Alemania había una parte muy mayoritaria del liderazgo político y militar que estaba convencida (aunque algunos tuvieran ciertos recelos) del éxito alemán contra la URSS. En cambio, en Japón sólo los fanatizados líderes políticos y militares creían que tenían alguna probabilidad de éxito contra USA; la mayoría (los realistas, e incluso no pocos de entre los fanáticos) sabían que esa aventura abocaba a un fracaso sin paliativos. Y esto último también lo sabía el liderazgo político y militar estadounidense.
Volviendo a la URSS. En noviembre de 1941 los auténticos especialistas alemanes (los que sabían de verdad: los jefes de la industria pesada, los especialistas en cuestiones económicas, los altos oficiales del Ejército de Reemplazo) tenían muy claro que la victoria alemana en la URSS era ya un sueño, y con la entrada de USA en la guerra, Alemania ya no podía ganar militarmente la guerra. Y Hitler también lo sabía, aunque no lo aceptara (aceptarlo significaba su suicidio político y, sin duda, físico).
A mí siempre me ha parecido convincente, en términos psicológicos e ideológicos, la idea avanzada por primera vez por el gran Sebastian Haffner sobre los motivos por los que Hitler decidió declarar la guerra a USA y radicalizar el proceso criminal de cara al exterminio de los judíos europeos. Haffner dijo que en diciembre de 1941 Hitler sabía que ya no podía ganar la guerra en el terreno militar, pero podía ganarla en el terreno ideológico. Para ello decidió romper todos los puentes que podían facilitar una marcha atrás (y aquí se encuadraría su decisión de declarar la guerra a USA) y liberar a sus hienas para llevar a cabo el genocidio de los judíos europeos, objetivo que ya no podía conseguir, como había pensado en un principio, en una posguerra victoriosa.
Lo de Japón con su aventura en el sur es una especie de puesta en escena de un
harakiri colectivo, sólo que aquí estaba motivado no por las cuestiones de honor clásicos de los samuráis, sino por un supuesto honor de no renunciar a la buscada grandeza de un imperio japonés. Si no se podía conseguir dicho imperio, entonces había que morir en su empeño.
Saludos cordiales
JL